Si hay un país al que viajar al menos una vez en la vida éste es Egipto. En un crucero por el Nilo la historia antigua del Egipto faraónico asoma en cada puerto y, mientras tanto, sólo queda acodarse en la baranda y mirar cómo pasa la vida en la orilla de este río, que sigue siendo una fuente inagotable de vida.
Barcos regresando al atardecer del poblado nubio en Asuán. © Susana García/ Etheria Magazine La historia del Antiguo Egipto es como un libro al que le han arrancado varias hojas, incluso capítulos enteros, que los arqueólogos e historiadores se empeñan en ir buscando para, cada año que pasa, reducir las sombras que siguen existiendo en este período histórico de mas de tres mil años. Por eso, al viajar a Egipto , hay que ir con la mente muy abierta sabiendo que quizá, en breve, el último descubrimiento arqueológico modifique la cronología o la sucesión de los acontecimientos pasados. Por eso, por muy antigua que sea la historia de este país, está viva como en ningún otro lugar del mundo. Y esto es parte de su poderoso poder de atracción.
Los miles de turistas que visitan este país cada año no deben ser una traba para un viaje que tienes que hacer sí o sí al menos una vez en la vida. La majestuosidad de los templos siempre deja rincones para disfrutar con tranquilidad y la pericia de los guías turísticos consigue que los viajes fluyan con normalidad a pesar de las multitudes. Así que no lo dudes más y empieza a planear un viaje a Egipto que no podrás olvidar jamás.
Cómo es la experiencia de un crucero por el Nilo Dentro de Egipto, si hay una etapa que no te puedes saltar esa es el crucero por el río Nilo . Lo surcan decenas de barcos en dos direcciones: de Asuán a Luxor y viceversa. Y las paradas para ver los templos suelen ser las mismas, aunque siempre se puede alargar la estancia en estas dos ciudades para ver desde las mismas otros yacimientos y atractivos turísticos. Este viaje es fundamentalmente un recorrido por el Imperio Nuevo y la época Ptolemaica, la etapa de los grandes templos y las tumbas escondidas para evitar a los temidos saqueadores.
En este caso nos adentramos en el Nilo desde Luxor hasta Asuán , de norte a sur, remontando a contracorriente el gran río. Y, de parada en parada, de yacimiento en yacimiento, transcurre un viaje por la historia del Antiguo Egipto de forma desordenada y caótica por la cantidad de faraones, dinastías, templos y tumbas. Por eso, en ocasiones, en Egipto es necesario abstraerse de las explicaciones y de las lecturas de las guías de viaje y simplemente abrir los ojos para asimilar, sólo con una mirada, una grandiosidad que es imposible que quepa en los libros.
Esfinges en el Templo de Karnak, en Luxor. © Susana García/ Etheria Magazine Luxor Es muy probable que si has tenido la suerte de llegar a Luxor con tiempo de alojarte al menos una noche antes de la salida del crucero por el Nilo te despierte muy temprano la llamada a la oración del almuecín. Ese cántico de ritmo cadente te pone inmediatamente en tu sitio, en la antesala de un recorrido por la exótica cultura egipcia.
En Luxor la dualidad que caracterizaba a la cultura antigua de Egipto se ve reflejada en la estructura de la antigua Tebas sobre la que está construida: en la orilla oriental, por donde sale el sol, los templos y la vida; en la orilla occidental, por donde se pone, los valles con las tumbas, el reino de los muertos. Las dos caras de un todo: la vida terrenal y la eternidad.
Templo de Luxor Los templos de Luxor y Karnak suelen ser la primera toma de contacto con el Antiguo Egipto si se comienza el viaje por esta ciudad. El templo de Amón-Ra , conocido como el templo de Luxor, se inició en el Imperio Medio, con la dinastía XII, pero adquirió todo su esplendor en el Imperio Nuevo cuando varios de sus reyes fueron añadiendo capillas y distintas ampliaciones que se sucedieron a lo largo de dos mil años. Es el primer lugar en el que te vas a sentir muy pequeña en Egipto. Ante las inmensas columnas de la sala hipóstila que completó Ramsés II, el gran faraón del Imperio Nuevo, aparecerá en tu mente una pregunta que se repetirá a lo largo de todo el viaje, ¿cómo pudieron hacerlo?
Entrada al templo de Luxor con el obelisco gemelo del que se encuentra en París. © Susana García/ Etheria Magazine Desde el eje central de este templo partía una gran avenida de dos kilómetros, flanqueada por esfinges, que lo unía con el inmenso templo de Karnak. De los dos obeliscos de veinticinco metros que tenía su entrada solo queda uno: el otro es el famoso obelisco de París, que donó Mohamed Alí a Francia en 1835 a cambio del reloj de la Mezquita de Mohamed Alí en El Cairo. Un reloj que, por cierto, no ha funcionado nunca.
Templo de Karnak Pero si este templo te ha deslumbrado, espera a ver el gran templo de Karnak . Alberga templos dedicados a los dioses Amón, Mut y Montu (y otros templos menores en honor de Ptah y Jonsu). También ha pasado por varias ampliaciones desde el Imperio Medio. El tiempo quedará detenido cuando pasees entre su mar de columnas, en la que es probablemente la sala hipóstila más grandiosa que contemplarás jamás.
Columnas de la sala hipóstila del templo de Karnak. © Susana García/ Etheria Magazine Las necrópolis: las tumbas escondidas de la orilla oeste Al otro lado del Nilo, una vez superada la tierra fértil que lo enmarca, llega el desierto que se extiende a los pies de El-Qurn , una montaña en forma de pirámide que sirvió como símbolo para elegir sus faldas como sede de las tumbas de los reyes desde el Imperio Medio. Un lugar donde pensaban que podrían ocultar mejor de los saqueadores los tesoros que los reyes, reinas y nobles pensaban llevar al otro mundo. Por suerte, la riqueza de estas tumbas va más allá de las joyas que albergaban (que han desaparecido en su mayoría) y abarca también la estructura y, sobre todo, las inscripciones y pinturas de estas tumbas.
Decoración interior de la tumba de Nefertari, en el Valle de las Reinas. © Susana García/ Etheria Magazine Se pueden visitar varias de las tumbas del Valle de los Reyes y del Valle de las Reinas , dependiendo de las que estén abiertas en el momento de la visita. Si está disponible, la tumba de Nefertari es imprescindible por la belleza y buena conservación de sus pinturas. Descubierta en 1904, esta tumba dedicada a la esposa favorita de Ramsés II es una auténtica joya con pinturas de más de tres mil años de antigüedad.
En el Valle de los Reyes, la tumba de Ramsés IV también guarda bonitas pinturas y el sarcófago del faraón, y la de Merenptah ofrece un largo corredor descendente con una profusa decoración. Además, se puede visitar la tumba de Tutankamón , aunque los tesoros realmente interesantes de este faraón se encuentran en el Museo Egipcio de El Cairo.
Pinturas de la tumba de Ramsés IV en el Valle de los Reyes.© Susana García/ Etheria Magazine Los Colosos de Memnón y el templo de Hatshepsut Otra de las paradas y fotos imprescindibles en esta orilla oeste es la de los Colosos de Memnón . Esas dos enormes estatuas de Amenhotep III llevan asociadas una curiosa leyenda: el viento ha desgastado la porosa piedra caliza de las figuras y pasa por ellas provocando un sonido que se dice que es el lamento de Memnón (personaje mitológico, rey etíope hijo de Eos y la diosa de la Aurora, y muerto por Aquiles) llamando a su madre.
Colosos de Memnón. © Susana García/ Etheria Magazine En esta misma orilla está también el Templo de Hatshepsut , en Deir el-Bahari. Otra de esas maravillas arquitectónicas que te regalará Egipto. Su grandiosidad se basa en una genial escenografía creada por una sucesión de terrazas por las que se asciende mediante rampas o escaleras hasta llegar al santuario.
Esna Es el momento de comenzar la navegación, que suele ocupar las horas centrales del día. Cuando aprieta el calor y deslizarse por las aguas del Nilo al borde de la piscina o en la terraza tomando algo se convierte en un placer. Aquí el tiempo vuela mientras se contempla cómo se asoma la vida de esta región de Egipto a su río, con jóvenes pescando, niños jugando en la orilla y pequeñas localidades dominadas por las torres de sus mezquitas.
Disfrutando de esta plácida manera de viajar se llega a la esclusa de Esna , que permite salvar el desnivel de unos diez metros del río y contemplar desde dentro cómo funciona una esclusa de grandes dimensiones.
El techo y las columnas del templo de Esna conservan la policromía original. © Susana García/ Etheria Magazine En la escala que se hace en Esna se puede ver uno de los templos más delicados, con las pinturas mejor conservadas que verás en todo el crucero por el Nilo. El Templo de Esna , construido en la época ptolemaica sobre un templo anterior, está dedicado al dios Jnum , representado con cabeza de carnero, y lo que nos ha quedado es su inmensa y apretada sala hipóstila.
Si es tu primera parada, observarás en Esna, a pequeña escala, lo que se va a ir repitiendo en los demás templos que verás en el viaje: el barco atraca en el puerto que enlaza con los sitios arqueológicos a través de un pasillo de sucesivas tiendas de productos típicos y artesanía que los insistentes vendedores te harán notar sí o sí. Si no quieres que el tiempo de tu visita se te vaya en interminables regateos para conseguir por unas libras menos artículos producidos en serie, combinar la vista al frente con una sonrisa suele ser una buena técnica para no tener que detenerse a cada paso.
Edfu Edfu, a medio camino entre Luxor y Asuán, alberga un templo cuya entrada será una de las imágenes que se te quedaran grabadas de tu viaje a Egipto. Dedicado a Horus , el hijo de Osiris e Isis, fue construido en la época ptolemaica, un momento de la historia de Egipto donde los grandes faraones habían quedado siglos atrás y los nuevos reyes de origen griego querían revivir con estos grandes templos aquellos momentos de esplendor de un Egipto que para ellos ya era historia antigua. Desde aquí salía una procesión por el Nilo hasta el templo de Dendera, dedicado a Hathor-Isis, para que Horus se encontrara con su madre y esposa.
Pilonos de entrada al templo de Edfu. © Susana García/ Etheria Magazine Es un templo enorme que ha llegado en muy buen estado de conservación gracias al lodo del Nilo que lo dejó sepultado durante siglos. En sus pilonos de entrada se reproduce una escena que verás en la mayoría de templos: el rey, en este caso Ptolomeo XIII , sometiendo a sus enemigos. Y en el resto del edificio destacan, como es habitual, las enormes columnas de motivos vegetales y los relieves que narran la historia de la victoria de Horus frente a su tío Set, asesino de su padre. No dejes de hacerte una fotografía junto al halcón de granito negro que representa a Horus situado en la entrada.
Kom Ombo Al templo de Kom Ombo se suele llegar al atardecer por el bonito color rojizo que adquiere su piedra cuando el sol se esconde por la orilla occidental. Eso hace también que, al ser un recinto pequeño, la concentración de viajeros esté asegurada, pero esto no le resta encanto a este templo ptolemaico que se terminó durante la dominación romana. Dedicado a Sobek , el dios cocodrilo, y a Haroeris (Horus el Viejo), esta dualidad se refleja en su arquitectura, ya que es un templo doble y simétrico.
Templo de Kom Ombo al atardecer. © Susana García/ Etheria Magazine Estamos ya cerca de Asuán, en las tierras donde los nubios y sus tradiciones toman cada vez más protagonismo. Este templo recuerda la época en la que el Nilo estaba plagado de cocodrilos y estos eran tratados con veneración por el pueblo nubio que incluso tenían uno en sus casas. En el Museo del Cocodrilo , ubicado junto al templo, hasta se pueden ver momias de estos animales.
Asuán Con la llegada a Asuán vuelve el bullicio, el ruido de los coches y el sonido de la llamada a la oración del almuecín. Es la última gran ciudad egipcia antes de la frontera con Sudán y la presencia nubia se siente en la tez más oscura de muchos de sus habitantes. Ciudad de comienzo o fin de los cruceros por el Nilo, ofrece excursiones diversas que se disfrutan con las excursiones organizadas por los barcos o durmiendo en la ciudad alguna noche.
Los templos de Filae Es el conjunto de templos más importante de Asuán y uno de los más bonitos de los ubicados al borde del río Nilo, en este caso en una isla. Su historia combina tanto origen como el traslado piedra a piedra que tuvo que realizarse tras la construcción de la presa de Asuán, que lo hubiera dejado en el fondo de las aguas del Nilo. Ahora se encuentra en la isla de Aguilkia y es casi tan impresionante su porte como la historia de tan minucioso traslado.
El quiosco de Trajano de Filae visto desde el Nilo. © Susana García/ Etheria Magazine La visita combina un agradable paseo en barca con las habituales pasarelas de tiendas y el recinto arqueológico. El templo principal de la isla es el dedicado a Isis y data de la época ptolemaica cuando el culto a esta diosa tomó protagonismo. Tampoco hay que perderse el delicado templo de Hathor y el quiosco de Trajano , probablemente el rincón más fotografiado del recinto por su bonita estructura.
Con la llegada del cristianismo, el templo mantuvo el culto a Isis por razones diplomáticas ya que era un centro de peregrinación de algunas culturas sureñas. Como curiosidad histórica, en el 394 se hizo aquí la última inscripción jeroglífica y en el 452 la última en demótico (una forma abreviada de la escritura del Antiguo Egipto).
Poblado nubio Una de las excursiones más habituales que se hacen en Asuán es visitar un poblado nubio. A pesar de lo turístico de la actividad, donde todos los viajeros hacen lo mismo y en los poblados hay más turistas que nubios, estas pequeñas localidades son reales. Se construyeron en las orillas del Nilo tras tener que ser trasladadas de las tierras que fueron inundadas por la presa.
Hoy en día, el paseo en faluca y barca para llegar hasta ellos es precioso (sobre todo si se realiza al atardecer); y es el momento para subirse a un camello y dar un paseo si quieres cumplir con todas las tradiciones del turista. Ya en el poblado, la visita a la escuela es obligada, y ahí te atenderá el profesor que por las mañanas da clase a los más pequeños con la difícil tarea de ayudarte a contar del uno al diez en nubio, una lengua que se habla, pero que no tiene expresión escrita.
Faluca surcando el Nilo en Asuán. © Susana García/ Etheria Magazine Después, en una casa nubia se pueden probar algunos productos típicos y ver a los cocodrilos que tienen como mascotas. Todo está enfocado al turismo, una vía que han encontrado estos humildes poblados para la supervivencia, pero no deja de ser pintoresco comprobar cómo es la construcción de sus casas y conocer alguna de las tradiciones nubias.
El obelisco inacabado Puede que la visita al obelisco inacabado se suprima en algunos itinerarios por el calor que suele hacer en estas latitudes y por pensar que una cantera de piedra no está a la altura del resto de visitas por Egipto. Pero este lugar, donde se buscaban grandes bloques de granito para las estatuas y obeliscos de los templos, vuelve a poner sobre la mesa alguna de esas preguntas sin respuestas que todavía quedan sobre la cultura y la sociedad antigua de Egipto.
Aquí se encuentra el llamado “obelisco inacabado”, una enorme mole de piedra que se partió y que pretendía ser el más alto de Egipto, llegando a los 42 metros de altura.
Verlo, tal y como tuvo que ser abandonado, hace que retomemos las preguntas habituales que surgen a cada paso en este viaje: ¿cómo separaban estos enormes bloques de la cantera?, ¿cómo trasladaban por el Nilo las toneladas que pesaban?, ¿cómo eran capaces de tallar con tanta precisión materiales tan duros con las herramientas tan rudimentarias que suponemos que tenían? Es un placer viajar a un país donde hay más preguntas que certezas y la imaginación tiene espacio para ayudar a reconstruir una historia tan apasionante como la del Antiguo Egipto.
Nubio en el Templo de Isis en Filae. © Susana García/ Etheria Magazine Guía práctica para hacer un buen crucero por el Nilo Mejor época para viajar a Egipto La mejor época para un viaje a Egipto es de octubre a abril, cuando las temperaturas se mantienen moderadas, aunque siempre hace algo de calor en la zona del crucero y en Abú Simbel.
Si no te queda más remedio que viajar en verano tendrás que madrugar aún más de lo habitual para realizar las visitas al amanecer. En estos meses, también se programan excursiones con la caída del sol, dejando las horas centrales del día para disfrutar del aire acondicionado del barco.
Seguro de viaje a Egipto ✅ Es imprescindible disponer de un seguro de viajes si haces un Crucero por el Nilo . Si has reservado el viaje en una agencia, comprueba que llevas incluido uno combinado. Y si no está incluido o viajas por tu cuenta, tendrás que contratar un seguro con una agencia especializada y fiable como INTERMUNDIAL (que te hará un 15% de DESCUENTO si usas el enlace anterior). Puedes elegir entre un seguro para este viaje en concreto o uno ANUAL , que es muy práctico si realizas más de un viaje al año.
Cómo organizar un crucero por el Nilo En los viajes a Egipto no hay mucho espacio para la imaginación. Los itinerarios están muy pautados y, en general, hay que ceñirse a los programas de las agencias de viajes por el control que el gobierno egipcio hace de los turistas: es necesario estar inscrito con antelación en los monumentos que se van a visitar a través de las agencias de viajes.
En cualquier caso, hay tanto que ver y tanta historia que comprender y tratar de asimilar en unos pocos días, que no pasa nada por dejarse llevar por los cauces establecidos de un viaje organizado. Siempre hay espacio para adaptar un horario o cambiar el orden de una visita para encontrar momentos de tranquilidad, e incluso soledad, en un lugar que recorren viajeros de todo el mundo.
Elección de recorrido y barco Los cruceros suelen ser de cuatro noches y se viaja de Luxor a Asuán o viceversa, y todos realizan más o menos las mismas escalas. Luxor y Asuán son también los dos lugares con más atractivos turísticos y opciones de excursiones. Por este motivo, si dispones de días suficientes, merece la pena alojarse al principio o al final de un crucero en alguno de sus hoteles.
Mientras estés en el crucero, el barco puede organizar las excursiones (incluyendo las principales de Luxor y Asuán, que es donde empiezan y terminan los cruceros). O también puedes ir acompañado de tu propio guía.
Una recomendación: si vas a visitar Abu Simbel (que es casi imprescindible) es mejor ir de norte a sur, de Luxor a Asuán. Así dejas este maravilloso templo para el final y su recuerdo no eclipsará los demás templos que verás en el recorrido con el barco.
Barco de cruceros en el Nilo. © Susana García /Etheria Magazine La elección del barco es importante, ten en cuenta que en Egipto todo se publica como “cinco estrellas”. Pregunta bien en la agencia cómo son las instalaciones, si es nuevo o está renovado y cómo es la comida a bordo (durante el crucero se desayuna, come y cena en el barco).
Propinas En Egipto todo el mundo espera propina. Esto es algo que puede incomodar a los viajeros, ya que parece que siempre hay alguien para tratar de hacer algo por ti, aunque no lo necesites. Siempre son voluntarias y son parte de la propia estructura social de un país donde hay pocos recursos para una gran parte de la población que ve en el abundante turismo una forma de ganarse la vida. Así que lo mejor es llevar siempre moneda pequeña encima (da igual si son libras egipcias, euros o dólares) y pensar que casi cualquier interacción está sujeta a propina. Por ejemplo, no esperes hacer una foto a nadie (ni a una tienda) sin aportar una pequeña cantidad de dinero.
¿Son obligatorias las propinas en un crucero por el Nilo? En el barco del crucero por el Nilo se consideran obligatorias. Hay dos modos de darlas: directamente a los empleados que te han atendido (camareros del restaurante, del bar, de habitaciones…); o dar una cantidad al acabar el crucero en un sobre a la recepción para que las repartan entre los empleados. Quizá esta última forma es más justa ya que llega a todos. Se suelen estipular unos 15 euros por persona y día de crucero .
Comida La comida en Egipto es sabrosa, basada en alimentos naturales y cocinada en forma de deliciosas cremas frías de verduras y legumbres (como el hummus o el babá ganoush ) y carnes con salsas o a la brasa. Dicho esto, es muy habitual sufrir males digestivos en un viaje a Egipto, el llamado «mal del faraón». En los barcos de cruceros suelen ser muy pulcros con las elaboraciones y el agua mineral se utiliza para todo; pero hay que evitar en el resto de restaurantes cualquier plato o bebida que pueda contener agua (ensaladas, frutas sin pelar) o hielo.
Qué llevar Antes de viajar no olvides consultar nuestro artículo? Una maleta para Egipto donde te contamos todo lo que tienes que incluir en tu equipaje. Como resumen de los imprescindibles, no puedes olvidar un botiquín de viaje, crema solar, gorro, gafas de sol y un abanico para ayudar con el calor del interior de las tumbas.
Poblado nubio en Asuán. © Susana García/ Etheria Magazine Seguridad Una de las razones que hacen que algunos viajeros renuncien a un viaje a Egipto es la seguridad. Ahora mismo, superadas antiguas épocas de atentados y tras la Primavera Árabe, el país está más tranquilo que nunca. Se ve mucha seguridad en los templos, en los controles de acceso al barco, etc., en forma de arcos detectores de metales y vigilancia policial. Pero el ambiente es mucho más relajado que hace unos años e, incluso, se ha retomado el traslado por carretera hasta Abu Simbel sin necesidad de hacer convoyes con varios autobuses escoltados por el ejército.
Seguro de salud para Egipto Es imprescindible viajar a Egipto con un seguro de viaje que cubra posibles imprevistos. Consulta precios y coberturas en INTERMUNDIAL que te ofrecerá un 15% de DESCUENTO por ser lector de ETHERIA MAGAZINE (emplea el anterior enlace).