Hacer una escapada a Budapest con amigas es una gran idea por muchas razones. Para empezar, por sus visitas culturales, su animado ambiente y el gran número de actividades que se pueden hacer en grupo: baños termales, bares alternativos, mercados, el Parlamento, crucero por el Danubio… Parlamento de Budapest. © Seth Fogelman Las propuestas urbanas en Europa son tan amplias que resulta difícil elegir solo una, pero un fin de semana en Budapest con amigas está entre las mejores. Cuando tengas que convencer a tu grupo, sólo tendrás que decirles que en Budapest hay planes para todas. Las ‘culturetas’ encontrarán museos y palacios; las más fiesteras, ‘bares de ruina’ y las discotecas más alternativas; las que busquen relajarse, tendrán baños termales cada día –sin repetir–; las que no paran de hablar, bonitos cafés donde filosofar; y tú, como organizadora y de buen comer, disfrutarás tanto como ellas. ¡Qué más se puede pedir!
Qué ver en Budapest en 3 días Antes de lanzaros a recorrer la ciudad, plano en mano, solo es necesario saber que Budapest se divide en tres partes: Buda, Pest y Óbuda . Aunque su historia se remonta a tiempos del Imperio Romano, no ha sido un territorio bien tratado a lo largo del tiempo y han sido distintos cañones los que fueron destruyendo su arquitectura. Aún así, estas tres antiguas ciudades, fusionadas como Budapest, han vivido también tiempos felices y nos brindan una imagen elegante y armónica. La gran barrera del Danubio se consiguió salvar con puentes que regalan hoy día bonitas panorámicas y prestan un servicio indispensable.
Es fácil distinguirlas: Buda está sobre la colina y ofrece una imagen barroca; Pest, al otro lado del Danubio, ocupa la parte baja y sus edificaciones son decimonónicas con algo de Art Nouveau. Y Óbuda corresponde al distrito III.
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Palacio Real de Budapest, con el puente de las Cadenas en primer plano. © Florin Corbu Es conveniente iniciar las visitas en la parte alta y, a partir de ahí, ir bajando. Tened en cuenta que hay varios elevadores, por si a alguna le da pereza los desniveles. En Buda podéis pasar una mañana completa recorriendo sus monumentos y calles plagadas de galerías y pequeños restaurantes. Las mejores vistas las tendréis desde el Palacio Real. Por supuesto, tampoco puede faltar una foto de grupo en el Bastión de los Pescadores (todo un clásico).
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10 imprescindibles en un viaje a Budapest con amigas 1. Palacio Real No ha tenido una trayectoria muy afortunada, ya que ha sido destruido en varias ocasiones, pero es el lugar más visitado de la ciudad. A lo largo de su historia ha cobijado a realeza con todo tipo de estandartes, pero lo que más nos interesa es que ahora alberga varios museos, la Biblioteca Nacional y que ofrece unas vistas maravillosas de Pest.
Iglesia de Matías, en Buda. © Anna Oliinyk 2. Iglesia de Matías Este templo, cuyo nombre oficial es iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del Castillo de Buda, fue usado como mezquita en la etapa turca, y reconstruido posteriormente hasta alcanzar la actual imagen neogótica. En este lugar fueron coronados los dos últimos monarcas húngaros. La torre campanario de Matías te servirá para orientarte por Buda cuando te despistes (se puede subir por unas escaleras de caracol). Exteriormente es muy llamativa, con sus revestimientos cerámicos y vitrales.
Gran Mercado de Budapest. © Pepa G. 3. Curso de cocina en Nagycsarnok, el gran mercado de Buda Los mercados están de moda pero el Gran Mercado de Budapest está por encima de esas tendencias porque fue inaugurado en 1897 y nunca ha perdido actualidad. Incluso los emperadores y, también, Diana de Gales en su día, pasearon entre sus coloridos puestos. Además de para admirar su arquitectura historicista y hacer alguna compra gourmet (el vino Tokaj, el salchichón de Szeged y la paprika, son los clásicos), también te recomendamos que comas en alguna de sus tabernas de la planta primera y que hagas un curso de cocina exprés. Se hacen allí mismo, en el bar donde luego comerás.
Catedral de San Esteban. © Yael Edery. 4. Basílica de San Esteban Es la gran joya religiosa de Budapest. Arquitectónicamente es de estilo neoclásico y tiene planta de cruz griega. En su construcción, que se prolongó más de medio siglo, se han empleado más de cincuenta tipos de mármol. Muchos de los que acuden a visitarla es para ‘venerar’ la mano derecha del rey San Esteban. Desde su mirador, el más alto de Pest (se pueden subir 364 peldaños o en ascensor), se contempla una amplia panorámica de 360 grados.
Crucero por el Danubio. ©PB 5. Crucero por el Danubio Es una gozada cruzar a pie algunos de los puentes del Danubio. De los ocho que podrías transitar, cuatro de ellos son los que merecen más la pena: puente de Margarita, puente de las Cadenas Széchenyi, puente de Isabel y puente de la Libertad.
Otra forma de admirarlos, y de paso ver el perfil de Budapest desde el río, es surcando el Danubio en un barco . Hay opciones de todo tipo, tanto de día como de noche (mucho más romántico).
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Suntuoso interior del Parlamento. © Pepa G. 6. Parlamento Mires a Pest desde donde la mires cuando estés en la colina de Buda, la vista se va al Parlamento, que os recordará al de Londres porque el arquitecto se inspiró en él. Tiene un tamaño considerable, su fachada se extiende 268 metros junto al Danubio y cuenta con 690 estancias, 10 patios y 27 puertas de acceso. Es el tercer parlamento más grande del mundo y se edificó para conmemorar los mil años de creación del estado húngaro.
Aunque funciona como Asamblea Nacional, es posible realizar una visita guiada (las hay en español) donde se puede ver el hemiciclo, el salón con la cámara alta y la sala abovedada donde se encuentra la corona de San Esteban.
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Csendes, un bar de ruina de Budapest. © Pepa G. 7. El jardín Szimpla y otros bares de ruina En Budapest existe una modalidad de locales muy interesante que se denomina «bares de ruina». Como su nombre indica, son lugares que están semiderruidos o abandonados y que alguien decidió convertirlos en locales clandestinos, con cierto halo bohemio.
Quizás el más famoso sea El jardín Szimpla (calle Kazinczy, 14), que fue creado por cuatro filólogos en 2002. Cuando se visita de noche, que es lo suyo, la sensación es la de colarse en un edificio ocupado con salas a media luz, muebles viejos, velas, una atmósfera creativa, extrañas esculturas y música en vivo. Es una experiencia interesante que, si os gusta, podréis repetir en otros bares de ruina, como el Csendes , repartidos por la ciudad. Y para continuar la noche, el Corvin Club (antes Corvinteto) nunca defrauda –conciertos, música y gente muy alternativa por doquier–. Abre a las 9 de la noche y cierra a las 6 de la mañana.
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Cúpula de entrada de los Baños Gellért. © Pepa G. 8. Baños termales en Budapest En esta ciudad hay varias termas por lo que habrá que elegir una para disfrutar de las propiedades terapéuticas de su agua. La relación de Budapest con las aguas termales viene de lejos ya que se asienta sobre una falla –que produce más de 100 manantiales que manan a una temperatura entre 21 y 76ºC– y por aquí pasaron romanos y turcos, grandes aficionados a los baños.
Gellért Entre todas las opciones, os podemos recomendar tres, que en Etheria Magazine ya hemos probado. Todos estos baños son una auténtica belleza arquitectónica, incluso sin ir a bañarte habría que acercarse a verlos, y tienen tarifas muy asequibles. El primero de ellos es Gellért , un bonito balneario modernista que tiene piscinas interiores y exteriores. Os aconsejamos la piscina interior porque la sensación es la de bañarse dentro de una catedral. En el precio de la entrada incluyen el acceso a las piscinas, los baños de vapor y la sauna finlandesa. También ofrecen masajes, pedicuras, etc.
Balneario Széchenyi El segundo, el balneario Széchenyi, con 21 piscinas, es de los más grandes de Europa. La imagen más típica es la de usuarios jugando al ajedrez en el agua, ¿os suena? Es mixto y en el precio de la entrada incluye también zonas con chorros a distintas presiones. También hay un gabinete de masajes, aunque la sesión la tendríais que contratar aparte. Es aconsejable ir incluso en los días de frío, ya que la temperatura del agua (hasta 38ºC) crea un microclima en el que no notarás la bajada de temperatura. Abre de 6 de la mañana a 10 de la noche.
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Balneario Széchenyi. © Pepa G. Rudas Por último, los baños más turcos son los Rudas , que tienen una piscina octogonal, una cúpula con vidrieras y columnas. Habitualmente son sólo para hombres pero si os apetece verlos los fines de semana, por la noche, son mixtos.
Los balnerios urbanos de Budapest no sólo son interesantes para relajarse, curarse de alguna dolencia o aliviar una resaca… también son sitios de ligoteo y donde las fiestas pueden llegar a ser memorables. Eso sí, no en todos y sólo en horario nocturno. Los puedes consultar en esta web . Para el público LGTB+ los más indicados son los baños Király.
9. Cafés de Budapest Como en otras ciudades centroeuropeas, los cafés de Budapest ya representaban en el siglo XIX mucho más que un lugar donde merendar. En estos espacios, muchos de ellos monumentales, se iba a hablar de política, revolución, literatura y temas sociales. Algunos que no debes perderte por su increíble belleza son el Central Café (Károlyi Mihály, 9), New York Café y la cafetería pastelería Gerbeaud (Vörösmarty tér).
Café histórico de Budapest. © Pepa G. 10. Librerías y antigüedades Seguro que te han contado que en Budapest se pueden comprar antigüedades y libros de segunda mano, y es cierto, pero debes reservar tiempo para curiosear. En Buda, te irás encontrando con muchas galerías de arte, entra también en ellas porque hay artistas magníficos. En Pest, te recomendamos que vayas al distrito V y camines por la calle Falk Miksa utca (incluso existen visitas guiadas por si estás interesada). Y si buscas librerías, dirígente a Muzeum korút (Anticuario Central, Muzeum Antikvarium y Antiquarium Hungaricum).
Bonito detalle de una calle de Budapest. © P.B. Guía Budapest | Etheria Magazine Cómo moverse en Budapest Budapest Card . Transporte público gratuito, entrada libre a numerosos museos, monumentos y algunos balnearios.
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