Fue capital de Francia y será Capital Europea de la Cultura en 2028 pero es una ciudad poco conocida para la mayoría de los viajeros. Bourges se encuentra al sur de París, a menos de dos horas en tren, pero permanece al margen del turismo de masas. En este artículo te daremos buenas razones para visitarla como destino único o como una escapada desde la capital francesa. Te va a sorprender.
Casas medievales de Bourges. © Pedro Grifol Fue capital de Francia por un período de 20 años. Claro que, precisando, hay que decir que fue durante la Guerra de los Cien Años, en la Edad Media. Fue la capital de un vizcondado hasta el siglo XIV; y también lo fue del efímero ducado de Berry. La capitalidad del país llegó durante el reinado de Carlos VII de Francia, cuando el monarca tuvo que salir huyendo ante la llegada del ejército inglés. Su hijo, Luis XI –apodado ‘el Prudente’–, que fue el sucesor en la corona, también nació en Bourges, en 1423. Aunque, a decir verdad, el vástago real tenía poco de prudente ¡porque se enfrentó al padre! Todo un clásico, ya se sabe, las desavenencias entre rey-padre y rey-hijo son las lacras que persiguen a las monarquías.
Hôtel d’Anglaterre en Bourges. © Pedro Grifol Y por si faltaba algún otro motivo para considerar a Bourges como capital, significativo es mencionar que también durante la Edad Media fue una de las capitales europeas de la alquimia . El prócer de la villa Jacques Coeur, banquero y prestamista del rey, fue uno de los ilustres personajes que participó en la aventura alquímica. Pero ese tema ya pertenece al proceloso mundo del misterio, que no del turismo. Todo esto para contextualizar una ciudad que, aunque en nuestros días cuenta con menos de 65.000 habitantes , tuvo notable poderío como punto urbano del país vecino.
El encanto nocturno de Les Nuits Lumière, en Bourges. © Pedro Grifol Un casco antiguo impecable De aquella época dorada conserva su interesante casco antiguo repleto de preciosas casas medievales de entramado de madera , restauradas y convertidas en viviendas, en las que la planta baja ha sido habilitada para instalar tiendecitas de productos artesanos, o espacios para galerías de arte, o como despacho de té (por ejemplo); en las que las vigas vistas imponen su carácter. Son delicias arquitectónicas llenas de encanto, porque Bourges está considerada como una ciudad de arte… en la que muchos artistas encuentran el ambiente y la tranquilidad que necesitan. Desde hace relativamente pocos años, las vigas de los entramados se pueden pintar de colores, así que –fiándose del buen gusto de sus vecinos– los responsables de la comunidad han permitido pintar la fachada de verde, azul o amarillo… ¡y no quedan mal!
Rue Bourbonnoux. © Pedro Grifol Las peatonales rue Mirabeau o rue Bourbonnoux son calles especialmente atractivas para visitar y comprar algún encantador, a la vez que inútil, objeto decorativo de esos que nos enamora a primera vista. Es la ciudad de la cerámica, de los sombreros de diseño, de los tocados de plumas, de los pendientes de esmalte, de los broches de papier maché , de los artículos de papelería más chulos, de los bolsos, de los zapatos raros…
Rue Bourbonnoux, en Bourges. © Pedro Grifol Catedral de Saint-Etienne Aunque el centro neurálgico de Bourges es la catedral gótica de Saint-Etienne , inscrita en el patrimonio Mundial de la Unesco desde 1992, que impresiona por sus dimensiones (su anchura es la mayor de Francia) y sus vitrales que bañan de color los bancos del coro, el centro de terraceo y asueto de los berruyers –gentilicio de los lugareños que viene de cuando gobernaba el duque Jean de Berry, responsable de los años de auge de Bourges en el 1300 y que está enterrado en la catedral–, es la Place Gordaine , repleta de restaurantes y pastelerías ¡otro de los atractivos de la ciudad es comerse un pastel de crema!
Detrás de la catedral merece la pena sentarse en uno de los bancos del Jardín del Archevêché , porque está bellamente decorado con parterres de rosas, flores de colores y jarrones de piedra tallada, y ofrece las vistas más emblemáticas de la catedral. Es el mejor sitio para la foto.
Catedral de Saint-Etienne desde el jardín, en Bourges. © Pedro Grifol Las noches azules En el marco de “Bourges Capital Europea de la Cultura 2028”, la ciudad ofreció durante el pasado verano espectáculos como Les Nuits Lumière en varios lugares de la ciudad: la Catedral, el Jardín de l’Archevêché, el Hôtel des Échevins Palais o el Palais Jacques-Cœur. Los monumentos se cubrían de luz con proyecciones sobre varios edificios emblemáticos de la ciudad y un grupo de figurantes ataviados de personajes medievales iban instruyendo con su verbo poético sobre anécdotas e historias de la ciudad en un viaje lleno de luz y sonido. Eso sí, el sonido también es bajito para no molestar a los vecinos.
Les Nuits Lumière, en Bourges. © Pedro Grifol Villa Monin Monin es una famosa marca de jarabes que tiene su sede en Bourges. Fue creada por Georges Monin en 1912, y se especializó en elaborar interesantes sabores, embotellándolos y vendiéndolos a medio mundo. Actualmente produce más de 100 sabores. Hoy en día, habiendo ya transcurrido tres generaciones del apellido Monin, el mundo es un lugar con más sabor gracias a su abundante catálogo de sabores ¡obligada redundancia!
Entrada de la Villa Monin. © Pedro Grifol La Villa Monin se inauguró en 2022 en el barrio de la catedral. Se trata de un bar con terraza, un espacio escenográfico, una tienda, y una chocolatería que te harán viajar por la extraordinaria dimensión de los aromas. Si te gusta experimentar con los sabores exóticos… déjate seducir por su chef barman para deleitarte con alguno de sus cócteles como el Thé Glacé Framboise, el Fraîcheur des Bois, o el Earl Grey Cóctel … que elaboró in situ el autor de este reportaje, y que puedes aprender a hacer en su canal de coctelería creativa en YouTube: Grifol’s Bar.
Guía práctica de Bourges Cómo llegar Bourges tiene aeropuerto, así que el aeropuerto parisino de Orly es la conexión más operativa. Pero lo más recomendable es tomar el tren desde la estación Austerlitz, de París. El trayecto se cubre en menos de dos horas.
Dónde alojarse Si quieres sentir el espíritu de la ciudad, lo mejor es alojarse en un hotel céntrico desde el que puedas ver las empedradas calles y las buhardillas medievales que sobresalen en los tejados de pizarra. El Hôtel d’Anglaterre , perteneciente al Grupo Best Western (bestwestern.fr) está en el corazón de la urbe y tiene un restaurante decorado en estilo Luis XVI que colmará tus expectativas turísticas.
Dónde comer Au Petit Bouchon (au-petit-bouchon.metro.rest). Para salir del paso hambruno.
La Gargouille (restaurant-lagargouille.fr). Cuidada cocina francesa, productos frescos y caseros. Tiene un pequeño jardín y está al pie de la catedral.
Complètement Fumé (en redes @completementfume). Un lugar sencillo y con clase. Con una bodega llena de sorpresas. Vinos raros. Edouard y Nicolás te sorprenderán con sus especialidades ahumadas faites à la maison , y la charcutería genuina de Córcega.
Restaurante Complètement Fumé, en Bourges. © Pedro Grifol Consejos Etheria
La Oficina de Turismo de Bourges ofrece una aplicación –de nombre Legendr – (que cuesta 3 €) para que seas 100% autónomo y puedas viajar en el tiempo por la ciudad a través de varios recorridos interactivos. Y por si no lo sabías, también forma parte del Camino de Santiago de la llamada Via Lemovicensis.
Más información Turismo de Bourges .
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