El Museo Reina Sofía salda una deuda pendiente con una de las artistas más fascinantes del siglo XX. En la exposición ‘Maruja Mallo. Máscara y compás’, que puede visitarse hasta el 16 de marzo de 2026, se muestran 200 obras de esta mujer revolucionaria, valiente e inspiradora. Una de esas citas culturales de Madrid que no puedes perderte.
Una sala de la exposición. © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en colaboración con la Fundación Botín, ha organizado la exposición ‘Maruja Mallo. Máscara y compás ‘, la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha de una de las figuras más innovadoras de la vanguardia española e internacional. La muestra, que se extiende a lo largo de once salas del Edificio Sabatini, no solo traza el recorrido artístico de una pintora inclasificable, sino que también recupera la imagen de la mujer moderna, libre y activa que Mallo (Viveiro, Lugo, 1902 – Madrid, 1995) encarnó y promovió. Con cerca de 200 piezas, entre pinturas, dibujos, fotografías y documentos inéditos, esta exposición es una revelación sobre la extraordinaria inventiva de una artista que creó de forma totalmente libre y huyó de clasificaciones y estereotipos.
Máscara y compás, dos ejes en la obra de Maruja Mallo El título de la exposición, Máscara y compás, hace referencia a los dos ejes temáticos de la obra de esta artista gallega que se llamaba en realidad Ana María Gómez González. El compás actúa como el instrumento que aporta el rigor geométrico y el orden armónico que subyace en toda su obra, incluso en sus composiciones aparentemente más caóticas, como una búsqueda constante de las leyes que rigen el arte y el universo. La máscara, por su parte, alude a la tensión entre lo animado y lo inanimado, lo efímero de la naturaleza y lo intemporal de su representación plástica. Es, además, un símbolo de la transformación y una herramienta que la artista usó para proponer una revisión transgresora de su propia identidad de género, de clase y política.
Retrato de Maruja Mallo, 1984. © Jaime Gorospe/Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Las “series” de la exposición La exposición, comisariada por Patricia Molins, se organiza cronológicamente en once salas siguiendo las “series” temáticas en las que la propia Mallo estructuró su trabajo. Así, recorrer la obra de esta artista supone un viaje que va de la geografía social del Madrid de finales de los años veinte y la República hasta sus trabajos en el exilio y el misticismo cósmico de su regreso a España tras el exilio.
En la muestra, también hay salas dedicadas a su pasión por el teatro (estudió escenografía y teatro en París) y a la fotografía, con alguno de sus famosos autorretratos. Además, recoge sus últimos trabajos, donde fusionó elementos de todas sus épocas.
MARUJA MALLO, ‘Selvatro’, 1970-1975. © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía La España mágica y satírica de las Verbenas (1927-1928) Maruja Mallo llegó a la escena artística madrileña de la mano de la Generación del 27 y, más concretamente, del grupo de Las Sinsombrero. En su formación en la Real Academia de Bellas Artes, donde conoció a otros artistas como Salvador Dalí, comenzó una primera etapa marcada por el realismo mágico, en la que aunaba la vanguardia con la tradición popular.
MARUJA MALLO, ‘La Verbena’, 1927. © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Fue en esta etapa cuando realizó la famosa serie de las cinco Verbenas (1927-1928), obras con las que consiguió la fama y el reconocimiento en 1928 gracias a que formaron parte de la exposición organizada por José Ortega y Gasset en los salones de la Revista de Occidente. En estas piezas, llenas de alegría y color, realiza una sátira visual de las clases sociales y de los intelectuales de la época utilizando el ambiente del carnaval y las fiestas populares.
De esta etapa son también sus Estampas , que ella llamó “simbologramas”, donde ofrece una composición compleja en la que enfrenta la figura de la mujer deportista y vital en la naturaleza con las imágenes cosificadas de los maniquíes o estatuas en la ciudad.
La mirada inerte en Cloacas y Campanarios (1929-1932) A finales de la década de 1920 la pintura de Maruja Mallo cambia radicalmente. Tras el vitalismo festivo de las Verbenas llega una obra más sombría, pesimista y desoladora. De esta etapa, en la que evoluciona hacia el surrealismo, es la serie Cloacas y campanarios (1929-1932) con la que se adentrar en paisajes necrológicos, áridos y abandonados, donde la presencia humana solo se adivina en huellas o restos óseos. Pinturas como el emblemático El espantapájaros (1930), una de las obras más importantes del surrealismo español que André Breton adquirió en 1932, que puede verse en la exposición, ofrecen una visión inquietante de la naturaleza en descomposición.
MARUJA MALLO, ‘Basuras’, 1930. © Colección de Arte Fundación María José Jove La abstracción en sus Arquitecturas (1933-1935) La tercera etapa coincide con el compromiso de la artista con los valores de progreso y renovación de la Segunda República y se caracteriza por una visión constructiva y humanista. En Arquitecturas minerales y vegetales (1933), Mallo abstrae las figuras a líneas y secciones anatómicas, dando protagonismo a la estructura geométrica. También crea la serie Arquitecturas Rurales , una serie de dibujos y pinturas que representan esqueletos y estructuras de construcciones efímeras para la cosecha de cereales, como silos y almiares.
El nuevo clasicismo de La religión del trabajo (1937-1939) Esta serie la realiza Mallo entre la Guerra Civil y su exilio en Buenos Aires como un nuevo clasicismo, poniendo a la mujer en el centro, como figura clásica, oferente o deportista, rodeada de espigas y redes. Esta serie se genera a partir de su famosa obra Sorpresa del trigo (1936), que se inspira en una mujer manifestándose con espigas en Madrid y que refleja esta fe materialista en el triunfo de la vida.
MARUJA MALLO. ‘Sorpresa del trigo’, 1936. Óleo sobre lienzo. Colección particular. © Maruja Mallo. VEGAP, Madrid 2025 El exilio: el arte como salvación en Naturalezas vivas (1941-1943) y Máscaras En su exilio en Sudamérica la artista descubrió una naturaleza exuberante. Su pintura se transformó en la serie Naturalezas vivas , con la que sugiere sensuales figuras femeninas con elementos como conchas y flores, que en algunas composiciones aluden al sexo femenino o al útero materno como símbolo de vida.
Sala de la exposición ‘Maruja Mallo. Máscara y compás’. © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Por otro lado, descubre una rica diversidad cultural, religiosa y racial en lugares países como Argentina, Brasil y Uruguay y busca crear un método para representar una nueva humanidad ensayando la fusión de razas, de sexos o de humanos y animales en sus obras. En esta serie de Máscaras se ve el contraste entre las emociones positivas y negativas y llevan la huella los estudios que realizó sobre Freud.
El viaje al no lugar: la cosmografía y el éter sideral (1968-1982) Maruja Mallo regresa a España en 1962 tras veinticinco años de exilio y realiza sus últimas series, en las que prescinde de figuras humanas o naturales y se lanza al cosmos para construir espacios siderales infinitos. Estas dos impactantes series son Moradores del vacío (1968-1980) y Viajeros del éter (1979-1982) y responden a su etapa más esotérica, inspiradas en unas experiencias que vivió en sus viajes por los Andes y el Pacífico y que llamó “experiencias levitatorias”. En estas obras, las geometrías dan lugar a figuras que evocan procesos simbióticos, con cuerpos mutantes que evolucionan desde la célula hasta las máquinas espaciales.
MARUJA MALLO. ‘Viajeros del éter’, 1982. Lápiz, bolígrafo y cera sobre papel Canson. © MNCA Reina Sofía Guía práctica de la exposición Dónde: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía . Edificio Sabatini. Planta 1.Cuándo: hasta el 16 de marzo de 2026.Horario del museo: de lunes a sábado y festivos de 10 a 21 h. Domingos de 10 a 14.30 h. Martes cerrado.Precio: la entrada general cuesta 12 Euros, pero se puede entrar al museo de forma gratuita a diario de 19 a 21 h. Puedes consultar en su web todas las condiciones para tarifas reducidas, combinadas o con audioguía.
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