Un viaje por el Valle del Loira te brinda algunas de las experiencias más sorprendentes que se pueden vivir en territorio francés. Entre ellas, una vivencia multisensorial en el Festival de Jardines de Chaumont-sur-Loire. En este itinerario paseamos entre flores y castillos antes de brindar con un cóctel Kir Royal. ¡Qué más se puede pedir! Castillo de Chaumont-sur-Loire. © Pedro Grifol La región Centro-Valle del Loira es conocida por tener los castillos más espectaculares de Francia; pero el territorio que atraviesa el río más largo del país –el Loira– no constituye una zona en la que solo podemos visitar châteaux , sino que cuenta también con una importante tradición en el diseño de jardines, un verdadero placer para la vista; y en el savoir faire francés respecto a vinos y productos gourmet, una enriquecedora experiencia para el paladar.
Festival Internacional de Jardines, utopía artística Anualmente (entre abril y noviembre) se celebra en el Dominio de Chaumont-sur-Loire , en pleno corazón de los paisajes culturales del Valle del Loira, el Festival Internacional de Jardines, un evento con triple identidad –patrimonial, artística y jardinística– que convierte al lugar en uno de los sitios más atractivos para visitar en vacaciones.
Algunas piezas del Festival de los Jardines de Chaumont-sur-Loire. © Pedro Grifol Te proponemos un viaje en coche de 5 o 6 días para que puedas pasar (por lo menos un par de días) visitando las numerosas instalaciones artísticas ubicadas en plena naturaleza aledaña al dominio del castillo de Chaumont-sur-Loire, además de la obra de reconocidos artistas plásticos expuesta en los recintos interiores del propio château . Este año están representados importantes creadores de renombre internacional de la talla de Klaus Pinter, Sheila Hinks, Pascal Convert o Paul Rebeyrolle; y también del español Miquel Barceló. No es una feria de arte… pero es una representación de lo más florido del arte contemporáneo. Si no conoces a los artistas más mediáticos del momento… ¡razón de más para ir! La cultura no ocupa lugar.
Festival de los Jardines de Chaumont-sur-Loire. © Pedro Grifol Pero, sobre todo, este viaje en coche por el Valle del Loira permite sumergirse en la magia creativa de los diseñadores de jardines. Esto constituye el plato fuerte del evento, y algo que solo podemos ver aquí, in situ… solo este año hasta el 7 de noviembre . El tema de la edición 2021 gira en torno al biomimetismo, es decir: Poner a la naturaleza en el centro de los proyectos humanos, porque el mensaje es que todo está en la naturaleza, auténtica fuente de inspiración… Lo que también podíamos llamar “química verde”.
Todo un universo plasmado a través de proyectos ajardinados que nos conducirán a cuestionarnos el futuro del planeta, y nos producirá una intensa emoción visual. Baste enunciar algunos de los poéticos nombres con los que los magos paisajistas han denominado sus propuestas: ‘El valle de las brumas’, ’El jardín camaleónico’, ‘Mosaico mimético’ o ‘El río de los tulipanes claros’. Si vas, lo recordarás siempre.
Calles de la ciudad de Blois. © Pedro Grifol Castillos del Loira, megalomanía real Ante todo, tenemos que felicitar a los equipos que han diseñado los llamados ‘histopad ’, las tablet audioguía que nos sirven de cicerone en cada castillo. Gracias a las recreaciones escenificadas en pantalla nos hacemos la idea de cómo eran los aposentos, salones o cocinas de la corte. Excelentes acompañantes virtuales. La técnica al servicio de la cultura.
Los reyes franceses, que eligieron el Valle del Loira como lugar de residencia durante el Renacimiento, construyeron tantos castillos que no tenemos otra opción que seleccionar algunos de los más sobresalientes para la visita… y para nombrar algunas de sus curiosidades.
Castillo del Blois, interior, exterior y vistas, y retrato de la reina Claudia ataviada con ropaje color ‘ciruela claudia’. © Pedro Grifol Castillo de Blois Como los castillos están muy cerca el uno del otro, no hace falta seguir ningún orden en el recorrido. Así, por ejemplo, en el castillo de Blois veremos cuatro estilos arquitectónicos reunidos en un solo patio donde cada noche sus muros cobran vida mediante proyecciones que dejan al descubierto las más extravagantes intrigas cortesanas. Desde el Borbón francés Felipe IV ‘el Hermoso’ hasta Francisco I (y su esposa la Reina Claudia) desfilan en un espectáculo 360º de luz y sonido (*entradas ).
¿Sabías que la Reina Claudia de Francia, dio nombre a las ‘claudias’, esas dulces ciruelas verde-amarillentas?
Castillo de Chambord, en el Valle del Loira. © Pedro Grifol Castillo de Chambord La obra de ingeniería por excelencia es el castillo de Chambord , fruto de la colaboración entre los mejores arquitectos franceses e italianos de la época. Construido por Francisco I en 1519… llegó a dominio privado del conde de Chambord, último descendiente de los Borbones en 1821. Un siglo más tarde fue comprado por el Estado francés.
Más que un castillo desde el que se gobernaba fue una residencia de caza. La sala de los cazadores tiene curiosidades merecedoras de comentario: un ciervo disecado luce una gran cruz de madera en la cabeza. La leyenda cuenta que San Huberto –o Humberto–- (patrón de los cazadores) se encontraba cazando en un Viernes Santo y un venado le miró fijamente dejando ver, entre la cornamenta, un gran crucifijo resaltado por luminosos rayos. Seguidamente, se escuchó una voz: “Huberto, si no llevas una vida santa, irás al infierno”. Final imprevisible.
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Sala de Caza del castillo de Chambord. © Pedro Grifol ¿Os habéis fijado en la etiqueta del licor de hierbas Jägermeister? Pues ahí veréis un ciervo que os mira… y la cruz resplandeciente.
Castillo de Amboise Precisamente en la capilla de San Huberto, edificio románico del siglo XI, reposan los restos de Leonardo da Vinci. La capilla se encuentra dentro del dominio del castillo de Amboise que, a su vez, está integrado en pleno casco urbano protegido por una alta muralla.
Cuando os cuenten las guerras de religión que tuvieron lugar en Amboise, no podréis apartar la mirada de la gran muralla, porque allí fueron colgados ‘los malos’ para que sirvieran de ejemplo.
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Castillo de Amboise. © Pedro Grifol Castillo de Chenonceau Terminamos la visita en el castillo de Chenonceau , el ‘castillo de las damas’, el castillo elegante… el castillo de postal; y donde aparte de ver gabinetes aterciopelados, suntuosos aposentos y salones coloridos, podemos ver las espléndidas cocinas, con decenas de brillantes pucheros y cacerolas de cobre, con ganchos para colgar la caza y los tajos para descuartizarla. El hilo conductor de la visita a la fortaleza es la ornamentación floral de todos los recintos (incluida la cocina). Asombroso.
Castillo de Chenonceau. © Pedro Grifol El castillo también posee una bodega histórica del siglo XVI, donde sus sucesivos dueños han elaborado, cada uno en su momento, prestigiosos caldos. En la actualidad podemos degustar –y comprar– un Sauvignon Blanc; un tinto (70% côt + 30% Cabernet Franc); y una rareza denominada tranquille-demi sec , elaborada con uva Chenin 100%, al que han llamado Millésime EDITION MEDICIS 2018.
Vídeo para aprender a hacer el cóctel Kir Royal (clic en la imagen) El aperitivo francés A tres kilómetros de Chenonceau, a pie de carretera, es ineludible hacer una parada para visitar la última destilería artesanal de la región . Se trata de Girardot , donde Herri-Pierre Girardot continúa elaborando crèmes , aguardientes y licores que empezara su abuelo en 1900.
El marco es excepcional, porque es una cueva excavada en la roca con sala de degustación decorada con mesas y sillas de los años setenta. Allí, el autor de este artículo tuvo el honor de preparar para su canal en YouTube: Grifol’s (clic en la imagen superior) el clásico cóctel francés preparado con champán y crème de grosellas negras, que se llama kir. En este caso fue un Kir Royal, para hacerlo sigue los pasos del vídeo: verter en una copa flauta 10 ml. de Crème de Cassis Girardot y completar con 90 ml. de Sauvignon Blanc-Extra Brut, un excelente pétillant de la bodega de los cultivadores de burbujas finas Escher & Thomas . ¡Salud!
Restaurante Les Banquetes Rouges, y magret de pato de Chez Bruno. © Pedro Grifol Valle del Loira | Guía Etheria Qué comer en el valle del Loira Estamos en una región francesa donde, si bien algunos de los llamados ‘restaurantes gastro’ no están operativos por motivos del COVID, encontraremos multitud de bistrós donde la comida es excelente, abundante y a buen precio. Recomendamos no salirse de los clásicos productos de la zona porque tienen algunas joyas gastronómicas que no debes perderte (y compararlas), como son: de primero, el foie gras , que puede presentarse marinado con vainilla, con vinagre de fruta de la pasión o con chutney picante (por ejemplo); de segundo, el agneau (cordero) asado con mantequilla (estamos en Francia) y con legumbres confitadas, con patatas fritas o con patatas gratinadas con queso de cabra –¡cañonazo!–; y tercero, de postre, cualquiera de las modalidades de crème brûlée (flan), que puede ser con chocolate negro, con helado de menta, con café, con mermelada de cereza…
Si te alojas en Blois, no dejes de ir a cenar a Les Banquetes Rouges , ‘restaurant de passion’. Y cuando pases por Amboise, te espera el restaurante Chez Bruno , frente al castillo, que te sorprenderá por su carta de vinos ya que tienen su propia bodega. Bueno y barato, y bueno también para experimentar nuevos caldos franceses.
Hotel La Maison du Carroir, en Blois. © Pedro Grifol Dónde dormir En Great Small Hotels encontrarás una buena selección de hoteles con encanto, pero recomendamos hospedarse en la ciudad de Blois como punto equidistante para visitar los castillos. Además, si tienes oportunidad de reservar alojamiento en La Maison du Carroir será un privilegio. Se trata de una antigua mansión situada en el centro de la ciudad, reformada con gusto exquisito; repleta de detalles nostálgicos y con habitaciones amplias. Es un lujo no a precio de lujo (120 €. la habitación doble). Un hotel para el recuerdo. Reserva sin pensarlo porque solo tiene 4 habitaciones.
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