Si hay algo que ha puesto de manifiesto la pandemia es que necesitamos a los otros. A medida que superamos la Covid-19, surge la imperiosa necesidad de volver a pertenecer a algo. Las Jamming sessions son uno de esos espectáculos que nos permiten volver a estar presentes. Jamming es una compañía de teatro, pero también es una escuela de improvisación y, sobre todo, es una gran familia en la que el público es cocreador de la función. Que suba el telón. Jamming, teatro de improvisación y escuela. -Me han hablado de un teatro de improvisación, un espectáculo, se llama Jamming. ¿Tú crees que podría ir?” – “Oye, esto está lleno de grillos”. – “No son grillos tío, son personas que fueron a ver Jamming”. – “¡Me voy a ver Jamming!”
Y así, la improvisación puede seguir hasta el infinito.
Cuando por fin parece que vamos dejando atrás la pandemia, vuelven los eventos presenciales y, con ellos, el teatro. “Se nota que la gente está con muchas ganas”, dice Juanma Díez, uno de los integrantes de Jamming. Su compañero, Lolo Diego, relaciona esta vuelta a los escenarios “con volver a pertenecer y estar presentes”. Es ahora cuando nos damos cuenta de lo que necesitamos a los otros.
Jamming es compañía, de teatro y de improvisación . “Empezamos a usar la palabra más de teatro de improvisación porque con nuestro bagaje actoral apostamos por un espectáculo lo más teatral posible”, explica Lolo Diego . Se trata, eso sí, de “un teatro muy vivo que disuelve ciertos prejuicios fundados en un teatro un poco acartonado”, aunque también propone estilos clásicos. El actor reconoce que, al principio, improvisar era cómodo para no estudiar pero, además, “la improvisación permite también ser guionista y te da más libertad creativa”, asegura.
Lolo Diego, del grupo teatral Jamming. Juanma Díez , por su parte, descubrió la improvisación tras sufrir una rotura de fibras haciendo acrobacias. “Me fascinó”, dice. Para él la improvisación “es un lugar para divertirte mucho, porque es fácil entrar a jugar. Al principio, la interpretación requiere un trabajo más elaborado pero una vez que conoces las reglas, ya puedes jugar”.
El público participa en el espectáculo En Jamming, el público es cocreador del espectáculo entero. La interacción no es solo durante la función. Aunque no vayas a verla, puedes participar del espectáculo por redes sociales. “La gente participa en la medida en que quiere, desde el respeto. No se hace humor a costa de nadie”, aclara Lolo. Tampoco se limita a la elección del título. A veces, la gente también propone estilos diferentes. “Preguntamos más allá del espectáculo y la gente sugiere”, explica Juanma, que reconoce que “aceptamos todo y lo elaboramos a nuestra manera, aunque hay cosas que no hacemos”.
Juanma Díez, actor de las Jamming sessions. “Hay gente que viene mucho” Lolo relata cómo un chico de Bilbao les propuso una función de 20 minutos porque quería pedir la mano de su chica, “pero lo redujimos a 6 o 7 minutos, incluyendo una conexión en directo con Filipinas”. El próximo sábado, por ejemplo, tienen una pedida de mano y han llegado a tener hasta tres sobre el escenario. “Jamming no sólo es un espectáculo sino una forma de ver la vida, una manera de vivir” y eso se nota, porque el público es fiel. “Igual que voy al cine voy a Jamming ”, dice Lolo.
“Hay gente que viene por primera vez y otra que viene mucho”, hasta 40 veces ha repetido alguna persona. “Ayer mismo, en el aeropuerto, nos encontramos a uno que dice que nos ha visto más de 10 veces”. Y así cada fin de semana. “Una vez vino una familia entera con las tres generaciones. También tuvimos una nieta que le regaló las entradas a su abuelo y eso resume cómo, sin pensarlo, el espectáculo abarca todas las edades”.
Un público que incluso se integra en la escuela Entre el público también hay gente que se integra en la escuela y algunos incluso ya han formado parte de la compañía en algún momento. “Tenemos algún caso que ha acabado actuando con nosotros, aunque la escuela no está pensada para eso”, explica Lolo, que nos cuenta cómo nació la escuela, que lleva casi tanto tiempo como la compañía. “Lo veíamos con mucho respeto y ya llevamos 15 años dando clases”.
Paula Galimberti, integrante de Jamming . “Yo lo veo como un aprendizaje para mí también”, dice Juanma. “Te permite especializarte en propuestas que te retroalimentan mucho a ti. Yo me reciclo mucho en las clases. Me motiva, me hace aprender cosas nuevas y cada vez viene más gente con experiencia. Estás en constante aprendizaje”. En cuanto al alumnado, “en su mayoría es gente que nos ve y le apetece entrar en esta locura”, explica. “Tengo alumnos que llevan 5 años conmigo”. Lo bueno de la escuela es que te da más tiempo de conocer a la gente. “Hay alumnos que son amigos”.
Llevan ya casi 20 años en escena y el ánimo no ha decaído con el paso del tiempo, todo lo contrario. “Todavía tenemos esas ganas y ese hambre”, asegura Juanma. “Pienso que no llevamos tanto tiempo”, dice Lolo, que reconoce que “te tiene que apasionar” para seguir con lo que haces. Ahora más que nunca, cuando la pandemia de COVID parece un mal sueño, “vamos a celebrar ser los creadores, todos ‘junting’, cada uno desde su individualidad”.
María Miret entrevista a Juanma Díez y a Lolo Diego. Dónde y cuándo asistir a las Jamming sessions Si quieres asistir a uno de sus espectáculos de improvisación, puedes hacerlo en el Teatro Maravillas (c/ Manuela Malasaña, 6. Madrid) los viernes y sábados, además de otros días sueltos. Consulta la agenda completa del teatro (enlace anterior).
90 minutos de risas garantizadas desde 13 euros. De momento, estarán hasta el 11 de diciembre de 2021.
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