¿Estás buscando rutas senderistas en Alentejo o en el Algarve? Te proponemos la Ruta Vicentina en sus dos vertientes: el Camino de los Pescadores y el Camino Histórico para conocer tanto el interior como la costa. Un plan perfecto para disfrutar con amigas o en soledad. Caminata en la Ruta Vicentina (Portugal). © Kris Ubach El Alentejo son dehesas y campos de maíz. Son monasterios templarios y ciudades árabes. Dulces conventuales, carne de cerdo ibérico y vino con Denominación de Origen. Y costa, muchos kilómetros, agreste e intacta. Junto a ella en el mapa, alargando un poco más ese paisaje donde los árboles tocan el mar, está su hermano vecino, el Algarve. Más preciosista, más afamado, pero también más concurrido cuando los rigores del verano piden estar a la fresca del Atlántico.
En esas dos franjas donde acaba Portugal y empieza el océano hay una ruta senderista de 445 kilómetros que une las poblaciones de Santiago do Cacém/Porto Covo con el algarveño Cabo de San Vicente. Esta ruta vicentina tiene dos ramales, uno que discurre por la costa enlazando antiguos senderos usados por los hombres de mar (Camino de los Pescadores ); y otro que atraviesa el interior rural de estas dos regiones (Camino Histórico ).
Y hay dos maneras de enfrentarse a este monumental reto: siendo muy rigurosas, etapa por etapa, con una buena planificación de kilómetros a recorrer según nuestro estado de forma. O “a la informal”, con calma, buscando los tramos más pintorescos, recorriendo unos cuantos kilómetros y tumbándonos a la bartola cuando nos apetezca, sin estar pendiente de tener que completar cada etapa.
Cabo Sardao (Ruta Vicentina, Portugal). © Kris Ubach 2 rutas senderistas por el Alentejo y el Algarve Esto es un reto en toda regla. Una aventura de 445 kilómetros a través de bosques, playas, zonas rurales y vertiginosos senderos sobre los acantilados. Pero antes de empezar es importante saber cuál de los dos ramales vamos a recorrer ¿el Camino Histórico o el de los Pescadores? Igual queremos poner toda la carne en el asador y decidimos patearlos los dos. Aquí tenéis unas cuantas pistas para hacer más fácil la elección.
Camino Histórico por el interior El Camino Histórico discurre por paisajes de interior, es más rural, más solitario y muy auténtico. Se cruzan tierras de pastoreo —con sus pastores y sus ovejas—, bosques de robles y aldeas con restaurantes familiares donde siempre se come más de la cuenta. Parte de Santiago do Cacém y se compone de 12 etapas que en total suman unos 230 kilómetros. Las balizas son las blancas y rojas de los GR. Y algo muy importante: es la ruta que debéis escoger si pretendéis hacer el camino en bicicleta (mountain bike , no de carretera ¿eh?).
Camino de los Pescadores por la costa El Camino de los Pescadores , que discurre por acantilados cerca del mar, solo es apto para ser caminado y tiene otra característica que merece ser mencionada: el 70% del terreno es arena de playa. ¡Uf! La parte positiva: los paisajes son de impacto y en total suma menos kilómetros —125 divididos en 5 etapas— así que es más asequible si disponemos de poco tiempo. Las marcas que debemos seguir aquí son azules y verdes.
Camino Histórico de la Ruta Vicentina. © Kris Ubach Pueblos en la ruta Caminar o montar en bicicleta es, para muchas, un atractivo en sí mismo. Pero para quienes necesiten añadirle algún ingrediente más a la ruta ahí van. El Camino Histórico , para empezar, comienza en la emblemática Santiago de Cacem , una localidad fortificada por celtas, moriscos y cristianos a la que no le faltan su castillo, sus casas encaladas de blanco y sus típicos guisos de anguila. Y para fortaleza la que se encuentra en Aljezur , que es uno de los siete castillos emblemáticos que decoran la bandera de Portugal.
Pero si la ruta interior se caracteriza por algo es por su patrimonio vegetal, animal y paisajístico. El 25% de las especies que se encuentran a lo largo del camino son endémicas de la península ibérica, y no son pocas. Así que aficionadas a la ornitología, amantes de los árboles antiguos y las flores tomad buena nota.
El Camino de los Pescadores , por su parte, cruza varias localidades costeras pintorescas como Porto Covo , Vilanova de Milfontes o Almograve . Pero el Must en mayúsculas en esta zona son las playas . Y si están flanqueadas por un acantilado coronado por un faro, mejor que mejor. Las noches de cañas y pescado asado a pie de arena en esta zona tendrían que ser Patrimonio de la Humanidad.
Porto Covo, una de las paradas de la ruta. © Kris Ubach Senderos circulares para ir con más calma Ya hemos dicho que había dos modos de recorrer la Ruta Vicentina: en plan exigente o con calma. Para aquellas a quienes les gusta andar pero no están dispuestas a pasarse cinco o doce días arrastrando mochila en plan Camino de Santiago hay opciones. Y están geniales. La propia Ruta Vicentina cuenta con algunas mini-alternativas en algunas de sus etapas: son los senderos circulares, que pueden recorrerse en media jornada con inicio y fin en el mismo punto. Sus marcas son rojas y amarillas.
En Almograve, por ejemplo, coincidiendo con el Camino de los Pescadores, está la ruta de las Dunas de Almograve de 8 km.
Y dentro del mismo camino costero también hay otros senderos en círculo como el de la Playa de Odeceixe (15 km) o el circuito de la Ponta da Atalaia (14 km). En el interior también hay rutas para caminar unas pocas horas, como la que se adentra en las colinas de Carrapateira (13,5 km) o la que conduce a los lagos escondidos de la Serra de Espinhaço (7-16 km).
Almograve. © André Martins CONSEJOS ETHERIA Cómo llegar al Alentejo La compañía aérea Vueling ofrece vuelos diarios y directos a Lisboa desde Barcelona y con escala desde otras ciudades como Alicante, Palma de Mallorca o Ibiza. Desde Madrid, otras compañías como Iberia , TAP , Air Europa y easyJet también realizan el trayecto.
Qué comer en el Alentejo Hemos caminado y nos lo hemos ganado ¡qué diablos! La gastronomía alentejana es muy sabrosa y auténtica y se caracteriza por la sencillez de sus ingredientes. Los animales que vemos en estos campos —corderos, cerdos ibéricos (porco preto), jabalís o conejos— son los protagonistas de la mesa, y también lo son el aceite de oliva, los quesos, el vino y lo que dan los bosques en forma de setas y hierbas aromáticas. Entre las recetas más típicas están la açorda (una sopa hecha a base de pan, ajo y huevos), los guisos de cordero heredados de los árabes y los platos de sardinas, atún o caballa en la costa.
Solo en Alentejo hay 68 fincas vitivinícolas que conforman la Ruta del Vino de Alentejo y que ofrecen catas, visitas a las bodegas, gastronomía y alojamiento en la misma heredad.
Más información: www.visitportugal.com www.rotavicentina.com
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