Si buscas el paraíso sigue estas indicaciones por la geografía de Armenia. Te llevarán al borde imaginario entre Europa y Asia donde afirman que existió el jardín divino del Edén. En este bello panorama situado más allá de las tierras cultivadas verás las raíces de una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Te damos 10 pistas para que si viajas sola o por libre sepas lo que no debes perderte.
Catedral de Zvartnots. 1. Entre ángeles celestiales Comenzamos este viaje en Armenia pisando un lugar con una energía especial. La catedral de Zvartnots parece salida de una película, su nombre significa “lugar de los ángeles celestiales” y desapareció hace un milenio, cuando apenas habían transcurrido 300 años desde que se construyera. No se sabe por qué misteriosa fuerza o motivo pero lo cierto es que sus ruinas no se descubrieron hasta el pasado siglo. Hoy sus arcos, prendidos del cielo en disposición circular –sustentaban la cúpula central, símbolo del firmamento– siguen luciendo majestuosos con los fragmentos de sus murales caídos a su alrededor. El que fuera un templo en forma de cruz griega de 45 metros de altura –de los más altos del mundo cuando se terminó– aún en ruinas es un marco legendario de las más ancestrales tradiciones arquitectónicas armenias.
Pan tradicional (o lavash) de Armenia. 2. Mujeres que hacen pan en Armenia Allá donde veas el tradicional pan armenio o lavash busca a un grupo de mujeres cerca. Ellas son las encargadas de preparar este fino pan tradicional con mucho esfuerzo y coordinación. La masa de trigo y agua una vez elaborada se reparte en bolas que después se van enrollando en capas finas sobre un cojín ovalado. Y después llega el espectáculo, cuando empiezan a golpearlo contra las paredes de un tradicional horno de arcilla cónico.
La labor en grupo de las mujeres favorece los vínculos sociales y hace más llevadero el trabajo de su elaboración. Basta media minuto para lograr su horneado despegándolo de las paredes calientes del horno. Se sirve con queso, carne o verdura y se come enrollando los alimentos. Puede conservarse en un lugar fresco de la despensa hasta seis meses. En las bodas los novios lo llevan sobre los hombros para invocar la fertilidad y traer prosperidad a la nueva familia. No en vano estás ante un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco desde el año 2014.
Templo Garni. 3. Adora al dios Sol Al borde de un acantilado, al fondo del que discurre el río Azat, se asoma el templo de Garni con su hechura que recuerda al Partenón. Cuenta con 2.000 años de historia y de ofrendas al sol, ya que fue erigido para adorar a Mihr, dios solar de las creencias zoroastristas. Aunque está reconstruido, verás sus piedras originales y te rendirás ante la imponencia de sus escaleras de acceso. Tiene unos altos peldaños solo accesibles a los sacerdotes cuando se practicaba el culto. En uno de sus pedestales –altares arcaicos de ofrenda– busca al Titán, dios de la mitología griega, que sujeta el templo sobre sus hombros.
Si acudes entre el 1 y 6 de agosto coincidirás con el Festival de las Rosas o Vardavar . La adoración a la deidad pagana Astghik encargada del amor, el agua y la fertilidad señala el final de la cosecha. Antaño la gente se rociaba de agua de rosas, hoy se refrescan con agua fría y salpican a otros en medio del ambiente festivo.
Centro de Artes Cafesjian. 4. Exploradora entre manuscritos y arte moderno ¡Allí está Botero!, Jaume Plensa del otro lado de la escalinata, y de la creativa Joana Vasconcelos podrás ver su tetera gigantesca. Te quedarás boquiabierta cuando contemples la notable colección de arte contemporáneo que exhibe el Centro de Artes Cafesjian (cmf.am). Es la fachada más contemporánea de Ereván , la capital armenia, y un moderno edificio. En forma de una espectacular cascada, que conecta el norte y el sur de la ciudad, exhibe atractivas exposiciones temporales en sus diversas salas y su colección permanente al aire libre.
El placer por reconocer el arte contemporáneo que tiene el anterior museo es tan admirable como el de Matenadaran. Un almacén de manuscritos –su misión y su denominación– donde persiste el empeño de salvar estos documentos, desde el año 405 cuando surgió el alfabeto armenio. Sus obras han sobrevivido a invasiones, guerras y confiscaciones soviéticas. Alberga una colección de 100.000 manuscritos , fragmentos y pergaminos amuleto únicos y de inestimable valor. Admira sus libros, viaja sobre su fascinante colección de mapas medievales y llévate de recuerdo un bálsamo real de su tienda. Es elaborado con plantas, que solo crecen en el altiplano armenio, y cochinilla, y sigue la receta contra el envejecimiento empleada por las mujeres nobles de la Edad Media.
Monasterio de Saghmosavank. 5. En la tierra prometida Una de las excursiones más bonitas desde Ereván te llevará, en 20 kilómetros, hasta el monasterio de Saghmosavank . Cuando llegues al pueblo de Ohenavan olvídate del coche para recorrer a pie el último tramo. Un antiguo sendero de 5 kilómetros que conduce hasta el monasterio medieval de los salmos. Así, a ritmo lento, cuando lo divises, te quedarás asombrada ante su silueta esbelta asomada al borde de la garganta del río Kasakh frente al volcánico monte Aragats , una de las cumbres más elevadas de Armenia con sus 4.090 metros. Fíjate bien en sus fachadas meridional y occidental, son las más espectaculares por las bellas decoraciones que cubren el templo dedicado a Zion, o la ‘tierra prometida’ donde estuviera la ciudad del rey David.
Plaza de la República de la ciudad de Ereván. 6. Donde todo comenzó. Los días que permanezcas en Ereván no dejes de acudir a la plaza de la República , uno de los lugares urbanos más animados durante la noche. Sube a la terraza de uno de sus restaurantes y disfruta de la hora bruja cuando empieza a iluminarse la plaza con un panorama privilegiado. Alguna tarde te conviene llegar a primera hora para destinarle algún tiempo al museo de Historia. Con cerca de 400.000 objetos vas a necesitar tiempo para hacer este viaje por la historia que ha acontecido en Armenia desde el Paleolítico. Explora su rico patrimonio arqueológico y déjate llevar por la etnografía que ha enriquecido la cultura armenia durante milenios con la miscelánea de civilizaciones –hitita, árabe, asiria, seléucida, persa, egipcia, romana y bizantina–, que han habitado esta tierra.
Monasterio de Geghard. 7. En busca de una legendaria lanza Apenas podrás creer que gran parte del monasterio de Geghard está excavado en las rocas de la montaña en el valle alto del Azat hasta que penetres en el interior de este conjunto monástico medieval. Lo componen pequeñas iglesias excavadas en el acantilado a cada cual más bonita. Sus paredes están cubiertas de bellas piedras conmemorativas o khachkars señaladas con bellos detalles grabados. Son magníficas esculturas surgidas después de la liberación armenia del dominio árabe. El monasterio fue lugar de peregrinación de los cristianos armenios por las valiosas reliquias que albergó, como la lanza que hirió a Cristo en la Cruz –de donde procede el nombre del templo– y que transportó hasta este lugar el apóstol Judas Tadeo.
Memorial del genocidio de Tsitsernakaberd. 8. Aprender de los errores Hay lugares donde los selfies no están de moda pero que hay que visitar durante un viaje para seguir creciendo como parte de la humanidad. Uno de ellos es la colina Tsitsernakaberd , en la ciudad de Ereván, donde se levanta el Memorial del Genocidio Armenio . Las golondrinas volando en gran número sobre el lugar le dan nombre y señalan donde, en la Edad de Hierro, existía una fortaleza. Son el gesto natural de que la vida sigue, como también simboliza la estela apuntando al cielo y las doce losas de basalto que representan los territorios perdidos envolviendo la llama eterna.
En un muro de 100 metros se grabaron los nombres de las víctimas de uno de los genocidios más desconocidos de la historia: entre 1915 y 1922 murieron miles de armenios durante la Primera Guerra Mundial. Lo más reconfortante son los árboles que estadistas de todo el mundo han plantado en los jardines para no olvidar tan cruento pasado.
Monasterio de Sevanavanq. 9. Al mar de Armenia Cuando alcances el más vistoso de los tres lagos que componían el mar de Armenia, estarás viendo el lago Seván . Un lago de montaña de los mayores del mundo alimentado por 28 ríos y arroyos. Estamos casi a 2.000 metros de altitud, en uno de los dos parques nacionales del país donde las aves son las estrellas de su naturaleza. Desde la península sobre la que se halla el monasterio de Sevanavank las vistas son magníficas. Este monasterio fue fundado en el Medievo por la princesa georgiana Mariam Bagratuni sobre un asentamiento árabe, aunque en el lugar las huellas humanas se remontan hasta el Neolítico. Estás en uno de los lugares de peregrinaje que más admiran los armenios, es donde empezó a difundirse el más ancestral cristianismo del mundo.
Monte Ararat y monasterio de Khor Virap. 10. Una montaña en la frontera Atravesando viñedos, cuando divises las nieves perpetuas del monte Ararat , habrás llegado a uno de los momentos más emocionantes del viaje. Con sus 5.165 metros es la cumbre sagrada para los armenios, donde está el Arca de Noé . Pertenece actualmente a Turquía y estamos apenas a un kilómetro de la frontera. Pero cuando alcances el fortificado monasterio de Khor Virap te olvidarás de la tristeza que sienten los armenios por su montaña. Te perderás entre la belleza de piedra del templo de San Gregorio el Iluminador, el impulsor de que Armenia sea la primera nación del mundo que se declaró cristiana. El santo estuvo encadenado, durante 14 años, en un pozo que puedes visitar en una de las esquinas del conjunto monástico.
✅ Si te interesa Armenia, también te gustará…
Descubre las 10 sonrisas persas de Irán .
Descubre la belleza de Georgia en 10 visitas increíbles .
Uzbekistán, el país de las mil y una noches .