Durante más de un siglo, el Balneario La Albotea ha permanecido en silencio. Un silencio apenas interrumpido por los sonidos propios de la naturaleza y por el leve cosquilleo de esa corriente subterránea sobre la que se asienta. Con su reciente reapertura podéis formar parte de este nuevo capítulo de su historia y también descubrir los atractivos que brinda su entorno: Cervera del Río Alhama y la ciudad celtibérica de Contrebia Leucade.
© Balneario La Albotea. La reapertura del balneario La Albotea no sólo ha devuelto a la vida una arquitectura con historia, sino que ha reactivado en Cervera del Río Alhama un modo de entender la salud y el ocio vinculado a las aguas mineromedicinales. Y lo ha logrado sin artificios, con la fuerza de su legado: un manantial idóneo para tratamientos respiratorios, reumatológicos y dermatológicos. Con las propiedades de su agua, un alojamiento reformado y ampliado para acoger nuevamente a los huéspedes y un restaurante de cocina tradicional riojana comienza su nueva vida.
El milagro del agua en el balneario La Albotea Para conocer las raíces de este balneario hay que remontarse hasta 1851, cuando fue localizado el manantial que lo alimenta hasta hoy día. El descubrimiento fue promovido por el médico Manuel Mateu i Fort, que, guiado por un zahorí, logró encontrar estas aguas subterráneas. El análisis de las mismas confirmó que disponían de propiedades curativas, por lo que no tardó mucho en abrirse al público una galería de baños y una modesta hospedería.
Su nombre comenzó a correr de boca a boca en el siglo XIX y llegó a consolidarse como uno de los destinos termales de referencia en la Península, un lugar al que acudían la burguesía y las personalidades de la época. Pero un incendio y los estragos sociales del siglo pasado dejó a La Rioja sin uno de sus referentes termales más emblemáticos. Ahora vuelve a latir con fuerza gracias al empeño de la cadena Relais Termal , que ya dispone de otros establecimientos repartidos por el país.
Aquel edificio de hospedaje de antaño se ha transformado en un alojamiento moderno, que ha integrado nuevas soluciones energéticas y conserva su esencia: piedra vista, suelos hidráulicos, techos altos y amplios ventanales, ya que en la rehabilitación se han respetado los materiales y el estilo original.
Parte del edificio histórico del balneario. © Pepa García Descanso y relax Actualmente cuenta con sesenta habitaciones, treinta en las plantas superiores, de las que tres son suites, y otras treinta en un moderno edificio de dos plantas, que mira al valle del río Alhama, junto a la piscina exterior. El conjunto se ha dotado también de restaurante, cafetería, salones y espacios verdes donde relajarse y que tienen el privilegiado telón de fondo de la sierra del Alcarama.
Zona de aguas del Balneario La Albotea. © Pepa García Como no puede ser de otra manera, el corazón del balneario es su zona de aguas , localizada frente al edificio principal. En este lugar se distribuyen varios espacios en los que se desarrollan terapias y técnicas enfocadas al bienestar del cliente. Los tratamientos son aconsejados por los profesionales del balneario que analizan las necesidades del huésped y aconsejan envolturas, inmersión en bañeras, inhalaciones, masajes… Otra opción más lúdica es el circuito Utsuroi, que se hace por libre y que consta de piscina termal con chorros, jacuzzi, cromoterapia, baño de vapor, sauna finlandesa, tanque de hielo y sillones calientes de reposo. Además, si se sube a la azotea, se puede terminar la sesión en un relajante solarium con jacuzzi, un pequeño oasis rodeado de naturaleza desde donde se puede ver a la aves sobrevolando el cielo.
Solarium del Balneario La Albotea. © Pepa García No os perdáis tampoco la denominada Poza minero-medicional Los Olivos situada en el jardín, cuya forma ondulada y aguas turquesas, invitan al baño y a olvidarse de cualquier problema mientras se observa la quietud del entorno.
📍Propiedades del agua: Las aguas del manantial del balneario La Albotea son hipotermales de mineralización fuerte, sulfuradas yoduromagnesianas y extremadamente duras, por lo que se recomiendan especialmente para afecciones respiratorias (alergias, asma y bronquitis crónica), reumatológicas (artrosis degenerativas e inflamatorias) y dermatológicas (eczemas y psoriasis).
Cervera del Río Alhama desde la ermita. © Pepa García Cervera del Río Alhama, un paseo en alpargatas A escasos minutos del balneario se sitúa Cervera del Río Alhama, una localidad de algo más de dos mil habitantes que se enorgullece de su entorno natural, de su castillo, de su ermita de la Virgen del Monte (con categoría de basílica), de sus fiestas… Y, también, de ser la cuna de la alpargata , una actividad que fue durante siglos el motor económico y social de toda la comarca, ya que acogió gran número de talleres donde miles de hombres y mujeres trabajaron cosiendo, trenzando y rematando este humilde calzado. Un dato curioso es que la fuerza del trabajo cerverano se agrupó a finales del siglo XIX en torno a la Sociedad de Alpargateros “Defensora del Trabajo”, una organización que fue clave en la reivindicación de derechos laborales, y cuyo ejemplo es germen del sindicalismo rural en La Rioja.
Lourdes Pomar, de Alhamas. © Pepa García Alma alpargatera Cervera del Río Alhama aún conserva el alma de aquellas alpargateras, y no es de extrañar porque esta artesanía continúa activa no sólo en varios talleres sino también en el espíritu de personas como Lourdes Pomar , que vive con pasión esta actividad y que ha creado una empresa de alpargatas para que no se pierda la tradición. Eso sí, adaptada a los nuevos tiempos y siguiendo las últimas tendencias.
Os animamos a visitar su tienda, Alhamas , no sólo porque encontraréis bonitos modelos de calzado de calidad, sino porque también estaréis apoyando un emprendimiento local. A pesar de que sólo llevan cuatro años con la tienda y que venden casi todo a distancia (sólo tienen otra tienda física en Alicante), sus alpargatas ya las han calzado personajes tan conocidos como la anterior primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, a quién se las regaló Begoña Gómez durante la Cumbre de la OTAN de 2022.
Alpargatas Alhamas. © Pepa García Un patrimonio de leyenda Cervera del Río Alhama no sólo invita a las compras, también a recorrer sus siglos de historia en pocos pasos. Dos lugares imprescindibles en la población son los restos del castillo , situado en la Peña de San Antonio, y la ermita o basílica de la Virgen del Monte , símbolo espiritual del municipio. En su interior, bóvedas estrelladas y frescos ocultos durante siglos componen un espacio cargado de simbolismo y leyendas.
Una de las más célebres relata el amor imposible de Zahara, hija del emir de Cervera, con Fortún, un noble cristiano cautivo. A pesar de que una profecía advertía a la joven de un destino fatal por amar a un cristiano, desafió a su padre y a su prometido Alí intentando huir con su amado. Alí usó entonces un hechizo para hacerla desaparecer, pero fue Fortún a quien acusaron de su muerte y posteriormente lo ejecutaron. Tras la tragedia, un pastor encontró en una cueva el tesoro que Zahara había enterrado para construir un templo, y aunque en principio gastó parte del botín, terminó confesando en su lecho de muerte el deseo de Zahara. Con la construcción de la ermita de la Virgen del Monte cesaron las apariciones de la princesa en la Cueva de la Luna.
Frescos de la ermita de la Virgen del Monte. © Pepa García Camino Verde del Alhama, del Pozo Largo a Contrebia Leucade Otro de los atractivos turísticos más singulares de Cervera del Río Alhama es el Camino Verde del Alhama, un trecho del cual conecta la población con el balneario. La ruta completa (12 kilómetros) comienza en La Albotea y recorre la margen derecha del río hasta llegar a la localidad vecina de Aguilar del Río Alhama. A lo largo del camino se atraviesan huertas, cortados rocosos sobrevolados por buitres, miradores y puntos de alto valor arqueológico. Si os animáis a seguirlo en verano, tendréis un plus ya que se puede hacer una parada en el Pozo Largo , unas piscinas naturales con pequeños saltos de agua donde daros un baño y disfrutar de un picnic, como hacen los locales.
Contrebia Leucade, yacimiento de una ciudad celtibérica. © Pepa García Contrebia Leucade La senda prosigue hasta otra visita imprescindible, Contrebia Leucade , un yacimiento celtíbero excavado en la roca y distribuido en varios niveles que, gracias a su buena conservación, parece un auténtico estudio cine. Allí, los pelendones crearon una ciudad fortificada con murallas, fosos, aljibes y viviendas con varias habitaciones. La organización urbana, el sistema de abastecimiento de agua y los restos de la romanización revelan el grado de sofisticación de esta cultura prerromana. Si se continua el Camino Verde, se puede visitar además el Centro de Interpretación del yacimiento situado en Aguilar, donde además de interesantes piezas halladas en el sitio también es posible ver un documental que narra su historia de forma detallada. El yacimiento sólo se puede visitar de forma guiada por lo que es necesario reservar (Tel. 941 197 119) antes de llegar al mismo.
Y de esta manera, con tratamientos de bienestar, compras, paseos por Cervera del Río Alhama y una visita a un yacimiento arqueológico, habrá terminado un auténtico fin de semana de desconexión en La Rioja.
Guía Práctica Cómo llegar a Cervera del Río Alhama Una de las maneras más cómodas de llegar es en tren, pero tendréis que bajaros en la estación de Tudela, que se encuentra a 38 kilómetros. Y una vez allí, contratar el servicio de traslado con un taxi local. Si vuestra residencia no está lejos de La Rioja, lo más conveniente es ir en vuestro propio vehículo para poder moveros con libertad por la zona.
Dos paradas gastronómicas Restaurante Asador Sanda . Situado a las afueras de Cervera del Río Alhama, cuenta con unas amplias instalaciones, además de una cocina excelente. No os perdáis sus suculentos desayunos.
Asador San Roque. Uno de esos restaurantes de toda la vida que nunca decepcionan, todo lo que pidáis os va a gustar pero no olvidéis las chuletillas ni sus flanes caseros. Está situado en Alfaro, por lo que es una opción ideal si luego tomáis el tren en Tudela, aunque merece una visita exclusiva.
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