Ámsterdam es una de las ciudades más fotografiadas del mundo, especialmente iconos tan característicos como los canales, las bicicletas y los tulipanes. Si a su animada vida en la calle la acompañas de buenas cervezas, quesos riquísimos y mercados callejeros, se convierte en una fantástica escapada. Si quieres saber qué ver en Ámsterdam en dos días sigue leyendo…
En Ámsterdam encontrarás decenas de bares donde reponer fuerzas. Una escapada a Ámsterdam permitirá disfrutar de la jovialidad y el dinamismo de esta ciudad. Una curiosa mezcla de cultura alternativa y tradición burguesa impregna aquí el día a día, desde las mansiones del Siglo de Oro hasta las terrazas que aprovechan cualquier rayo de sol. Esta ciudad es un buen lugar para disfrutar de paseos por sus calles, llenar la tarjeta de memoria del móvil con rincones preciosos y reírse en una tertulia disfrutando de una cerveza y de la compañía.
Barrio rojo y galletas de chocolate El núcleo medieval es la zona más cercana a la estación central de trenes, y donde también está el famoso Barrio rojo . Antiguos almacenes de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, mansiones señoriales, gremios, iglesias y callejuelas se mezclan en un cóctel que resulta mareante.
El pequeño oasis de calma del Begijnhof permite respirar un poco. En este patio con jardines rodeado de casitas vivían las beguinas, mujeres beatas, casi siempre solteras o viudas, que vivían en retiro. Al lado se puede uno sentir algo más cerca del paraíso probando las galletas de chocolate de Van Stapele , una tienda minúscula que solo hornea un tipo de galleta, con un corazón de chocolate blanco dentro. Siempre hay cola, por algo será.
Begijnhof, el antiguo barrio de las beguinas, es uno de los oasis de paz de Ámsterdam. Canales del Siglo de Oro El entramado de canales del Siglo de Oro es de visita obligada, y se pueden ver tanto a pie como a bordo de los barcos que los recorren. Hay desde barquitos pequeños hasta cruceros a la luz de las velas con degustación de quesos.
Este círculo concéntrico refleja el periodo más floreciente de la historia de Holanda. Hay tres canales majestuosos: el Keizersgracht, (en honor al emperador), el Herengracht (el de los gentilhombres) y el Prinsengracht (por el príncipe Guillermo de Orange). A su alrededor se teje toda una red de otros canales, más o menos pequeños, entre los que destaca el de Reguliersgracht , uno de los más románticos de la ciudad, y las callejuelas llamadas “9 straatjes”, repletas de tiendecitas vintage.
Los canales son los que aportan más personalidad a Ámsterdam. Museos de Ámsterdam Si se quiere visitar museos, en esta zona hay dos muy interesantes: el Museo de los Canales (grachten.museum), para ver cómo funciona toda esta red de agua urbana, y la Casa de Ana Frank . En este último se muestra el piso donde se escondió la familia de la adolescente –autora del célebre diario– huyendo de los nazis, con material audiovisual sobre los derechos humanos.
En la plaza Museumplein están los grandes museos de la ciudad, como el Rijksmuseum (www.rijksmuseum.nl/en), donde destacan los maestros holandeses del Siglo de Oro como Rembrandt o Vermeer. El Museo Van Gogh (vangoghmuseum.nl/en), el Stedelijk contemporáneo (stedelijk.nl/en) y el Moco (mocomuseum.com/es), de arte urbano, completan esta plaza cultural. Muy cerca de aquí, se puede comer en el restaurante Wildschut , al estilo de un gran café (cafewildschut.nl).
Fachada de la Casa de Ana Frank. Mercados callejeros Una de las actividades más divertidas para hacer en Ámsterdam es recorrer sus innumerables mercados al aire libre . Los hay pequeños y grandes, dedicados a la comida ecológica o a los productos de segunda mano… todo lo que se pueda comprar o vender está aquí.
Entre los más interesantes está el mercado Albert Cuyp , en el barrio de De Pijp, el barrio “latino” de la ciudad. Con más de 260 paradas, venden absolutamente de todo. No te pierdas tampoco el de Dappermarkt , el más auténtico, que refleja la multiculturalidad de la ciudad y ofrece productos de todo el mundo.
También te puede interesar el mercado de Noordermarkt , abierto los lunes y sábados; es tipo rastro y vende todo tipo de cosas. Al salir, se puede ir al bar Winkel 43 y tomarse su famosa tarta de manzana. Y en el mercado de flores se pueden comprar bulbos de tulipanes para plantar a la vuelta.
Noordermarkt, es uno de los mercados imprescindibles. Cerveza y tertulia Si alguien se quiere hacer pasar por un habitante de Ámsterdam, tiene que hacer dos cosas: circular en bici (aunque si no se es una verdadera experta, yo no lo recomendaría), y tomarse una cerveza acompañada por una larga tertulia en uno de los famosos “bruin cafés ”. Se llaman así por el color marrón (“bruin”) de la madera, y tienen largas mesas donde se acumulan periódicos, revistas, cervezas y bitterballen , unas pequeñas croquetas redondas. Es un ambiente acogedor y divertido, y el barrio del Jordaan acumula muchos de estos cafés.
El barrio del Jordaan es uno de los más alternativos de la capital. Salir por la noche El barrio del Jordaan es uno de los más bonitos de Ámsterdam y la zona más divertida para salir por la noche. Fue pensado para los ciudadanos más pobres y actualmente cuenta con una animada vida artística y estudiantil, con un ambiente bohemio difícil de olvidar, entre casitas, callejones y rincones pintorescos.
También es animado salir por la zona de los canales, con restaurantes y bares de diferentes tamaños y ambientes. Y para las más fiesteras, las salas Paradiso , en una antigua iglesia (paradiso.nl/en) y Melkweg (melkweg.nl) son las más arraigadas en la ciudad.
El cine Tuschinski es un antiguo teatro construido en estilo art déco, al que vale la pena ir.
El barrio rojo no es muy recomendable por la noche y, de hecho, el Ayuntamiento está intentando poner freno al turismo de droga, alcohol y prostitución que se acerca a la ciudad.
Adrenalina y postureo Las que buscan adrenalina y las amantes del postureo selfie tienen una cita obligada en la azotea de la Torre A’dam (adamlookout.com), al otro lado del río IJ, que se cruza en un ferry gratuito detrás de la estación de tren. Allí arriba, a 100 metros de altura, han instalado unos columpios donde puedes balancearte con la sensación de estar volando. Si no te atreves a subirte, como mínimo disfrutarás de unas preciosas vistas. Además, esta torre se levanta en el barrio Norte, lo más de lo más de lo alternativo de la ciudad.
Visita el (©) restaurante vegano Spirit. Comer diferente Enfrente de la cervecería ‘t IJ hay un restaurante peculiar: el Spirit (spiritrestaurants.nl), un restaurante vegetariano donde lo divertido es pagar. El cliente toma un plato vacío, se sirve lo que quiere en el buffet y lo lleva a caja, donde lo pesarán en una báscula. Se paga por el peso de lo que llevas.
Ámsterdam puede ser también una excusa para probar cocinas diferentes, como la indonesia, que como fue colonia holandesa hay mucha tradición culinaria de este país, con restaurantes donde probar la salsa saté. Uno de los mejores es Tempo Doeloe (tempodoeloerestaurant.nl).
Otra tradición de Ámsterdam es comer croquetas sacadas de un expendedor automático en plena calle.
Para las amantes de lo dulce, por todas partes se pueden comprar galletas de canela, mazapán y chocolates . Todo muy útil para recargar energías y disfrutar.
Guía práctica de Ámsterdam Cómo ir
Existen vuelos directos a Ámsterdam (aeropuerto de Schiphol) con diversas compañías.
Dónde dormir
El hotel Lloyd ofrece habitaciones de todas las categorías, desde 1 a 5 estrellas, con lo que hay opciones y precios para todos los gustos. Cada habitación está decorada diferente, ya que el hotel se restauró recientemente por un grupo de arquitectos, diseñadores y artistas. El hostal Hans Brinker es muy céntrico y más económico.
Aunque se vaya en verano, siempre es útil llevar un paraguas y vestir por capas. El clima es muy cambiante y en el mismo día se pueden vivir dos o hasta tres estaciones del año.
Fotos: Turismo de Países Bajos