Portugal siempre merece un viaje y en Etheria Magazine te proponemos combinar una breve parada en Lisboa con un chapuzón en el pueblo de Ericeira, donde la vida se sucede entre olas, tablas y neopreno. La única Reserva Mundial de Surf de Europa es también un edén gastronómico. Un lugar perfecto para una escapada con amigas.
Surf en Ericeira. © Turismo de Lisboa (Actualizado 8/2024)
Encalado en un risco al borde del océano Atlántico, Ericeira es un pueblo en el que la vida pasa a cámara lenta. Sus típicas callejuelas empedradas, sus apacibles parques en los que los mayores se sientan a disfrutar de la suave brisa y sus terrazas al borde del abismo y con vistas a un mar embravecido, dejan entrever lo que es un verano allí: buena comida marinera, desconexión y algún que otro chapuzón. No te pierdas nuestro plan para disfrutar del surf en Ericeira.
Plaza en Ericeira. Sin embargo, entre septiembre y mayo, antes de que las oleadas de lisboetas ávidos de playa, brisa y mar pululen por su paseo marítimo, esta pequeña villa abre sus puertas a los amantes del surf. Eso sí, antes de poner pie en Ericeira y hacernos con la tabla y el neopreno, hay que degustar un poco de Lisboa (situada tan solo a 50 kilómetros) y de sus propuestas más refrescantes.
Historia y vanguardia en Lisboa Tras descargar las maletas ponemos rumbo a la majestuosa Plaça do Comércio. También conocida como Terreiro do Paço, la mayor plaza de la ciudad fue testigo del devastador terremoto del día de Todos los Santos de 1755.
Plaça do Comercio. © Turismo Lisboa Este trágico hecho tiene un lugar especial en el Lisboa Story Centre , un centro de interpretación que cuenta, de manera lúdica e interactiva, este y otros sucesos importantes en la historia de la capital portuguesa. Una mirada atrás que necesitamos para entender un poco más a esta fascinante urbe.
Tras el viaje al pasado, hay que acercarse al cercano barrio de Alcántara. Allí, a la sombra del puente homónimo y ‘ocupando’ una antigua fábrica, nos encontramos con la inspiradora LX Factory (lxfactory.com); una especie de mercado hippie-chic contemporáneo con negocios tan creativos como Ler Devagar –una librería/galería/tienda de música– y espacios tan bonitos y sabrosos como Río Marvhila.
Ambiente en LX Factory. © Turismo de Lisboa Un paseo por el barrio de Belém La hora de la comida es mejor que nos pille cerca de Sud Lisboa , un sofisticado restaurante a los pies del río Tajo, con un menú de estilo mediterráneo en el que no hay que perderse su exquisito risotto de setas ni su tiramisú. Está situado en el barrio de Belém, a un tiro de piedra del MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología) . Aquí pasamos el resto de la tarde embobados, tanto con su espléndido edificio como con sus exposiciones interactivas.
En busca del océano en Ericeira Poco menos de una hora en coche –unos 50 kilómetros – nos separan de Ericeira, de sus icónicas olas y de sus coquetas casas encaladas. Incluido en el Concelho de Mafra (Distrito de Lisboa), este pueblo de pescadores ha sabido conjugar su esencia y sus tradiciones marineras con el rollo moderno del mundo surfero.
Acantilados de Ericeira. © Christian Holzinger Pero, antes de que llegaran las tablas, los neoprenos y los campings de surf, Ericeira ya era famosa por la belleza de sus acantilados de arenisca y por sus espléndidas playas. Desde ellas partieron al exilio, en octubre de 1910, Manuel II y Amelia d’Orleans, últimos Reyes de Portugal; las mismas que todos los veranos cientos de lisboetas eligen para pasar los días más calurosos del año.
Además de playa, brisa y mar, en Ericeira puede disfrutarse de un puñado de pequeñas iglesias y capillas, decoradas con azulejos y bonitos artesonados, como la de San Sebastián o la del Buen Viaje, esta última situada junto al puerto.
Un recorrido por las callejuelas empedradas de su casco histórico nos dejará tiendecillas de artesanías y la discoteca Ouriço, considerada la más antigua de la Península Ibérica; mientras que una caminata por su paseo marítimo será maravillosa para ver caer el sol.
Detalles de las calles de Ericeira. © Joana Pinheiro / Alev Takil Olas nivel pro En octubre de 2011, Ericeira fue declarada Reserva Mundial del Surf por Save the Waves Coalition al ser una zona privilegiada de extraordinaria riqueza ambiental y biodiversidad marítima. En sus 4 kilómetros de costa hay siete emblemáticas olas, de diferentes grados de dificultad, todas ellas con una potencia y un oleaje constantes.
Surfistas en Ericeira. © Bruna Pinheiro Praia dos Coxos es una de las más emblemáticas de la reserva, siempre fuerte y con espectaculares tubos de varios segundos de duración; además, es la que mejor simboliza el espíritu y los valores que rigen la reserva: protección, conservación y sostenibilidad.
Reef y Cave son las más peligrosas, de derechas, radicales, tubulares y muy arriesgadas; por supuesto, solo aptas para surfistas experimentados.
São Lourenço es potente, rápida y muy consistente y Pedra Branca –la más cercana al pueblo– es de izquierdas, tubular y con un arranque veloz. Crazy Left depende mucho del viento, pero puede llegar a tener altas velocidades; mientras que Ribeira D’ilhas , posee olas largas y consistentes, un cóctel perfecto para competiciones nacionales e internacionales. Los que prefieran quedarse al margen, podrán disfrutar de un mirador excepcional en lo alto de su acantilado.
Surf al atardecer en Ericeira. © Turismo de Lisboa Gastronomía marinera Otra de las cualidades que ha hecho famosa a esta villa portuguesa es su buena mesa. Sus habitantes son pescadores natos y siempre han estado ligados al mar, lo que se traduce en un destino especial para los amantes del pescado y el marisco fresco. Entre las especialidades se encuentran el erizo de mar, las langostas, los mejillones, los percebes o las sardinas.
‘Prato de peixe’ típico de la gastronomía portuguesa. © Nuno Correia Además de los coquetos restaurantes del centro, que miran con orgullo a ese mar bravío, hay que dejarse caer por el estiloso chiringuito de Ribeira D’ilhas ; aquí tendrás que probar su delicioso pulpo y saborear otras delicias marineras en un ambiente surfero como ningún otro. También por Ribamar a por una pizza de masa fina con vistas a la bahía. Y, para degustar la cocina típica portuguesa con especialidades como el arroz de pulpo, no te pierdas la exquisita Cervejaria O Pescador .
Centro de Interpretación del Surf El postre y el café nos los tomaremos en Bowls Surf Café (bowlssurfcafe.com). En este espacio comunitario priman las referencias a este deporte y una carta enfocada en productos orgánicos, con deliciosos bowls de yogur con fruta, tartas y cookies . Situado en el corazón del pueblo –en la Plaza de la República– el café forma parte del Centro de Interpretación ; un espacio innovador que da a conocer todo lo relacionado con la Reserva Mundial del Surf.
Estatua dedicada al surf en Ericeira. © Leonor Oom Este centro –apostado encima de la Oficina de Turismo– ostenta una mesa interactiva (a escala 1:1000) formada por una maqueta topográfica que, gracias al video-mapping , muestra al visitante variables como el oleaje, la flora y la fauna o las condiciones climáticas de la zona.
Además, es ideal para conocer un poco sobre la historia y el papel que el surf ha jugado en la vida de los aldeanos de Ericeira evidenciando que allí, el mar lo es todo.
Guía práctica de Lisboa y Ericeira Cómo llegar Si no quieres viajar en coche desde España, hay varias líneas aéreas que conectan con la capital portuguesa. Desde allí, la forma más rápida de llegar a Ericeira es en coche o autobús, ya que está a unos 50 kilómetros al norte.
Dónde dormir • En Lisboa la oferta hotelera es casi infinita. Para darse un capricho, os aconsejamos el Tivoli Avenida Liberdade o el Pestana Palace Lisboa, que ocupa un auténtico palacio. • En Ericeira , será preciso alojarse en el Ericeira Camping (ericeiracamping.com) para sentir el magnetismo del surf. Hay que elegir los preciosos bungalows con terraza cubierta y vistas al mar.
Más información
Turismo de Portugal y Turismo de Lisboa (visitlisboa.com).
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