Los fines de semana permiten esas escapadas de media distancia que en sólo dos días te hacen desconectar de la rutina y volver con las pilas cargadas. En esta ocasión os proponemos Tomelloso, un pueblo manchego donde, además de conocer algo más de su historia y patrimonio, podréis disfrutar de excelentes vinos y una gastronomía de esas que reconfortan el alma.
Ayuntamiento de Tomelloso desde la Posada de los Portales. © Turismo de Tomelloso Castilla-La Mancha está llena de pueblos que pueden llegar a pasar desapercibidos si no se pone atención, pero que proporcionan unas escapadas perfectas de fin de semana para disfrutar de la historia, la gastronomía y el vino. Uno de ellos es Tomelloso, que recoge esa alma de La Mancha callada, fuerte y sin remilgos. Sigue leyendo porque te va a sorprender todo lo que puedes hacer en esta localidad, desde descubrir sus sorprendentes bombos hasta visitar museos de arte moderno.
Un paseo por el casco histórico Lo primero que harás seguramente al llegar a Tomelloso será dar un paseo para conocer su casco histórico. Descubrirás así en la plaza de España edificios como el del Ayuntamiento (de principios del siglo XX) y el de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (de comienzos del XVII). Pero si hay un lugar que se lleva todas las miradas esa es la Posada de los Portales , del siglo XVIII, un espacio que estuvo dedicado a dar albergue a los viajeros y a sus caballos hasta los años setenta del siglo pasado y que ha sido declarado Monumento Histórico-Artístico. Hoy día alberga la Oficina de Turismo y merece la pena acercarse no sólo para pedir información sino para admirar sus galerías con balaustres torneados, que recuerdan a las de un corral de comedias, o las preciosas vigas de madera del techo.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. © Turismo de Tomelloso Otro de los elementos arquitectónicos que define el perfil de Tomelloso son sus chimeneas. Pertenecían a las antiguas fábricas de alcohol y llegaron a estar activas más de cien. Con alturas de hasta cuarenta y cinco metros y algunas con curiosos diseños, pertenecen al patrimonio industrial de Tomelloso.
Los bombos de Tomelloso Esta localidad tiene una parte de su historia ligada a sus bombos, unas peculiares construcciones agrícolas fabricadas con piedras superpuestas que se utilizaban tradicionalmente como vivienda y refugio durante las tareas del campo. Se conservan noventa en perfectas condiciones y se puede ver una réplica en el Museo del Carro y Aperos de Labranza , un espacio que recorre la interesante historia agrícola de la zona.
Bombo. © Turismo de Tomelloso. Un paseo por el arte Tomelloso cuenta con dos museos muy valiosos. El primero, el Museo Antonio López Torres , dedicado a este artista tomellosero, que dedicó su obra a retratar las escenas de la vida cotidiana de su pueblo, y que guarda 65 óleos y 41 dibujos que incluyen obras cedidas por el artista. Tío del genial artista Antonio López García, en el entorno de este museo se encuentra el grupo escultórico “Carmen Dormida, Carmen Despierta”, creado por este último.
Museo de Antonio López Torres. © Turismo de Tomelloso La otra pinacoteca es el Museo de Arte Moderno Infanta Elena , compuesto por una exposición permanente y una planta que acoge exposiciones temporales. Fue inaugurado en 2011 y la exposición permanente está formada por obras del Certamen Cultural Virgen de las Viñas, que se celebra desde 2001.
Una ciudad volcada al vino La vocación vinícola de Tomelloso viene de lejos y hace que haya que fijarse en su subsuelo, ya que está ocupado por más de 2.500 cuevas que se comenzaron a construir en torno a 1820 para hacer y almacenar vino, y que se asoman a las calles mediante las lumbreras, unas aperturas que se abren sobre las aceras cubiertas con una reja. En una zona eminentemente agrícola, el cultivo de la vid se fue haciendo dominante, sobre todo en el último cuarto del siglo XIX y la primera mitad del XX, por el empuje que supuso la plaga de filoxera, que fue bien soportada por las vides de La Mancha a diferencia de lo que pasó en otras regiones.
El paisaje de vides rodea Tomelloso. © Turismo de Tomelloso Después de conocer el origen, sólo queda degustar alguno de sus vinos en sus bodegas, y para ello lo mejor es realizar una visita guiada con cata. Algunas de ellas son las Bodegas Peinado, las Bodegas Centro Españolas, las Bodegas Verum o las Bodegas Virgen de las Peñas. Y, por supuesto, acompañar también estos vinos en los restaurantes locales con platos típicos como las gachas, el pisto manchego, la caldereta de cordero o las famosas migas, tan adecuados en estas fechas.
Más información en:
Turismo de Tomelloso .
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