¿Alguna vez habéis sentido deseos de caminar entre viñedos, degustar vinos únicos y sumergiros en una comarca ajena al turismo de masas pero con historia, tradiciones, naturaleza y rica gastronomía? Si vuestra respuesta es sí, acompañadnos a recorrer la Ruta del Vino de Almansa, un territorio que conquistará vuestros sentidos e intelectos, y que os dejará con ganas de más.
Gold Rupestre, de la Cooperativa Santa Cruz de Alpera. © Pepa García Si en verano la mirada se aleja de la meseta para buscar el litoral o las cumbres más altas en busca de lugares donde sortear los rigores del estío, a partir de septiembre volvemos a las sanas costumbres de las escapadas interiores, cortas y eficaces para alegrar el alma. Entre esos lugares que os invitamos a conocer se encuentra la Ruta del Vino de Almansa , en el sureste de Albacete, que es una de las 37 que forman parte de la marca Rutas del Vino de España. El territorio que abraza esta ruta se ha mostrado habitualmente como un lugar de paso, fonda y despensa para el viajero, pero, por derecho propio y variedad de atractivos, merece convertirse en un destino en sí mismo.
Con los pies bien firmes en tierras castellanomanchegas pero con la mirada puesta en Levante, el pequeño universo que se desarrolla en torno al municipio de Almansa está preparado para brindar un buen abanico de propuestas para un fin de semana. Nuestra recomendación es organizar una estancia de un mínimo de tres días en los que descubrir su historia, cultura, bodegas y mejores restaurantes. Poneos el cinturón porque comenzamos esta ruta en coche en Almansa.
Casa Grande, a la izquierda, y el castillo de Almansa, al fondo. © Pepa García Punto de partida: la bella Almansa Sobresaliendo en la silueta de la ciudad, el castillo de Almansa se alza majestuosamente sobre el cerro del Águila. Lo que en el siglo XI comenzó como una simple torre de vigilancia, conquistada por el infante don Alfonso en nombre de su padre, el rey Fernando III el Santo de Castilla, se transformó con el tiempo, gracias al empeño de Don Juan Manuel y Don Juan Pacheco, II marqués de Villena, en una fortaleza cristiana de gruesos muros y una singular torre del Homenaje, a la que se accede por una hermosa escalera gótica. Gracias a las tareas de restauración, hoy en día no solo es posible visitar el castillo, sino también conocer su historia en el Centro de Interpretación situado en el acceso al mismo. Tras una parada en sus modernas instalaciones, disfrutaréis aún más del recorrido y de las impresionantes vistas que se extienden desde este altozano.
Detalle del cuadro de la batalla de Almansa. © Pepa García La famosa Batalla de Almansa A los pies del castillo se encuentra el Museo de la Batalla de Almansa , una visita imprescindible para comprender los detalles de esta decisiva batalla, que situó a la ciudad en el mapa histórico. Gracias a la decisión de Felipe V de documentar este evento entre 1707 y 1709, a través de los artistas Filippo Pallotta y Buonaventura Ligli, es posible apreciar la magnitud de la contienda. Podréis observar una reproducción de la obra en la sala, mientras que el original se exhibe en las Cortes de Valencia. No os perdáis el documental que se proyecta en este espacio. Además, si tenéis alguna duda, Herminio Gómez, director del centro de interpretación y promotor de la famosa Recreación Histórica de la Batalla de Almansa , que se celebra en torno al 25 de abril, estará encantado de resolverla.
La Casa Grande Además de estas visitas, es imprescindible recorrer las calles de Almansa, donde encontraréis joyas arquitectónicas como la Casa Grande , un palacio renacentista del siglo XVI que hoy alberga el Ayuntamiento. Este edificio permite el acceso para admirar su hermoso patio porticado y el jardín con esculturas del almanseño José Luis Sánchez. Otros puntos de interés que no pasarán desapercibidos son la iglesia de la Asunción, con su ornamentada fachada, la torre del Reloj y el Teatro Regio.
Pantano de Almansa. © Pepa García Un paseo natural: el pantano de Almansa Para las amantes de la naturaleza, a pocos kilómetros de Almansa se encuentra un pantano que es un verdadero pulmón verde, ideal para recorrer las rutas de la Presa y de las Aves y Montes. La primera de ellas, de tipo circular, permite observar de cerca la presa, la más antigua de Europa que sigue en funcionamiento. La segunda ruta recorre la cola del embalse, un lugar privilegiado para la reproducción y refugio de la avifauna. Además, en verano, el pantano ofrece una amplia variedad de actividades acuáticas como paddle surf, camas elásticas y kayak. Podéis encontrar actividades organizadas en Activa Idea (activaidea.com).
Ramona, chef y copropietaria del restaurante Ramona. © Pepa García Dónde comer y dormir en Almansa Después de empaparos de la cultura y el ambiente de Almansa, es hora de disfrutar de la gastronomía en alguno de sus excelentes restaurantes. Destaca la Taberna Restaurante Ramona , una institución en la ciudad que ha sabido ganarse el cariño de varias generaciones. Además de los platos tradicionales, Ramona y Eli ofrecen una amplia selección de productos del mar, reflejando así la proximidad del Mediterráneo. Sin duda, una apuesta segura, al igual que El Rincón de Pedro (elrincondepedro.es), donde Pedro e Isabel presentan una extensa carta que incluye gazpachos, diversos arroces y asados de cordero.
Y si os apetece probar el auténtico gazpacho manchego, un plato humilde de tradición pastoril, no dejéis de visitar La Ventica , a las afueras de Almansa (Autovía de Alicante, km. 140). Con la estética propia de una alquería, este bar lleva más de tres siglos deleitando a almanseños y visitantes con este plato y su famoso lomo de orza. Autenticidad cien por cien.
Para descansar, os recomendamos el Alojamiento Torre del Reloj , cuyos apartamentos ofrecen todas las comodidades necesarias para una escapada con amigas. Su ubicación céntrica es ideal para disfrutar también de la vida nocturna almanseña, que la tiene…
Punto de observación de aves de la laguna de Salobralejo. © Pepa García Un paseo por Higueruela Nuestra segunda parada en la Ruta del Vino de Almansa es Higueruela, una población con atractivos naturales y culturales que invitan a una visita pausada. Un excelente lugar para comenzar, preferiblemente a primera hora, es la laguna endorreica de Salobralejo , también conocida como Sobralejo. Este paraje es ideal para la observación ornitológica, ya que alberga una amplia comunidad de aves acuáticas. Según la estación, se pueden avistar diferentes especies: en primavera y verano, la malvasía cabeciblanca, el zampullín cuellinegro y el calamón; mientras que en otoño e invierno es probable ver aguiluchos laguneros. Este ecosistema, que forma parte del Complejo Lagunar de Pétrola, Higueruela y Corral-Rubio, es un espacio protegido por su rica diversidad de flora y fauna, adaptada a los distintos grados de salinidad del agua.
Es recomendable realizar esta visita de forma guiada para poder apreciar todo el conjunto como merece con guías locales especializados como Pablo Jutglá , que logrará que os enamoréis de este singular entorno. Y también de nuestra siguiente propuesta: la Alquería de la Graja.
Alquería de la Graja, en Higueruela. © Pepa García Alquería de la Graja Para llegar a este lugar, os proponemos “retroceder” al año 1000 d.C. y trasladaros al otro extremo del municipio para conocer la Alquería la Graja. Se trata de un yacimiento andalusí, que comenzó a excavarse hace cuatro años y que ha sido una fuente constante de descubrimientos. El primer hallazgo fue una mezquita rural, la primera en Albacete y una de las mejor conservadas de Castilla-La Mancha, cuyo mihrab, curiosamente, no está orientado hacia La Meca sino hacia Damasco. A partir de ahí, se han ido desenterrando fragmentos del pasado que permiten reconstruir la estructura de las poblaciones en la Edad Media. Se cree que esta comunidad andalusí albergaba unas 200 personas, dedicadas principalmente a la agricultura y la ganadería, y que podría haber estado vinculada a la producción textil de Chinchilla.
Aunque el yacimiento es de acceso libre y cuenta con paneles explicativos, lo ideal es inscribirse en una visita guiada (contactad con Turismo de Higueruela). De este modo, podréis conocer historias fascinantes, como la de la oveja Lucera, sacrificada hace más de mil años.
Detalle de la Vinoteca de Sinforiano, en Higueruela. © Pepa García Dónde comer en Higueruela Para complementar estas fascinantes visitas de la Ruta del Vino de Almansa, no hay mejor opción que disfrutar de los sabores locales en el Restaurante Los Ángeles (losangelesdehigueruela.es), galardonado con un «Solete de Pueblo» en 2023 por la Guía Repsol, en reconocimiento a la calidad de su cocina y su excelente servicio. Aunque toda su carta es tentadora, este establecimiento es ideal para saborear carnes a la brasa, arroces y platos de la cocina manchega maridados con los exquisitos vinos de la D.O. Almansa.
Alpera, toda una sorpresa El último municipio que visitaremos en esta Ruta del Vino de Almansa destaca por múltiples razones, pero dos de sus tesoros justifican por sí solos la visita: el abrigo de arte rupestre de la Cueva de la Vieja y el Pocico de la Nieve. Sin duda, este tercer día de viaje en Alpera será inolvidable.
Pinturas de la Cueva de la Vieja, en Alpera. © Pepa García Cueva de la Vieja, en la Lista de la Unesco La Cueva de la Vieja , declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se encuentra en un abrigo a 6 kilómetros del municipio, en el cerro del Bosque. A pesar de estar a la vista, no fue descubierta hasta 1910. Se cree que las pinturas descubiertas están relacionadas con el carácter ritual de la gruta. En dicho abrigo se pueden observar una gran variedad de motivos pertenecientes a dos estilos de arte prehistórico: el arte Levantino, realizado por los últimos cazadores-recolectores entre 10,000 y 7,500 a.C.; y el arte Esquemático, posterior y de carácter más abstracto, que data de entre 6,500 y 3,200 a.C. Con la ayuda de una guía es sencillo identificar figuras humanas (hombres y mujeres), ciervos, cabras, toros, un caballo, y varios carnívoros, aunque por nuestra cuenta probablemente tendríamos más dificultades.
Dado que la valla que protege la cueva limita la aproximación, lo más recomendable es reservar una visita guiada (967 330 001/623 229 456). Es importante destacar que la cueva, debido a su ubicación elevada, no es accesible para personas con movilidad reducida.
Pocico de las Nieves, en Alpera. © Pepa García Pocico de las Nieves Es conveniente regresar posteriormente a Alpera para conocer el Pocico de las Nieves , un lugar que, como su nombre indica, se utilizaba para conservar el hielo. Aunque quizás hayáis visto otras estructuras similares, esta os sorprenderá por su tamaño, tiene una capacidad de 1,700 m³, y por su excelente estado de conservación. De hecho, es el mayor de Castilla-La Mancha y ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Construido con la técnica de la piedra seca, el pocico tiene un diámetro de 17,5 metros, una cúpula de 7 metros de altura y una profundidad de 10 metros. Alrededor del pozo se encuentran varias balsas, que se usaban para acumular la nieve; tras congelarse en las frías noches albaceteñas, se almacenaba en el nevero dentro del pozo. En una época sin frigoríficos, disponer de hielo era esencial para la conservación de alimentos, medicinas y otros productos.
Antes de visitar el pocico, es recomendable pasar por el centro de interpretación, que ofrece un contexto fundamental para entender su historia, usos y relevancia.
Restaurante El Cazador, en Alpera. © Pepa García Dónde comer en Alpera En Alpera, un excelente lugar para disfrutar de una buena comida es el Restaurante El Cazador (hostalelcazador.es). Desde hace varias generaciones, este establecimiento ha sido el punto de encuentro de familias y amigos que buscan comer bien a precios competitivos. En su amplio local, se puede disfrutar de guisos tradicionales como el gazpacho manchego, carnes a la brasa recién sacadas de su horno de leña, y el embutido típico de Alpera.
Brindis en las bodegas de la Ruta del Vino de Almansa En esta escapada hemos incluido visitas históricas y una excelente gastronomía, pero aún falta algo esencial: recorrer algunas de las bodegas asociadas a la ruta. En los alrededores de cada población mencionada, se encuentran bodegas con una larga tradición familiar, donde la pasión por la tierra y la devoción por el vino se han transmitido a las nuevas generaciones. Sus variedades estrella, Garnacha Tintorera y Monastrell, son el alma de estos vinos.
Visitar estos santuarios del vino es un auténtico privilegio. Durante las visitas guiadas, podréis apreciar la honestidad y el esmero de quienes cultivan la vid y elaboran sus vinos. Os mostrarán sus viñedos, los procesos de elaboración y, por supuesto, os ofrecerán una cata de sus mejores vinos. Además, siempre habrá una «bodega de guardia», es decir, una bodega abierta para recibir a los enoturistas en cualquier momento.
Javier Bonete, de Bodegas Piqueras. © Pepa García Bodegas en Almansa En Bodegas Piqueras (bodegaspiqueras.com) siempre se ha pensado en grande, apostando por la innovación y el riesgo, con resultados exitosos. Con 200 hectáreas de viñedo propio alrededor del castillo de Almansa, producen tanto tintos y blancos jóvenes como vinos de guarda. Si su fundador, Luis Piqueras, hubiera sabido en 1915 que hoy exportarían a más de 45 países, o que su biznieto Javier Bonete compartiría con los turistas la historia familiar mientras les muestra las viñas viejas y una sala con más de tres mil barricas, seguramente se habría sorprendido, pero sin duda se habría sentido orgulloso. No os perdáis su visita guiada premium, que incluye una cata de vinos de autor, una experiencia que refleja la grandeza de esta bodega, una de las más importantes de la DO Almansa.
Bodega Mata Mangos. © Pepa García Entre Almansa y Montealegre del Castillo se encuentra la bodega Mata Mangos (matamangos.com), una joya que, aunque más pequeña que otras de la zona, posee un carácter único. La adquisición de la finca Santa Rosa, donde se ubica la bodega, fue el sueño cumplido de Cristóbal Gramage, un farmacéutico cuya pasión por el vino se remonta a su padre, y que hoy corre por las venas de su hijo Carlos, enólogo de la bodega. Las instalaciones, situadas en un palacete colonial del siglo XVIII rodeado de viñedos, desprenden encanto por todos sus rincones. Es el escenario perfecto para disfrutar de una cata en las antiguas cuadras de la finca o para celebrar un evento privado. Sus tres vinos, Nostrum, Calx y Mod, son dignos de degustación, ¡ya nos contaréis cuál se convierte en vuestro favorito!
Adolfo Cano, de Bodegas Cano, en Higueruela. © Pepa García Bodega en Higueruela La historia de Bodegas Cano (bodegascano.com) comienza en 1860, cuando Blas Cano inició el negocio familiar en Higueruela. Hoy día, la quinta generación sigue remando y ampliando el sueño familiar con sus 120 hectáreas de viñedo propio y unas modernas instalaciones a las afueras del pueblo. Sin embargo, lo que más enorgullece a Adolfo Cano, bisnieto del fundador, es su producción de vino ecológico en tinajas de barro del siglo XIX. Los vinos de la bodega, galardonados en diversos concursos internacionales, pueden ser degustados durante la visita guiada o bien en la nueva Vinoteca de Sinforiano (Hermanos Martínez Fernández, 5), un encantador espacio ubicado en la bodega del abuelo, un lugar perfecto para disfrutar de unas tapas y unos vinos mientras se hace un repaso de las emociones del día.
Carlos Arnedo, enólogo de la Cooperativa Santa Cruz de Alpera. © Pepa García Bodega en Alpera En la Cooperativa Santa Cruz de Alpera (bodegasantacruz.com), descubriréis que el término «cooperativa» también se lleva con orgullo en el mundo del vino. Fundada en 1947 por 25 viticultores, la bodega ha sabido adaptarse a los tiempos y expandir su mercado, llegando hoy a más de 50 países. Su enólogo, Carlos Arnedo, incide con orgullo en que todos los vinos de la cooperativa proceden de viñedos ecológicos cuidadosamente seleccionados y con cepas de un mínimo de 25-30 años de antigüedad. Sus vinos acumulan premios cada año, el más reciente es el Gran Manojo otorgado a su Gold Rupestre, que lo consagra como uno de los mejores tintos de España. Una visita con cata en sus instalaciones os terminará de conquistar.
En la web de la Ruta del Vino de Almansa encontraréis otras bodegas en las que continuar esta escapada donde no faltan las sorpresas ni los buenos vinos.
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