Bali, que forma parte del archipiélago de Indonesia, ha sido la siguiente parada de Sania Jelic en su viaje sola por Asia. Esta isla, que se ha convertido en un destino turístico de tal nivel que puede resultar agobiante, ha supuesto una grata sorpresa para esta viajera que ha encontrado la forma de aprovechar la estancia fuera de la masificación. En este artículo nos cuenta algunos de sus lugares imprescindibles y nos da unos valiosos consejos para viajar sola a Bali.
Sania en un templo de la isla de Bali. © Sania Jelic Bali es un destino que genera tantas expectativas como dudas entre quienes viajan solas. En mi caso, resultó ser una experiencia mucho mejor de lo que imaginaba. Inicialmente, solo iba a ser una «parada técnica» en mi viaje de buceo a las islas Komodo, pero decidí quedarme unos días para explorarla, y fue una gran decisión.
La isla está dividida en zonas muy diferenciadas, cada una con su propio ambiente: lugares para hacer senderismo, para descansar, para hacer buceo… Esto permite vivir experiencias completamente distintas en un mismo territorio, según los intereses de cada viajera.
Ubud: el corazón espiritual de Bali Mi primera parada fue Ubud , una localidad considerada el centro espiritual de la isla. Con una población de unos 75.000 habitantes, el tráfico es terrible y las motocicletas generan un ruido constante. A pesar de ello, conserva su esencia hindú y tradiciones, además de albergar numerosas escuelas y centros de crecimiento personal, con yoga y meditación como base.
Algunos lugares destacados son:
• The Yoga Barn: un punto de encuentro perfecto para socializar, donde se encuentran los perfiles más variopintos y se imparte desde danza africana hasta formaciones para futuros instructores de yoga. La calidad de las clases depende del profesor. Es un espacio social más que espiritual, a menudo comparado con un «Disneyland del yoga». No se hacen reservas. • Alchemy (alchemybali.com): es otro establecimiento con una gran oferta de actividades. Sus instalaciones disponen de servicios médicos y un restaurante de moda. Los edificios de bambú y sus espacios abiertos permiten clases de hasta 50 personas, aunque siempre con micrófono para contrarrestar el ruido del tráfico.
Putri Bali Spa es un centro de bienestar familiar de la isla de Bali. © Sania Jelic • Putri Spa (putribalispa.com): un spa familiar fundado por Neli Putri hace 15 años, que destaca por su arquitectura, jardines y salas de masaje al aire libre, con grandes bañeras rodeadas de flores. Está muy bien mantenido y ofrece paquetes de hasta cinco horas de tratamientos a precios que son la mitad o un tercio de lo que se paga en España. Muy recomendable.• Bambu Indah Resort (bambuindah.com): un selecto refugio construido de bambú, con piscina natural, puentes colgantes y un restaurante a orillas del río. Es un lugar idílico para pasar el día en la naturaleza y en piscinas naturales, escuchando el canto de las aves. • Monkey Forest (monkeyforestubud.com): un bosque que lleva habitado por monos desde hace dos mil años. Se han acostumbrado a la presencia humana y son muy divertidos, me pasaría horas mirándolos. Lo que me sorprende es que el bosque no haya sido escenario de alguna película porque, desde luego, ofrece escenarios magníficos.
Sania en el Monkey Forest. © Sania Jelic Bali Trees: el retiro perfecto Uno de los mejores descubrimientos fue Bali Trees , un retiro en Tabanan rodeado de arrozales y bosques, alejado del ruido del tráfico y a muy buen precio. Su concepto es genial y flexible, permitiendo a los viajeros quedarse el tiempo que deseen.
El paquete básico incluye: alojamiento y pensión completa, dos clases diarias de yoga (de una hora y media cada una) y dos actividades complementarias que varían según el día de la semana, como visitas a arrozales y cataratas, preparación de aceite de coco, danza balinesa o meditación.
Arrozales en los alrededores de Bali Trees. © Sania Jelic El alojamiento es en bonitas cabañas dentro del recinto o en casas en las aldeas aledañas, que consiguen mantener el mismo estándar de calidad y limpieza de las habitaciones. Los profesores de yoga varían y eso es muy interesante ya que cada uno aporta algo diferente.
Todo esto permite un flujo de asistentes, de todas las edades, de lo más variopinto. Desde azafatas que vienen a descansar unos días, a veteranos de guerra de Afganistán que se quedan 2 semanas. Esta mezcla enriquece adicionalmente la estancia porque las conversaciones son muy interesantes, en diferentes idiomas. Se intercambian impresiones, recomendaciones de viajes y se hacen amistades que perdurarán más allá de este encuentro.
En este lugar destacan los profesores Teddy (que obtuvo el segundo puesto en la competición internacional de yoga hace tres años) y Krishna, especializada en ejercicios centrados en la salud.
Sania en una clase de yoga de Bali Trees. © Sania Jelic Gili Air: entre la belleza y la temporada de lluvias El archipiélago Gili, a unas tres horas en hidrofoil desde el sur de Bali, ofrece tres islas con ambientes diferentes: Gili Trawangan , famosa por sus fiestas y la celebración de la luna llena; Gili Meno , un destino romántico, ideal para lunas de miel; y Gili Air , tranquila y atractiva para el buceo.
Escogí Gili Air, pero tuve mala suerte. Nada más llegar, la temporada de lluvias, que se había retrasado, descargó de golpe. Las lluvias y el viento transformaron el paisaje, se cerraron los locales, hubo cortes de electricidad e Internet y se suspendió la conexión con Bali. La isla se convirtió en una «ratonera», forzando a los viajeros a buscar rutas alternativas para salir, como en embarcaciones locales hasta Lombok.
Fue complicado para Sania salir de la isla Gili Air en la temporada de lluvias. © Sania Jelic Me resultó interesante vivirlo. Siempre había escuchado sobre “la época de lluvias” y ahora lo pude ver. Es una versión muy diferente del entorno, pero tiene también su encanto ver a los turistas abandonar la isla, haciendo colas en el embarcadero tratando de marcharse mientras los lugareños se dedican a sus tareas tranquilamente. Yo fui de las que quería marcharse, ya no tenía sentido quedarse. La única opción era hacerlo en una embarcación local a la cercana isla de Lombok y desde ahí hasta el aeropuerto. Para los que querían probar suerte en el mar, se iba por carretera (dos horas) a otro puerto para embarcar en un ferry grande que tardaba entre cinco y ocho horas en llegar a Bali.
En la isla descubrí varios negocios españoles, como el centro de buceo Four Elements Eco Dive (fourelements-ecodive.com), fundado por Joan, de Tossa de Mar. Me comentó que es relativamente fácil abrir un negocio propio en Indonesia y que está feliz en la isla. ¡Le deseo mucha suerte!
Curiosidades de Gili Air: no hay coches ni perros; el transporte es en bicicleta o en carruajes tirados por caballos. ¡Y claro que se escuchaba español en la calle!
Otros lugares de interés en Bali Si buscas en Bali alternativas fuera del circuito de fiesta, apunta los siguientes lugares: Amed , playa de arena negra, tranquilidad y con posibilidad de avistar delfines; Lovina , con paisajes verdes y un ambiente relajado; y Nusa Penida , impresionante para hacer esnórquel en Manta Point.
*Finalmente, debido al mal tiempo, decidí posponer mi viaje de buceo y cambiar mi itinerario. Os seguiré contando en mi próximo artículo…
Consejos prácticos para viajar sola en Bali Transporte No hay transporte público eficiente, por lo que se recomienda usar las aplicaciones de coches con conductor Gojek o Grab . Recomiendo el servicio del conductor Teo Wikarsa (@teojuve en Instagram, WhatsApp: +62 817-9777-377) que ofrece precios correctos, buen servicio, buen inglés y es un gran conocedor de la isla y de la oferta turística. Puede ayudar con la planificación de la ruta y con la compra de algunos billetes.
Visado Se puede solicitar a la llegada, pero es mejor hacerlo online con antelación (unos 15 días antes). Es para 30 días y si deseas extenderlo a 60 días, también se puede gestionar online para evitar trámites presenciales.
Internet Las tarjetas e-SIM son caras, por lo que conviene comprar una SIM local. Telkomsel ofrece la mejor cobertura en la isla.
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