Es una escapada tan cercana, tan accesible, tan sabrosa y tan variada que la Ruta del Vino Cigales reúne, a priori , todos los atributos necesarios para un viaje con amigas. Sin embargo, sería injusto no ampliar el abanico a aquellos amantes de la historia, la aventura, el arte, la gastronomía o, simplemente, de los vinos rosados y claretes. Si soléis viajar en pareja o en familia, estas tierras de Cigales también son para vosotras.
Mural de Manuel Sierra en Mucientes. © Pepa García Cuando parece que todo está descubierto y que para sorprender al viajero son necesarios grandes y novedosos alardes arquitectónicos, mucho arte conceptual, platos elaborados con complejas técnicas culinarias y vinos que precisan ser explicados… descubres la Ruta del Vino Cigales . Y percibes desde los primeros kilómetros que esos paisajes tranquilos y pueblos pequeños que huyen del artificio atrapan por igual. Quizás nos hemos cansado de las villas-photocall , de las largas filas para hacer una fotografía, de los platos que “sólo” son bonitos y de tantos hoteles de Instagram.
En este itinerario por tierras vallisoletanas y palentinas veréis todo de color rosa, no sólo porque el vino regala preciosas tonalidades que van desde los salmones claros hasta los tonos piruleta, sino porque esa delicadeza cromática va a juego con la autenticidad de los lugares visitados. Si os estáis planteando un viaje con amigas que sea cercano y que ofrezca variedad de atractivos, esta ruta del vino os sorprenderá, de eso estamos seguras.
Pueblos pintados, catedrales del vino y viviendas bajo tierra Sentimos una especial predilección por los pueblos discretos, esos que cuando hablas con sus vecinos casi se disculpan por no tener, aparentemente, muchas visitas monumentales. Lo que para ellos son pocas, para nosotras son tesoros en forma de templos, castillos o bodegas. Para un solo fin de semana os recomendamos tres: Mucientes, Cigales y Dueñas.
Mural visto desde la Bodega Aula de Interpretación. © Pepa García Mucientes Cómo no abrir mucho los ojos al admirar los murales que Manuel Sierra pintó en Mucientes (mucientes.es). Este artista leonés, que también es el autor del logotipo de los labios de la Seminci, realizó en 2015 doce murales que describen la historia y las tradiciones de la localidad vallisoletana. En todos ellos aparecen las tradiciones del lugar, unos icónicos pájaros y también vino, que en nuestra ruta está especialmente presente. Los concibió como una obra conjunta que comienza en la Ronda de las Huertas y termina en el Gran Mural situado frente a la interesante Bodega Aula de Interpretación.
«Este mural, pintado en días de mayo y de junio del año 2015, quiere contar la riqueza y la belleza de esta tierra de pan y de vino, de música y de cielos infinitos… y de pájaros. Salud, amigos»
Manuel Sierra Una vez visitado este centro didáctico situado en una bodega subterránea y donde conoceréis los secretos y el porqué de las bodegas subterráneas de Mucientes, hay que seguir hasta el barrio de las bodegas o Cuarto de San Pedro, donde se concentran numerosas bodegas que se remontan al siglo XVI. Si no habéis visto ningún vecindario de este tipo, os parecerá de otro mundo. El paseo se puede completar con el Aula Museo de Paco Díez , una eminencia en cultura musical ibérica y sefardí, y con la iglesia de San Pedro.
Detalle del barrio de bodegas subterráneas de Mucientes. © Pepa García Visita a una bodega en Mucientes La primera cata de esta escapada enoturística la realizaremos en Bodegas Salvueros (salvueros.com), cuyos orígenes parten de este barrio de bodegas pero que, con el transcurso de los años y la necesidad de ampliar las instalaciones, se trasladan a las afueras. Desde hace diez años, los hijos de Marcos Gómez, la tercera generación familiar, elaboran aquí excelentes vinos rosados (el 85% de su producción es de rosado pero también hacen blancos y tintos). Os recomendamos hacer la visita guiada (previa reserva) y catar su Salvueros rosado y su Salvueros Garnacha Gris. Si lo pedís en cualquier bar o restaurante de Valladolid también lo tendrán.
Vinos rosados de la Bodega Salvueros, en Mucientes. © Pepa García Cigales La sorpresa continúa en el pueblo de Cigales . Una sorpresa que comienza incluso desde antes de llegar. Como si de un blanco faro se tratara, la iglesia de Santiago, más conocida como “la catedral del vino”, parece atraerte en la distancia. Sus dos grandes torres de estilo herreriano o su retablo mayor dan fe del próspero negocio del vino desde tiempos pretéritos. Las calles de Cigales invitan a la calma, a sentir cómo la vida fluye en sus calles y a caminar sin prisa para descubrir alguna fachada señorial, el Ayuntamiento, la Plaza Mayor, la iglesia protestante o el busto de Fray Antonio Alcalde.
Y, sobre todo, el sentido del olfato lleva a la carnicería Maruja porque sus especiadas morcillas son uno de los mejores productos gourmet que os podéis auto regalar (cierra los sábados por la tarde y los domingos). Si queréis hacer una visita guiada por el pueblo, la oficina de turismo organiza el itinerario “Descubre Cigales, cuna del clarete”, consulta horarios.
Iglesia de Santiago de Cigales. © Pepa García Dueñas Dueñas, la tercera población de esta escapada por la Ruta del Vino de Cigales, se encuentra en tierras palentinas, pero a sólo 24 kilómetros de Cigales. No llega a tres mil habitantes pero todo en ella nos resulta distinguido, no es de extrañar que ostente el título de Conjunto Histórico-Artístico desde 1967. De sus lienzos de muralla ha quedado poco pero es un placer cruzar una de sus puertas de entrada, la de los Remedios, para perderse por sus calles. En su trazado medieval se intercalan casas señoriales, palacetes, iglesias y capillas con animadas terrazas de bares. A unos cuatro kilómetros, se sitúa el monasterio de San Isidro de Dueñas, más conocido como el de La Trapa (seguro que os suena del chocolate).
Además de la visita monumental, en esta localidad hay que reservar tiempo para conocer su impresionante barrio de bodegas subterráneas donde se sitúa, además de numerosas bodegas privadas, el Centro de Interpretación de las Bodegas de Dueñas “Familia Cabeza” donde se pueden conocer las particularidades de este tipo de construcciones, de sus habitantes y la importancia de la industria vitivinícola en Dueñas y en toda la comarca. Las grandes dimensiones de esta bodega y de sus barricas no dejan lugar a dudas. Es necesario reservar la visita en la Asociación de Bodegas y Cuevas de Dueñas (bodegasycuevasdueñas.com) y alguno de los voluntarios os hará el recorrido por el centro de interpretación y por una casa cueva. Valentín Rincón, en la fotografía, está muy comprometido con el proyecto y no ceja en su empeño de recuperar la memoria etnográfica del lugar.
Valentín Rincón, de la ABCD, contando los secretos de las Bodegas y Cuevas de Dueñas. © Pepa García Visita a una bodega en Dueñas También en este barrio y de visita obligada es la Bodega Remigio de Salas Jalón (lasluceras.com), un revelador ejemplo de que el sector vinícola está más vivo que nunca. Al frente de la bodega y de los viñedos ya se encuentra la quinta generación, pero los métodos esenciales de elaboración apenas difieren de los del pasado. Recorrer sus galerías acompañadas del aroma del vino mientras Amada de Salas comparte la historia familiar y los recuerdos de su niñez ante la atenta mirada de su madre, es una experiencia real que constata que Dueñas es tierra de vinos y de personas auténticas. Es una de las visitas obligadas de la Ruta del Vino de Cigales, no olvidéis reservar previamente. Además, luego podéis continuar el paseo por el barrio de bodegas del Cerro del Castillo, que es uno de las tres de este tipo con los que cuenta Dueñas.
Amada de Salas en su bodega. © Pepa García Dos castillos de la Ruta del Vino Cigales Pero no sólo existen tesoros en el interior de la tierra, también en la superficie existen grandes sorpresas de tamaño descomunal. Combinar el recorrido por los pueblos con la visita a algunos castillos, sin apenas desviarse, es la mejor propuesta. Entre las muchas fortalezas de Valladolid, os recomendamos dos, una en Fuensaldaña y otra en Trigueros del Valle . La primera de ellas, que alberga el Centro de Interpretación de los Castillos, fue comenzada a construir en el siglo XIII aunque su actual impronta, propia del siglo XV, se debe a los señores de Vivero. Es de planta cuadrada, tiene torres circulares en las esquinas y una inmensa torre del Homenaje. Conviene dedicar tiempo a recorrer todos sus espacios, exposiciones incluidas, y subir a la torre. Se cuenta que en este castillo pasaron los Reyes Católicos su luna de miel.
Castillo de Fuensaldaña. © Pepa García Y de Fuensaldaña, iremos a Trigueros donde se sitúa el famoso Castillo Encantado (elcastilloencantado.es), una construcción del siglo XIV tematizada por Juan Villa, escultor y responsable de attrezzo de Cuarto Milenio. Este lugar se ha convertido en uno de los lugares favoritos del público familiar, ya que los diversos espacios del castillo acogen exposiciones llenas de fantasía que recuerdan a Harry Potter, Juego de tronos, Superhéroes, etc…
Detalle del interior del Castillo Encantado de Trigueros. © Pepa García Visita a una bodega en Trigueros del Valle Además del castillo, en la localidad hay otras visitas obligadas: las casas cueva , excavadas en el cerro donde se sitúa la ermita de la Virgen del Castillo, la iglesia de San Miguel Arcángel y la Bodega Histórica Tovar (tovarbodegas.com). En esta última, fruto de la unión de cinco bodegas comunicadas, no sólo se muestra cómo son las bodegas subterráneas o las labores propias para hacer vino, sino que se brindan experiencias con cata incluida. Este proyecto es el sueño de Juan Carlos Prieto Tovar desde hace veinticinco años, un bodeguero que vela por la “conservación de la viticultura, el respeto por el paisaje y el patrimonio”. Como bien señala, tomar un vino no es algo baladí sino que al beberlo estaremos disfrutando “del fruto del esfuerzo de muchas generaciones por mantener el patrimonio vegetal, el terruño y la diversidad arquitectónica”.
Juan Carlos Prieto Tovar en la Bodega Histórica bajo focos de color rosa. © Pepa García A sólo cinco kilómetros de Trigueros es recomendable terminar el viaje visitando la Bodegas Protos Cigales (bodegasprotos.com), situada a las afueras de Cubillas de Santa Marta. Desde 2021, esta gran empresa, que ya está presente en otras denominaciones de origen, elabora rosados y claretes en una moderna bodega donde también se pueden reservar experiencias con cata incluida. Y así, con un brindis de rosado o clarete, termina esta Ruta del Vino Cigales tan agradable y cercana como os contábamos al inicio.
Guía práctica de la Ruta del Vino Cigales Qué más hacer
Los amantes del senderismo disfrutarán paseando por los Cortados del Pisuerga, las vistas desde los miradores son una auténtica maravilla. Puedes organizar una ruta guiada o diferentes visitas de la ruta con la empresa Itinerante (itinerante.es).
Dónde dormir
En la Ruta del Vino encontraréis alojamiento en diversas poblaciones. En nuestro viaje hemos conocido el Hotel Camino Real (Dueñas), un 3 estrellas con salida directa a la A-62 y todo lo que puedas necesitar. Concejo Hospedería (concejohospederia.com), una Posada Real situada en Valoria la Buena en la que a sus 14 preciosas habitaciones se le suma uno de los mejores restaurantes de la ruta. Y, también, el hotel rural Pago de Trascasas (pagodetrascasas.es), en una bonita casa de piedra de Cubillas, que cuenta también con un excelente restaurante y experiencias enoturísticas con visita a la bodega de Alfredo Santa María.
Dónde comer
Además de los dos restaurantes mencionados, también debéis tomar nota del restaurante Clandestino (clandestinocigales.com), situado en Cigales, con una carta compuesta de exquisiteces de la tierra y una presentación muy cuidada. El restaurante La Dama de la Motilla (ladamadelamotilla.es), en Fuensaldaña, que ofrece unos elegantes salones donde degustar menús del día o platos de la carta, y un gastrobar en la planta baja para tomar el aperitivo. Y, por último, el restaurante Bodegón El Ciervo (bodegonelciervo.com), en Cabezón de Pisuerga, uno de esos lugares con “sabor y saber” al que acuden familias compuestas por varias generaciones… señal de que es un imprescindible de la zona. «Lechazo al horno» se puede leer en un rótulo a la entrada, pero también es conocida su carne de caza, setas, guisos… cualquier opción será acertada.
Para más información sobre otros restaurantes, hoteles y bodegas de interés, sólo hay que consultar la web de la Ruta del Vino Cigales .
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