Viñedos centenarios. Una huerta inmejorable que te hará amar el verde. El placer de dormir en una burbuja en medio de un desierto de película o disfrutar de la mejor ruta de pinchos. Son solo algunos de los secretos que esconde la Ribera de Navarra, una región asombrosa que seguro te sorprenderá y que es perfecta para un viaje en coche con amigas.
Bardenas Reales © Marco de Luca Actualizado 10/2024
Las Bardenas Reales ofrecen otra cara de Navarra. Frente al verde y las nieves eternas de sus Pirineos, la Navarra del Sur esconde joyas como este Parque Nacional Reserva de la Biosfera : más de 42.000 hectáreas de un semidesierto más propio de Arizona que de la comunidad foral. Protagonista de anuncios y películas, como por ejemplo algunos escenarios de Juego de Tronos o la Asturiax de Acción Mutante , las Bardenas Reales han ido conformando sus características mesetas y cabezos a lo largo de millones de años de erosión.
El resultado es un paisaje espectacular de colores rojizos y ocres que te lleva a otro mundo y te hace viajar en el tiempo.
Bardenas… Reales, porque eran del rey, aunque actualmente su propiedad pertenece a la Comunidad de las Bardenas, formada por 22 municipios y juntas de valles , que fueron consiguiendo este territorio, principalmente, como pago por servicios al rey en su lucha contra los árabes. Tierra de ganaderos, lugar excepcional para la trashumancia, desde los años 50 también se cultiva principalmente arroz y cereales, lo que hace que en primavera se llene del color, primero verde y luego oro, en sus campos de cultivo.
Árido paisaje de las Bardenas Reales. Ruta por las Bardenas Reales La entrada está bastante restringida, así que lo mejor es registrarse online en su centro para visitantes (bardenasreales.es), así podremos hacer un buen recorrido. La zona principal que se puede visitar se conoce como La Blanca, y su acceso se encuentra en el kilómetro 15,1 de la N-134, que une Tudela con Arguedas. Podemos hacer diferentes rutas, dependiendo del medio que escojamos para realizarlas (a pie, en bicicleta de montaña o a motor). Yo comencé mi recorrido en el Mirador de la Blanca , desde donde puedes llevarte una imagen general del Parque, para después acercarme hasta Castildeterra , quizá la formación más reconocible de Las Bardenas.
Castildeterra en las Bardenas Reales. Castildeterra es un “cabezo” impresionante que representa la esencia de estas tierras que, en su día, formaban parte del Mediterráneo. Porque sí, aunque parezca imposible, hasta aquí llegaba el Mare Nostrum . Los cabezos surgen cuando la parte superior de la formación rocosa tiene materiales más resistentes a la erosión –calizas o areniscas– que la inferior, con materiales más blandos, como las arcillas.
Muy cerca se encuentra el embalse de las Cortinas , donde poder disfrutar de la espectacular variedad de aves con la que cuenta esta Reserva de la Biosfera. Hay muchas más opciones, lo mejor es preguntar y adaptar la ruta a nuestras preferencias y tiempos.
Habitación-burbuja para ver las estrellas en el hotel Aire de Bardenas. Hotel Aire de Bardenas A pocos kilómetros, realmente a la entrada de Las Bardenas, encontramos un alojamiento singular, que completará una experiencia única en este viaje. Aire de Bardenas (airebardenas.com) es un hotel de diseño que sorprende desde la llegada. Unas cajas de madera “industriales” sirven de bienvenida a un establecimiento que busca la diferencia, desde la concepción de sus habitaciones.
Yo me alojé en uno de sus “cubos”, unas construcciones cúbicas independientes, con patio y bañera exterior, que fusionaban la sensación de estar en un western con el lujo y el minimalismo. Otra opción son sus “burbujas”, abiertas al espectacular firmamento de Las Bardenas, un cielo infinito plagado de estrellas a tu alcance. Su filosofía y vanguardismo les han hecho ganar numerosos premios y estar en las mejores listas de la prensa internacional, escogidos entre las escapadas más selectas. Ofrecen muchas actividades, cuentan con su propio restaurante y, en fin, te lo van a poner muy muy fácil para que tu alojamiento sea inolvidable.
Alcachofas de Navarra. Tudela, de la alcachofa más ‘gourmet’ al origen de la expresión ‘tirar de la manta’ Capital de la Ribera Navarra, Tudela vive entre el desierto de las Bardenas y el verde de sus mejanas, esas huertas a la orilla del Ebro que son el hogar de las mejores alcachofas, cogollos, espárragos o “tomates feos”, por poner algún ejemplo de su exquisita riqueza vegetal. Una “convivencia” perfecta que no es sino muestra de que esto de convivir se le da especialmente bien. De origen musulmán, ha sabido acoger, como pocas, a musulmanes, judíos y mozárabes, manteniendo su armonía durante siglos.
Un pasado sefardí Incluida dentro de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad y en las rutas turísticas sefardíes, es una ciudad para recorrer a pie, perdiéndote entre sus callejas retorcidas y pasadizos para descubrir casas nobles y palacios como el del Marqués de San Adrián (XVI), el del Marqués de Huarte (siglo XVIII), el Centro Cultural Castel Ruiz (XVII), o el museo Muñoz Sola de Arte Moderno.
Catedral de Santa María de Tudela. © Blanca Aldanondo Otamendi Pero, sin duda, la joya de la ciudad es la catedral de Santa María . Construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita, es monumento nacional desde 1884, y recoge desde el románico de su portada y claustro, hasta el gótico de su nave central o el barroco churrigueresco de la capilla de Santa Ana. Precisamente en una de sus capillas, en la del Cristo del Perdón, estuvo colgada hasta el siglo XIX “la manta” con los nombres de los 200 judíos conversos de la ciudad.
La expresión “tirar de la manta” procede de estas mantas o tapices, que señalaban a los cristianos “nuevos”, judíos convertidos al cristianismo para no ser expulsados, frente a los “puros” de sangre.
Así, colgada de iglesias y catedrales, a la vista de todos los feligreses, siempre alguien podía “tirar de la manta” y señalar que eras descendiente de un judío. Ahora todo queda en un pintoresco dicho y una anécdota que contar durante la visita, pero ¡cuántas vidas no fueron marcadas por esas mantas y sus nombres bordados! Mejor divisar desde una de sus atalayas toda la belleza de la ciudad. La Torre Monreal es la primera cámara oscura de Navarra y desde ella se ofrece una panorámica espectacular.
Verduras de Navarra. © Blanca Aldanondo Otamendi Ruta de pinchos en Tudela Es hora de hacer un descanso y realizar una buena ruta de pinchos. Tudela se ha ganado a pulso foodie encontrarse entre las localidades con una de las mejores rutas de pinchos , y es habitual encontrar actividades y propuestas en torno a su huerta y a los famosos vinos de Navarra, de los que hablaré después. En Tudela se celebran las Jornadas de Exaltación y Fiesta de las Verduras (entre abril y mayo), las Jornadas del tomate feo de Tudela y, en diciembre, las de las verduras de invierno. Tudela es muy activa gastronómicamente y seguro que en tu visita encontrarás algo especial.
Para tomarle el pulso, nada mejor que recorrer el triángulo formado por la Catedral, la calle Herrerías y la Plaza de los Fueros, ya que es donde se encuentran la mayor parte de los locales.
Fuera de esta zona, merece la pena acercarse a un clásico entre clásico, José Luis (barjoseluis.com), un bar de siempre que nunca defrauda. Situado en la calle Muro, entre sus pinchos más tradicionales y solicitados están sus “fajicos” de la Ribera (fajo de calabacín, panceta, gamba y queso) y, sobre todo, sus archifamosos huevos con bechamel.
Restaurantes recomendados Volviendo al casco histórico y del “poteo”, merece visita La Catedral (con un Solete de Repsol), muy cerca de la misma (calle Carnicerías). Es un local pequeñito que se ha hecho pronto su hueco en la ruta tudelana, quizá porque supone un respiro frente a sus hermanos de ruta, ya que aquí su numeroso surtido de pinchos elude las frituras. Sus anchoas tienen merecida fama, bien en tosta o bien en sus gildas. Otras buenas opciones son el Moncayo 2 , con sus pinchos de foie, o el Sua , con pinchos más creativos, como su penca en tempura con emulsión de borraja.
Espárragos al natural, alimento con DO Navarra. Y si ya lo que te apetece es comer con mesa y mantel, te recomiendo Casa Lola (restaurantecasalola.es), un asador estupendo cuyo chuletón ganó el campeonato de Euskal Herria de Parrillas de 2019. Antes de marcharnos no podemos hacerlo sin probar una menestra de verduras tudelanas y unas pochas, y esto hay que hacerlo en el Restaurante 33 (restaurante33.com), famoso no solo por su cocina sino por haberse labrado una red de proveedores locales que le suministran, cada mañana, la mejor materia prima de la zona.
Enoturismo en Navarra Para terminar esta escapada foodie-cultural por Navarra os propongo un poco de enoturismo. Y es que, después de haber disfrutado de sus vinos en la ruta de pinchos, ¿cómo no conocer el origen de alguno de ellos?
Viñedos de © Pago de Cirsus Esta zona, conocida como la Ribera Baja, cuenta con una interesantísima red de bodegas visitables. Allí os explicarán in situ cómo es esta tierra semiárida, marcada por la sombra del Moncayo, qué uvas se cultivan y su porqué y toda la historia que hay detrás de sus vinos, que no es poca.
Bodegas que no hay que perderse Las más cercanas a Tudela se encuentran rodeando Murchante y Ablitas y, la verdad, es que no sabría cuál escoger. Pago de Cirsus, Malón de Echaide, Príncipe de Viana, Campos de Enanzo, La Cantera de Santa Ana… Un poco más alejada de Tudela, a 20 minutos en coche, encontraréis otra zona muy interesante de viñas y bodegas, entorno a Corella y Cintruéñigo, con Gran Feudo, Viña Zorzal, Dominio Lasierpe…
© Bodega Malón de Echaide. Allí, donde nacen, es el mejor lugar para probar, por ejemplo, sus excelentes blancos –sus chardonnay tienen fama mundial–, sus reconocidos rosados “de lágrima”, elaborados con garnacha, o algunos de sus tintos –me rechifla toda esa gama de garnachas que se están elaborando en los últimos años, pero hay muchos otros– o sus dulces de uva moscatel, clasificados siempre entre los mejores.
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