Ir al contenido principal

Una escapada navideña por los sabores de Portugal

¿Qué te parece organizar con tus amigas una escapada a alguna de las regiones de Portugal para, además de disfrutar del entorno, degustar la mejor gastronomía? En este artículo te damos las claves más sabrosas del país vecino y, además, te contamos qué dulces tienes que buscar si viajas durante las Navidades. Sigue leyendo porque te va a servir para organizar unas cuantas escapadas de esas que no vais a olvidar nunca.

Mesa con platos tradicionales de Alentejo.
Mesa con platos tradicionales de Alentejo. © Visit Alentejo

No decimos nada nuevo si afirmamos que Portugal es probablemente el mejor país para organizar una escapada con amigas desde España. La extensa frontera compartida, en la que se diluyen costumbres y diferencias, hace que sus regiones sean fácilmente accesibles por carretera desde muchas provincias españolas. Además, los numerosos vuelos directos a Lisboa, Oporto y Faro acercan también por aire las regiones que rodean a estas ciudades y a las islas de los archipiélagos de Madeira y Azores, que son siempre promesa de unas vacaciones perfectas en las que disfrutar a la vez del mar y de una naturaleza de un tono verde profundo.

Pero, sobre todo, lo que nos gusta de Portugal es que es un destino capaz de generar infinitos planes de viaje. En esta ocasión nos vamos a fijar en la gastronomía porque ¿hay algo mejor que compartir mesa con tu grupo de amigas para disfrutar de productos de primera y charlas entre risas? Si sois de esas pandillas de amigas disfrutonas, sigue leyendo porque te vamos a dar unas cuantas razones para que vuestro próximo viaje sea a Portugal.

Lisboa en Navidad.
Lisboa en Navidad. © Nuno Correia/CML/Turismo de Lisboa

Además, si eliges las fechas navideñas para esta escapada también te damos pistas para que disfrutes de la gastronomía de esta época que, como en todos los lugares de Europa, tiene unas tradiciones muy marcadas. La cena de Nochebuena se celebra, como no podía ser de otra manera, con bacalao. En esta ocasión tan especial se prepara cocido con garbanzos, patatas y col portuguesa. Después, se sigue con la carne: pavo relleno y/o cabrito al horno. En la zona norte de Portugal, se suele comer en esta fecha pulpo al horno y ropa velha de bacalao. Y, de postre, la lampreia de ovos, un producto típico en las fechas navideñas, que se elabora con hilos de huevo, huevos moles y, a menudo, capas de masa.

Lisboa y alrededores: Ericeira, Setúbal y Sesimbra

Lisboa se puede vivir de muchas formas y una de las mejores es a través de su gastronomía, que mezcla tradición, mar y sencillez. El bacalao —presente en mil y una recetas— es un símbolo nacional: a la brasa, en pataniscas o acompañado de una generosa ración de caldo verde, esa sopa de patata, col rizada y chorizo que reconforta en cualquier época del año. Y si se acompaña con una rebanada de pan casero con mantequilla, la vida mejora en general.

El bacalao siempre está presente en las mesas de Portugal. Fotografía cortesía de la panadería Pão de Gimonde (Bragança, Portugal). © CM Amares
El bacalao siempre está presente en las mesas de Portugal. Fotografía cortesía de la panadería Pão de Gimonde (Bragança, Portugal). © CM Amares

Entre los dulces, el pastel de Belém es el rey indiscutible, un auténtico icono nacional. Este pequeño pastel de hojaldre, relleno de una crema de huevo, leche y azúcar, nació en el Monasterio dos Jerónimos, donde los monjes idearon la receta para aprovechar las yemas de huevo sobrantes. Otro imprescindible, especialmente en Navidad, es el bolo-rei, un pastel con forma de corona introducido en el siglo XIX que combina una masa ligera con frutos secos y frutas confitadas. La histórica Confeitaria Nacional, fundada en 1829, fue una de las primeras en elaborarlo siguiendo una receta francesa adaptada al gusto local.

Choco frito de Setubal.
Choco frito de Setubal. © Visit Setubal

Alrededor de Lisboa, en las ciudades que miran al Atlántico, la mesa acoge también los sabores marineros. En Ericeira, la ciudad surfera, toman protagonismo los pescados y mariscos frescos. En Setúbal no hay que dejar de probar el mejor choco frito del país, crujiente por fuera y tierno por dentro, y de Sesimbra no te puedes marchar sin probar un buen arroz caldoso con pescado y marisco.

Norte y Oporto, mucho más que vino

El norte de Portugal, con Oporto como su ciudad de referencia, es tierra de guisos reconfortantes, carne de gran calidad y, por supuesto, del siempre presente bacalao. Este pescado, rey de la gastronomía portuguesa, aquí se prepara en deliciosas recetas como el bacalhau à Gomes de Sá, el bacalhau à Zé do Pipo, el bacalhau à minhota o el bacalhau à Narcisa.

En cuanto a los guisos de esos que te mejoran un día, el caldo verde, una sopa de col gallega (couve galega), patata, cebolla, ajo y chorizo que se ha convertido en símbolo nacional; y las tripas à Moda do Porto, un contundente guiso realizado a base de callos de ternera perfecto para el invierno. Ambos contrastan con el plato más típico de Oporto, la contundente francesinha, un sándwich cubierto de queso gratinado y salsa que tendréis que compartir porque es una auténtica bomba.

Tripas à Moda do Porto.
Tripas à Moda do Porto. © Credit Associação Turismo do Porto e Norte

La región presume también de carnes de razas autóctonas con denominación de origen protegida (DOP), como la Barrosã o la Mirandesa, y de embutidos de Chaves o Mirandela, elaborados según métodos tradicionales. Entre ellos destaca la alheira de Mirandela, un embutido singular creado en la Edad Media para que la población judía pudiera integrarse en las costumbres locales sin consumir cerdo.

Es evidente que en esta zona de Portugal, bendecida por las fértiles tierras que deja el Duero a su paso, se pueden probar unos vinos excelentes, de esos que dan ganas de brindar una y otra vez, como el famoso vino de Oporto, los vinos verdes o los espumosos de la región Távora-Varosa.

Pudim Abade de Priscos
Pudim Abade de Priscos. © Associação de Turismo do Porto e Norte

En cuanto a los finales dulces, nada como el Pudim Abade de Priscos (Braga), la leche-crema quemada, el tocino de cielo o la aletria, un dulce típico de Navidad que se elabora con fideos muy finos y que recuerda al arroz con leche, pero con un sabor aún más delicado.

Centro de Portugal, guisos con alma

La larga costa de Portugal hace que sea muy fácil encontrar mariscos y sopas o caldeiradas, esos guisos marineros que llenan de aromas las mesas con amigas. En esta zona centro, si se visita la zona de Bairrada es imprescindible probar el famoso lechón asado, en Viseu la ternera asada “à moda de Lafões” y en Castelo Branco los embutidos que mantienen viva la tradición pastoril. La sierra propone guisos de esos para degustar con tiempo frente a la mesa, como la chanfana de cabra, que se cocina lentamente al vino tinto.

¿Y de postre? Los ovos-moles de Aveiro, el pão-de-ló de Ovar, las castanhas de ovos de Viseu, y los pasteles de Tentúgal y Santa Clara en Coimbra. Y, por supuesto, los deliciosos quesos de la zona, como los quesos con Denominación de Origen Protegida (DOP) de la Serra da Estrela, que se corta “a cuchara” y se deshace en la boca; de Castelo Branco, algo picante en sus versiones más curadas; o Amarelo de Beira Baixa, con su intenso sabor.

Quesos de la Sierra.
Quesos de la Sierra. © Paulo Magalhaes

Alentejo, el paraíso de las migas

Hacia el sur, aparece la región de Alentejo con una gastronomía que refleja la sencillez de esta tierra y está ligada al ciclo de las estaciones. El pan, base de muchas recetas, es elaborado de manera tradicional en hornos de leña y acompaña guisos de caza, sopas de tomate y platos de borrego o cordero lechal.

Su plato más popular es la açorda alentejana, sopa realizada a base de ingredientes sencillos como el pan, el aceite, el ajo, el huevo escalfado y cilantro, pero deliciosa. Las llanuras se abren en forma de dehesas perfectas para la cría del cerdo ibérico, por lo que los embutidos de esta zona son excelentes y también platos que tienen su origen en la actividad pastoril como las migas alentejanas.

Açorda alentejana.
Açorda alentejana. © Turismo de Portugal

Y, para terminar una de estas comidas que comienzan con un aperitivo de embutido y acaban con un buen guiso, nada mejor que las sericaias con ciruelas de Elvas o las encharcadas, herencia de la repostería conventual.

Algarve, el culto al mar

No es difícil imaginar que una región como el Algarve, volcada al mar, sea uno de los mejores lugares de Portugal para disfrutar del pescado y el marisco. Aquí, el plato estrella es la cataplana, un guiso que se realiza en un recipiente de cobre que recibe el mismo nombre y que concentra el sabor del mar combinando pescados y mariscos con verduras que se cocinan a fuego lento. Pero hay otras formas de degustar los productos que ese precioso mar regala a las mesas portuguesas, como el arroz de lingueirão (navajas), la feijoada de almejas, el xerém de conchas (unas deliciosas gachas de harina de maíz acompañadas de almejas, coquinas o berberechos) y las espetadas de pescado a la brasa.

Coquinas en el Algarve.
Coquinas en el Algarve. © Algarve Promotion Bureau

El interior del Algarve también guarda platos de la tierra, de esos de toda la vida, como la galinha cerejada (guiso de gallina o pollo con arroz y embutidos), los guisos de garbanzos y los embutidos locales, entre los que no hay que perderse los de São Brás de Alportel y Querença.

Entre los sabores más dulces, el higo y la algarroba son los protagonistas, y aparecen de numerosas formas en dulces y bizcochos. También el doce fino, una pasta de almendras con la que se hacen figuras de animales y frutas y se pintan a modo de mazapán. Y, por supuesto, el famoso Dom Rodrigo, a base de hebras de huevo, almendras, azúcar y canela, que tiene una curiosa historia. Su origen está en el Convento de Nuestra Señora del Carmen en Lagos, ya que se creó en honor del gobernador y capitán del Algarve, D. Rodrigo de Menezes, del que recibe el nombre.

Madeira y Azores, la gastronomía de las islas

Las islas portuguesas son promesa de un Atlántico reluciente y de un interior verde profundo de ese que regala planes para el turismo activo y paisajes de infarto. Pero, además, la buena mesa es otro de los alicientes para visitar estos archipiélagos. En Madeira las espetadas en palo de laurel son toda una institución, un plato con distintas variedades, siempre delicioso, y perfecto para compartir con amigas y para acompañar del tradicional bolo do caco, un pan hecho con batata que se unta en mantequilla de ajo. De postre, unas rosquillas de batata dulce, las queijadas (un pastel hecho con requesón) y el tradicional bolo do mel, un bizcocho denso hecho a base de miel de caña y otros muchos condimentos.

Espetada.
Espetada. © Visit Madeira

En las islas Azores destacan las caldeiradas de pescado y marisco y los platos a base de pulpo. Aquí, no podéis dejar de probar el cozido das Furnas, un plato típico de San Miguel que se cocina con el calor geotérmico de la isla, y la alcatra de Terceira, carne guisada lentamente en cazuela de barro, acompañada del bolo lêvedo, un pan plano y esponjoso que recuerda al de Madeira. Y, de postre, las deliciosas queijadas, hechas con queso o requesón, huevos, leche y azúcar y que tienen algunas variaciones según las islas.

Cozido das Furnas, típico de la isla de San Miguel.
Cozido das Furnas, típico de la isla de San Miguel. © Publiçor

Los dulces de Navidad

Parece que la repostería portuguesa está vestida de Navidad de forma permanente, ya que se utilizan productos naturales como la miel, las almendras, los higos o la algarroba durante todo el año. Pero en las fechas navideñas estos ingredientes toman aún más protagonismo en los dulces conventuales de lugares como Coimbra o Tentúgal que aparecen como pequeños tesoros de Navidad.

Dulces tradicionales de Navidad de Portugal. Fotografía cortesía de la panadería Pão de Gimonde (Bragança, Portugal). © Fernando Sousa/Dentsu Creative
Dulces tradicionales de Navidad de Portugal. Fotografía cortesía de la panadería Pão de Gimonde (Bragança, Portugal). © Fernando Sousa/Dentsu Creative

Otros dulces típicos de estas fechas, que son perfectos para compartir con las amigas, son el bolo-rei (un bollo en forma de rosca con frutas escarchadas y frutos secos, son deliciosos los de la panadería Pão de Gimonde en Bragança en el norte de Portugal), las broas de Natal (hogazas de pan dulce con frutos secos, calabaza y aguardiente), las rabanadas (similares a nuestras torrijas) o los filhoses (ligeros buñuelos imprescindibles en cualquier reunión). Ni que decir tiene que son todos deliciosos y, además de probarlos in situ, os los querréis traer a vuestras casas para celebrar la Navidad con un trocito de ese país que os ha dejado tan buen sabor de boca en vuestro viaje.

Más información:

Visit Portugal.

También te puede interesar:

El pan en Portugal: tradición viva en la tierra de la mejor panadera del mundo Portugal en Navidad: mercadillos y tradiciones que enamoran