Mientras Madrid se llena de terrazas abarrotadas, el campo se cubre de flores apenas a media hora. En un entorno natural, el hotel boutique Finca Aal Cachucho ofrece una propuesta para gozar de buen tiempo, aire puro, caballos al paso, picnics entre flores y baños de sonido. Si buscas un lugar donde desconectar cerca de la capital, en Etheria Magazine ya lo hemos encontrado.
Precioso jardín del hotel. Enclavado en una finca privada de seis hectáreas, Aal Cachucho se ha convertido en algo más que un alojamiento rural. Es un hotel destino situado en San Agustín de Guadalix donde el lujo no se mide en estrellas, sino en calma, espacio y detalles. La arquitectura del edificio principal, de líneas sencillas y rodeado de jardines, se funde con un paisaje formado por encinas centenarias, campos abiertos, un estanque con nenúfares y una piscina climatizada de agua salada al aire libre que permite nadar incluso más allá de los meses estivales.
Sus siete habitaciones , dobles y suites, son todas distintas y ofrecen un refugio para el descanso. Las tres suites, con un tamaño de 35m2, disponen de terraza y jardín privado, dos de ellas incluso ofrecen una bañera al aire libre. Y las cuatro habitaciones dobles restantes cuentan con una superficie de entre 15 y 25 m2, además de terraza privada. Todas ellas brindan las comodidades necesarias para disfrutar de una relajante estancia.
Habitación de la Finca Aal Cachucho. Planes para todos los ritmos Con la llegada del buen tiempo la finca se transforma en el escenario perfecto para realizar experiencias en plena naturaleza. Una de las más que más destaca es pasear a caballo al atardecer, unos itinerarios que son guiados por profesionales y diseñados para todos los niveles. Estos recorridos permiten adentrarse en los alrededores del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, siguiendo caminos que serpentean entre dehesas, montes bajos y prados en flor.
Otra propuesta ideal para los huéspedes son los picnics campestres , en los que cada detalle está pensado para disfrutar de una experiencia agradable, desde las cestas de mimbre con productos locales hasta el mantel de lino. Se puede elegir ubicación: a la sombra de una encina centenaria, junto al estanque o con vistas a la Sierra de Guadarrama. La oferta culinaria, por supuesto, está a la altura y compuesta por productos frescos y de proximidad.
Además de estas dos actividades, Aal Cachucho también organiza sesiones de yoga al aire libre y actividades personalizadas para fiestas, bodas o, simplemente, encuentros de amigos que buscan algo diferente. Incluso se ha convertido en un referente para formaciones, team buildings o presentaciones de producto, ya que dispone de zonas interiores y exteriores equipadas para el trabajo y la restauración a medida. Su apuesta por el bienestar, la desconexión y los espacios abiertos encaja con una nueva forma de entender los encuentros corporativos.
Paseos a caballo desde la Finca Aal Cachucho. Bienestar y experiencias sensoriales El hotel es asimismo un espacio idóneo donde gozar de experiencias en las que encontrar el codiciado equilibrio cuerpo-mente. Una de las más singulares es el baño de sonido en el jardín , que se hace con distintos instrumentos, como los cuencos tibetanos, y que generan una vibración envolvente que invita a la meditación profunda. No hace falta tener experiencia previa, basta con tumbarse sobre una esterilla y dejarse llevar.
La finca también propone sesiones de tantra yoga , una disciplina guiada por instructores especializados que busca reforzar la conexión emocional a través del movimiento, la respiración consciente y la atención plena. En un entorno como este, el resultado está casi asegurado.
En resumidas cuentas, en Aal Cachucho se diseña a medida, desde el desayuno servido en la terraza hasta el plan de actividades para una escapada concreta. No hay itinerarios prefijados ni horarios marcados, solo propuestas que se adaptan al ritmo del huésped.
Picnic en Finca Aal Cachucho. Una base perfecta para explorar el norte de Madrid Aunque el objetivo principal de muchos viajeros es no moverse de la finca, el entorno ofrece posibilidades interesantes para los más inquietos. San Agustín de Guadalix es un buen punto de partida de varias rutas de senderismo y ciclismo. El embalse de Pedrezuela, a pocos minutos en coche, ofrece la posibilidad de practicar deportes acuáticos, y la Sierra de Guadarrama está al alcance para excursiones de día. También es una buena base para visitar pueblos con encanto como Patones de Arriba, Torrelaguna o Manzanares el Real. Todos ellos a menos de 45 minutos, con historia, patrimonio y buena gastronomía.
Puedes encontrar más información en fincaaalcachucho.com
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