Muchos viajan a Menorca por la belleza de sus calas recónditas, por su slow life isleño, por su clima siempre agradable, por su cocina de raíces… Y a todo eso nosotras añadiremos la arquitectura, una arquitectura que aquí es única y diferente, que tiene forma de torres vigías y de faros pero también de construcciones insólitas que no existen en ningún otro lugar. ¿Te vienes a descubrir estos siete monumentos o lugares sorprendentes de Menorca? Naveta des Tudons, en Menorca. © Kris Ubach 1. Visita los restos talayóticos Un listado con aquellos lugares sorprendentes de Menorca debe empezar por la arquitectura más primitiva. Es bien sabido que el interior menorquín atesora un extenso legado megalítico que es único en todo el Mediterráneo . Antes de la llegada de los romanos, Menorca —y otras baleares— estaba habitada por los talayots, una civilización contemporánea a los íberos que salpicó el territorio de construcciones en forma de poblats (poblados), talaiots (atalayas) y taules (espacios ceremoniales), que asombrosamente en nuestros días aún se cuentan por centenares. Hay más de veinte enclaves arqueológicos dignos de visita, aunque los más espectaculares son la Naveta des Tudons (un monumento funerario colectivo, único en su especie), Trepucó (un poblado talayótico de grandes dimensiones), Torre d’en Galmés (uno de los mayores y más longevos de Menorca) y Talatí de Dalt (que también conserva restos de épocas posteriores).
Puerto de Ciutadella, una de las ciudades más bellas de Menorca. © Kris Ubach 2. Ciutadella y su impronta árabe Aunque muchos no lo saben, Menorca perteneció al Califato de Córdoba durante cuatro siglos. De aquella época ha quedado en la isla no solo la toponimia (Binibeca, Binigaus…) sino también el trazado de algunas localidades, como la propia Ciutadella , cuya impronta árabe se reconoce en un laberíntico casco antiguo de callejuelas y pórticos . Se puede seguir una ruta desde la Plaza des Born situada dentro de las murallas de la antigua ciudad morisca. A un lado, el Ayuntamiento —que ocupa un edificio señorial del siglo XIX— se ubica sobre el que fue el emplazamiento del antiguo poder musulmán, el Alcázar. Desde aquí hacia el oeste se despliega la ciudad vieja que desemboca en la Catedral , un sobrio edificio de estilo gótico catalán que fue construido sobre la antigua mezquita. De hecho, el campanario no es otra cosa que el antiguo alminar musulmán.
Fuerte Marlborough. © Kris Ubach 3. Fuerte Marlborough, herencia británica Hubo un tiempo en que Menorca fue británica y de aquella época, además de la tradición de la elaboración de ginebra —el emblemático Xoriguer— nos quedaron, cómo no, sus construcciones defensivas.
Para conocer el Fuerte Marlborough , otro de los lugares sorprendentes de Menorca hay que dirigirse a la bahía de Mahón. Allí se encuentra esta fortaleza que los ingleses excavaron en la roca entre 1710 y 1716 y que queda mimetizado en el paisaje hasta el punto que es casi invisible desde el exterior. Marlborough sufriría dos largos asedios y los británicos perderían ambas batallas —una contra el ejército francés en 1756 y otra contra las tropas españolas en 1781— pero, paradojas de la historia, tras ellas siempre volvieron a recuperar la isla para sí. No sería hasta 1802, en la firma de la Paz de Amiens, cuando España con la ayuda de Napoleón Bonaparte recuperaría Menorca definitivamente.
Torre de vigía de Fornells. © Kris Ubach 4. Torres vigías antipiratas En Menorca muchas cosas a lo largo de la historia se construyeron para defender y entre ellas, como sucede en tantas islas, se cuentan un buen puñado de torres vigía que se asoman a promontorios rocosos para vigilar el mar desde las alturas. Las hay medievales, del siglo XIV, situadas cerca de casas rurales para proteger a sus habitantes de los piratas, como por ejemplo la Torre Saura en Ciutadella o la de Binixiquet .
También hay atalayas posteriores, del siglo XVIII, construidas alternativamente por ingleses y por españoles para repeler los eventuales ataques efectuados desde navíos enemigos. Suman unas 15 a lo largo de todo el perímetro de la isla, aunque las más espectaculares son la de Fornells , la de Son Ganxo , la de Addaia o la de Cala Teulera .
Las torres vigías no son sólo lugares sorprendentes de Menorca por su arquitectura sino por las impresionantes panorámicas que regalan desde su base.
Lithica, la visita más insólita de Menorca. © Kris Ubach 5. Lithica Pedreres de s’Hostal, una cantera insólita Menorca se caracteriza por la piedra de marés, un tipo de arenisca de color cremoso que aquí se ha empleado para la construcción desde los tiempos megalíticos hasta la actualidad. Muy cerca de Ciutadella se ubica el origen de muchos de los edificios que hoy salpican Menorca: Lithica Pedreres de s’Hostal , un curioso espacio al aire libre conformado por diversas canteras de piedra de distintas épocas. Hace unos años, estas canteras en desuso se recuperaron convirtiéndose en un espacio a medio camino entre el yacimiento arqueológico, el jardín monumental y la instalación artística. Es un lugar único, muy muy fotogénico, y una de las visitas más originales de Menorca.
Faro de Favaritx. © Kris Ubach 6. Faros, los guías del mar Es innegable: los faros tienen un magnetismo especial. Situados siempre en puntos estratégicos, ya sea en lugares aislados o en núcleos de población, suelen ser objeto de peregrinación para los amantes de las puestas de sol, para los fotógrafos y para cualquiera que quiera contemplar su arquitectura singular y sobre todo el espectacular entorno natural que suele rodearlos. Siguiendo los puntos cardinales desde Ciutadella hacia el Norte encontramos el faro de punta Nati , el faro de Cavalleria , el faro de Favàritx , el faro de l’illa de l’Aire y el faro del cap d’Artrutx. Todos ellos proporcionan bellas y románticas postales desde lugares sorprendentes de Menorca.
Vista de Mahón. © Kris Ubach 7. Plazas fuertes en Mahón y cuevas restaurantes en Es Castell Si Ciutadella tenía perfiles moriscos, Mahón tiene un innegable espíritu británico. Los ingleses permanecieron en la isla durante casi cien años y la capital adquirió de ellos ese carácter defensivo que todavía se percibe en sus plazas fuertes y recintos amurallados . También de pasado castrense es la vecina Es Castell (Georgetown cuando la fundaron los ingleses), una localidad cuyo puerto compite en belleza y ambientillo con el de Mahón, pero a pequeña escala. En las antiguas cuevas que usaban los pescadores se han instalado algunos restaurantes especializados en la cocina del mar.
CONSEJOS ETHERIA Cómo llegar a Menorca Iberia cuenta con frecuencias diarias a Mahón desde Madrid. Vueling ofrece vuelos diarios a Mahón desde Barcelona; desde otras ciudades españolas es con escala en la ciudad condal.
Excursiones y visitas guiadas Paseo en barco por las calas del sur Menorca. Desde 50 €.
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