La cantidad de pintas de Guinness que llenan a diario las barras de los pubs irlandeses baten su récord en San Patricio. No lo pienses más y planea una escapada con amigas al país verde para celebrar esta animada fiesta. Y si no puedes en este momento, ¡Dublín está abierto todo el año!

Desfile de San Patricio en Dublín.
En un viaje con amigas a Dublín descubrirás cómo los escanciadores dublineses gozan de un talento especial a la hora de conseguir que el líquido oscuro emane al ritmo necesario para deslizarse suavemente sobre el recipiente, caiga con delicadeza en el fondo del vaso y repose hasta que el color café con leche se convierta en rubí y la espuma se segregue en la parte superior del vidrio de donde pasará al labio del bebedor que, tras retirar el resto con la lengua, se beberá la esencia de Dublín. Las latas de cerveza Guinness vienen con el llamado widget–smoothifier (suavizante), una bola blanca del tamaño de las pelotitas de ping-pong que guarda en su interior una proporción mínima de nitrógeno y dióxido de carbono. Al abrir la lata, el gas se mezcla con la cerveza alcanzando casi el mismo resultado que si hubiera sido tirada en un pub dublinés.
Cuenta el saber popular que la Guinness toma el color oscuro del Río Liffey que atraviesa Dublín pero, en realidad, su tono rubí se lo debe a las aguas del lago Tay en las montañas de Wicklow, conocido como Guinness por su color idéntico al de la famosa cerveza.

Pinta de Guinness en el pub The Rostrevor Inn.
El 17 de marzo Irlanda se viste de verde
San Patricio, aunque nacido en Escocia, peregrinó y evangelizó a Irlanda. Este país lo considera su patrón y año tras año recuerda el día de su muerte, un 17 de marzo, en tierras irlandesas. La conmemoración de esta fecha se ha vuelto uno de los eventos principales, si no el que más, de la Isla Esmeralda. Aunque ya existían los desfiles por San Patricio desde el siglo XVIII en cualquier parte del mundo donde habitara un irlandés, en 1931 se declaró fiesta oficial. Desde entonces cada año vienen a reunirse, sólo en Dublín, unas ocho mil personas que participan en un desfile temático de tres kilómetros, donde nunca faltan los recurrentes Conde Drácula (en honor al escritor irlandés Bram Stoker), y los gaiteros de las naciones celtas, gallegos, escoceses, galeses, irlandeses…
Otros miles les observan, ataviados de verde, el color de Irlanda por excelencia, vestidos de leprechauns (duendes) y con un trébol en el ojal, en honor a San Patricio que, dicen, se valía de las tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad.

Desfile de San Patricio en Dublín.
La catedral de San Patricio y la Guinness Storehouse se tiñen de verde como lo hacen el río Chicago, las cataratas del Niágara, Snow Village en Laponia, la Opera de Sydney, o la fuente de Cibeles de Madrid…
Sin embargo, la encargada de regar y alegrar la jornada es común para todos y no es otra que la stout Guinness. Esta cerveza negra corre por las barras de Dublín y por todos aquellos lugares en los que se brinda ese día por Irlanda. Dicen que se consumen unos trece millones de pintas en tan sonada ocasión.

Bar Gravity de la destilería Guinness.
Destilería Guinness
Irlanda y la cerveza Guinness están tan íntimamente ligadas que no se puede hablar de una obviando la otra. Hasta su anagrama es el mismo, el Arpa Celta que, siendo el escudo de armas del país, pasó a ser el emblema oficial de la República. Solamente les diferencia la posición del mástil recto a la izquierda en el escudo Guinness mientras que en el republicano el lado recto se sitúa a la derecha.

Destilería Guinness en Dublín.
Una ciudad dentro de otra era la descripción que se le daba en el siglo XIX al gigantesco recinto de la destilería dublinesa de Arthur Guinness en St. James Gate. Curiosamente la primera pinta no se probó en Dublín sino en el pueblo donde nació su promotor Arthur Guinness, Celbridge, en el pub que hoy atiende Mucky Duck.
La fábrica Guinness, donde trabajaban un treinta por ciento de los dublineses, pasaría en los siglos XVIII y XIX a ser uno de los mayores activos de Irlanda. Las ocupaciones varias de la fábrica incluían cazadores de ratones, relojeros, carpinteros y electricistas. Incluso las esposas de los trabajadores recibían en la fábrica lecciones sobre alimentación sana y recetas de cocina. Y todos y cada uno de los empleados del universo Guinness mayores de veintiuno tenían derecho –y casi obligación– de beber un par de saludables pintas servidas en uno de los tres ‘Taps’ (grifos) de la destilería. Aquellos cuyo trabajo requiriese especial desgaste físico podían disfrutar de una pinta extra, considerada como la más efectiva de las vitaminas. De hecho hoy en día el premio a la donación de sangre es una buena pinta color rubí rebosante de espuma.
Olivia es una dama inglesa, centenaria, que asegura que su longevidad radica en tomarse desde hace al menos ocho décadas una Guinness stout a diario. El regalo de su familia al cumplir 100 años fue una excursión a la destilería Guinness de Dublín.
La fábrica Guinness de hoy guarda la prestancia arquitectónica de antaño, honrando sus principios, y encierra en sus instalaciones lo último en cuanto a técnica se refiere. Su apariencia casi fantasmagórica protagoniza Dublín. Del edificio victoriano de ladrillo rojo surgen los enormes y redondeados recipientes color plata, la arquitectura vidriosa de los últimos años y el humo blanco que, al rezumar de los contenedores de aluminio, envuelve a la destilería y exhala un indudable aroma a malta.

Destilería Guinness en Dublín.
La Guinness tiene también una tienda donde vende desde camisetas hasta jarras de cerámica. Cuenta con el famoso libro de Records Guinness ideado por el coleccionista y director de la Destilería Sir Hugh Beaver en los años 50. Organiza un recorrido en el que se aprende todo sobre la cerveza tipo stout que adquiere este color oscuro al tostar la cebada. En cada planta hay barras de cerveza donde se comparte el secreto del escanciado.
Al llegar al último nivel, las paredes cristalinas de los trescientos sesenta grados del Bar Gravity ofrecen una inmejorable panorámica de Dublín, mientras se degusta la penúltima pinta de la visita rodeados de gente vestida de verde con un trébol en la solapa y un sombrero de copa, también verde. Y entonces se brinda, Sláinte, a la salud de Molly Malone, conocida también como ‘Cockles & Mussesls’ (Berberechos y Mejillones) mientras entonan la famosa balada irlandesa que habla de las venturas y desventuras de esta vendedora de pescado cuya estatua en la calle Grafton es una de las más cortejadas de Dublín.
El hechizo nocturno de Dublín
El barrio adoquinado de calles estrechas llamado Temple Bar acoge pintorescos pubs, tiendas de moda alternativa y mercados de comida y de libros. Es el lugar idóneo para terminar celebrando San Patricio en Dublín. Un hervidero de vida por donde deambula la juventud dublinesa, simpática y marchosa.

En la zona de The Temple Bar se sitúan los pubs más animados de Dublín.
La noche va cayendo sobre la ciudad. Los faroles iluminan los puentes. Se abren los teatros, la música de U2, The Dubliners, Enya, The Corrs, Sinéad O´Connor y de otros seductores artistas flota en el aire y se escucha en vivo en los pubs. Un enjambre vestido de verde formado por los habituales, y por los forasteros también, llenan las tabernas dublinesas y a golpe de Guinness, música y baile disfrutan del ambiente distendido y simpático que caracteriza a Dublín, especialmente en las celebraciones de San Patricio.
CONSEJOS ETHERIA
Cómo llegar
Iberia Express dispone de una frecuencia de seis vuelos semanales entre Madrid y Dublín.
Dónde dormir
• Trinity City Hotel. Goza de una situación inmejorable al lado del Trinity College, a dos pasos del puente O’Connell, centro neurálgico de la ciudad. Es un hotel muy cómodo con una decoración original y un encanto especial.
• Hotel Gibson. Está situado enfrente del O2 y del puerto de Dublín. Apenas a 15 minutos del aeropuerto, goza de unas instalaciones ultramodernas en las que se incluyen baños de lujo, gimnasio, y un restaurante Code Eatery donde saborear la mejor gastronomía irlandesa, como su excelente merluza y bacalao.
• El Trinity College durante las vacaciones de verano abre sus 800 habitaciones al público. Habitaciones para todos los gustos, desde muy sencillas hasta aquellas con más lujos y detalles.
Dónde comer
• The Church. En la atmósfera sosegada de una antigua iglesia del siglo XVIII, donde se casó Arthur Guinness con Olivia Whitmore, se encuentra este local. Ambiente, belleza, comida ligera en su bar, parrillada en la terraza y una cocina exquisita en su restaurante The Church Gallery. ¡Imprescindible!
• Ely HQ Gastro Pub. Restaurante de moda en la nueva zona de los Docklands, donde tomar copas y cocina contemporánea.
• The Queen of Tarts es una monada de local. De cuento, son sus sabrosas tartas de frutas del bosque, sus sándwiches de pavo, de salmón y su variedad de tés y cafés.
No te pierdas estos pubs
• O`Donoghue´s Pub para disfrutar de la magnética música irlandesa donde empezó a hacer sus pinitos el grupo de The Dubliners. Dublín.
• The Brazen Head. Data de 1198 y es el pub más antiguo de Irlanda. Famoso por su música en vivo y por sus pintas. Dublín.
• James Joyce Irish Pub para celebrar San Patricio en Madrid.
Fotos: Manena Munar/ Turismo de Irlanda