Ana Cortés nos anima a conocer Omán con un plus de conciencia, sororidad y respeto. Desde su agencia Hacia lo Salvaje organiza viajes para conocer este destino de Oriente de una manera más cercana, justa y humana. Tomad nota de los lugares imprescindibles y de los consejos de seguridad si viajáis a este destino.
Autora: Ana Cortés, fundadora de Hacia lo Salvaje
Gran Mezquita del Sultán Qaboos, en Mascate. Hay destinos que aparecen en el mapa como un susurro, lugares que parecen demasiado lejanos, demasiado desconocidos, incluso cargados de prejuicios. Omán quizá es uno de ellos. Entre el desierto y las aguas del Índico, este sultanato del Golfo Pérsico se abre como un secreto bien guardado, un país que huye del ruido de los rascacielos y del turismo masificado para mostrarse en calma, auténtico y hospitalario.
Viajar a Omán no es solo descubrir mezquitas, wadís de agua cristalina o pueblos de adobe que parecen detenidos en el tiempo. Es hacerlo desde una mirada feminista: con mujeres como guías, anfitrionas y compañeras, con la convicción de que viajar puede ser un acto de transformación y de sororidad.
Mascate, una capital entre incienso y modernidad Mascate, la capital omaní, sorprende desde el primer instante. Aquí, los zocos rebosantes de especias y perfumes de incienso conviven con bulevares amplios y edificios modernos, sin caer en la ostentación de sus vecinos del Golfo. No hay rascacielos que tapen el horizonte: la ciudad mantiene una escala humana, marcada por el mar y las montañas que la rodean.
Visitar la Gran Mezquita del Sultán Qaboos es entrar en un espacio de belleza sobrecogedora, con alfombras infinitas y lámparas de cristal que brillan como estrellas. Pero más allá de su monumentalidad, Mascate se revela en sus rincones cotidianos: el mercado de pescado al amanecer, las calles antiguas de Muttrah, la sonrisa de quienes invitan a probar dátiles y café.
Aquí es donde empezamos a percibir la esencia del país: la hospitalidad sincera y la calma de un lugar que se sabe diferente. Como dice Bita, nuestra guía local: “Omán es un país en paz. Puedes salir sola de día o de noche, sin miedo. La gente te sonríe, te ayuda, te cuida. Eso no ocurre en muchos lugares del mundo” .
Edificio de la Ópera de Mascate, Omán. © Shamees Cm El latido rural de Nizwa y las montañas Dejamos atrás la capital para adentrarnos en un Omán más íntimo, donde las montañas del Hajar se levantan como guardianas de pueblos antiguos. En Nizwa , la antigua capital del país, el zoco late con fuerza cada viernes. Entre especias, cerámicas y joyas de plata, el mercado de animales recuerda la importancia de la agricultura y la ganadería en la vida omaní.
Muy cerca, en el pueblo de Misfat al Abriyeen , el sistema de irrigación falaj , reconocido por la Unesco, muestra cómo, desde hace siglos, la gestión del agua es un arte de supervivencia. Entre terrazas agrícolas y casas de adobe, las mujeres sostienen la vida cotidiana con un trabajo muchas veces invisible, pero esencial.
Caminar por estas montañas es entender la resiliencia de un pueblo que ha sabido habitar el desierto y hacerlo florecer. Y es también una invitación a reflexionar sobre nuestra propia relación con la tierra, con los recursos, con la manera de habitar el mundo.
Nizwa. © Ruben Hanssen Hospitalidad beduina en el desierto de Wahiba Sands Pocas experiencias marcan tanto como entrar en el desierto. Las dunas de Wahiba Sands se extienden durante kilómetros, con tonos que cambian del dorado al rojizo según avanza el sol. Allí nos esperan las familias beduinas, mujeres que mantienen tradiciones ancestrales en un entorno cada vez más transformado por la modernidad.
Compartir un té con ellas es entrar en otra dimensión del tiempo. Escuchar cómo se organizan entre el pueblo y el desierto, cómo transmiten sus saberes de generación en generación, abre un espacio de aprendizaje y sororidad.
Al caer la noche, el campamento se convierte en un refugio de estrellas. El silencio absoluto, roto solo por el viento, nos recuerda la pequeñez y la grandeza de estar vivas en un planeta que aún guarda espacios intactos.
Desierto de Omán. Wadís y oasis en medio del desierto Omán no es solo arena y rocas. En sus wadís, esos cañones donde brotan ríos de aguas turquesas, descubrimos otra cara del país: la del frescor inesperado. Wadi Shab o Wadi Bani Khalid son auténticos paraísos naturales donde es posible caminar entre palmeras, bañarse en pozas cristalinas y sentir cómo el agua se convierte en un regalo sagrado.
Aquí, más que nunca, la naturaleza deja de ser un decorado para convertirse en compañera de viaje. En Hacia lo Salvaje lo entendemos así: no se trata de explotar ni de consumir el paisaje, sino de escucharlo, habitarlo con respeto y aprender de su fragilidad.
Santuario de tortugas de Ras al Jinz En la costa este, Ras al Jinz es un santuario para las tortugas marinas verdes, una especie en peligro de extinción que regresa cada año a desovar en estas playas protegidas. La experiencia de verlas avanzar lentamente por la arena, bajo la luz de la luna, es sobrecogedora.
Aquí el turismo se convierte en aliado de la conservación: grupos reducidos, guías locales y medidas estrictas para no alterar el ciclo vital de los animales. Observar en silencio a una tortuga regresar al mar es también un acto de humildad y de responsabilidad.
Omán es un país de grandes espacios naturales. Cuál es la situación de las mujeres en Omán Aunque Omán no es un paraíso de igualdad, sí representa un avance notable frente a otros países de la región. Desde los años 70, la presencia de mujeres en universidades, instituciones y empresas ha crecido de manera constante. En Mascate, galerías de arte, talleres de cerámica y estudios creativos son gestionados por mujeres que buscan abrir camino.
Nuestra ruta incluye encuentros con artistas, estudiantes universitarias y artesanas , espacios de diálogo donde las viajeras pueden compartir experiencias y descubrir que, más allá de las diferencias culturales, las preguntas y aspiraciones son comunes: el deseo de libertad, de reconocimiento, de construir un futuro más justo.
Como dice Bita: “Cada encuentro es un curso: aprendemos de ellas y ellas de nosotras. No viajamos solo para ver monumentos, sino para entender cómo viven, qué piensan, cómo se sienten las mujeres en este país” .
Viajar a Omán guiadas por Bita Bita no es una guía cualquiera. Iraní de origen, políglota y apasionada de la historia, lleva años tejiendo redes entre mujeres del mundo árabe y viajeras hispanohablantes. Su trayectoria personal es un ejemplo de resiliencia y valentía: dejó atrás su país para poder crecer profesionalmente y hoy se ha convertido en puente cultural.
Viajar con ella es más que contar con alguien que traduce o explica: es tener al lado a una mujer que escucha, comparte y acompaña. Es saber que cada paso del viaje se enriquece con su mirada feminista, con su capacidad de tender lazos entre nosotras y las omaníes.
Mezquita Ali Musa. © Hongbin ¿Es Omán un destino seguro para mujeres viajeras? Uno de los mayores prejuicios sobre viajar a Omán es la seguridad. La realidad es bien distinta: Omán es uno de los países más seguros del mundo, con índices de criminalidad bajísimos y una hospitalidad que sorprende. Como dice Bita: “En Omán puedes caminar sola de noche, sin miedo. La gente te ayuda, te sonríe. Es un país en paz, y eso se nota en cada detalle” . Para mujeres viajeras que desean descubrir el mundo árabe sin renunciar a la calma, Omán se presenta como la puerta ideal.
Omán en clave ecofeminista En la agencia que represento cada viaje se diseña desde una convicción: viajar es también un acto político. Elegir cómo lo hacemos, con quién o qué huella dejamos importa. En Omán, esto significa alojarnos en campamentos y casas gestionadas por mujeres, fomentar la economía local, movernos de manera sostenible, dar valor al descanso y a la escucha. Significa cocrear las experiencias junto a nuestras anfitrionas, sin imponer ritmos ni dinámicas, respetando sus tiempos y necesidades.
Es también ofrecer a nuestras viajeras un espacio seguro, de confianza y sororidad, donde cada mujer pueda sentirse protagonista y parte de una comunidad más amplia que trasciende fronteras.
Propuesta de agencia Hacia lo Salvaje
La próxima salida a Omán será el 10 de noviembre . Quedan 3 plazas disponibles para mujeres que quieran descubrir este destino único desde una mirada feminista y transformadora. Para más información entra en Hacia lo Salvaje.