Hay personas en cuyo ADN está escrito que su vida estará orientada al viaje, la aventura, el nomadismo y el compromiso social. Una de ellas es Cristina Senserrich, una viajera que participa en las Jornadas IATI de los Grandes Viajes en su edición 2019 en Barcelona. En esta entrevista nos cuenta su trayectoria y sus sueños.
Cristina Senserrich no estudió turismo sino fotografía artística, y cada vez que conseguía algo de dinero de reportera en alguna boda, se iba de viaje. Empezó viajando sola, primero a Jordania durante mes, luego a la India dos meses, cuatro meses a Etiopía… y siguió así hasta llegar a residir 4 años en Mozambique. En este país africano vivía en una casa tradicional de barro y paja, que fue el lugar donde comenzó un proyecto de centro cultural para niños, y también Casa Malaika, una vivienda que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un lugar para voluntarios y viajeros del mundo.
Casa Malaika.
Como buena nómada, tras esa etapa decidió emprender el vuelo de nuevo y dar la vuelta al mundo en 5 años. Su aventura de cruzar el océano Atlántico en velero haciendo ‘barcostop’ comenzó en Canarias de donde partió para llegar a Brasil con el objetivo de recorrer parte de América del Sur. Tras dos años en el camino, decidió regresar y asentarse en España. Pero la tentación del viaje –a pesar de estar integrada en La Garrotxa (Girona), un lugar que adora rodeado de buena gente y naturaleza– continúa ahí, y sueña con recorrer el planeta con su hijo de un año, y recopilar y publicar las historias que han ido surgiendo en su vida.
Cristina se define como una persona positiva y con facilidad para adaptarse a las circunstancias que van surgiendo, y eso nos lo confirman sus respuestas en esta entrevista. También podéis asistir a su charla en las Jornadas IATI de los Grandes Viajes, que tienen lugar entre el 7 y el 11 de mayo en Barcelona donde hablará de barcostop, autostop y motostop en América Latina.
1. ¿Por qué decidiste empezar a hacer barcostop?
Después de vivir 4 años en África e iniciar un nuevo ciclo de vida, quise darme un tiempo para vivir el cambio.
2. ¿Crees que te ha ayudado o perjudicado en tu viaje el hecho de ser mujer?
En el barco nos acogieron a Lucas y a mí, dos barcostoperos. El género, hombre y mujer, no influyó. Siempre da algo de respeto estar en un barco tanto tiempo con hombres, pero no hay problema si sabes lo que quieres y donde están tus límites. Si tú lo tienes claro, el respeto lo acompaña todo.
3. ¿Se puede hacer del viaje un modo de vida? ¿Cuál es la forma de conseguirlo?
¡Sí, se puede! Siempre que uno lo quiera. La mejor manera es fijarse un objetivo, saber qué quieres y no esperar a tener todo el dinero acumulado para empezar el viaje. Lo que no tienes lo haces por el camino.
La bicicleta es su segundo medio de transporte favorito.
4. ¿Qué consejos les darías a otras mujeres que estén preparándose para hacer un viaje similar al tuyo?
Que confíen siempre en sí mismas.
5. ¿Cuál es el primer viaje que recuerdas?
El primer viaje que recuerdo fue a Egipto con 7 o 8 años, fui con mi madre y mi hermano. Era muy pequeña pero no he olvidado muchos detalles del mismo.
6. ¿Cuál es tu principal motivación al viajar?
Cuando viajas, abres fronteras y te das cuenta de que nuestra cultura no es la única ni la mejor.
7. ¿Qué consideras que te han aportado los viajes? ¿Por qué los aconsejarías?
Los viajes me lo han dado todo. La vida es la mejor universidad. Casi todo lo útil que he aprendido en esta vida ha sido viajando. Desperdiciamos muchos años de colegio sin aprender nada en absoluto, limitándonos a estudiar, memorizar y resetear nuestros cerebros para ser esclavos de la sociedad.
«Casi todo lo útil que he aprendido en esta vida ha sido viajando»
8. Si pudieses elegir un compañero de viaje ¿Quién sería y por qué?
Volvería a viajar con Lucas, Lorena, Julián, amigos que hice en el camino, y otros de la infancia con los que volvería a repetir.
9. ¿Sueles planificar con antelación tus viajes o prefieres improvisar?
Soy más de improvisar, fluir y dejarme llevar.
10. ¿Cómo te entretienes en las esperas de los aeropuertos?
Cuando llevaba mi pequeño ordenador me entretenía escribiendo mi libro. También tocaba la guitarra o, simplemente, observando a la gente y divagando sobre de donde vendrán y adonde irán.
Viaje a Jordania.
11. ¿Cuál ha sido el mejor viaje de tu vida hasta el momento? ¿Por qué?
Es difícil elegir tan solo una experiencia, podría ser estar con los beduinos en Jordania, con las tribus de Etiopía, con los indígenas de Brasil, cruzar el río Zambeze en canoa, atravesar el Atlántico en velero o cruzar Tanzania, Kenia y Etiopía en bicicleta, entre otras.
12. ¿Y tu último viaje? ¿Qué remarcarías del mismo?
Mi último viaje fue a Mozambique, con mi hijo de 5 meses, para mi fue como un volver a casa en vez de un viaje. Pero como solo me dieron un mes de visado aproveché para conocer Suazilandia y volver a entrar nuevamente para quedarme un mes más. Es un país que te roba el corazón y te llena de vida, te conecta con las raíces.
13. ¿Qué viajes que hayas realizado recomendarías especialmente a una viajera?
Brasil y Colombia.
14. Tres viajes pendientes…
Cruzar África en coche, y acabar la vuelta al mundo que me falta, Asia y Oceanía.
15. ¿Qué país te ha ganado con su gastronomía? ¿Destacarías algún plato o producto?
Mozambique. Allí hay que conocer la Matapa de Siri Siri (un alga del mar que solo se come en la zona donde vivía por la Isla de Mozambique) y el Zunculu con Manga Verde (erizo con mango verde), que se come mucho en esa zona. Mozambique tiene una cultura culinaria excepcional.
Viaje a Etiopía y en bicicleta por África.
16. ¿En qué medio de transporte prefieres viajar?
Los viajes en bici son muy especiales pero el autostop te hace conocer el país de una forma diferente. Ahora estoy proyectando mi próximo viaje en furgoneta para viajar con mi pequeño.
Viaje a Panamá.
17. ¿Qué hotel te ha impresionado más y por qué?
He ido a muy pocos hoteles pero en Mozambique trabajé para uno llamado Nuarro Lodge, un ecolodge en medio de la nada en un lugar increíble.
18. ¿Cuáles son tus cinco imprescindibles cuando viajas?
Un champú para el pelo en pastilla –que me duró dos años–, navaja, mechero, ropa, hamaca y saco.
19. ¿Cuál ha sido el souvenir más extravagante que has comprado?
No suelo llevarme souvenirs pero lo que sí he comprado han sido té de hojas de coca, un poco de palo santo y condones con sabor a café en Etiopía. Son detalles curiosos y graciosos de consumo local.