Si has decidido pasar un fin de semana en Madeira, te recomendamos dedicar al menos 48 horas a recorrer su capital. En este artículo te contamos qué ver en Funchal para descubrir su perfil más auténtico, sitios de interés, museos, mercados, dónde comer… Sólo te podemos decir que te va a sorprender. Jardines Tropicales de Monte Palace, en Funchal. © Pedro Grifol Si planeas una escapada a Madeira para tener tu primer contacto con la isla, te proponemos un recorrido por lo mejor de Funchal, su capital. No tiene por qué ser un paseo ‘a la carrera’, lo esencial de Funchal se ve mejor en un paseo sosegado (palabra que en portugués es igual), que es la mejor manera de empaparse de su encanto.
Lo primero que hay que saber es que ahora hay vuelos directos a Madeira pero comprueba si siguen vigentes cuando vayas a viajar. Naturalmente, para saber cuánto cuestan, hay que navegar por Internet. No hay otro remedio ni consejo. Los consejos te los damos a continuación: ¿Qué te recomendamos ver en Funchal? La mayor ventaja de esta lista es que, sean cuales sean tus gustos, descubrirás cosas que no habrás visto nunca.
Qué hacer en Funchal, visitas imprescindibles: 1. Zona Velha (casco antiguo de Funchal) . 2. Mercado dos Lavradores . 3. Subir al Monte . 4. Los jardines de Monte Palace . 5. Los carreiros do Monte . 6. Paseo en barco privado . 7. Museo de Quinta das Cruzes . 8. Museo CR7 de Funchal . 9. Vamos a la playa de Funchal . 10. Probar el vino de Madeira . 11. Qué comprar en Funchal. 12. Dónde comer en Funchal: restaurantes recomendados .
1. La Zona Velha El casco antiguo de Funchal se llama Zona Velha (zona vieja). Antaño ruinoso y descuidado y ahora convertido en visita con carácter gracias a sus bares, restaurantes, galerías de arte y la proliferación de tiendas curiosas. Si te apetece, pregunta por la panadería Mariazinha Padeira , te contarán la historia entrañable de la familia y podrás probar tu primer bolo do caco (pan de ajo).
En este barrio, la calle emblemática es la Rua de Santa María . Es muy estrecha, y las mesas de las terrazas veraniegas contribuyen a ello todavía más, pero hay que abrirse camino entre turistas y lugareños porque tenemos que hacer fotos de las puertas de las casas ya que están pintadas y decoradas por artistas locales. No son grafitis, son verdaderos cuadros que le dan un punto muy personal a la calle. De día, el ambiente del barrio está animado… y de noche más.
Calle de Santa María, en la Zona Velha de Funchal. © Pedro Grifol 2. Mercado dos Lavradores Situado en pleno centro de la ciudad. Te asaltarán los colores y olores. Prepara los sentidos porque el Mercado dos Lavradores te sorprenderá. Exóticas frutas que no has visto nunca; por cada fruta que reconozcas, habrá otra que no. Tamarillos, papayas, platanitos dulces y muchas variedades de maracuyás. También las flores son parte de la explosión colorida. Por si fuera poco, algunas funchalesas van ataviadas con ropas tradicionales que, naturalmente, son también de colores.
Contrastan con la alegría cromática los pescaderos empleados en manipular a unas criaturas negras y largas como una espada, de afilados dientes y grandes ojos que, menos mal que no nos ven, porque son terroríficos. Se trata del pez espada (nada que ver con el que nosotros conocemos por ese nombre); un animal que vive a 1.000 metros de profundidad atlántica y que es muy preciado en los fogones madeirenses. Hay que probarlo.
Mercado dos Lavradores. © Pedro Grifol 3. Subir al Monte Todo turista que se precie tiene que subir en teleférico hasta el Monte –¡nunca mejor dicho!–, porque así es como se llama la colina que queda por encima de la ciudad a 550 metros sobre el nivel del mar. En la estación del parque Almirante Reis, en la Zona Velha, se compran los billetes para realizar el trayecto de 3 kilómetros, que se cubre en 15 minutos y que nos conduce al disfrute de unas vistas espectaculares sobre Funchal. Tened en cuenta que la temperatura en el Monte es más baja, así que es recomendable llevar ¡cuando menos! una chaquetita vaquera. Nada más salir del teleférico, en la terraza del restaurante El Pátio das Babosas puedes degustar un filete de ese pez tan raro que has visto en el Mercado de Lavradores. Se pide así: Filete Espada Grelhada com molho vinho e alhos acompañado com batata e legumes (15 €.). No pierdas la oportunidad.
Teleférico que sube hasta el barrio de Monte. © Pedro Grifol 4. Los jardines de Monte Palace En la visita al Monte lo más recomendable es dar un largo paseo –¡todo lo largo que tú quieras… porque hay mucho que ver!– por los Jardines Tropicales de Monte Palace (12.50 €). Son unos jardines botánicos de gran tamaño dispuestos en las laderas que rodean el antiguo hotel Monte Palace, construido en estilo renacentista a principios del siglo XX. Hay plantas medicinales, cactus gigantescos, orquídeas… todo tipo de vegetación exótica. También cuenta con un jardín japonés, con puentes, cascadas, pagodas y estanque con carpas. Al final del recorrido encontrarás una magnífica colección de minerales y un museo de arte africano (Paixáo Africana). No tengas prisa.
Jardines Tropicales de Monte Palace, en Funchal. © Pedro Grifol 5. Los carreiros do Monte La bajada de Monte se hace de una manera única… por lo inusual. Es una de las experiencias peculiares de Madeira. Unos hombres –llamados carreiros – ataviados de blanco, con sombrero canotier y zapatones de goma, se dedican a bajar a los turistas en cestas de mimbre a toda velocidad por una empinada cuesta hasta la zona de Livramento. El atractivo consiste en que los carreiros te empujen calle abajo. Nueve o diez minutos de vivencia temeraria. Dos personas: 30 euros . Sin miedo. Si quieres saber el origen de este medio de transporte, nos remontamos a su historia: en el siglo XIX, estos carros de mimbre eran utilizados por los comerciantes para descender más deprisa del Monte a la ciudad y transportar mejor sus mercancías. Ahora solo es una atracción turística.
Carreiros do Monte, una de las actividades más demandadas en Funchal. © Pedro Grifol 6. Paseo en barco privado Ver Funchal desde el mar es algo que debes experimentar. Desde el Clube Naval do Funchal parten los veleros de Happy Hour que te llevan a ver el amanecer y después te sirven el desayuno en el barco frente a un acantilado. La travesía merece la pena porque no se trata de una vueltecita en barco con un grupo de turistas con chaleco salvavidas, se trata de una apacible travesía ‘a cámara lenta’ para que veas, además del alba, como el sol va iluminando el perfil de la ciudad y cómo el verde de la montaña va cogiendo color. Una verdadera navegación en yate de ricos. Eso sí: tendrás que madrugar.
Paseo en velero por Funchal. © Pedro Grifol 7. Museo de Quinta das Cruzes Si te apetece ver una mansión llena de antigüedades de todo el mundo, tienes que visitar el Museo de Quinta das Cruzes , un ejemplo perfecto de una antigua casa señorial de Madeira. Tiene un jardín tranquilo con románticos senderos que te transportarán a la época de cuando sus adinerados propietarios solo hacían que pasear al rumor de las cascadas y no hacer nada. Tú, como estás de vacaciones, haz lo mismo. Déjate llevar por ‘pasear sin hacer nada’.
8. Museo CR7 Este es ‘el otro museo’ que hay que ver en Funchal; porque (si no lo sabías) el funchalense más famoso del mundo es el futbolista Cristiano Ronaldo . La municipalidad de la isla no solo ha rebautizado el aeropuerto con su nombre, sino que también le ha dedicado un museo, llamado Museo CR7 . Por 5 € verás la mayor cantidad de oro de la isla ¡en forma de balón, botas y medallas! En la tienda del museo no solo encontrarás camisetas y llaveros, también hay vino de Madeira ‘marca Cristiano Ronaldo’. Inefable.
Museo CR7 de Funchal. © Pedro Grifol 9. Vamos a la playa Funchal ofrece a todos sus visitantes varias playas: Praia Formosa, Praia Sáo Tiago, Praia do Gorgulho y el llamado complejo playero de Barreirinha, que está situado cerca del casco antiguo de la Zona Velha. Algunas son de arena oscura y piedrecitas (grandes y pequeñas), pero en todas la calidad del agua está certificada con bandera azul y tienen un equipo de socorristas siempre alerta. Hay que reconocer que está bien organizado. Muchas playas cuentan con centro médico, guardería, vestuarios, bares y algunas zonas para practicar deporte. Así que, si te apetece darte un baño en las fresquitas aguas del Atlántico, también tienes la oportunidad.
Playa de Funchal. © Pedro Grifol 10. El vino de Madeira El vino ocupa un lugar importante en Madeira… porque seguro que has oído hablar del Vino de Madeira. En el monasterio de San Francisco, ahora convertido en la bodega Blandy´s Wine Lodge se elabora uno de los vinos más prestigiosos de toda la isla. Si te gusta el vino no dejes de visitar este lugar. Es la bodega más antigua de Madeira y su vino ha recibido muchos halagos… ¡Shakespeare lo elogia en una de sus obras! La bodega brinda la oportunidad de descubrir esta tradición enológica, además de poder degustar, entre barriles centenarios, algunas de sus diferentes añadas. Disfrutarás de un rato realmente agradable. Consulta su web para saber los horarios.
Calle comercial del Dr. Fernáo de Ornelas. © Pedro Grifol 11. Qué comprar en Funchal Te damos algunas ideas. Funchal tiene algunas exquisiteces comestibles autóctonas que merece la pena conocer. Uno de los dulces típicos es el bolo de mel . Se hace con melaza de caña de azúcar, harina, especias, hierbas aromáticas y frutos secos. Un ‘cañonazo’ incluso para los más golosos (a tu abuela le va a encantar). Lo venden en la Fábrica de Santo Antonio , un establecimiento, fundado en 1893, con mucha historia ¡y con mucha clientela! También se ha puesto de moda un producto mucho más reciente que también merece la pena probar. Son los bombones de UAUcacao . A gozar con el bombón de pistacho, vino de Madeira, fresa, mandarina, maracuyá… Algo tradicional (no comestible) son las mantelerías bordadas, la ropa de cama o de bebé…
El bordado artesanal de Funchal es algo único. Visita el taller Bordal y conocerás una de las tradiciones más auténticas de Madeira. Igual compras unos patucos.
Patucos del taller de Bordal en Funchal. © Pedro Grifol 12. Dónde comer en Funchal: 3 restaurantes de moda… ¡y 1 imprescindible! Las tendencias es lo que tienen, hay que comer ‘a la moda’, es decir: en la barra y prestando atención a los malabarismos con las pinzas que maneja el chef. El chef Julio Pereira es el actual ídolo de las multitudes para foodies… que va de uno a otro de sus tres restaurantes: KAMPO , KOUVE y ÁKUA . El menú cuesta 100 €. Es todo de calidad y el emplatado tiene gracia, pero lo veo caro; además hay que reservar mesa porque están llenos (están ‘de moda’). Sin embargo, en el Hotel The Vine , la experiencia de cenar en su elegante restaurante UVA , situado en la planta 7ª, también te dejará un buen ‘sabor de boca’ (literal) del viaje. Tú eliges.
Aeropuerto Cristiano Ronaldo, en Funchal. © Pedro Grifol Dudas frecuentes sobre Madeira ¿Cómo llegar a Funchal o a Madeira?
Desde julio de 2022 existen vuelos directos a Madeira desde Madrid, Barcelona o Canarias (que es el territorio español más cercano a la isla portuguesa). En caso de que no hubiese en las fechas elegidas para viajar, siempre se puede hacer con una escala en Lisboa u Oporto.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Madeira?
El clima de la isla de Madeira es muy agradable y se podría ir todo el año. Sin embargo, los mejores meses para viajar son desde abril a octubre, cuando las temperaturas oscilan entre 20 y 25 ºC. En la ´época navideña también es muy recomendable acudir a Funchal para disfrutar de su bonito alumbrado y de sus mercadillos.
¿Qué es lo imprescindible que hay ver en Madeira?
El archipiélago de Madeira brinda una gran diversidad de propuestas naturales que invitan a conocer de forma activa su escarpada orografía. Es imprescindible reservar algunos días para recorrer sus levadas, practicar algún deporte náutico, visitar la isla de Porto Santo donde se sitúan las mejores playas y conocer Funchal.
¿Cuántos días son necesarios para ver Madeira?
Si sólo te quedas en Madeira puedes hacer una visita de 3 o 4 días pero si también quieres hacer una excursión a Porto Santo es recomendable alargar la estancia al menos a 6 o 7 días.
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