Aunque Bilbao suele ser la puerta de entrada y uno de los polos turísticos más importantes de la provincia de Vizcaya (Bizkaia), más allá de su capital hay todo un mundo dispuesto a ser descubierto. Para darte las mejores pistas, hemos recorrido este territorio vasco desde el interior hasta la costa para recomendarte los lugares imprescindibles de Vizcaya y todo aquello que tienes que ver en tu viaje. ¿Nos acompañas?
Panorámica de la ría de Bilbao con el Museo Guggenheim en primer plano. © Jorge Fernández Salas Es imposible pensar en una escapada a Bilbao sin plantearse recorrer su entorno porque en la provincia de Vizcaya/Bizkaia todo queda tan cerca que sería una lástima reducirlo a a un solo destino Desde una costa salpicada de atractivas playas y localidades marineras hasta paisajes de montaña que brindan emociones al aire libre hasta que el cuerpo aguante.
Como entramos por la capital vizcaína, nos recibe la ría del Nervión, una arteria que además de organizar el trazado urbano da vida a Bilbao y lo conecta al mar. No dejaremos de asomarnos a ella en cada paseo que demos por su casco urbano. Si quieres tener una panorámica general, no dejes de subir al monte Artxanda, al que puedes ascender en un funicular, uno de los mejores miradores de la provincia.
1. Qué ver en Bilbao Visitar la capital vizcaína es recorrer una ciudad reinventada que supo como pocas metrópolis borrar el color gris de su pasado siderúrgico, cuando el puerto se trasladó junto a mar abierto, para reconvertirse en una de las urbes europeas que más motivan una escapada turística.
Mercado de la Ribera, en Bilbao. © Turismo de Bizkaia La grúa Carola y el museo Marítimo Bilbao no oculta las huellas de su historia industrial y un buen ejemplo es la grúa Carola, que en la orilla de la ría del Nervión recuerda los astilleros del lugar. Ella sola levantaba hasta 30 toneladas para armar enormes barcos en los Astilleros Euskalduna. En su nueva etapa como emblema de la ciudad abandonó el gris para acoplarse al atractivo urbano y lucir una estilizada figura en rojo. Ha mantenido su nombre en homenaje al de una bella bilbaína que cada día, camino del trabajo, pasaba junto a los astilleros. Era cuando los empleados abandonaban faena para, desde una posición privilegiada de la grúa (mide 60 metros), admirar su belleza. En el lugar hoy abre sus puertas el museo Marítimo Ría de Bilbao, una magnífica manera de conocer el estrecho vínculo de la ciudad con la ría y el mar a través de la pesca y el comercio. Se halla en la ribera de Abandoibarra, un eje cultural que comienza en el cercano palacio Euskalduna.
Dicho palacio es ahora un espacio de convenciones y espectáculos musicales y teatrales desde donde puede tomarse el tranvía o bien el metro , uno de sus principales símbolos de modernidad. Diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, conecta la ciudad y su entorno metropolitano. De hecho puedes ir a las playas de Getxo en metro si te diriges por la línea 1 hasta Algorta.
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Museo de Guggenheim de Bilbao. © Piotr Musioł Museos de arte en Bilbao Para conocer el animado ambiente peatonal de Bilbao hay que caminar por la orilla de la ría. Desde la misma se pueden contemplar las embarcaciones que la recorren, ver las capturas de los pescadores o cruzar a la otra ribera por alguno de los trece puentes, diseñados por famosos arquitectos. No tardarás en sucumbir al influjo del museo Guggenheim con una impresionante arquitectura de titanio ideada por Frank Gehry. Sigue la luz reflejada en su estructura de metal a lo largo del día porque cambia por momentos. Incluso las estaciones del año asoman a su entrada donde se halla su mascota, el perro Puppy (obra de Jeff Koons). Es una escultura vegetal que siempre luce un pelaje florido. Tanto sus espacios interiores como la pinacoteca del museo deja boquiabierta.
Cuando crees que, después de este museo, nada más te puede sorprender… divisas el museo de Bellas Artes (bilbaomuseoa.eus). En el frecuentado parque de doña Casilda encontrarás esta joya artística que inspira con su fascinante colección de pintura y escultura.
✅ Qué más hacer en Bilbao : Visitar el corazón bilbaíno en el Casco Viejo . La ciudad del comercio portuario surgió alrededor de tres calles cerradas con muralla. El crecimiento urbano, con la pujanza de las ferrerías, provocó su derribo y el nacimiento de las Siete Calles. Famoso destino urbano que concentra el ambiente turístico y comercial más animado de la ciudad donde entregarse al placer gastronómico de catar unos pintxos (tapas) o ir de vinos (txikitear).
Tomar unas gildas es obligatorio en Bilbao. © Pepa García/ Etheria Magazine De Bilbao al cielo Rodeada de montes, la ciudad de Bilbao parece hundida en un hoyo o botxo , como popularmente denominan sus habitantes a la ciudad. Elevaciones que constituyen el pulmón verde que envuelve a la urbe vasca y, a la vez, son magníficos miradores naturales desde donde asomarse a su estructura alargada, dispuesta a lo largo de la ría.
La provincia de Bizkaia posee magníficos observatorios naturales desde donde contemplar los más llamativos atractivos turísticos de su geografía. Desde el popular monte de Artxanda, el histórico Puente Bizkaia o Sopela hasta el cabo Matxitxako, el espolón más septentrional de la costa vizcaína.
2. Mirador de Artxanda Es imprescindible subir a la cima más popular de Bilbao para obtener la mejor panorámica de la zona del Ensanche y de la ría. El monte de Artxanda era donde se encontraban los caseríos a los que los bilbaínos ascendían en días festivos para tomar el típico vino blanco vasco o txakoli. El plan no puede ser más sencillo y apetecible. En primer lugar subir en funicular (en apenas 3 minutos), disfrutar arriba de sus restaurantes y bares, y caminar por el parque. Después sólo queda hacerse una foto junto al nombre de “Bilbao” en grandes letras rojas y admirar la escultura llamada Aterpe (La Huella), realizada en honor a los soldados vascos o gudaris que lucharon en la guerra civil española.
Puente Bizkaia. © David Vives 3. Puente Bizkaia Hasta la desembocadura del Nervión, a 15 kilómetros de la ciudad, nos vamos solo por disfrutar del aroma marino que ya se siente alrededor del Puente Bizkaia. Disfruta de su bonita estructura metálica, sube a la barquilla colgante que conecta ambas orillas para disfrutar de una vista magnífica de la ría y de la zona portuaria o El Abra de Bilbao. Desde el puente puedes caminar por la margen derecha, donde la burguesía surgida por el empuje industrial fue instalando sus residencias estivales a lo largo de Las Arenas, Neguri y Algorta.
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Paseo de las Villas de Getxo. © Turismo de Getxo 4. Playas de Sopela Las tres playas de Sopela resultan magníficos enclaves costeros para el baño y la práctica de deportes náuticos. La playa más bonita es La Salvaje porque su arenal está protegido por imponentes acantilados blanquecinos. Además, tiene una zona de dunas y un área destinada al nudismo. Para llegar hay que bajarse en la estación de metro de Larrabasterra. Las playas de Arrietara y Atxabiribil están conectadas entre sí salvo cuando sube la marea. Además de la estación de metro mencionada, la playa de Sopela también se sitúa muy cerca de estos populares arenales.
5. Cabo de Matxitxako Cerrando la ría de Urdaibai a poniente, el cabo de Matxitxako es un magnífico observatorio de la inmensidad del Cantábrico pues es el promontorio más al norte de la costa vasca. Situado a 14 kilómetros de la marinera localidad de Bermeo , es un privilegiado mirador del cercano San Juan de Gaztelugatxe y del islote Aketx. Frente a la ría asoma la isla de Izaro y hacia levante, cerrando la ría, se divisa la mole del cabo Ogoño . La ría es considerada una reserva de la biosfera por los notables valores naturales que sus gentes han sabido mantener junto a formas de vida tradicionales y una ancestral cultura apegada a sus paisajes marítimos y terrestres.
Cabo de Ogoño desde el mar. © Juan Carlos Muñoz 6. San Juan de Gaztelugatxe Este singular islote rocoso a 45 minutos de Bilbao, entre Bakio y Bermeo, está coronado por la ermita de San Juan y conectado con tierra firme por un espectacular puente natural de roca con 231 escalones. Los exvotos ofrecidos por marineros que se salvaron de dramáticos naufragios forman parte de la historia marinera del islote convertido en la isla de Rocadragón durante la séptima temporada de la serie televisiva Juego de Tronos . Antes de marcharte, toca la campana 13 veces, dicen que así se cumplen los deseos, o al menos se espantan los malos espíritus.
✅ ¿Cómo acceder a San Juan de Gaztelugatxe? Puedes ir en tren o autobús. Si prefieres llevar tu coche, es mejor dejarlo en los aparcamientos de Bakio y Bermeo y desde allí acercarte en autobús. No olvides realizar una reserva previa para acceder.
San Juan de Gaztelugatxe. © Max van den Oetelaar Tesoros de la tierra en Vizcaya En la provincia de Bizkaia hay auténticos tesoros bajo tierra. Y no hablamos de la riqueza minera que favoreció el desarrollo gracias a la explotación de minerales como el hierro. Te llevamos a las cavidades subterráneas más emocionantes, hasta la cumbre más venerada por los aficionados al senderismo, el monte Gorbeia, y también a admirar las crestas de Urkiola, el rincón más mítico de los vizcaínos porque en ellas vive una diosa.
7. Cueva de Santimamiñe Es uno de los lugares secretos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y el yacimiento arqueológico más valioso de Bizkaia . Quienes la habitaron hace 14.000 años dejaron en sus paredes su huella en forma de pinturas rupestres que representan la fauna de la época como caballos, bisontes, ciervos, cabras y osos. Situada en la ladera del monte Ereñozar, entre encinas, no puede ser recorrida al completo pero sí entrar en la cavidad y ver las representaciones en modo digital de su centro de visitantes. De paso, aprovecha y recorre los bucólicos valles de Oma y Basondo porque esconden un bonito panorama rural salpicado de caseríos. Sigue la carretera local desde la cueva para conocerlos a tu ritmo.
Cueva de Pozalagua. © Turismo de Bizkaia 8. Cueva de Pozalagua En el extremo más occidental vizcaíno, bajo el abrupto paisaje de la Peña Ranero o pico del Carlista se esconde la cueva de Pozalagua. Sus estalactitas excéntricas despiertan gran admiración en todo el mundo. La caliza disuelta por el agua durante millones de años es su artífice natural. Se descubrió por casualidad gracias a una voladura de la cantera contigua. Es una catedral subterránea de 225 metros de longitud y una bóveda que se eleva hasta los 12 metros de altura en la Sala. Por su vistosidad geológica de estalactitas y estalagmitas, se denominó Sala Versalles.
✅ Prepara tu visita a esta cavidad considerada entre las mejores del mundo y conoce la imponencia del entorno calizo y el pintoresco paisaje rural que se abre ladera abajo pues se halla en el parque natural de Armañón. Más información en cuevadepozalagua.eus
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Bonito entorno de la cueva de Pozalagua. © Juan Carlos Muñoz 9. Monte Gorbeia Quien no ha subido al monte Gorbeia, no puede presumir de haber estado en Bizkaia. Situado en el límite con la provincia alavesa, es el monte más alto. Su cima redondeada es fácil de distinguir por la enorme cruz que la corona repartiendo sus cuatro patas entre ambas provincias. Es tradición subir hasta ella el último o primer día del año y brindar bajo su estructura metálica de 18 metros de altura. Entre caseríos, cabañas pastoriles o txabolas y pastos con vacas y caballos se hace una ruta hasta encontrar una pronunciada pendiente final hasta la cumbre. Las vistas en días despejados, desde uno de los lugares que tocan el cielo en Bizkaia, compensan el esfuerzo.
Desfiladero de Atxarte, en el Parque Natural Urkiola. 10. Monte Urkiola Donde vive Mari, la diosa que simboliza la madre tierra para los vascos, verás los roquedos grisáceos de Urkiola. El protagonista de este perfil montañoso es el Anboto, el monte más alto, en cuya cueva vive el legendario personaje de la mitología vasca. Es uno de los enclaves vascos más atractivos para la práctica del senderismo. Para rematar la escapada conviene llegar hasta el santuario de Urkiola , en el puerto homónimo, que es lugar de paso entre la costa cantábrica y la Meseta.
✅ No dejes de admirar la única torre que conserva de su origen medieval o de acercarte a la gran roca frente al santuario. Afirman que es un meteorito con poderes mágicos que harán encontrar pareja si se cumple el ritual de dar 7 vueltas a su alrededor; pero realízalas en el sentido correcto de giro porque si no provoca el efecto opuesto.
✅ Fuera del templo un ancla refleja la vida ligada al mar de los vizcaínos, una laya (utensilio para labrar la tierra) el ancestral vínculo con el trabajo agrícola y una antigua turbina de ferrería honra el pasado industrial de la provincia.
Pueblos bonitos de la costa de Vizcaya Todos los pueblos del litoral vizcaíno han sido forjados a fuerza de oleaje. Como dice la canción, “vamos por toda la orilla” buscando los rincones marineros con mayor encanto. Estas tierras han visto nacer aventureros y exploradores de los océanos y algo queda en la tenacidad de sus pescadores para que el mar siga siendo la seña de identidad de sus pueblos costeros más pintorescos.
11. Ondarroa En su aire medieval se respira esencia marinera, como comprobarás subiendo por las empinadas calles del casco antiguo. Sus gentes han tejido una estrecha historia con el mar Cantábrico. De hecho, el puerto de Ondarroa es el de mayor volumen en capturas de la flota vasca. También las mujeres ondarrutarras están ligadas al mar. Son las responsables de reparar las redes (rederas) y las protagonistas de un enorme mural, pintado en el lateral de un edificio del barrio de Kamiñazpi, que recientemente ha sido elegido entre los tres mejores del mundo.
De su patrimonio arquitectónico no dejes de admirar la iglesia de Andra Mari, con su extraordinario rosetón, y la medieval Torre Likona, uno de los edificios más antiguos del País Vasco y que está situado en la calle Mayor o Nagusia kalea. Antes de partir busca el puente Itsasaurre que, diseñado por el arquitecto Rafael Calatrava, salva las aguas del río Artibai. Para disfrutar del ambiente más popular acércate al Puente Viejo, donde se abre la Cofradía de Pescadores y el animado ambiente del mercado.
Ondarroa. © Zarateman 12. Lekeitio Si te gustan los faros y disfrutar de los maravillosos enclaves costeros en los que se ubican, en Lekeitio estás de suerte porque además puedes acceder a su faro de Santa Catalina . Ha sido convertido en un Centro de Interpretación de la Tecnología en la Navegación y es la mejor manera de adentrarse en la apasionante historia de los marinos vascos y sus artes para desenvolverse en el mar. La actividad pesquera sigue gobernando los ritmos cotidianos de Lekeitio. Es una localidad vizcaína con buen patrimonio arquitectónico del que sobresale la iglesia gótica de Santa María. Llama la atención desde fuera con su enorme girola y contrafuertes y puertas adentro destaca su retablo barroco policromado, entre los mejores de España.
✅ Frente a Lekeitio verás la isla de San Nicolás , que protege las playas locales e invita a nadar para alcanzarla. Un truco si eres paciente: espera a la bajamar porque puedes llegar caminando hasta ella.
✅ En la vecina localidad de Mendexa, remontando la senda del río Lea, no dejes de contemplar el pintoresco molino de mareas de Marierrota . Hoy se ha convertido en un Centro de Interpretación de la Biodiversidad de la marisma que ves a tu alrededor.
Puerto de Lekeitio. © G. Soler/ Pixabay 13. Mundaka No hace falta que seas una surfera en busca de la famosa ola izquierda de Mundaka para quedar rendida frente a la ola más larga y admirada por deportistas de todo el mundo. Mundaka es una localidad pequeñita pero con mucha identidad costera y unas vistas privilegiadas del encuentro a mar abierto de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Pasea por el animado ambiente de su puerto rodeado por el colorido de sus casas típicas, en cuyos bajos hallarás bares y restaurantes donde disfrutar en el ambiente local. A las afueras, la ermita de Santa Catalina, situada en un promontorio natural, es un ancestral punto de reunión de la cofradía de pescadores desde donde se abarca la mejor panorámica del estuario y las aves migratorias que buscan la tranquilidad la ría. No menos sugerente es el mirador de Portuondo, al que te puedes asomar siguiendo la carretera BI-2235 hacia el interior de la ría.
Surfista en Mundaka. © Miguel A. Amutio 14. Bermeo Entre acantilados asoma el pueblo de Bermeo aferrado a su tradición marinera tanto como su puerto a las rocas. La pesca y la industria conservera dan vida a sus calles y quehacer a sus habitantes. No dejes de visitar el encantador museo del Pescador. Situado en la torre de Ercilla (el edificio civil más antiguo del pueblo) rinde honores a los pescadores vascos y a su historia ligada a la pesca. El muelle tradicional es el del Puerto Viejo, donde aún se conservan las viejas casas medievales de los pescadores. No obstante, si quieres abarcar toda la actividad marítima (pesquera y comercial) acércate al mirador de Santa Eufemia.
Consejo: No dejes de callejear por el casco viejo y busca el arco de San Juan, que es la única puerta de la muralla medieval que se conserva.
Puerto de Bermeo. © Juan Manuel García Bilbao 15. Elantxobe, Ea y Armintza Tan aferrado al acantilado del cabo Ogoño se encuentra el pequeño núcleo pescador de Elantxobe que hasta los autobuses cuentan con una plataforma giratoria para dar la vuelta. En la zona alta, entre las casas de pescadores alrededor de la iglesia de San Nicolás de Bari se halla uno de los mejores miradores del pueblo escalonado en la ladera. Abajo, junto al mar, se abre el refugio del puerto y el animado ambiente de los bares más auténticos.
A una hora de Bilbao, en el camino entre Lekeitio y Gernika, asoma el pueblo de Ea. Con sus casas y cuatro puentes de piedra apegados a la ría estamos seguras de que te encantará. Y en apenas 30 minutos en transporte público desde Bilbao llegarás hasta el Armintza , barrio de Lemoiz, donde probar las delicias del mar Cantábrico como el marisco o el pescado fresco del día. Busca el puerto pesquero de Armintza y habrás llegado a la mejor zona para comerte el mar.
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