Uno de los mayores atractivos de Escandinavia durante el invierno son sus auroras boreales. En este artículo Sania Jelic vuelve a compartir sus experiencias viajeras con Etheria Magazine y nos da unos cuantos consejos para viajar sola a Noruega en busca de este mágico fenómeno ambiental.
Aurora boreal en Vardø. © Sania Jelic Llevo años queriendo ir a ver la aurora boreal y se decía que este año iba a ser especial en ese sentido, así que decidí que era un buen momento para intentarlo. Hay que tener en cuenta que las auroras son un fenómeno natural y que para verlas se deben cumplir dos requisitos: cielo despejado y actividad solar. Así que puse rumbo a Vadsø , la capital de la región de Finnmark, al noreste de Noruega , que está en la frontera con Finlandia y Rusia. Es más grande que Dinamarca y la habitan en torno a 75.000 personas y unos 70.000 renos . Aquí está el Cabo Norte, hay tres parques nacionales y el fiordo de Varanger impresiona por su tamaño. La ciudad más conocida para los viajeros es Kirkenes , porque es el punto de fin o salida de los cruceros de las navieras Hurtigruten y Havila.
Al finalizar mi viaje tengo claro que volveré a esta zona de la Laponia noruega, que se caracteriza por sus amplios espacios y silencio, donde es muy fácil conseguir la paz interior. Donde no hay distracción visual de ningún tipo, lo que facilita que se puedan apreciar los detalles. Donde la gente habla poco, y esto no resta puntos a que el viaje sea de lo más enriquecedor.
Crucero Hurtigruten en las costas noruegas. © Sania Jelic Alojamiento y mucho más con “Host a Sister” Para el alojamiento se me ocurrió publicar un mensaje en un grupo de Facebook que había visto (y usado una vez en África) llamado «Host a Sister». El grupo tiene unos 660.000 miembros en todo el mundo y son mayoritariamente mujeres que contactan con otras mujeres durante los viajes. El objetivo es quedar para visitar juntas la ciudad e incluso se ofrece, en ocasiones, hospedaje.
Tras la publicación obtuve respuesta de una «hermana» con casa en Vardø, que me ofreció alojamiento. Hablamos por teléfono, acordamos fechas y compre los billetes aéreos. El recibimiento en la casa de mi nueva hermana fue de lo más cordial. Pasamos los siguientes cinco días viajando por la región, visitando el parque nacional y los principales puntos de interés. Además de perseguir por la noche las auroras boreales.
Sania Jelic con su «hermana» noruega. © Sania Jelic Las auroras boreales La razón principal de mi viaje era ver las auroras boreales, y tuve suerte. Estos fenómenos atmosféricos los produce la actividad solar, cuando las partículas cargadas de sol chocan con los gases de la atmosfera terrestre. Esto se traduce a simple vista a una especie de nubes que bailan en el cielo mientras cambian de color. La intensidad de los colores varía y puede durar entre escasos minutos y horas. Los colores en sí se muestran intensificados en las fotos tomadas, tanto si es con móvil como con cámaras profesionales (al usar mayor exposición). Ver el baile en el cielo es un espectáculo único, y espero volver a apreciarlo más veces ¡ahora que sé lo bonito que es en realidad!
Aurora boreal en el norte de Noruega. © Sania Jelic Mi “hermana anfitriona” me enseño eso y mucho más. Me contó también su fascinante historia por ser una de las primeras mujeres pescadoras de bacalao y cangrejo real de la región. Un trabajo muy duro y exigente en un entorno plenamente masculino. Espero que se anime a contar sus experiencias en un libro.
Vardø, el corazón de Finnmark Vardø tiene unos 4.500 habitantes, donde se mezclan los noruegos con la población sami (los indígenas de Laponia) y finlandeses. En el pasado la principal fuente de ingresos era la pesca y el pomor trade (trueque de pescado por productos agrícolas con los rusos). Hoy es conocida también por ser la primera población ubicada en una isla que conecta con el continente con un túnel de casi tres kilómetros debajo del mar, concretamente a la profundidad de 88 metros.
Otra curiosidad de esta localidad es que en el año 1988 se construyó el primero de los tres radares para la supervisión de la basura espacial. Un radar conectado supuestamente con el sistema antimisil de EEUU y que, al encontrarse a unos 50 kilómetros de la frontera con Rusia, ocasiona mucha controversia.
Casas en Vardø. © Sania Jelic Qué ver en Vardø La oferta cultural en la ciudad está en torno a la moderna biblioteca, el club de jazz y el golf. Desde aquí salió en 1926 el zepelín «Norge» en la expedición histórica que sobrevoló por primera vez el Polo Norte para llegar hasta Alaska. Hoy es visita obligatoria y tributo a los famosos exploradores Amundsen y Nobil, una actividad que complementa la del Museo de Historia Polar , en Vardø, con la que te llevas una idea de lo ligada que está esta localidad al Polo Norte. De hecho, alberga un campus de la Universidad UiT especializado en estudios árticos, que está distribuido por el norte de Noruega.
La visita al Museo Sami es una buena introducción a la cultura del pueblo originario de Laponia. Ellos viven entre Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, y se estima que hay entre 50.000 y 100.000. Hablan su propio idioma y son los únicos en Noruega que tienen el derecho de criar los renos.
La caza de brujas de Vardø Uno de los motivos por los que esta localidad es conocida es por la caza de brujas que tuvo lugar en el siglo XVII. En el plazo de dos años (1621-1623) se llevaron a la hoguera a 91 mujeres y niñas. Una fuerte tormenta tres años antes había hundido unos barcos pescadores de esta localidad y fallecieron cuarenta hombres. Las mujeres se hicieron cargo de la pesca para sobrevivir lo cual causo recelo en la región. Eso, combinado con supersticiones, propició la persecución de brujas más grande de Europa.
El Steineset Memorial recuerda la caza de brujas del siglo XVII. © Sania Jelic El monumento Steilneset , inaugurado en 2011, conmemora las víctimas de este momento histórico. Varios libros recopilan la historia, uno de los cuales es Vardø, la isla de las mujeres escrito por Kiran Millwood Malgrave.
Hamningberg: piedras y pájaros en un entorno monocromático Hamningberg es una localidad de casas antiguas de madera mimetizadas con el entorno a la que se puede acceder solo en verano. El entorno es monocromático: piedras negras y gris oscuro de las que crecen hierbas y líquenes de color amarillento y rosado.
Es un tranquilo y silencioso pueblo de pescadores de bacalao que se preservó de milagro de la destrucción y quema que hicieron las tropas alemanas en su retirada. Aquí se puede ver a los renos pastando. La rutina se rompe en pocos momentos del año, como cuando acuden a su costa las ballenas jorobadas y rorcuales.
Lugar de avistamiento de aves en Vardø. © Sania Jelic Guía y curiosidades de Vardø Cómo llegar a Vardø A Vardø se llega en autobús desde el aeropuerto de Kirkenes o en el crucero de Hurtigruten que, además de ser un crucero, cumple la misión de ferry/transporte público y conecta las poblaciones a lo largo de la costa noruega, desde aquí hasta Bergen.
Clima de Vardø La población de Vardø es la localización más al este de Europa, incluso más que Estambul o San Petersburgo, en un lugar donde se respira espacio. Tiene declarado el clima ártico, con una media de 8 ºC en verano. En invierno la temperatura en la región puede bajar a -50 ºC, se cuenta con luz casi todo el día y oscuridad total durante unas seis semanas al año.
Cría de renos La cría de los renos es importante, ya que se usan para alimento y abrigo. Las familias ganaderas sami reúnen a los rebaños (con helicópteros y motos) en otoño y tienen una organización matriarcal. Aprovechan para hacer el recuento y marcaje de los ejemplares, todo un espectáculo. Lo que más me impresiono es que los niños de todas edades están presentes en el proceso, incluso durante la matanza, considerando este acto como algo natural.
Baños en el Ártico En Vardø un grupo de personas va a nadar todos los viernes del año, independientemente de la temperatura del mar, que no se congela, pero sí llega a los 2 ºC. Llegué a verlas entrar en el mar en bañador con gorro de lana a 4 ºC y con viento de 40 km/h, eso sí, vestida con mi ropa térmica. Dicen que es sano y que es cuestión de acostumbrarse, pero quizá en otra vida…
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