Ir al contenido principal

Vacaciones navideñas en Funchal entre sabores y fuegos artificiales

Funchal sorprende cada Navidad con un ambiente cálido y auténtico donde no faltan una preciosa iluminación, mercados que abren de noche y aromas que salen de cada rincón de la ciudad. Una escapada a Madeira os invita a gozar lejos de masificaciones de una atmósfera navideña tranquila, sabrosa y llena de sorpresas.

Las mesas de Funchal se visten de fiesta. ©Francisco Correia
Las mesas de Funchal se visten de fiesta. ©Francisco Correia

Cuando llega el periodo de Adviento, la magia se apodera de Funchal y, aunque no son muchos los viajeros que dan el salto a la isla en estas fechas, el ambiente en sus calles y mercadillos no tiene nada que envidiar al de cualquier ciudad centroeuropea. La capital de Madeira despliega en diciembre sus mejores galas para recibir la Navidad, quizás no lo hace para impresionar al visitante sino para hacer disfrutar a los propios vecinos. Aquí los indicios de que se vive un período festivo alcanzan a todos los rincones, por lo que siempre se localiza alguna señal en calles, plazas, jardines e incluso en mercados centenarios.

Iluminación navideña de Funchal

Desde la primera semana de diciembre, Funchal despliega sus atractivos iluminando con miles de luces sus avenidas, plazas y fachadas históricas. El encendido oficial marca simbólicamente el inicio de la temporada navideña y llena la Avenida Arriaga, su corazón urbano, de música, puestos gastronómicos y artesanía local. Su clima suave permite pasear sin prisa por los barrios decorados con mimo, mientras el olor a especias, flores frescas y galletas recién horneadas se mezcla con el bullicio de los viandantes.

Cuando cae la tarde no hay mejor entretenimiento que recorrer el centro histórico descubriendo la belleza de sus suelos adoquinados, que tanto recuerdan a Lisboa, las guirnaldas de colores que se encienden llenando de belleza las calles y la música que sale de los establecimientos.

La música inunda las calles de Funchal en Navidad. ©Nuno Andrade
La música inunda las calles de Funchal en Navidad. ©Nuno Andrade

Noches de mercado

Madeira se transforma por completo entre el 9 y el 23 de diciembre gracias a la organización de un programa de noches vibrantes en las que los mercados adquieren un gran protagonismo. Lo que comenzó hace más de un siglo como un espacio para realizar las últimas compras navideñas se ha convertido en uno de los rituales más esperados tanto por locales como por viajeros. Pocas actividades son tan representativas de la isla como sus célebres Noites de Mercado, una tradición centenaria que forma parte del ADN de Funchal.

Durante estos días, mercados como el de “dos Lavradores” en Funchal se llenan de música popular, sabores típicos y un animado ambiente que va más allá de lo comercial. La fiesta, sin embargo, se extiende también a otras localidades como Santa Cruz, Câmara de Lobos, Machico, Ribeira Brava y Santana, cada una con su propio carácter y encanto.

El punto culminante de las Noites de Mercado es el día 23, cuando se produce un auténtico festival de música, baile y sabores. Casi en cada esquina se puede ver un coro, una banda folclórica o un grupo interpretando villancicos madeirenses. Los aromas completan la estampa y entre los puestos se pueden encontrar platos tradicionales como la carne de cerdo macerada y con ajos (típica de Nochebuena), el bolo do caco (pan con mantequilla de ajo) o brochetas recién hechas. La poncha, la bebida más emblemática de Madeira, también resulta imprescindible en esta celebración, junto a licores caseros y dulces elaborados con miel de caña.

Postre típico de Navidad en Madeira.©Francisco Correia
Postre típico de Navidad en Madeira.©Francisco Correia

Aunque la gastronomía ocupa un lugar central en los viajes, en diciembre alcanza el primer puesto. Para descubrir productos locales que den color a la mesa, el Mercado dos Lavradores es una parada imprescindible. Entre esos bocados están el bolo de mel (un bizcocho elaborado con miel de caña), las broas de mel (galletas), la miel de caña producida en la isla y una amplia variedad de frutas exóticas. Los restaurantes, bares y puestos callejeros ofrecen también otros platos que merece la pena probar.  

Quienes busquen recuerdos o algún regalo especial encontrarán un buen surtido de bordados artesanales, cestería, frutas tropicales, flores de temporada, dulces navideños y objetos elaborados por artesanos locales.

Árbol de Navidad en Funchal. ©Henrique Seruca
Árbol de Navidad en Funchal. ©Henrique Seruca

Más tradiciones navideñas

La Navidad en Madeira no solo se vive en los mercados, sino también en sus costumbres religiosas y sociales. Las Missas do Parto, celebradas al amanecer durante los nueve días previos a Nochebuena, reúnen a los vecinos en las iglesias en un ambiente familiar y espiritual. Tras la misa, se comparten dulces, bebidas y canciones.

En el casco histórico, el arte urbano adorna las puertas de la Rua de Santa Maria, creando un museo al aire libre donde pasear, tomar unos vinos locales o cenar en un entorno lleno de autenticidad. Los museos, como el de Arte Sacro, el de Fotografía o el dedicado a CR7, completan la oferta para quienes desean profundizar en la historia y el patrimonio local.

Fuegos artificiales impresionantes

Aquellos que prolonguen sus vacaciones navideñas en Funchal hasta final de diciembre descubrirán una de las celebraciones de Nochevieja más impactantes. Los fuegos artificiales, reconocidos como uno de los mayores espectáculos pirotécnicos del mundo, iluminan la bahía durante ocho minutos y atraen a barcos de todo el mundo para disfrutar de su belleza desde el mar.

Por supuesto, también las calles se llenan de música, los hoteles organizan cenas especiales y el ambiente festivo se traslada hasta bien entrada la madrugada. Es un broche perfecto para un viaje a una isla que invita a disfrutar de actividades en la naturaleza, diversión en Funchal y una manera única de gozar de la Navidad.

Fuegos artificiales en Funchal. ©Henrique Seruca
Fuegos artificiales en Funchal. ©Henrique Seruca

Paseos, miradores y naturaleza

Una de las ventajas de viajar a Funchal en Navidad es la posibilidad de disfrutar de paseos al aire libre sin el frío invernal propio del continente europeo. El teleférico que asciende al barrio de Monte ofrece mientras se eleva una panorámica perfecta de la bahía, las colinas y los jardines urbanos. En la cima, el Jardín Tropical Monte Palace sorprende con su verdor y el sonido del agua,  incluso en diciembre están bonitos los estanques, dragos, esculturas y senderos que invitan a disfrutar de su exuberante naturaleza.

Aquellos que busquen un plus de emoción a la hora de bajar al centro histórico de nuevo,  pueden lanzarse cuesta abajo, a toda velocidad, en los tradicionales carros de cesto, un tipo de trineo donde los viajeros se sientan en un cesto de mimbre conducidos por dos carreiros. Es una experiencia divertida, única y muy madeirense que añade un toque divertido al viaje. Miradores como el de Pico dos Barcelos, a 355 metros sobre el nivel del mar, y el de São Roque también son perfectos para observar la ciudad envuelta en luces navideñas.

También te puede interesar…

Senderismo en Madeira: cómo organizar una ruta en una levada .

Qué comer en Madeira, la isla de las nubes .

Qué ver en Funchal, guía para 48 horas bien aprovechadas .