Manena Munar, autora de ‘Todos los caminos llevan a Filipinas’. Los libros de Manena Munar, autora de ‘Todos los caminos llevan a Filipinas’ , siempre tienen algo de ella misma, de su trayectoria y de su personalidad. En esta ocasión, la escritora nos lleva a Filipinas, país donde residió muchos años, para sacar a la luz las hazañas de 20 mujeres que, aún en situaciones adversas, han sacado lo mejor de ellas mismas para ayudar a los demás o crear proyectos con los que mejorar la vida de la población local filipina.
Hemos hablado con Manena, integrante de Etheria Magazine desde sus comienzos, para que nos cuente cómo se gestó este libro y por qué es una obra que merece la pena ser leída.
1. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? Fue una petición de Pilar Tejera, la directora de Casiopea Ediciones , una editorial dedicada a la mujer en todas sus acepciones y cuyos libros, editados con esmero y cariño, se adentran en un variado y seductor universo femenino. ‘Todos los Caminos llevan a Filipinas ‘ forma parte de Caminos Casiopea , una colección que habla sobre mujeres generosas y valientes, anónimas en su mayoría, que hacen proyectos solidarios en países que suelen ser ajenos al suyo. Pilar se acordó de que yo había vivido varios años en Filipinas e incluso había escrito la novela de ficción histórica ‘Y Soplará el Amijan ‘ sobre las islas. Acepté encantada el encargo, y así comenzó la aventura.
Anna Balcells fundadora de Kalipay, hogar para niños maltratados. 2. Tu estancia y amistades en Filipinas han sido, por tanto, determinantes a la hora de afrontar la obra… Exactamente. Conozco a mucha gente y he sido testigo de esa cotidianidad que expreso en el libro, el día a día del pinoy (como se llama cariñosamente al filipino de a pie). En mis muchos años en Filipinas, país al que quiero como mío, he observado y aprendido su forma de vivir, de sonreír y de afrontar los desastres que a menudo les sobrevienen. Como también a disfrutar de su excelsa naturaleza y a valorar cada instante.
3. ¿Cuál es el objetivo de descubrir las historias de este grupo de mujeres? El objetivo es destacar la labor de un variado grupo de mujeres que son misioneras, empresarias, científicas, artistas… todas ellas anónimas, que han decidido emprender un camino vital que prioriza la solidaridad con los demás y con el medioambiente . La idea de Casiopea, desde el principio, me pareció importante, y, mucho más, según iba entrevistando y conociendo a las protagonistas.
Este grupo de mujeres juega un papel primordial en la sociedad sin hacer ningún alarde de ello, sin que nadie lo sepa.
Nuria Díez siempre soñó con lugares lejanos y su sueño se convirtió en realidad. 4. ¿Cómo se seleccionaron las protagonistas y sus historias? ¿Se quedaron otras en el tintero? Al escoger las protagonistas quise escribir sobre mujeres que representaran los diferentes ámbitos que más ayuda necesitan en el archipiélago. No cabe duda de que se quedaron muchas en el tintero, y habrá muchas más que seguirán luchando por un mundo mejor en el más completo anonimato.
Al menos, las veinte escogidas sirven para dar a conocer la generosidad de algunas mujeres y el enfoque que hacen de sus vidas . En el capítulo de misioneras y empresarias su labor principal está dedicada a la infancia que desgraciadamente sufre de maltrato y abuso en algunos barrios de Filipinas.
Aunque la fértil tierra tropical filipina y su mar fecundo sufren los efectos del cambio climático, también se puede tratar de canalizar, de una forma coherente con el medio y con sus habitantes, para que dé más frutos sin sufrir daños. En el libro se incluyen algunas mujeres que dedican su tiempo a este menester. Las artistas también tienen un papel primordial denunciando y animando con su arte los puntos débiles y los fuertes de la sociedad.
Marilou Dillinger colabora en la isla de Mindanao con Médicos sin Fronteras, y Carolina Unzeta ha estado 7 años en varios proyectos por las laderas del volcán Mayón (Luzón). 5. ¿Te costó mucho encontrar los perfiles más adecuados o contactar con ellas? Sí, me costó. Primero tuve que pensar en los perfiles, luego buscar a las protagonistas y, más tarde, encontrar la forma de ponerme en contacto con ellas. Una vez establecida la comunicación fue coser y cantar. La idea les encantó y han colaborado con mucho cariño y eficiencia a la hora de enviarme su información, fotos y datos –en plena pandemia–.
Son personas maravillosas, acostumbradas a lidiar con lo imposible, con lo que su relación conmigo fue encantadora y su seriedad impecable.
Valeria Cavestany se vale de sus pinturas para poner su granito de arena en el cuidado sanitario de los artistas filipinos. 6. ¿Cuánto tiempo has estado documentando el libro? He estado prácticamente un año documentándome. La ayuda de mis amigas en Filipinas, la Oficina Cultural de la Embajada Filipina en Madrid , el Instituto Cervantes de Manila , y Médicos sin Frontera s ha sido imprescindible a la hora de encontrar a las mujeres que llenan las páginas del libro.
Empecé a escribirlo antes de la triste llegada del Covid-19. De hecho, fue cuando conocí a Menene Gras , Directora de Cultura y Exposiciones de Casa Asia y de Asian Film Festival Barcelona , quien me ha hecho el enorme favor de prologar el libro. Luego, como bien sabéis, se paralizó todo. Aún así, seguí escribiendo, tiempo había, y fue en julio cuando se retomó la actividad, finalizando los pormenores hace un mes.
Camila Escat y Natalia Ferraren viven en Madrid y cada verano lo pasan en la fundación negrense de Kalipay, ayudando a su fundadora Anna Balcells. 7. ¿Crees que es necesario visibilizar la labor de la mujer en todos los ámbitos o en alguno en particular? Por supuesto. Creo que hay que hacerlo en todos los ámbitos, e insistir en algunos en los que su labor está cogida con alfileres, y a punto de desprenderse a la mínima. Esto me recuerda el capítulo del libro que habla sobre la historia de Cherrie Atilano , ingeniera agrónoma y fundadora de AGREA. Ella ha dedicado su sapiencia a enseñar a las mujeres de las aldeas en la isla de Negros –donde crece la caña– a sacar el mayor partido de la tierra. Cherrie nos cuenta como al participar en las reuniones de hombres agricultores (de toda la vida) la miraban como a una extraterrestre y tuvo que luchar para afianzar su puesto en el Comité y en la Comunidad.
Teresa Barroso voló de su Lisboa natal a Filipinas donde ha encontrado su lugar en el mundo. 8. De todas las historias que narras, ¿cuáles son las tres que consideras más inspiradoras? Una de ellas sería Maruxa Pita , la llamada madre Teresa de Filipinas. Es una mujer ya mayor, misionera teresiana, y muy conocida en Filipinas por su labor filantrópica, en la que va incluida la enseñanza de Ciencias y Matemáticas en la Universidad de Poveda, sus muchos años de Directora de la Casa de la Cultura en Manila –antes de que se instaurara el Instituto Cervantes– y como fundadora de Makabata , un hogar para los niños de la calle.
En segundo lugar, la historia de Len Cabili también me encantó. Su padre tenía una tienda de ropa y ella, tras diversas y no tan buenas circunstancias que podéis conocer en ‘Todos los Caminos llevan a Filipinas’, decidió empezar un negocio de moda cuya base fueran los diseños tribales del país. Leonor (Len) se adentra en la jungla con una tela blanca donde los artistas de las tribus más perdidas de las islas vuelcan su creatividad . Ella vuelve a la “civilización” para confeccionar modelos exclusivos, espectaculares, de cuyas ganancias una buena parte revierte en el artista tribal.
Len Cabili va a las tribus con una tela en blanco que decoran los artistas tribales. Y, por último, Anna Balcells que creció entre Barcelona y la isla de Negros. Su fundación negrense de Kalipay merece toda mi admiración y respeto. Lo que empezó como una pequeña casa para niño maltratados, hoy se compone de varios hogares donde viven desde que son bebés hasta que llegan a la Universidad. Estos niños, nacidos en las condiciones más paupérrimas, han encontrado en Kalipay una tabla de salvación.
9. ¿Qué barrera tuvieron que derribar estas mujeres para ganarse la confianza de la mujer filipina? En Filipinas la mujer lleva las riendas de todo. En las aldeas trabajan, organizan la casa, los niños, y muchas veces emigran para mandar un sueldo a casa. Sin embargo, siguen teniendo el concepto de que la última palabra la tiene el hombre. Las mujeres del libro son independientes y les cuesta convencer a la mujer “pinoy” de que ella pueda serlo también . Poco a poco se integran en sus vidas, agradeciendo esa amabilidad natural que les abre su casa y su familia, y logran que den pequeños pasos que van cambiando la forma de enfocar su papel en la familia, en la sociedad.
Marisa González, artista audiovisual y creadora del vídeo ‘Ellas, filipinas sobre la emigración filipina en Hong Kong que los domingos toma, literalmente, la ciudad. 10. ¿Cuál crees que ha sido, a nivel personal, la mayor enseñanza que has obtenido al preparar el libro? Mi admiración por ellas crecía día a día, y también la certeza de lo efímero de la existencia y la necesidad de pertenecer a un todo en el que está incluida la solidaridad con los demás. Me pareció increíble que vivamos cada vez más separados de una realidad paralela a la que la mayoría de las veces cerramos los ojos.
Observé cómo las veinte protagonistas del libro se sienten tranquilas y en armonía con la vida, sin ese famoso estrés que caracteriza a nuestro acelerado sistema.
‘Todos los caminos llevan a Filipinas’, de ediciones Casiopea. 11. Por último, ¿por qué aconsejarías a nuestras lectoras leer ‘Todos los caminos llevan a Filipinas’? Al leerlo se encontrarán con mujeres muy afines. Podrían ser ellas mismas, sus primas o sus amigas. Una infancia parecida, unos sueños probablemente comunes, que en su caso derivaron en una trayectoria dura pero satisfactoria para los demás y para ellas mismas.
Dónde comprarlo El libro se puede adquirir en versión digital o edición impresa.