Un nuevo templo del pescado, con mucha historia detrás, abre en un lugar emblemático de Madrid, la plaza de la Villa de París, para seducirnos con las mejores especies piscícolas y las cocciones más adecuadas para ellas. El Señor Martín Restaurante es una visita imprescindible para las amantes de la buena mesa.
Quisquillas de Motril con sus huevas azul pitufo, gambas rojas de La Garrucha con su sabor dulce y textura finísima, zamburiñas de las rías gallegas con su potente sabor a mar… Pescados de renombre como el rodaballo salvaje, populares como la sardina (aprovechad, que ahora empieza su temporada, ya sabéis: “Por San Juan la sardina moja el pan”) o desconocidos en la capital como el verrugato y el borriquete. El mar encierra un tesoro de especies por descubrir (no comemos más de un 10% de las que podríamos alimentarnos), un universo piscícola que El Señor Martín se ha propuesto enseñarnos. ¡Y de qué manera!
Nacidos hace ya diez años como pescaderías súper selectas (fue empezar su andadura y comenzar a recibir premios), por fin han encontrado el local de sus sueños, donde desarrollar este amor por el mar de la mejor manera posible: cocinándolos con respeto y un profundo conocimiento. Para ello cuentan con un gran cocinero, Alfonso Castellano , curtido en los mejores fogones (Berasategui, Roncero, Can Roca) y con una pasión contagiosa por el pescado. Elige la mejor técnica para cada uno, dependiendo de su grasa, peso, sabor… pero os recomiendo que al menos alguno de los platos que elijáis pase por la brasa. Tienen una parrilla espectacular donde cocinan a fuego desde piezas más obvias (¡ay ese cogote de merluza que me hizo casi llorar!) hasta otras que os sorprenderán (unas ostras rizadas ahumadas, exquisitas).
El parrillero escoge la madera (encina para las piezas más potentes, almendro para las más delicadas) y las trata de manera individual, con esa técnica que sólo se consigue con experiencia y mimo.
En el Madrid Secreto El Señor Martín Restaurante ha elegido un espacio único, uno de los rincones más bonitos de ese Madrid Secreto que no todos conocen: la plaza de la Villa de París , pegados a la Audiencia Nacional, en la esquina entre Orellana y General Castaños. Ha recuperado el antiguo “Timón”, restaurante que los que ya no cumplen 40 recordarán, y lo han dejado espléndido. La finca, una casa de finales del XIX, se lo merecía. Han descarnado el local, sacando su piedra de granito a la vista y sus ladrillos decimonónicos, manteniendo un estilo sobrio, industrial, pero con toques cálidos de madera y mármol. Han conseguido así el marco ideal para convertirse en el templo del pescado en Madrid.
El restaurante El Señor Martín se distribuye en dos plantas para que, según el momento, podamos optar por una comida más informal u otra más seria. Abajo están los dos comedores y un pequeño salón privado; un espacio aburguesado con una vinoteca a la vista espléndida, donde darte el “homenaje” sin prisas ni agobios. Arriba, una barra enorme, en forma de proa de barco , centrada en tapeo marinero (desde unas croquetas de merluza impresionantes hasta pequeñas piezas a la brasa). Desde la barra podréis “avistar” su expositor de pescado y su cocina también a la vista, con esa parrilla que me tiene enamorada; y una pizarra en la que cada sugerencia viene enmarcada por su lonja de origen. Porque aquí está otro de los puntos fuertes del restaurante: sus proveedores, buscados y seleccionados en cada puerto, pescadores que se han convertido en amigos y les guardan las piezas más raras, escasas y selectas de sus capturas diarias.
Queridos ictiófagos, devoradores de pescado, habéis encontrado el paraíso. Carnívoros, aceptad mi consejo y atreveos con el mar. Porque aquí no hay carne, ni la vais a echar en falta.
Información práctica
Dirección: Calle General Castaños, 13 (esquina con calle Orellana). Tel. 917 957 170
Precio medio: 35 euros en planta de arriba, 60 euros en la planta de abajo.
Hay que probar: alguno de sus pescados a la brasa, sus quisquillas de Motril o esas croquetas de merluza. La carta varía muchísimo, al ritmo de mareas y temporadas biológicas.
Ambiente: Informal arriba, formal abajo.
Fotos cedidas por el restaurante.