Un viaje en coche a lo Thelma & Louise por Chequia, una inusual escapada a tres lugares Unesco
- Viajar con amigas
- Se lee en 8 minutos
Hay viajes por carretera que despiertan ese deseo de libertad que convirtió a ‘Thelma & Louise’ en un símbolo en varias generaciones. Y no hacen falta grandes desplazamientos para que merezca la pena, bastan un coche avanzando entre bosques, unas curvas suaves que llevan a castillos prendidos en colinas y un puñado de pueblos pintorescos. Esta ruta en coche por la región checa de Vysočina cumple todas esas premisas y puede convertirse en ese plan con amigas que estás buscando.

Esta ruta por carretera en Chequia es una invitación a dejar que el paisaje marque el ritmo, a conversar sin prisas y a permitir que el camino os lleve un poco más lejos de lo previsto, como si el país entero conspirara para recordaros que la mejor historia siempre está por llegar. Como además de inspiraros también os queremos ofrecer datos prácticos para preparar la escapada, os contaremos este viaje como un road trip que comienza en Praga y que os llevará por una ruta circular de unos 400 kilómetros. En un itinerario de unos cuatro días hay tiempo para conocer ciudades y entornos naturales, pero también espacio para la desconexión y la filosofía ayurvédica. Sólo con estos datos, seguro que ya tenéis algunas amigas en mente que serían ideales para emprender esta escapada.

Hasta luego, Praga
Praga enamora, engancha. Podríamos pasar por la plaza de la Ciudad Vieja o por el Puente de Carlos cien veces y no nos cansaríamos. Como eso también lo piensan muchos otros, es aconsejable regalarse un momento de paz y un madrugón para verlos al alba, cuando aún la ciudad duerme y refleja una quietud maravillosa. Con esas primeras luces del día, todo en Praga resulta sorprendente. Si se visita por primera vez, reservad tres jornadas para conocer sus hitos monumentales, sus museos y sus cafés centenarios. El cuarto día ya podéis despediros de la capital y comenzar esta escapada a lo ‘Thelma & Louise’ por la región de Vysočina.
Si no habéis visto esta mítica película (siempre es buen momento para hacerlo) os podemos decir que narra el viaje improvisado de dos amigas que, cansadas de sus rutinas y de relaciones poco saludables, emprenden una escapada en coche. Un “incidente” (no haremos spoiler) las coloca en una situación límite y el viaje se convierte en una huida. A lo largo del camino descubren una libertad que nunca habían experimentado, se enfrentan a sus miedos y afianzan una amistad que se vuelve el mejor refugio. El relato combina paisajes abiertos, carreteras interminables y un espíritu que lo convierte en un acto de afirmación personal. En nuestra propuesta en coche por Chequia no habrá situaciones límite, pero sí un reto personal que consistirá en dedicaros un tiempo de autocuidado que os lleve a encontrar el, más que necesario, equilibrio personal.

Telč, una pintura renacentista
En una hora y media desde Praga se llega a Telč, la primera parada de esta ruta está a solo unos 125 kilómetros. Nada más llegar os daréis cuenta de que su declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco está totalmente justificada, ya que la ciudad muestra una armonía arquitectónica difícil de igualar. Pasear por su plaza principal, la de Zachariáše z Hradce, es como hacerlo dentro de un cuento. Sus ornamentadas fachadas renacentistas y barrocas de tonos pastel son una invitación a reconstruir sus historias gracias a los esgrafiados presentes en las mismas. En el número 15 se sitúa el Ayuntamiento y en el 61 os llamarán la atención las decoraciones que muestran a once jefes de los ejércitos del Antiguo Testamento. Tampoco pasan desapercibidas las fuentes y la columna mariana erigida como agradecimiento tras la finalización de la peste. En los dos extremos opuestos de la plaza se sitúan dos templos con torres que regalan bonitas panorámicas de los alrededores y de la propia plaza. Cerca de la torre del templo de San Jacobo se sitúa un increíble palacio que cuenta con jardines, suntuosos interiores y una pequeña capilla.
Además de recorrer esta población rodeada de lagos artificiales, es recomendable comer en alguno de sus restaurantes y pasear por el sendero que rodea su perímetro y que discurre junto al agua. Si el viaje tiene lugar en verano, se puede aprovechar para navegar en barca por los estanques o hacer paddle surf para obtener una perspectiva diferente desde el agua.

Una pausa entre bosques
La primera noche de este road trip la pasaremos en el Resort Svatá Kateřina que es un lugar perfecto para desconectar entre bosques. Este complejo combina todo lo necesario para una escapada de chicas: cómodas habitaciones, buena gastronomía y oferta de bienestar en un Pabellón Ayurvédico, una joya arquitectónica suspendida sobre pilares de granito. Piscina, sauna, terapias personalizadas y un equipo especializado crean una atmósfera ideal para recuperar esa vitalidad que perdemos en el día a día.
Lo idóneo es quedarse aquí al menos dos noches, y así poder dedicar una jornada completa a disfrutar de todo lo que ofrece el complejo. Comenzad el día siguiente practicando yoga, tomad un desayuno saludable, quizás luego un paseo a caballo o en bicicleta hasta el pueblo más próximo, algún masaje, almuerzo ayurvédico para desintoxicarse, tarde de spa… Y si hace buen tiempo, incluso un baño en su laguna de aguas curativas. Tras esta experiencia, la ruta en coche puede continuar.
Sigue leyendo este artículo de Etheria Magazine: Resort Svatá Kateřina, el santuario ayurvédico más grande de Europa .

Třebíč, pequeña pero llena de historia
La siguiente parada del viaje será Třebíč, donde os espera otro conjunto inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, y donde además de asombraros con su arquitectura también lo haréis con su historia. Los dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad de la ciudad son la Basílica de San Procopio, de estilo románico-gótico, y el Barrio Judío, uno de los conjuntos mejor conservados de Europa. Es aconsejable realizar ambas visitas de forma guiada, ya que alrededor de las mismas existen muchas historias que conviene conocer. La basílica sorprende por su monumentalidad, con robustas columnas, capiteles labrados y un coro elevado. A su alrededor, unos bonitos jardines y el antiguo monasterio, que brinda un espacio perfecto para pasear y haceros bonitas fotografías.
La visita se completa con un paseo por el laberinto de calles de la Judería, donde existen placas que explican la historia de las viviendas, hasta llegar a la Sinagoga y a la Casa de los Rabinos, convertida en un museo que explica la historia local de forma rigurosa. La experiencia se puede completar comiendo en un restaurante kosher. No os perdáis una visita a los anticuarios, encontraréis auténticos tesoros.

Iglesia de San Juan Nepomuceno, arquitectura sagrada reconocida por la Unesco
Tras la comida se puede poner rumbo al norte hacia la ciudad de Žďár nad Sázavou, donde os aguarda una de las obras arquitectónicas más singulares de la arquitectura checa. La iglesia de San Juan Nepomuceno se construyó siguiendo el proyecto del arquitecto Jan Blažej Santini-Aichl, basado en la geometría simbólica del número cinco, tan unida al santo. Su planta tiene forma de estrella de cinco puntas, dispone de cinco puertas de acceso al recinto exterior, etc. El entorno, además, contribuye al encanto del lugar: una colina de Zelená Hora rodeada de prados, accesible por un sendero que invita a subir lentamente para contemplar la silueta del templo desde distintos ángulos. La visita del interior permite apreciar la luminosidad del espacio y comprender por qué esta iglesia es un referente del barroco centroeuropeo. Consultad el horario de apertura previamente para que podáis acceder a su interior.
Sigue leyendo curiosidades sobre esta iglesia en este artículo: La iglesia en forma de estrella de Moravia, un enigma en el corazón de Chequia .

Descanso en un hotel retro junto a un lago
A unos 15 kilómetros de Žďár nad Sázavou se encuentra el Hotel Medlov, emplazado junto al lago homónimo y rodeado de bosques. Lo más original es su decoración retro, basada en la época socialista, con piezas que su propietario ha ido consiguiendo en subastas y anticuarios. Realmente es como retroceder cincuenta años atrás y revivir el pasado a través de su mobiliario y detalles ornamentales. En la puerta del hotel encontraréis aparcados dos coches antiguos, que ya os harán entrar en situación, y en el propio lobby veréis una antigua cabina de teléfonos y numerosas fotografías que narran la historia del establecimiento.
Es un tres estrellas con un precio módico, por lo que no podéis esperar grandes lujos pero cuenta con restaurante, spa (con masajes y aromaterapia) y habitaciones sencillas pero correctas; además, su precioso entorno y la vivencia en sí misma compensan con creces. El hotel tiene bastante éxito a nivel nacional, por lo que resulta mucho más auténtico para los viajeros que las cadenas internacionales.
Es imprescindible bajar al embarcadero del hotel y pasear por el lago en “pedalina” o en barca al atardecer, para ver cómo se apaga el día y el color del agua cambia al mismo tiempo que el cielo se tiñe de tonos rosados. Si vais un grupo de amigas, os pueden preparar una actividad de competición de embarcaciones entre varios puntos del lago, o una cata de ginebras, ya que los dueños disponen de producto propio.
Regreso a Praga
En Medlov podéis pasar dos días tranquilamente, pero si tenéis que volver a Praga es recomendable hacer alguna parada en ruta en ciudades como Pardubice, a 67 kilómetros, o en Kutná Hora, antes de llegar a la capital. Sin duda, este ha sido un viaje diferente y fuera de los circuitos habituales, como les habría gustado a Thelma y Louise.
Si os apetece conocer otras propuestas que se pueden hacer por carretera, no dudéis en entrar en la web de Rutas en Coche por Chequia, de Visit Czechia, porque encontraréis otros itinerarios repartidos por todo el territorio.