Un viaje en familia a Nápoles y la costa amalfitana está lleno contenido en forma de historia, cultura y experiencias únicas. Una que no puede faltar es una excursión al Vesubio, que ofrece la posibilidad de observar de cerca el cráter de un volcán en activo, además de una bonita caminata en la que comprender la increíble dimensión geológica e histórica de este famoso volcán.
Mirando los detalles del cráter del Vesubio. © Susana Garcia El reconocible perfil del Vesubio domina toda la bahía de Nápoles. Da igual si estás pasando unos días de vacaciones en Nápoles o en Sorrento, siempre que alces la vista ahí está, mostrando desafiante su cráter dormido. Lleva tantos años inactivo (la última erupción fue en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial) que la ascensión hasta el mismo borde del cráter está perfectamente organizada. Y es una excursión perfecta para realizar en familia , ya que es una lección viva de historia y geología a partes iguales.
En este artículo te contamos cómo preparar una excursión al Vesubio con niños y por qué debería ser una de las actividades imprescindibles si viajas a esta zona del sur de Italia.
Un volcán dormido Hay un componente de sorpresa que siempre es necesario antes de viajar y que es fundamental si se viaja con niños, pero una excursión como la del ascenso al cráter del Vesubio merece la pena prepararla con algo de información para los más pequeños. La dimensión geológica e histórica del Vesubio y sus alrededores es enorme y va mucho más allá de las maravillosas vista que ofrece desde su cumbre.
En el aspecto geológico, el Vesubio es un volcán activo. La pregunta no es si volverá a entrar en erupción, es más bien cuándo podrá hacerlo, aunque en estos momentos no hay señales inmediatas, por lo que es una excursión que se puede realizar con total tranquilidad. Actualmente, los sistemas de control sísmico del Observatorio Vesubiano monitorizan la zona permanentemente registrando los habituales terremotos (la gran mayoría imperceptibles) y el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) está preparado para emitir alertas tempranas si detectara signos de reactivación, lo cual permitiría seguir el plan de evacuación de las setecientas mil personas que viven en el área de mayor riesgo.
Vista del Vesubio desde el castillo de Sant’Angelo en Nápoles. © Susana García Historia y mitología La historia es tan apasionante como la geología del volcán, y tiene mucho que ver con los innumerables relatos sobre el fin de Pompeya con la violenta erupción del año 79. Esta próspera ciudad romana (junto con Herculano, Estabia y Oplontis) quedó sepultada bajo la ceniza y la piedra pómez que lanzó el cráter del volcán, y permaneció cubierta hasta el comienzo de las excavaciones arqueológicas del siglo XVIII.
Aunque fue la más violenta conocida, no ha sido la única erupción. Fue también muy destructiva la de 1631, que dejó más de 600 víctimas, aunque no llegó a afectar a Nápoles. En 1906 se produjo otra erupción que ensanchó trescientos metros el cráter y, la última registrada, fue la de marzo de 1944, que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial y destruyó un funicular construido en 1880. La ciudad de Nápoles, ocupada por aquel entonces por las tropas aliadas, vivió con expectación el suceso y hay numerosos testimonios de los soldados americanos relatándolo.
Dioses griegos y romanos La mitología tenía también que tener un relato para explicar un lugar que se sabía diferente. El propio Vesubio era una divinidad para los romanos, que creían que la caldera de los campos Flégreos era el acceso al inframundo y hogar de gigantes. En esta zona ubicaban la fragua de Hefesto, el dios herrero, que fue rebautizado por la mitología romana como Vulcano.
También hay relatos que ubican la morada del monstruo Tifón (último gran enemigo de los dioses del Olimpo) en el Vesubio, cuyos movimientos de monstruo atrapado provocarían las erupciones.
Hasta el mismo dios Dionisio, deidad del vino y la fertilidad, tiene una historia ligada con la parte más amable de esta zona: los viñedos que crecen en sus fértiles tierras y dan lugar a vinos como el famoso ‘Lacryma Christi’. Este dios se enamoró de una doncella mortal que vivía en las faldas del volcán y bendijo la tierra con viñas que crecieran sobre la tierra volcánica para protegerla de los peligros del fuego interior del volcán.
Cráter del Vesubio. © Susana García Subida al cráter En esta excursión nos centramos en el sendero del Gran Cono, el más espectacular y el único que necesita entrada, el resto del Parque Nacional del Vesubio es de entrada libre y ofrece también numerosas rutas de senderismo de diferente dificultad.
El sendero del Gran Cono comienza a unos 1.000 metros de altitud y desde el punto de entrada hasta el cráter son unos 800 metros (con un desnivel de unos 200 metros) que se realizan a través de un camino de gravilla, ancho y señalizado. No tiene más dificultad que subir la cuesta, que lleva en torno a una media hora, dependiendo del ritmo que se lleve, y mantener vigilados a los más pequeños, ya que está limitado solamente por una cuerda en el lado de la pendiente y en algunos lugares puede ser peligroso.
Camino de subida hasta el Gran Cono del Vesubio. © Susana García Al llegar arriba, recibe un bar con bebidas, snacks y tienda de souvenirs . Después de este punto, sigue el camino que bordea el cráter, ya todo al mismo nivel, y que no lo circunvala, solamente llega hasta la mitad, por lo que es un camino de ida y vuelta. A un lado, las vistas de esta gigantesca caldera y, al otro, si la climatología lo permite, se abrirá el maravilloso paisaje de la bahía de Nápoles a vuestros pies. En este recorrido, aunque os pueda parecer mentira, hay otro bar donde parar a descansar y admirar el paisaje.
El descenso será mucho más sencillo y rápido, aunque siempre hay que mantener la alerta, sobre todo por los resbalones con la gravilla.
Guía práctica de la excursión al Vesubio ¿Cómo llegar al Vesubio? Se puede llegar en coche o en transporte público. En el primer caso, desde Nápoles tardaréis 30-40 minutos por la autopista A3 (salida Torre del Greco o Herculano) hasta llegar al parking. Es recomendable reservar el parking con antelación en parkingsuvio.it . Desde allí se puede subir hasta la entrada con un transporte lanzadera (3 Euros, ida y vuelta). No tratéis de hacer este tramo caminando con niños, es largo, cuesta arriba y peligroso, ya que hay que hacerlo por la misma carretera estrecha por la que circulan los autobuses.
En transporte público desde Nápoles se puede ir en el tren Circumvesuviana hasta las estaciones de Ercolano Scavi o Pompei Scavi. Desde allí, hay autobuses lanzadera (Vesuvio Express o EAV) que suben hasta el aparcamiento a 1.000 metros de altitud.
Ruta del Gran Cono del Vesubio. © Susana García ¿Cómo comprar las entradas? Si realizáis la excursión por vuestra cuenta, podéis comprar las entradas en vesuviopark.vivaticket.it para el paseo por el cráter. Están disponibles con un mes de antelación y tendréis que estar atentos porque el cupo no es muy grande y se llena pronto, sobre todo en temporada alta.
Los tours organizados ya llevan la entrada incluida, a la que se suma la explicación del guía (siempre valiosa) o de una audioguía. En este último caso, tened en cuenta que la cobertura en la zona del Vesubio es limitada, por lo que deberéis llevar los audios descargados antes de llegar. Algunas de las que ofrece Civitatis son:
Excursión al Monte Vesubio .Tour al Vesubio con audioguía. Excursión al Monte Vesubio por libre .
También hay numerosas opciones para combinar esta visita con Pompeya y Herculano.
¿Qué horario tiene el parque del Vesubio? El parque abre de 9 de la mañana hasta las 17 horas (18 h en verano).
¿Cuánto se tarda en realizar la excursión? La excursión al borde del cráter suele durar entre dos y tres horas, dependiendo del tiempo que dediquéis a pasear por allí o si decidís tomar algo en sus bares. La subida suele llevar entre 30 y 40 minutos y la bajada se hace bastante más rápido.
¿Cuándo realizar la excursión? No hay una sola sombra en todo el recorrido, excepto un pequeño techado en los dos bares que hay en la cumbre, por lo que durante los meses de verano el calor es intenso. La mejor época para subir es, sin duda, la primavera o el otoño y siempre es mejor comenzar lo antes posible para evitar el calor de las horas centrales del día.
Bar y tienda de souvenirs en la ruta del Gran Cono del Vesubio. © Susana García ¿Qué llevar en la excursión? Es recomendable llevar algo de agua para la subida (no hay fuentes para rellenar, pero al llegar arriba se puede comprar más si fuera necesario), algún aperitivo para los niños, gorro, gafas de sol y crema solar. Es imprescindible llevar calzado cómodo y cerrado.
Si vais a hacer una visita con audioguía no podéis olvidar los auriculares y el móvil con batería. Al comenzar la subida os ofrecerán, a cambio de una propina, bastones para apoyaros en el ascenso. Si viajáis con niños muy pequeños tened en cuenta que el camino no es apto para carritos de bebé, tendréis que llevarlos en una mochila.
¿Cómo preparar la la subida al Vesubio? Siempre es recomendable documentarse antes de viajar. Los más pequeños pueden acercase a la historia de la zona con el libro de aventuras “Los secretos del “Vesubio”, de la colección Misterios Romanos (recomendado de 9 a 12 años). También es muy aconsejable el documental “Pompeya: el último día” (BBC), disponible en varias plataformas.
Más información: Parque Nacional del Vesubio
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