La desconexión que necesitas está muy cerca, en Las Merindades de Burgos. Imagínate con tus amigas urbanitas recorriendo pueblos medievales, descubriendo grutas milenarias y cascadas naturales. ¿Cascadas en Burgos? Olvida los campos dorados de cereal. Por el camino, pararemos ‘en boxes’ para tomar un buen Ribera y ¡que nos den morcilla! (Pero que sea burgalesa). Frías, uno de los emblemas medievales de Las Merindades. Tal era el poder feudal de los Merinos —los representantes del rey en la comarca—, que llamar Las Merindades al territorio de su competencia pareció lo más lógico en la Edad Media. Los Merinos cobraban impuestos e impartían justicia en este pequeño oasis castellano donde los ríos Ebro y Nela bordean vertiginosas hoces calcáreas. Anuncian una espectacular antesala de la Cordillera Cantábrica. Notarás la cercanía con el País Vasco en la arquitectura de sus caseríos y en el deje con el que hablan sus vecinos. Corramos los visillos de Las Merindades de Burgos, sepamos qué esconden con tanto celo.
El Salto del Nervión pertenece al Monumento Natural del Monte Santiago y se encuentra junto a la frontera con Vizcaya y Álava. © Turismo de Burgos Más de doscientos metros de caída libre convierten al Salto del Nervión en la mayor cascada de la Península Ibérica. Antiguamente se sacrificaba por su temido foso a los lobos que atacaban al ganado. Sin duda, éste será uno de los puntos más sobrecogedores de nuestro recorrido.
Vista nocturna de Oña. © Turismo de Burgos Pueblos medievales que debes conocer ¿Recuerdas los alias del personaje de Daenerys en Juego de Tronos ? ‘La que no arde, la madre de Dragones, la rompedora de cadenas’… Del mismo modo, el pueblo de Oña recibió el sobrenombre de la ‘Muy leal y valerosa Villa de Oña’ por su crucial papel durante la formación de Castilla. Hoy los vecinos recuerdan aquel episodio histórico en el Cronicón de Oña, una representación que celebran cada agosto. Aprovecha la cita para callejear y adentrarte en el monasterio de San Salvador y en su Jardín Secreto benedictino.
Nos encantan las callejuelas de Frías. El salvaje interior burgalés nos guiará hasta Frías . En sus calles todavía resuena el eco de los antiguos linajes medievales. Su castillo y sus casas colgadas (sí, como las de Cuenca) se enriscan acurrucándose sobre La Muela , la enorme roca en la que se asienta el corazón del pueblo. ¿He dicho pueblo? Error, Frías ostenta el título de ciudad, de hecho, es la ciudad más pequeña de nuestro país, aunque también forma parte de los Pueblos más bonitos de España .
¿Te atreves a asomarte por las Hoces del Ebro? © Turismo de Burgos El vértigo, el gran protagonista en Las Merindades de Burgos Desafiantes desfiladeros e imponentes gargantas esculpen el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón , uno de los miradores naturales que no te puedes perder en esta ruta por Las Merindades. Su particular microclima ha favorecido la aparición de bosquecillos de encinas, bojes y tejos, y tampoco sería raro que te cruzaras por el camino con algún corzo o jabalí. Uno de sus más preciados tesoros se encuentra en la refrescante y cristalina alberca natural de El Pozo Azul . Eso sí, si piensas zambullirte en ella, recuerda lo de ‘refrescante’, porque el agua procede directamente de las montañas.
La cascada de Orbaneja del Castillo atraviesa el centro del pueblo. © Turismo de Burgos Si configuras tu cámara de fotos con una larga exposición, captarás el efecto seda de los riachuelos en la Senda de las Cascadas , con parada en el Valle de la Tobalina y en Orbaneja del Castillo , un coqueto pueblo declarado Conjunto Histórico. A media hora —en coche— se encuentra el misterioso esqueleto arquitectónico que ha unido a los vecinos del Valle del Manzanedo con una misión: conservar el monasterio de Santa María de Rioseco , una joya artística benedictina que ha sufrido diversos derribos e inundaciones.
De chiquitos y castillos Las empinadas y rústicas callejuelas caracterizan el centro de Medina de Pomar . El castillo de los Condestables de Castilla también protagoniza su casco histórico, pero no te dejes engañar por el aspecto militar del monumento, su interior contiene delicadas decoraciones mudéjares.
El castillo de los Condestables alberga el Museo de las Merindades. © KR Algo está pasando en la calle Mayor de Medina . Entre el tumulto y el buen ambiente de la gente, se nos plantea la pregunta de ‘¿hace un chiquito ?’. Y poca broma con esto, porque los vecinos de esta tierra de vides nunca faltan a su cita con el aperitivo —o irse de chiquitos, dicen—. El ritual se practica preferiblemente con amigos y familia como en una especie de ‘religión’ hedonista —llamada D.O. Ribera del Duero —, donde suculentos pinchos fletan las barras de las tabernas medinesas.
En algunos rincones de Medina de Pomar el tiempo de detiene. © KR El contraste con el silencioso atrio de la iglesia de Santa Cruz añade ‘medievalismo’ a una localidad en la que convivieron cristianos, musulmanes y judíos. Acércate hasta la calle Nuño Rasura para atravesar la antigua Puerta de la Judería . Quien piense que la Plaza Mayor de Medina se resguarda en el interior del pueblo, está muy equivocado: su privilegiada situación la convierte en uno de los mejores miradores desde donde se contempla todo el praderío que rodea la villa.
La Torre de los Velasco y un detalle de Espinosa de los Monteros. © Turismo de Burgos/KR Espinosa de los Monteros Famoso por haber formado la guardia nocturna de los aposentos de la Corona de Castilla. O lo que es lo mismo, el Cuerpo de Monteros —que dio nombre al pueblo—. Los espinosiegos también fueron conocidos por poner los puntos sobre las íes a las tropas napoleónicas del general Joaquín Blake en una de las batallas más sangrientas que se recuerdan y, aunque tácticamente no lograron superar a los franceses, los vecinos resistieron de forma ejemplar. Ambos sucesos históricos, sumados a las grandes nevadas, han forjado el carácter abierto y luchador de sus habitantes, que recuerdan a los duros foramontanos, los que repoblaron las zonas vacías del norte de España después de la Reconquista. Coquetos balcones, pequeñas iglesias y torres medievales perfilan la historia urbana de un pueblo con grandes dotes para la diversión. En septiembre celebran un concurso de Playbacks donde los vecinos exhiben su cara más cómica.
Los lácteos son los encargados de poner el sello de calidad a su gastronomía: prueba sus deliciosas mantequillas, quesos y quesadas.
Ojo Guareña es uno de los complejos kársticos más grandes del mundo. © KR El 3×1 de Ojo Guareña A quince minutos de Espinosa de los Monteros, los ríos Guareña y Trema han formado una impresionante red de galerías subterráneas de más de cien kilómetros de recorrido. Ojo Guareña sería, en términos de supermercado, como una oferta de ‘Llévese tres, por el precio de uno’: su interior alberga increíbles cuevas, contiene un importante yacimiento arqueológico prehistórico y esconde la curiosa ermita de San Tirso y San Bernabé . Adéntrate y recorre sus entrañas en una de las visitas guiadas. Abrígate y consulta previamente los horarios de las cuevas Ojo Guareña .
El río Nela se abre paso bajo Puentedey. © KR Puentedey La primera pregunta que asalta a los foráneos que llegan a Puentedey es ‘¿esto es obra el ser humano?’. Sin embargo, ha sido la caprichosa y tozuda naturaleza del río Nela la que ha decidido —con mucho tiempo y constancia— perforar la gran roca que entorpecía su camino. También podría haber venido Tim Robbins desde el rodaje de Cadena Perpetua hasta Burgos para demostrarnos que se puede cavar un túnel con una cuchara y mucha paciencia. Pero no. Lo cierto es que el ser humano tampoco se quedó atrás con el colmo de esta locura orográfica y decidió elevar una aldea encima de la piedra caliza, porque el poderío que te dan las alturas es insustituible —más aún en tiempos de guerras—. Allí arriba encontrarás una discreta aldea de casitas con una pequeña iglesia románica y ¡oh, sorpresa! la localidad también contiene un elegante palacio del siglo XVI.
Existen dos ‘tops’ gastronómicos más allá de los vinos burgaleses: la excepcional calidad de sus carnes de vacuno y la miel de brezo, procedente de las colmenas en las montañas.
Vides burgalesas. © Turismo de Burgos. Las Merindades de Burgos | Etheria Magazine Cómo llegar a las Merindades de Burgos Lo mejor para conocer a fondo la comarca es recorrerla en coche. Sigue el orden de nuestra ruta para no dar rodeos ni trayectos de más. Desde Madrid, tardarás unas cuatro horas en llegar al Salto del Nervión, la primera parada del viaje.
Dónde comer en las Merindades de Burgos ? En Espinosa de los Monteros . Conoce el ambiente recio y castellano de la buena cocina de la Posada Real Torre Berrueza . ? En Oña . Sorprendente fusión de gastronomía burgalesa y senegalesa en Blanco y negro . ? En Villarcayo . Una buena ocasión para detenerse en esta localidad y disfrutar de un buen lechazo y morcilla de arroz en El Cid .
Dónde dormir en las Merindades de Burgos Casa rural El Encanto . Alojamiento rústico. Ideal para exprimir el ambiente nocturno de Espinosa de los Monteros.Hotel Rural La Torre de Bisjueces . Antigua casona-torre del siglo XVIII donde chimenea, muros de piedra y muebles de madera cobran gran importancia.Posada Torre Palacio La Taxuela . Conserva el encanto de los antiguos caserones combinado con una modernidad elegante.Posada Real El Prado Mayor . Su tradicional corredera mira hacia un precioso patio interior. Entorno de huertos y prados.El Rincón del Convento , en Oña. Hotel rural con Interesante gastronomía.
También en Burgos… Canteras de Hontoria-Cubillo, una visita a los orígenes de la Catedral de Burgos .
Geoparque Las Loras, una cita sorprendente entre Burgos y Palencia .