Europa está llena de destinos sorprendentes y uno de las que más te va a gustar es la región de Valonia. Desconocida para muchos pero llena de atractivos y muy fácil de visitar, aquí te damos ocho razones para viajar a Valonia, aunque te aseguramos que existen muchas más.
Teleférico de Namur. © WBT/Denis Closon. De Valonia podemos hablar en términos numéricos diciendo que tiene 1.500 castillos, 5.000 kilómetros de senderos para rutas a pie o que el 30% de su territorio son bosques. Pero los números son fríos y si algo os va a gustar de Valonia es esa sensación de calidez, de estar como en casa, en pueblos pequeños, disfrutando de ese turismo poco masificado tan difícil de encontrar. Porque Valonia es una de esas regiones europeas que merecen ser descubiertas y que son mucho más accesibles de lo que piensas.
En Etheria Magazine hemos buscado 8 razones para viajar a Valonia para ponerte los dientes largos y que vayas ya planeando un viaje a este sur de Bélgica tan apetecible y desconocido a la vez.
Pasear por la Ciudadela de Namur La capital de Valonia, Namur , guarda una bonita Ciudadela que ofrece unas vistas increíbles de la ciudad y a la que se puede subir en teleférico. Con 500 metros de galerías subterráneas restauradas, narra dos mil años de historia urbana y militar europea. Además, sus jardines son perfectos para dar un paseo.
Ciudadela de Namur. © WBT/Dominik Ketz. Ya en la ciudad, no te puedes perder la place du Marché aux Légumes, la catedral Saint-Aubain o el campanario. Otro lugar muy especial es la zona de los muelles, donde se pueden hacer deportes náuticos, alquilar una pequeña embarcación (no es necesario tener licencia) o tomar algo en alguna de sus terrazas flotantes.
Subir al campanario más antiguo de Bélgica en Tournai La animada ciudad de Tournai posee el campanario más antiguo de Bélgica, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que data del siglo XII, en una época en la que era una ciudad independiente. Esta torre de 257 escalones ha sido utilizada para todo: cárcel, campanario, ayuntamiento… Merece la pena hacer el esfuerzo de la subida por las vistas y por la explicación de su historia en los paneles que adornan las paredes. Tournai tiene muchos más atractivos: la catedral de Notre-Dame, el Museo de Bellas Artes, la Grand-Place… ¡No puedes perdértela!
Grand Place de Tournai. © WBT/J. Jean Mart Contemplar el ‘street art’ en Mons Mons está considerada la capital cultural de Valonia y cuenta con varios lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además de seguir las huellas de Vicent van Gogh en la ciudad, en Mons merece la pena disfrutar de su arte al aire libre. La iniciativa “Arte en la ciudad” ha transformado Mons y algunas localidades cercanas en un lugar perfecto para los amantes del street art . Cuentan con setenta obras de artistas de todo el mundo integradas en el paisaje urbano.
Street Art en Mons: obra de Zesar Bahamonte. © WBT. Conocer el pasado industrial de Charleroi Charleroi es una de esas ciudades que ha sabido transformarse después de un pasado industrial, poniéndolo en valor y haciendo de él un atractivo turístico. Una de las mejores visitas para conocer esta faceta es visitar el Bois du Cazier , un emplazamiento minero fundado en 1822 y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además de conocer la dura vida de los mineros que extraían hulla en este lugar y su trágico pasado (un accidente en 1986 acabó con la vida de 262 mineros), podrás visitar el Museo de la Industria y el Museo de Cristal. Además, Charleroi es la cuna del cómic belga, cuenta con interesantes murales de street art y su Museo de Fotografía está considerado el más importante de Europa.
Arqueología industrial en Bois du Cazier. © Jean-Luc Deru. Recorrer Dinant, una ciudad de cuento Esta ciudad a orillas del Mosa es la viva estampa de una idílica ciudad centroeuropea. Para tener unas vistas perfectas y hacer las mejores fotos, no dejes de ascender en teleférico (o subir los 408 peldaños) hasta la Ciudadela . Como curiosidad, esta ciudad es la cuna de Adolphe Sax, inventor del saxofón, que es protagonista de varias estatuas de la ciudad y al que se dedica un centro de interpretación en su antigua casa. Además de la visita de la ciudad, Dinant es un lugar perfecto para dar un paseo en kayak por su río y ver así la ciudad desde otra perspectiva.
Dinant con la Colegiata de Notre Dame. © WBT/ Anibal Trejo. Descubrir Durbuy, la ciudad más pequeña del mundo Durbuy, a orillas del río Ourthe, está considerada la ciudad más pequeña del mundo. Aquí hay que caminar por el laberinto de pequeñas y estrechas calles adoquinadas que ocupan su centro histórico entre antiguas casas de piedra. No olvides dar una vuelta por el Parque de Les Tapiaires, con árboles podados formando originales esculturas, ni por la peña de Omalius con su fuente de agua.
Calle de Durbuy. © WBT/Dominik Ketz. Hacer una ruta en bicicleta por Bouillon La zona de las Ardenas belgas, que se extiende en torno a la localidad de Bouillon, es perfecta para realizar itinerarios en bicicleta. Elige la ruta que incluye el Tombeau du Géant, ya que aporta unos paisajes naturales increíbles. Y ya en la ciudad no puedes dejar de admirar su increíble fortaleza, que rememora la cruzada de Godofredo de Buillon, su parque de animales y su agro-museo. Este último es perfecto para disfrutar con niños ya que permite ver cómo funcionaba antiguamente una granja y su evolución hasta la actualidad. También merece la pena acercarse a la abadía cisterciense de Orval , fundada en el siglo XII, famosa por su cerveza y su queso, donde todavía vive una comunidad de monjes trapenses.
Ruta en bicicleta frente al Tombeau du Geant. © WBT/David Samyn. Visitar el Castillo de Beloeil En una región con tantos castillos hay que detenerse al menos en uno de ellos para conocerlo a fondo. Una muy buena opción es el Castillo de Beloeil (chateaudebeloeil.com), conocido como “el Versalles belga”, perteneciente a los Príncipes de Ligne. Rodeado de un precioso jardín francés, comenzó como una fortaleza medieval hasta convertirse en una casa de campo. El interior conserva unas bonitas estancias decoradas con muebles de época y en el exterior el invernadero, construido en 1830, es una parada obligada.
Castillo de Baloeil. © WBT/J.P. Remy Guía práctica de Valonia ¿Cómo llegar a Valonia? Para llegar a Valonia se puede volar al aeropuerto de Charleroi (al que vuelan compañías desde distintos aeropuertos españoles) o a Bruselas , que está muy cerca de las ciudades valonas.
¿Cómo moverse por Valonia? Puedes moverte en tren , que te llevará al centro de las ciudades principales (www.belgianrail.be) o en autobús (www.infotec.be). Otra buena opción es alquilar un coche para poder ir a tu ritmo, las carreteras son cómodas y las ciudades valonas están cerca unas de otras.
¿Cómo tener wifi gratis en Valonia? Hay seis ciudades valonas que han entrado dentro del Plan de las Ciudades Digitales y ofrecen wifi gratuito: Mons, Lieja, Bastoña, Namur, Ottignies-Lauvain-La-Leuve y Tournai. Dinant también ha puesto wifi a disposición de los ciudadanos.
¿Qué se come y se bebe en Valonia? Valonia es famosa por el jamón de las Ardenas, el queso de Herve y la mantequilla, además de por sus deliciosos pralinés y macarons . Además, tiene cerca de 120 cervecerías, viñedos y destilerías que puedes visitar. Como dato curioso, de las catorce cervezas trapenses que hay en todo el mundo, tres se producen en Valonia (en Orval, Rochefort y Chimay).
¿Qué más se puede ver en Valonia? Valonia está llena de ciudades históricas y parajes naturales únicos. Aquí sólo hemos señalado ocho, pero el viaje te puede llevar también a lugares tan interesantes como Lieja, Spa, Waterloo o Rochefort. Lo mejor es entrar en la web de Turismo de Valonia y organizar la ruta según tus intereses.
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