Estambul es uno de los mejores lugares para una escapada en pareja. Ofrece todo lo necesario para que una estancia corta se convierta en inolvidable: arte, historia, bulliciosos bazares, románticos rincones que miran al Bósforo y una animada vida nocturna.

Resérvate un atardecer para realizar un crucero por el Bósforo.
Bizancio, Constantinopla, Estambul… esta ciudad abruma con su historia desde su época de colonia griega siete siglos antes de Cristo. Siempre en una encrucijada, entre Asia y Europa, quizá este carácter de frontera, de estar en medio de todas las cosas le ha dado ese aire de ciudad que no descasa, siempre bulliciosa, siempre en desarrollo. En un fin de semana largo se pueden visitar sus principales monumentos y disfrutar de sus bazares aunque, si se puede alargar la estancia, Estambul es una de las mejores ciudades del mundo para, simplemente, estar.
Un paseo por la historia
En Estambul parece que no puede haber monumentos más grandiosos, más bellos. Emperadores romanos y bizantinos y sultanes quisieron hacer de ella la más bella, la muestra de su poderío. En una mañana se pueden descubrir tres de los lugares más emblemáticos: la mágica mezquita de Shehzade (o de Solimán), la primera mezquita imperial, ubicada en una colina que da al Cuerno de Oro y al mar de Mármara. Después hay que dedicar un buen rato a recorrer el inmenso Palacio de Topkapi, que fue la residencia imperial de los sultanes otomanos durante más de cuatro siglos. Además de su valor arquitectónico, cuenta con la colección más rica del mundo en joyas, porcelanas, miniaturas y todo tipo de objetos. Un lugar mágico es el harén, espacio para intrigas palaciegas durante siglos, lleno de bellos rincones, patios escondidos y estrechos pasillos, donde transcurría la vida de la familia del sultán, eunucos y concubinas.

El Gran Bazar de Estambul.
Antes de comer, se puede realizar una visita a la Cisterna Subterránea que se usaba para almacenar el agua para el Gran Palacio. Para la comida se puede elegir un restaurante cercano al Gran Bazar para recorrerlo después y perderse entre las calles de esta ciudad dentro de la ciudad, llena de tiendas, bares y restaurantes.
En la noche, un paseo por el barrio de Ortaköy para disfrutar de sus mercadillos y terminar en uno de los lugares a orillas del Bósforo como Sortie, donde cenar y tomar en una copa en el ambiente más chic de la ciudad.
Estambul a lo grande
El siguiente día es importante empezar temprano porque llegan dos de los lugares imprescindibles de la ciudad: la basílica de Santa Sofía y la Mezquita Azul. Santa Sofía es una de las obras de arquitectura más impresionantes de todos los tiempos y la más importante de la época bizantina. Construida en el siglo VI, fue iglesia y mezquita y hoy en día se ha convertido en un museo. Su inmensa cúpula y su interior majestuoso hacen del humano un ser muy pequeño. Muy cerca se encuentra la Mezquita Azul, con sus bellas cúpulas y semicúpulas en forma de cascada, sus elegantes minaretes y sus paredes cubiertas con bellos azulejos azules de Iznik.

Interior de la Mezquita Azul (Estambul).
La siguiente parada puede ser el cercano Hipódromo de la época bizantina, ocupado hoy en día por una enorme plaza. Para comer, una buena elección es acercase a uno de los restaurantes de la zona del Bosforo donde salen los cruceros, antes de embarcarse en uno durante la tarde para comprobar desde este estrecho la verdadera dimensión de Estambul y la belleza de los paisajes que ofrece. Palacios, fortalezas, puentes y dos mundos, Asia y Europa, se asomarán ante tus ojos.
Y para terminar la tarde, nada mejor que perderse en el Bazar de las Especias, entre los colores y aromas de sus productos, una parada imprescindible para sentir el pulso real de la ciudad. Después, una buena opción es acudir a un hamman típico (hay que tener en cuenta que hombres y mujeres tienen espacios separados) y a un espectáculo tradicional de Derviches girovagos.

Mercado de las Especias (Estambul).
Lugares para un cierre perfecto
Si se dispone de un día más merece la pena acercase a conocer el Estambul más moderno y pasear, desde la plaza de Taskim por la Istiklal Caddesi, el bulevar comercial más importante de la ciudad. Después, a este lado del Bosforo se encuentra el Palacio Dolmabahçe, una muestra de todo tipo de excesos arquitectónicos y decorativos de los últimos sultanes del XIX.
CONSEJOS ETHERIA
• En Estambul hay mucho tráfico, más del que puedas imaginar. Los desplazamientos en hora punta son eternos. Por este motivo si se tiene intención de disfrutar de sus bares y restaurantes de moda por la noche es mejor alojarse en la ribera del Bósforo, cerca del barrio de Ortaköy. Un lugar muy especial (y caro) es el hotel Ciragan Palace Kempiski Istambul (5* L), que ocupa un antiguo palacio, pero hay más opciones.
• Estambul es una ciudad abierta pero hay que ser respetuoso con la mayoría musulmana y es recomendable vestir de forma discreta durante el día para poder entrar en las mezquitas. Por la noche, si se acude a la zona de moda del Bósforo, hay que tirar de etiqueta, tanto mujeres como hombres: prohibidas las deportivas y las camisetas.