El viaje en solitario de Sania Jelic por Asia la lleva a la antigua Formosa, una isla con un pasado complejo y un futuro incierto. En este artículo nos cuenta qué ver en su capital, Taipéi, y en la menos conocida ciudad de Taitung y sus alrededores. También nos brinda algunos consejos prácticos para viajar sola a Taiwán.
Sun Moon Lake es una buena excursión desde Taipéi. © Sania Jelic. Descubierta por navegantes portugueses en 1544, Taiwán fue bautizada en aquellos momentos con el nombre de Formosa (Hermosa). Esa belleza se concentra en 394 kilómetros de largo y 144 de ancho, un tamaño similar al de Países Bajos o a la mitad de Escocia. Sin ahondar mucho en su historia, sólo indicar que existen indicios de que la isla ya estaba habitada hace veinte o treinta mil años. Su idioma indica, asimismo, que los primeros habitantes de esta isla fueron los que poblaron más tarde la región del Indo Pacífico, desde Taiwán a Hawái.
Qué ver en Taipéi, la capital La población de Taipéi asciende a 2,5 millones de habitantes, mientras que si se cuenta todo el municipio se alcanzan 7 millones. En la capital, y alrededores, vive el 25 por ciento de la población taiwanesa. Al llegar a la estación central de trenes de Taipéi pude observar que allí vivían los «sin techo», los primeros que he visto en este viaje a Asia. Más tarde escuché a la gente reír en la calle, besarse… El contraste con la silenciosa y contenida Japón me hizo sentir que había vuelto al país de los vivos.
La ciudad dispone de algunos atractivos de gran interés para visitar. Te los enumero:
1. El templo budista Longshan , que tiene elementos chinos. Por las mañanas llegan grupos de turistas, por las tardes se reúnen los monjes y cantan y de noche acude la población local a rezar. Al lado hay un parque donde va la gente sin hogar, que por las tardes reciben donaciones de comida.
El acceso al templo es gratuito y merece la pena visitarlo en diferentes horarios para experimentar los distintos ambientes. ¡Me llamó la atención que tiene un puesto para medir la tensión arterial!
2. La torre Taipéi 101 . En 2004 se inauguró una torre con 534 metros de altura y 101 plantas, la más alta del mundo, un récord que mantuvo hasta 2009. Hoy en día ocupa la posición décimo primera en altura. La inauguración se celebró con fuegos artificiales un 31 de diciembre y no pensaban que se convertiría en tradición, pero la gente se sigue reuniendo a los pies de la torre es día para celebrar el inicio del Año Nuevo, por lo que han seguido con el espectáculo pirotécnico. Y es uno de los eventos más retransmitidos a nivel global, después de los que se hacen sobre la Ópera de Sídney.
Sin embargo, la mayor curiosidad de la torre Taipéi 101 reside en su interior: una bola de acero de 5,5 metros de diámetro y 6,6 toneladas. Esta bola actúa como un péndulo estabilizador en caso de movimiento por fuertes vientos (se dice que puede resistir vientos de hasta 200km/h) o terremotos. Y ya se ha puesto en funcionamiento varias veces.
Mausoleo de Chiang Kai-shek. © Sania Jelic 3. El mausoleo de Chiang Kai-shek tiene bellos jardines y un pintoresco cambio de guardia. Lo que me pareció más interesante es la representación de la historia del país que se hace en el interior, ayuda a entender la complejidad del pasado y el momento político y social que vive la isla.
Una amiga inesperada
en Taipéi Durante la visita al palacio del Gobernador (abierto un fin de semana al mes) conocí a una señora taiwanesa. Comenzamos a comentar un cuadro con arrozales y montañas al fondo y terminamos quedando al día siguiente. Ella estaba jubilada y su inglés era un tanto limitado pero teníamos muchas ganas de entendernos. Me llevó de gira por los locales más emblemáticos de comida típica taiwanesa y fue maravilloso. Comimos los mejores buñuelos, caldos, guisos, zumos, pasteles… Una delicia.
Este tipo de encuentros enriquece enormemente la estancia. ¡Sus recomendaciones me sirvieron para el resto del viaje en Taiwán!
Templo Wen Wu en Sun Moon Lake. © Sania Jelic Siguiendo su sugerencia (porque la información no aparecía en las redes), tomé un autobús directo a Sun Moon Lake , en el interior de la isla. Esta zona turística consta de un gran lago que resulta idóneo para recorridos en bici y también para caminatas a los montes cercanos, que están salpicados de templos. Desde ahí me dirigí a Kaohsiung , que con 2,7 millones de habitantes es la tercera ciudad más grande de Taiwán. Es una urbe con un importante puerto pero también cuenta con varias pagodas (del dragón y tigre) y templos, que estaban en reconstrucción.
Templo budista Fo Guang Shan
No permanecí mucho tiempo en la ciudad porque a unos 20 kilómetros se situaba el templo budista Fo Guang Shan , el más grande de Taiwán, y quería visitarlo. Incluso pude vivir la experiencia de dormir allí y asistir a las oraciones al anochecer y de madrugada.
Las instalaciones de este monasterio, fundado en 1967 por Hsing Yun, son enormes. Su impulsor pretendía modernizar el budismo con una variante humanística. Hoy día emplean tecnología moderna, cuentan con una universidad budista y colaboran con universidades de Estados Unidos. En el recinto se puede observar una estatua de Buda de 36 metros de alto y un edificio de exposiciones. Fo Guang Shan está habitado por unos mil monjes y monjas (la mayoría mujeres), y tiene más de 1 millón de seguidores. Sus actividades van desde labores sociales, a través de ambulatorios móviles, hasta la creación de universidades.
Budas en el templo budista Fo Guang Shan. © Sania Jelic Ruta por Taiwán Taitung
Mi siguiente visita en Taiwán fue Taitung. Como no sabía que habían construido una nueva estación de tren a las afueras, elegí un alojamiento cerca de la estación pero estaba lejos del centro. Era uno de los que no tiene personal y al hacer la reserva recibí un email con instrucciones y códigos de apertura de puertas digitales.
Al llegar, estaba sola, en una casa vacía, en medio de la nada y a 25 minutos de cualquier lugar. Una situación extraña, pero que no iba a interferir en mi intención de ver la región.
Chishang
Nada más dejar la maleta regresé corriendo a la estación de tren para ir al pueblo de Chishang con la idea de alquilar una bici e ir a los arrozales que había visto con mi nueva amiga taiwanesa en el lienzo del palacio, que es por lo que había venido. Pero, al llegar, no era como esperaba. Estaba nublado y los campos de arroz eran más bien campos con barro. Habían cosechado ya, así que el paisaje se asemejaba poco al que había visto en el cuadro. Aun así, me gustó comprobar la facilidad de la ruta de bici, lo bien señalizada que estaba y lo preparada que está la zona para este tipo de turismo. La gente con la que coincidía en la ruta era divertida y nos reíamos cada vez que se nos cruzaban los caminos.
Aproveché para comprar el famoso “lunch box”, una caja con el almuerzo que es popular en la ciudad y cuya costumbre ha quedado de la época de la colonización japonesa.
Ruta en bicicleta de Sania por Chishang. © Sania Jelic. Excursión en autobús desde Taitung
De regreso en tren a Taitung conocí a otra señora taiwanesa, profesora de colegio, que regresaba a casa el fin de semana. Me comentó que hay mucho que ver en la región y que los taiwaneses van mucho de excursión en coche, pero que también hay tours en autobús. Así que, al llegar a la estación de tren, encontramos la parada del autobús turístico con los horarios. Fue muy amable y me llevó en coche al centro porque quería asegurarse de que encontraría el mercado nocturno para poder comer. Lamentaba no poder acompañarme, ya que se iba a cenar a casa de su suegra. Desde que se quedó viuda hace unos cuatro años, toda la familia del marido la arropa y la cuida. Se sentía afortunada.
Al día siguiente fui a la parada del autobús turístico y comencé a hablar con una joven. Era de China, pero al vivir en Singapur podía visitar Taiwán. Los taiwaneses pueden viajar de visita a China, pero no al revés, algo que agradecen los taiwaneses porque creen que les invadiría el turismo desde China, y creo que no les falta razón viendo lo mucho que viajan los chinos por su región.
El autobús estaba lleno, la mayoría eran taiwaneses senior y algún turista coreano. La guía hablaba solo chino así que me perdí todas las explicaciones. Aun así, fue una excursión muy interesante. Parábamos en parajes naturales excepcionales y asistimos a una actuación de una etnia originaria de Taiwán. Me llamó mucho la atención el atuendo que llevaban los artistas y las canciones que tocaban porque se asemejaban mucho a Hawái.
Paramos también en el pueblo pesquero Chenggong y estaba deseando ver lo que había de pescado y probar algún plato local. En el muelle me encontré tirados varios ejemplares de tiburón, bastante grandes, todos de más de dos metros. Había varios tiburones martillo, un tiburón tigre (era la primera vez que veía uno), un tiburón zorro… Me dio pena verlos tirados así, les habían cortado las aletas. No pude comer.
Puente de Sanxiantai Arch. © Sania Jelic La última parada era el puente Sanxiantai Arch , donde soplaba mucho el viento, el cielo estaba nublado y el mar revuelto. Con esta excursión me quedó claro que la parte oriental de la isla es muy propicia para excursiones en bicicleta. El terreno es llano, las rutas señalizadas, hay muchos puntos de interés y se encuentra alojamiento de diferentes categorías.
De vuelta a Taipéi
Regrese en tren a Taipéi. Lo que no sabía es que en el vagón venden comida local caliente, lo cual implica mezcla de olores durante todo el trayecto. Me resultó duro, el local tiene bastantes especias con aromas intensos.
En Taipéi me reuní otra vez con mi “anfitriona”. Quedamos en la estación de trenes, donde hay un pequeño mercado de artesanía étnica de Taiwán con actuaciones. Me pareció bonito el respeto con el que se trata el tema de las dieciséis etnias. Después, dimos una última vuelta por los mercados nocturnos. El mercado de Le Hua es especialmente limpio y ordenado. Así termino mi viaje por Taiwán, volvería para ver los arrozales y la pirotecnia de la Torre Taipei 101.
Y a buscar nuevas amigas.
Actuaciones en la estación central de Taipéi. © Sania Jelic Algunos consejos prácticos Salones de masaje En toda la ciudad hay multitud de salones de masaje. De pies, de medio cuerpo, de cuerpo entero… Están abiertos desde las 9 de la mañana hasta bien pasada la medianoche. ¡Y están casi llenos! Los precios son populares (8€media hora de masaje es ) y la población local, tanto mujeres como hombres, los usan para relajarse. Estaría bien que estos servicios fueran así de asequibles en otros países del entorno.
Tour gastronómico Las zonas comerciales rebosan vida, alegría y buen ambiente y los mercados nocturnos con comida son una experiencia en sí mismos. Es muy recomendable apuntarse a algún tour gastronómico para familiarizarse con los platos típicos.
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