Por su tamaño abarcable, su larga historia, rica gastronomía y ambiente seguro, la capital gaditana es el destino ideal para mujeres que buscan su primera escapada nacional. Por si te lo estás preguntando… viajar sola a Cádiz es buena idea durante todo el año.
Calles de Cádiz. © Pepa García La capital gaditana es una propuesta idónea para aquellas mujeres que aún no se han atrevido a realizar una escapada en solitario. Porque por más que parezca obvio que viajar sola está bien , aún son muchas las mujeres que prefieren quedarse sin vacaciones antes que hacer una reserva “para uno” en un hotel o restaurante. Son muchos los motivos por los que viajar sola a Cádiz resultará una experiencia agradable y quizás suponga la transición necesaria para explorar, más adelante, otros destinos lejanos.
Para esta primera vez en Cádiz te proponemos un fin de semana tranquilo, sin planes a contrarreloj, con tiempo suficiente para disfrutar de un café cuando apetezca o para sentarse a mirar el mar cuando el cuerpo lo pida. El tamaño de la capital gaditana te permite esos lujos. Antes de llegar a la ciudad, puedes acceder en tren tranquilamente (la estación se sitúa en el casco antiguo), busca algún plano para ver cómo se distribuye. Observarás que es como una pequeña península en la que las Puertas de Tierra, sería la línea divisoria entre el Cádiz histórico, antaño amurallado, y la ciudad, que está vertebrada a ambos lados de la Avenida, que finaliza con una lengua de tierra que conecta la capital con la provincia gaditana.
Detalle del Castillo de San Sebastián. © Pepa García Alojamiento y visita guiada para empezar Tanto en el centro de Cádiz como en el entorno de la que se conoce simplemente como “la Avenida”, a pesar de tener diversos nombres en distintos tramos, encontrarás numerosas opciones de alojamiento, desde el renovado parador situado a pocos pasos de La Caleta hasta pequeños hostales semiocultos entre las callejuelas de la ciudad. En lugares como este es suficiente con localizar un alojamiento agradable, porque es a pie de calle donde realmente se descubre cómo es la ciudad más antigua de Europa. Para poner en contexto a esta urbe trimilenaria, por donde pasaron fenicios, romanos, visigodos, bizantinos… lo idóneo es contar con una visita guiada privada o, si quieres socializar, un freetour de Civitatis . Si te gusta ir por tu cuenta, sin rumbo fijo, te darás cuenta de que le tomarás el pulso en una sola mañana. A continuación te vamos a recomendar algunas visitas idóneas si viajas sola a Cádiz para que las distribuyas en tu agenda como te apetezca más.
Fachada de la Catedral de Cádiz. © Pepa García La Catedral de Cádiz Ya seas o no amante de la arquitectura religiosa, la Catedral de Cádiz es uno de los monumentos donde merece la pena hacer una parada. Por su tamaño, su tono bicolor (piedra ostionera, piedra caliza, mármol) y su cúpula de azulejos dorados es imposible que pase desapercibida. Con un innegable aire colonial, muestra una más que curiosa mezcla de estilos barroco y neoclásico, además de una imponente cripta con una bóveda semicircular situada bajo el nivel del mar. Allí están enterrados dos gaditanos ilustres: José María Pemán y Manuel de Falla. Además de disfrutar del “tesoro” del templo, hay que dedicar un rato a subir a una de sus torres para admirar su cubierta en primer plano, la cúpula y las bellas vistas de la capital y de su entorno en la lejanía.
Graderío del Teatro Romano de Cádiz. © Pepa García Teatro Romano A escasos minutos de la Catedral, pasando bajo el arco del Pópulo, y tras una puerta que pasa fácilmente desapercibida, se sitúa el Teatro Romano y el Centro de Interpretación del Theatrum Balbi. Antes de pasar a ver el teatro, es aconsejable detenerse en la exposición del centro de interpretación que muestra distintas maquetas, algunas piezas encontradas en la excavación y un interesante audiovisual que explica su relevancia.
El teatro fue construido en el siglo 70 a.C. cuando el gaditano Lucio Cornelio Balbo «el Mayor”, consejero de Julio César, decidió, junto con su sobrino Balbo “el Menor”, ampliar los límites de la ciudad de Gades. Por su fecha de construcción, es el más antiguo de la Península, y por sus casi 120 metros de diámetro, es el segundo en tamaño del país. Se calcula que podía acoger a más de 10.000 espectadores. El recinto se abandonó en el siglo III d.C. y tuvo diversos usos hasta que la ciudad creció sobre el mismo y quedó sepultado. Por suerte, en 1980 apareció parte del mismo y hoy día se puede ver su graderío, la orchestra y una galería de distribución, el resto permanece bajo el barrio del Pópulo.
Mercado de Cádiz. © Pepa García Aperitivo en el Mercado de Cádiz o en la plaza de las Flores Tras las primeras visitas monumentales, puedes hacer una parada en alguna de las múltiples plazas gaditanas como la de la Catedral, la de Topete (o de las Flores) donde se encuentra la famosa freiduría Las Flores, o, también, en el Mercado de Abastos. Recorrer el interior de este último permite conocer tanto los productos de la huerta y del mar como el carácter de los gaditanos. Alrededor de la zona cubierta se sitúan otros puestos donde venden productos locales y bares con terracitas donde degustar tanto lo que se ha comprado como otras delicatessen de la provincia. Los chicharrones de Curro con una cerveza saben a gloria bendita.
Camino que lleva al Castillo de San Sebastián. © Pepa García Castillo de San Sebastián Con las pilas cargadas, el paseo puede seguir por el Campo del Sur , al que llaman el Malecón gaditano (no hay más que recordar lo que dice la conocida habanera “La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero”). Sin perder la línea de este paseo marítimo se llega hasta la entrada que da acceso al camino empedrado (unos 500 metros) que llega al Castillo de San Sebastián, situado en una pequeña península. Si acudes cuando la marea está baja podrás ver el interesante fondo rocoso del entorno y pozas repletas de pececillos.
Esta pequeña fortaleza defensiva de orígenes inciertos (hay quien sitúa aquí inicialmente un templo fenicio) saltó a la fama cuando el cine se fijó en ella. Allí se rodó parte de “Alatriste” y también de “Muere otro día”, uno de los filmes de la saga de 007. Aunque para Pierce Brosnan y Halle Berry en la película aquello era La Habana, su paso se sigue recordando. Si bien no podrás tomarte allí un mojito, como hicieron ellos, sí que es recomendable recorrer el perímetro de la fortaleza (siglo XVIII) para admirar sus torres, el faro, la minúscula ermita y asomarte a las bonitas vistas de La Caleta y del resto de la ciudad.
Playa de la Caleta en verano. © Pepa García Playa de la Caleta Esta playa, todo un emblema de la ciudad a pesar de ser la más pequeña de todas, está custodiada en cada extremo por un castillo: el de San Sebastián y el de Santa Catalina, que actualmente tiene funciones culturales (acoge conciertos y exposiciones, principalmente). Y, en el frente, el balneario de Nuestra Señora de la Palma , uno de los edificios más queridos por los gaditanos, que recuerda aquellos tiempos a principios del siglo XX en el que las casas de baños eran una actividad de moda entre la clase pudiente.
Elevado sobre pilotes, este balneario sigue siendo testigo del devenir de los tiempos y del ocio de gaditanos y visitantes que bajo su superficie y sobre toda la playa disfrutan de los atardeceres más bonitos de la capital. Hoy día, el balneario alberga el Centro de Arqueología Subacuática, que con cita previa suelen reciben visitas para mostrar las piezas encontradas en las costas gaditanas.
Balneario de la Palma. © Pepa García Si acudes en verano, una de las actividades más divertidas es jugar al bingo en la playa (sí, no es broma). Aunque si prefieres un lugar más amplio donde poner la toalla, será mejor que optes por la playa de la Victoria , con mucha oferta de ocio, o por la de Cortadura , al inicio de la ciudad, mucho más virgen.
Tapear o cenar al caer la tarde Para cenar tranquila o picar algo en bares de tapeo, lo más recomendable es adelantarse un poco al horario más demandado. No tendrás que esperar mesa y lo harás en el sitio elegido. Lugares como el barrio de La Viña o las plazas de San Juan de Dios y Mina concentran un gran número de locales. Si es la primera vez que vas a Cádiz, seguramente querrás probar clásicos como Casa Manteca o el restaurante El Faro , pero también puedes disfrutar de buenas tapas de atún rojo en la Taberna La Sorpresa (Arbolí, 4), pescaíto frito en la Bodeguita El Adobo (Rosario, 4), cocina gaditana a buen precio en La Taberna de Romero (Uruguay, 1) o una carta más elaborada en El Balandro (Alameda Apodaca, 22) aunque también puedes tapear en su barra.
Freiduría Las Flores, una parada clásica para tomar el aperitivo. © Pepa García Un papelón de churros de La Guapa Una propuesta para alguno de los días que estés en Cádiz, es que te saltes el desayuno en el hotel y salgas a explorar la ciudad desde primera hora. Para empezar la jornada de una forma castiza, acércate a la zona del mercado donde se sitúa el quiosco de la Churrería La Guapa, pide un papelón de churros (1 o 1,5 euros es suficiente para una persona) y llévatelos para tomar en alguno de los bares próximos de la plaza de la Libertad, o en el bar Brim, que está a dos minutos. Pide allí tu café y coloca los churros en la barra sobre el papel de estraza. Te aseguramos que no estarás sola, serás una gaditana más.
Pasea por las calles de Cádiz sin prisa. © Pepa García La cámara oscura de la Torre Tavira Como ya habrás comprobado, el casco histórico de Cádiz es un laberinto de torres levantadas por comerciantes durante el siglo XVIII. Entre ellas destaca la Torre Tavira, la más alta, con 45 metros sobre el nivel del mar, desde cuya azotea se contempla una panorámica de 360 grados que muestra tejados, iglesias y la línea azul del Atlántico. Pero la verdadera joya está dentro: cuenta con una de las pocas cámaras oscuras del país, un ingenioso sistema óptico que proyecta en tiempo real imágenes de la ciudad sobre una superficie cóncava. Es como espiar las escenas cotidianas de Cádiz a través de un ojo mágico. La visita siempre es guiada y combina historia, ciencia y espectáculo visual.
Catacumbas del Beaterio. © Pepa García Catacumbas del Beaterio Y de la panorámica desde las alturas, pasamos a las catacumbas o lugar de enterramiento de la antigua orden de beatas terciarias franciscanas. En la visita guiada, se puede hacer también por libre, te contarán que este beaterio fue fundado en 1633 por María José Isabel y que allí vivían doce hermanas. El edificio contaba originalmente con capilla, sacristía, coro y un panteón bajo, pero tras la desamortización el convento se disolvió y el edificio cambió de usos: primero como taller de costura para mujeres en riesgo de exclusión y, más tarde, como viviendas. Aunque el inmueble original fue derribado, el panteón bajo se conservó, incluso sirvió de refugio durante la Guerra Civil.
Tras permanecer oculto muchos años, lo encontró por azar el espeleólogo Eugenio Belgrano al bucear a través de uno de los pozos que conectaba con un aljibe subterráneo. No es de las visitas más habituales, pero es un lugar envuelto en misterio donde se han encontrado símbolos masónicos y donde se cree que se realizaban reuniones secretas…
Capilla del Carmen del Hospital de Mujeres. © Ayto. de Cádiz Hospital de Mujeres Aunque aún son muchas las visitas que se podrían añadir a este fin de semana en la capital gaditana, como el Museo de Cádiz, el Teatro Falla (consulta su programación) o el Oratorio de San Felipe Neri, es interesante reservar un rato para conocer el Hospital de Mujeres . Si bien tiene una fachada monumental, lo mejor está en su interior: dos patios con zócalos de azulejos holandeses y un vía crucis cerámico sevillano de 1749, además de la anexa capilla de Nuestra Señora del Carmen, con columnas dóricas de mármol, retablos neoclásicos y tesoros como ‘La Visión de San Francisco’, de El Greco.
Parque Genovés. © Ayto de Cádiz Alameda Apodaca y Parque Genovés La Alameda Apodaca es uno de los paseos por los que se transita tarde o temprano. Su calzada, las farolas modernistas y los miradores abiertos al Atlántico son la mejor antesala al Parque Genovés, un oasis botánico con especies exóticas, grutas artificiales y un lago con cascada. Ambos espacios son ideales para perder la noción del tiempo, leer, escuchar música, hacer algunos esbozos en tu cuaderno de viaje… Aquí Cádiz muestra su faceta más tranquila, ideal para serenarse del ajetreo turístico.
Como has podido comprobar, aunque pequeña en tamaño la capital gaditana tiene mucho que ofrecer. ¿Te animas a viajar sola a Cádiz?
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