Manhattan es el corazón de Nueva York, el barrio que se lleva todas las miradas y que constituye el centro de un viaje a esta gran ciudad. Encerrado en una isla, parece que sólo ha podido crecer hacia arriba dejando así las imágenes de rascacielos más icónicas del planeta. En este artículo te damos las pistas sobre todo aquello que tienes que ver en Manhattan sí o sí en un primer viaje.
El sur de Manhattan desde un ferry. © Susana García. La ciudad de Nueva York es tan desmesurada , tan excesiva, que necesita varios viajes para aproximarse a ese espíritu diverso e incluso contradictorio, que muestra en cada uno de sus barrios. Es digno de analizar cómo una ciudad donde te sientes más pequeña que en ningún otro lugar del mundo, donde los olores te hacen arrugar más de una vez la nariz, todo parece invadido por el ruido y la gente choca contigo mientras camina, consigue que quieras más de ella. Más horas, más días, más experiencias para tratar de hacerla tuya, aunque nunca lo consigas.
Hay una serie de lugares en Manhattan que hay que ver sí o sí. Son los que tienes ya en tu cabeza gracias a las numerosas series y películas rodadas en la Gran Manzana, y que aportan esa satisfacción de visitar por primera vez un lugar conocido únicamente en la memoria audiovisual. Son singulares, tremendamente diversos y el eje central de cualquier viaje a Nueva York . Hemos dejado fuera los museos, muchos y muy interesantes, ya que les dedicaremos otro artículo en Etheria Magazine.
No te queda más remedio que seleccionar tus sitios preferidos y dejar los siguientes para un próximo viaje, que te aseguramos que vas a realizar porque una vez que te atrapa la magia de Nueva York, vuelves seguro.
La Estatua de la Libertad Da igual las veces que hayas visto a Miss Liberty en noticias, series y películas, el momento de acercarse a ella en el ferry emociona por la inminencia de ver de cerca un icono mundial. Con sus 46 metros de altura seguro que te parece más pequeña de lo que habías imaginado, pero da igual. Tiene tanta personalidad que no podrás dejar de hacer fotos. Es imprescindible incluir en tu visita el museo y la subida al pedestal (se puede hacer por escaleras o en ascensor). En el museo se explica cómo fue la construcción de la estatua ideada por Gustave Eiffel a finales del siglo XIX y todas las curiosidades que la rodearon. También existe la opción de subir a la Corona, aunque las entradas son muy limitadas y la subida de 162 escalones en una estrecha escalera de caracol no es apta para todos.
La Estatua de la Libertad. © Susana García. La excursión a la Estatua de la Libertad se suele completar con una parada en Ellis Island , símbolo de la inmigración americana, donde hay que visitar el Ellis Island Immigration Museum donde se pueden ver las salas a las que llegaban esos primeros emigrantes y algunos de sus objetos personales.
✅ Los ferries de Statue City Cruises salen desde Battery Park y las entradas oficiales para ir por tu cuenta se compran en Statue of Liberty Tickets (www.statueoflibertytickets.com). También puedes reservar una visita organizada, siempre recomendable por la cantidad de detalles y curiosidades que rodean a este monumento. Este recorrido de Civitatis no está nada mal: Tour a la Estatua de la Libertad y Ellis Island .
Central Park En algún momento de tu viaje a Nueva York tienes que visitar Central Park. Lo puedes hacer de muchas formas: caminando (aunque así sólo podrás ver una parte muy pequeña), en bicicleta, en rickshaw , en patinete… Y, si el tiempo lo permite, siempre puedes dejar algún almuerzo para hacer un pícnic y vivir su ambiente en primera persona.
Algunos de los rincones que tienes que tener en su punto de mira son Strawberry Fields , con un permanente homenaje a John Lennon; The Diary (edificio gótico victoriano que es uno de los centros de visitantes del parque con información sobre las actividades que se realizan en él); la fuente Bethseda y el castillo Belvedere . Y, si viajas con niños, no os perdáis su famoso y singular Zoo.
Central Park en invierno. © Susana García. ✅ Reserva con tiempo una mesa para almorzar en Tavern on the Green (www.tavernonthegreen.com), un precioso restaurante en medio del parque con una buena carta y mejores vistas. También merece la pena contratar una visita organizada: Tour en rickshaw por Central Park .
Times Square La Nueva York más desordenada y futurista, esa que recuerda un poco a Blade Runner, se manifiesta en Times Square como en ningún otro lugar. Esta plaza irregular y permanentemente llena de gente es en realidad el resultado de la confluencia de la 7th Avenida y Broadway y tiene en sus inmensos carteles luminosos su imagen más icónica. Hoteles, tiendas, venta de entradas para excursiones y gente de lo más diversa conforman el habitual paisaje de esta popular zona de Manhattan.
✅ Entre las tiendas de Times Square destaca la de M&M’s , cuatro plantas dedicadas a los chocolates cubiertos de caramelo de colores y al merchandising correspondiente.
La Quinta Avenida Esta gran artería que recorre Manhattan desde Central Park hasta Washington Square Park, cerca del SoHo, es el símbolo de la vida comercial de Nueva York. Está repleta de tiendas, muchas de ellas de marcas de lujo como Tiffany, Cartier, Versace o Prada, pero también de tiendas de souvenirs , museos, edificios históricos como el Flatiron y hasta una catedral, la de San Patricio. Es la avenida perfecta para incluir en tus desplazamientos de la ciudad, ya que es tan larga que cada tramo es un mundo.
SoHo En el Downtown de Manhattan aparecen de forma sucesiva tres barrios que pueden recorrerse de forma conjunta en un único paseo: SoHo, Little Italy y Chinatown. Si llegáis desde el Midtown, el primero que aparece es el SoHo (South of Houston), uno de los lugares más especiales de Nueva York que conserva el encanto de sus edificios de poca altura con las características escaleras de incendios en las fachadas que tantas veces hemos visto en la pantalla. Alguno de los que tienes que buscar son el edificio Singer , de principios del siglo XX, y los ubicados en Green Street.
Edificios del SoHo. © Susana García ✅ Es uno de los lugares de moda de la ciudad, con tiendas de todo tipo incluidas numerosas galerías de arte, y es una zona imprescindible para buscar marcas diferentes genuinamente neoyorkinas, como Kate Spade (no te pierdas sus bolsos).
Little Italy y Chinatown Estos dos barrios, que comparten zona y calles en el sur de Manhattan, son la muestra de la gran diversidad de esta ciudad y de la importancia que ha tenido la inmigración en su desarrollo. Little Italy es un lugar delicioso, con pequeños restaurantes italianos que se ubican en Mullberry Street y las calles perpendiculares, y un ambiente que mantiene el carisma de los italianos que aquí llegaron a finales del siglo XIX.
Por otra parte, la vecina comunidad china establecida en Chinatown traslada a lugares lejanos y es un hervidero de tiendas y restaurantes con aromas y sabores del lejano oriente. No hay que perderse Columbus Park, un espacio que se abre milagrosamente entre sus abigarradas calles y ofrece un remanso de paz, donde los miembros de esta comunidad descansan y juegan al ajedrez o al mah-jong. Si viajas a Nueva York durante el Año Nuevo Chino no puedes perderte el ambiente de sus calles.
Columbus Park, en Chinatown. © Susana García Hudson Yards Nueva York no para de renovarse y en un lugar como Manhattan, encerrado en una isla y donde parece que no cabe nada más, siempre hay un barrio que ofrece una nueva cara de esta ciudad tan diversa. Hudson Yards responde a este espíritu de renovación constante. Aquí, los lugares que tienes que visitar sí o sí son su centro comercial de tiendas de lujo –más para mirar a no ser que tu tarjeta de crédito no tenga límites– que tiene en su planta baja el Mercado Little Spain , con la marca del famoso chef José Andrés; el curioso edificio The Vessel , con sus 154 escaleras interconectadas diseñadas por el arquitecto Thomas Heatherwick; y High Line , un parque que ocupa unas antiguas vías tren elevadas y que regala un bonito paseo salpicado de curiosos edificios y grafitis.
The Vessel. © Susana García Memorial 11-S Asomarse a las enormes piscinas cuadradas que ocupan el espacio de lo que eran las Torres Gemelas, con sus cascadas y los nombres escritos de las 2.997 personas que perdieron la vida el 11 de septiembre del 2001, es uno de los momentos más sobrecogedores que vivirás en Manhattan. Constituyen, junto con el Museo subterráneo del 11-S , que conserva las paredes que quedaron en pie tras el atentado, el monumento que homenajea a las víctimas. Puedes visitarla con Civitatis con la Entrada al Memorial y Museo del 11-S .
✅ Justo al lado está la obra de Santiago Calatrava conocida como The Oculus , una inmensa estructura de barras blancas que trata de reproducir un pájaro alzando el vuelo y que cubre el centro de transportes del Word Trade Center, que fue destruido en los atentados.
Wall Street Si hay algo que identificamos rápidamente con Manhattan es el trasiego de personas trajeadas con maletines y mucha prisa que ocupa la zona de Wall Street, en el extremo sur de Manhattan. En la confluencia de esta famosa calle con Broadway se ubican tres edificios fundamentales y muy diferentes entre sí: la Bolsa de Nueva York , de 1817; el Federal Hall National Monument , donde George Washington fue investido presidente; y la Trinity Church , de mediados del XIX, una iglesia neogótica que contrasta con los altos edificios que la rodean.
La Bolsa de Nueva York. © Susana García. Un poco más hacia el sur, en Bowling Green, se encuentra la que es probablemente la estatua más famosa de Manhattan y símbolo del distrito: el Charging Bull , el famoso Toro de Wall Street, que Arturo di Modica dio forma en 1987 para simbolizar la fuerza y la esperanza. Siempre está rodeado de largas colas para tocar sus cuernos o sus ‘partes bajas’ que, según cuentan, aseguran la buena suerte.
Miradores Nueva York hay que mirarlo desde arriba, para contemplar esa perspectiva del perfil de Manhattan que es imposible tener a ras de suelo, donde las calles siempre parecen estrechas y los edificios inmensos. Hay muchos miradores y en este artículo hemos seleccionado dos de los clásicos, Empire State y Top of the Rock, y dos de los más recientes, Summit One Vanderblit y The Edge. En todos, la experiencia va mucho más allá de las vistas, ya que “esto es América” y todo aquí se convierte en un espectáculo.
✅ Reserva siempre con antelación las entradas en las páginas web de cada mirador y si buscas la hora del atardecer mejor. Verás cómo el cielo se torna naranja y se oscurece lentamente y cómo se van encendiendo, poco a poco, las luces de la ciudad. Un momento mágico.
Empire State La mítica torre clásica de Nueva York, la más fotografiada y filmada, la que viene a nuestra mente si pensamos en un rascacielos de la Gran Manzana y que siempre estará asociada al mítico King Kong. El único problema que tiene subir al Empire Sate es… que no se tienen vistas del Empire State. Terminada en 1931 en estilo Art Decó tiene dos miradores, en los pisos 86 (al aire libre) y 102 (cubierto). En la planta 2 hay un museo con la historia del edificio.
Vista de Manhattan y el Empire State desde Summit One Vanderbilt. © Susana García. Top of the Rock En lo alto del Rockefeller Center, concretamente en el edificio Art Decó Comcast Building, se ubica este mirador que domina todo Manhattan desde el corazón del Midtown. Para acceder a las plantas entre la 67 y la 70 en las que se encuentra, tendrás que tomar un ascensor que sube a toda velocidad a ritmo de música rock. Para los aventureros sin vértigo, ha añadido la atracción The Beam , con la que te subes a una viga en la planta 69 para recrear la famosa foto de los obreros almorzando en una viga ‘Lunch atop a Skycraper’ tomada en 1932.
Summit One Vanderbilt Inaugurado en 2020, este mirador es uno de los mejores de la ciudad por dos motivos fundamentales. Primero porque ofrece unas vistas inmejorables de dos edificios icónicos: el Empire State y el edificio Chrysler. Y segundo porque ha nacido con vocación de espectáculo y para favorecer esas fotos que tanto nos gusta subir a Instagram. La visita recorre varias salas entre las plantas 91 y 93 , a 330 metros de altura, y en la última hay un bar con terraza exterior donde seguro que te quedas un rato a disfrutar de las vistas. Por cierto, usa calzado cómodo en la visita porque no está permitido llevar tacones por los materiales que cubren el suelo.
The Edge Ubicado en Hudson Yards, es uno de los últimos miradores en llegar a la ciudad y uno de los más impresionantes, sobre todo por su enorme plataforma de observación exterior, situada a 300 metros de altura, en el piso 100. Tiene una parte del suelo acristalado, por lo que mejor abstenerse aquellas que tengan vértigo. Aquí, la atracción que proponen para subir la adrenalina es City Climb , con la que puedes inclinarte en la fachada del edificio. También cuenta con dos plantas con zonas acristaladas y un bar.
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