Cuando parece que nada puede sorprender, descubrimos en Chequia un templo en forma de estrella cuya arquitectura gira en torno al número cinco: cinco entradas, cinco capillas, cinco altares, cinco estrellas… El denominado código Santini envuelve de misterio la iglesia de San Juan Nepomuceno o de Zelená hora.
Iglesia de San Juan Nepomuceno, en Zdar nad Sazavou. © Shutterstock/ CzechTourism En el municipio de Žďár nad Sázavou, a apenas dos horas de Praga, se alza uno de los monumentos más singulares de Chequia: la iglesia de peregrinación de San Juan Nepomuceno . Esta construcción, que el arquitecto Friedrich Radnitzký describió en 1886 como un «fenómeno artístico misterioso», desafía las convenciones arquitectónicas con su planta en forma de estrella de cinco puntas.
En un mundo hiperconectado como el actual, resulta difícil encontrar lugares que nos sorprendan en el mundo de los viajes. Por este motivo, descubrir espacios como este templo en la región de Vysočina representa una oportunidad única para conectar con la Chequia más real, lejos de las multitudes habituales de la capital. Aunque en esta región también se encuentran ciudades conocidas como Telč o Třebíč, ambas incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, la iglesia de San Juan Nepomuceno merece formar parte del programa de cualquier escapada por este territorio. Si tenéis pensando organizar una escapada de chicas en coche por Chequia , esta visita puede ser una de las que más os sorprendan.
Una de las cinco entradas de la iglesia. © Pepa García Un historia sorprendente La historia de este templo comenzó en 1719, cuando el abad del monasterio cisterciense Václav Vejmluva decidió erigir un santuario tras el hallazgo de una reliquia en la tumba de San Juan Nepomuceno en la catedral de San Vito de Praga. No pretendía levantar una iglesia convencional, sino que debía ser fiel al símbolo de la estrella, íntimamente relacionado con la leyenda del santo.
Para materializar este deseo, confió en Jan Blažej Santini Aichel , arquitecto visionario conocido por su dominio del simbolismo y las enseñanzas cabalísticas. Santini, considerado el arquitecto más innovador de su época, concibió un proyecto que rompía con las normas eclesiásticas tradicionales, inspirándose en la leyenda del santo mártir.
Según la tradición, San Juan Nepomuceno, uno de los santos checos más venerados, fue torturado y posteriormente asesinado por negarse a revelar los secretos de confesión de la reina. Su cuerpo fue arrojado al río Moldava desde el Puente de Carlos en Praga y, al tocar el agua, cinco estrellas aparecieron sobre su cabeza. Desde aquel momento, la estrella y el número cinco se convirtieron en los símbolos identificativos del mártir.
Altar mayor con las cinco estrellas del santo. © Pepa García El código Santini: todo gira en torno al 5 La iglesia, construida entre 1720 y 1722, se levanta en Zelená Hora (Colina Verde), un lugar que anteriormente era conocido como Černý les (Bosque Negro), en el mencionado municipio de Žďár nad Sázavou. Aquel bosque oscuro y de densa vegetación fue despejado para la construcción, transformándose en una colina verde donde la iglesia se convirtió en el elemento dominante del paisaje.
Su arquitectura está completamente impregnada del simbolismo del número cinco, lo que los expertos han denominado «el código Santini». El templo cuenta con cinco puertas de entrada al recinto, cinco capillas distribuidas estratégicamente, cinco altares y cinco estrellas perfectamente visibles en el altar mayor. Esta obsesión numérica no es casual, sino que responde a un diseño bien planificado que convierte cada elemento en una manifestación de la devoción al santo.
La estructura de estrella de cinco puntas no solo es visible desde el exterior, sino que determina la experiencia interior del visitante. Cada una de las cinco capillas representa un aspecto diferente de la veneración al santo, mientras que los cinco altares crean un recorrido espiritual que culmina en el altar mayor, donde las cinco estrellas doradas capturan la luz de manera casi mágica.
Esta obsesión numérica se extiende por todo el recinto con elementos aún más místicos. Los expertos continúan investigando la entrada al pasadizo secreto que supuestamente conectaba la iglesia con el monasterio del Palacio de Žďár, añadiendo un aire de misterio que ha perdurado durante siglos y que todavía hoy desconcierta a arquitectos e historiadores.
Interior del templo de San Nepomuceno, en Zelená Hora. © Pepa García Bajo la protección de la Unesco Durante décadas, Zelená Hora fue uno de los destinos de peregrinación más concurridos de Europa Central. Sus terrenos fueron escenario de celebraciones multitudinarias que alcanzaron su momento cumbre en 1735 con las festividades del 500 aniversario del monasterio. Peregrinos de todo el Imperio Habsburgo acudían a este lugar de arquitectura estrellada, convirtiéndolo en un importante centro de devoción religiosa.
La iglesia vivió entonces su primera era dorada, cuando filas interminables de peregrinos recorrían los senderos que conducían a la colina. Llegaban desde lugares tan distantes como Viena, Budapest o Cracovia, atraídos tanto por la devoción al santo como por la singularidad arquitectónica del templo.
Sin embargo, un devastador incendio en 1784 dejó el templo sin techo y afectó gravemente al claustro. Este desastre marcó el fin de la primera era dorada del lugar. El emperador José II, siguiendo su política de reformas eclesiásticas, aprovechó la oportunidad para cerrarlo definitivamente.
Tras décadas de abandono, el reconocimiento de la Unesco en 1994 supuso el impulso necesario para su renovación. En 2014, el templo fue devuelto a la Iglesia Católica tras décadas de administración estatal comunista. Actualmente, los visitantes pueden experimentar la misma sensación que vivían los peregrinos del siglo XVIII, ya que el templo ha recuperado su papel protagonista en la colina y vuelve a ser un lugar de culto activo.
Iglesia de San Juan Nepomuceno, en Zelená hora. © Jakub Frey/ Czechtourism Más allá de la iglesia La visita puede completarse con el antiguo monasterio cisterciense del siglo XIII y el palacio actual, que conserva el legado del constructor Santini. Estas construcciones permiten comprender mejor el contexto histórico y arquitectónico en el que se desarrolló la obra del genial arquitecto.
El Museo de la Nueva Generación ofrece una exposición multimedia dedicada al legado de los monjes cistercienses y al florecimiento barroco de la zona, un proyecto audiovisual único en Chequia que utiliza tecnología de vanguardia para recrear la vida monástica y el proceso de construcción del templo.
Esta iglesia representa una oportunidad excepcional para descubrir una joya arquitectónica fuera de los circuitos turísticos habituales, en una región donde el ritmo de vida cotidiano permite conectar con la realidad del país y comprender el significado que la arquitectura sacra tuvo en la configuración del paisaje cultural de Moravia.
La iglesia se asienta sobre una colina verde, Zelená Hora. © Aleš Motejl /CzechTourism Guía práctica para visitar la iglesia de San Juan Nepomuceno La iglesia de peregrinación ha ampliado sus opciones de visita desde julio de 2025, ofreciendo diferentes circuitos que permiten explorar el templo desde distintas perspectivas. En la taquilla, que se encuentra a la derecha de la puerta principal del claustro, podrás consultar los horarios exactos de cada circuito y adquirir las entradas correspondientes. El primer recorrido comienza a las 9 horas y el último a las 16 horas (de martes a viernes y domingos). Los sábados, el último es a las 15 horas.
Circuitos disponibles 1. Circuito principal “Estrella entre las estrellas” . El recorrido tradicional que permite conocer la planta estrellada de la iglesia, sus cinco capillas, altares y el simbolismo arquitectónico de Santini.
2. Circuito “Primer y segundo piso” . Una experiencia exclusiva que da acceso a las áreas menos conocidas del templo, incluyendo espacios normalmente restringidos al público que ofrecen una perspectiva diferente de la arquitectura sacra.
3. Circuito “Hasta la Cima” . El recorrido más completo, que permite ascender a los niveles superiores del templo para contemplar tanto la estructura arquitectónica como las vistas panorámicas de Zelená Hora.
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