Melilla es una de esas ciudades que quizá no se te ocurren en un primer momento para una escapada romántica, pero cuenta con muchos alicientes para un viaje, como su arquitectura modernista, playas, una agitada historia y una sabrosa y ecléctica gastronomía. Además, los Bonos Melilla hacen que sea muy fácil (y económico) visitarla. No dudéis en apuntarla en vuestra lista de ciudades a visitar.
Plaza de Menendez Pelayo, con el edificio La Reconquista y la Iglesia del Sagrado Corazón. ©Pedro Grifol La ciudad de Melilla, a pesar de su españolidad, es la gran desconocida dentro del turismo interno. Como ya no hay ‘mili’ no la visitan los familiares de la soldadesca, que era los que hacían el papel de turistas distinguidos el día de la jura de bandera. Quizá por eso, la ciudad mediterránea ha pasado al limbo del olvido en cuanto a planes vacacionales se refiere; sin embargo, Melilla ofrece una amplia variedad de alternativas de ocio y cultura que bien merece una escapada para dos porque, sin duda, será todo un descubrimiento en todos los sentidos.
Un paseo por Melilla Para situarla en el mapa, lo primero que hay que decir es que geográficamente está situada en el continente africano, en la parte oeste de la ensenada que queda comprendida entre los cabos de Agua y Tres Forcas, frente a la costa de Málaga.
Una vez instalados, aprovechando las ventajas de los Bonos Melilla, de los que encontraréis información en la guía práctica, la primera visita será al Fuerte de la Victoria . Desde esta fortaleza defensiva del siglo XVIII nos adentramos en un laberinto subterráneo de pasadizos que nos instruirán sobre el pasado de la ciudad. Claro que, lo mejor, es contratar los servicios de un guía especializado para conocer la historia de la ciudad, porque Melilla tiene mucho que ver ¡y contar! Así que Tu Guía en Melilla es la opción ideal para saber su historia en profundidad.
Calle de San Miguel, en la parte antigua de Melilla. ©Pedro Grifol Melilla, ciudad modernista Su riqueza cultural, que da comienzo con los fenicios, con el paso de los siglos ha ido incorporando las culturas cristiana, musulmana, judía e hindú; a la que, posteriormente, se ha agregado la cultura gitana. Ahora se la conoce como ‘la ciudad de las cinco culturas’… Pero el verdadero viaje cultural empieza cuando descubrimos que es la ciudad española (después de Barcelona) que cuenta con mayor número de edificios modernistas . Están catalogadas más de 500 edificaciones siguiendo los principios ornamentales del modernismo y el art decó .
El motivo se debe al arquitecto Enrique Nieto, que fue el gran promotor del desembarco modernista. Nacido en Barcelona en 1880, se trasladó a Melilla en 1909 impulsado por el auge comercial de la ciudad. En su curriculum ya constaba que colaboró con Antonio Gaudí en el diseño de las barcelonesas Casa Batlló (1905) y Casa Milá (1908). En Melilla diseñó edificios influidos por la arquitectura modernista de su ciudad natal como la Casa Melul, la Casa Tortosa, el edificio La Reconquista o el edificio del diario El telegrama del Rif. La plaza de arquitecto municipal en Melilla llegó en 1931, cargo que desempeñó hasta su jubilación en 1949, aunque continuó trabajando hasta su muerte, acaecida también en Melilla en 1954.
Edificio Melul y estatua del arquitecto Enrique Nieto. ©Pedro Grifol Enrique Nieto está enterrado en el cementerio de la Purísima Concepción , un camposanto que tiene su visita turística guiada; y donde, por cierto, entre esculturas de gran valor artístico, hay que inclinarse ante el peculiar mausoleo del recluta Benito López Franco, que aparece constantemente cubierta de amuletos, ya que se considera lugar milagros y de peregrinaje para solicitar favores. Misterio.
Hablando de peregrinaciones. En la Puerta de Santiago de la Ciudad Vieja, se encuentra anclado un pétreo mojón rotulado con el código PK. 972.09, que representa el único mojón xacobeo del Camino de Santiago Africano, un inicio de ruta de casi mil kilómetros, los que separan Melilla de Santiago de Compostela.
Puerta de Santiago y mojón del Camino de Santiago. ©Pedro Grifol. Un baño en la playa… y la mejor gastronomía El disfrute del baño en la playa forma parte de la cultura de los lugareños, con playas de arena fina, como la de Los Cárabos; calas rocosas como Los Cortados de Aguadú, para practicar buceo; o el magnífico escenario amurallado que enmarca la Ensenada de los Galápagos.
En Melilla hay que destacar la gastronomía local, que se basa en el pescado y el marisco, con mezcla de aportaciones peninsulares como la fritura andaluza o las cazuelas gallegas, a los que hay que añadir el aporte de la cocina magrebí, con platos como el cuscús o las pastelas morunas, que le imprimen un sello exótico y personal.
Ensenada de los Galápagos. ©Pedro Grifol Y, para completar el paseo melillense, también será buena idea descubrir sus bares y coctelerías, de entre las que destacamos La Cervecería , por su peculiaridad, los ‘pinchos variadísimos’ y el pincho de tortilla gigante.
La “leche de pantera” nació en Melilla Pasados ya muchos lustros, llegamos a una historia muy friki. Cualquiera que desde los años 70 (¡ya ha llovido!) haya pasado su etapa universitaria en Madrid, habrá tenido la oportunidad de conocer el mítico bar El Chapandaz (elchapandaz.com). Este garito fetén se ha mantenido en el tiempo gracias a su más celebre combinado: la bebida legionaria ‘Leche de Pantera’, un cóctel inventado en Melilla para contento de los legionarios. Este cuerpo militar, muy ligado a la ciudad, fue creado por Millán Astray para hacer frente a las disputas con Marruecos, y se dice que este cóctel también fue obra suya.
Torreón de Bonete y Faro. © Pedro Grifol. Al parecer, el general andaba preocupado por las costumbres etílicas adquiridas por su tropa, que se hacían cócteles con leche y alcohol etílico sustraído del botiquín de la policlínica. Consciente de aquella situación, acudió raudo a pedir consejo a su amigo Perico Chicote. El famoso barman ideó un cóctel fácil de preparar con ingredientes factibles de conseguir: leche condensada, ginebra y agua, y decidió bautizarlo con el nombre de ‘Leche de Pantera’. El nombre, cuentan las crónicas mundanas, que procede de una íntima amiga de ambos (del general y del barman), que no era otra que la cupletista Celia Gámez, a la que llamaban ‘La Pantera’… ¡Vaya usted a saber por qué!
Pues bien, en el bar melillense La Cervecería (@lacerveceriamelilla) tienen siempre este explosivo cóctel a disposición de los rudos parroquianos legionarios y de los curiosos turistas. Lo de ‘explosivo’ puede comprobarse en el siguiente vídeo publicado en el canal de Youtube Grifol’sBar.
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Melilla… ¡Sorpresas te da Melilla!
Guía práctica de Melilla- Preguntas frecuentes Cómo llegar: los Bonos Melilla Aunque desde Málaga y Almería hay conexiones marítimas regulares hasta el puerto melillense, lo mejor es llegar en avión. Es muy interesante, y atractivo económicamente, utilizar los llamados Bonos Melilla (bonosmelilla.es), una iniciativa del Patronato de Turismo que subvenciona el 75% del importe del billete de avión y paga 40 Euros (por noche) en el alojamiento seleccionado. Se solicitan online y se conceden rápido y sin problema. El siguiente paso es comunicar por correo el código que facilitan a la agencia de viajes y ya la agencia continúa con el trámite.
Dónde dormir La ciudad cuenta con numerosos hoteles, pero el Parador , ubicado en una posición privilegiada, es una buena recomendación para alojarse en una primera visita, con habitaciones ideales para parejas. Desde su terraza tendremos una bonita panorámica de la ciudad: la Melilla Vieja (la amurallada) y la Melilla moderna, una perspectiva visual que nos enamorará a primera vista.
Más información en:
Melilla Turismo
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