Mujer guaraní. © Visit Paraguay
Ligadas tradicionalmente a trabajos domésticos y relacionados con el campo, las mujeres del país guaraní toman las riendas del sector turístico. Y lo hacen de una forma muy particular.
En el 95% de los casos, las posadas turísticas del país están dirigidas por mujeres que protagonizan, sin saberlo, una importante expansión del sector. Pero, ¿por qué son ellas las que encarnan esta revolución?
“Somos una sociedad matriarcal porque nuestros hombres han sido exterminados por las guerras”. El mensaje de Úrsula Bareiro es exagerado pero efectivo. Como propietaria en Atyrá de la posada Jasy Kua, en guaraní significa “el rincón de la Luna”, Úrsula representa el carácter luchador de las mujeres a las que hace referencia.
Fue en el año 2011, cuando, gracias a un proyecto turístico que ya se había desarrollado con éxito en Colombia, el gobierno pensó en llevar a Paraguay el modelo de las posadas. En la actualidad se distribuyen más de doscientas por todo el país y su número va en aumento.
Posada Jasy Kua. © Visit Paraguay
Lo excepcional de estos alojamientos es que la mayoría de las mujeres que los regentan viven en poblaciones más o menos recónditas y la posada forma parte de su vivienda habitual. La adaptación de sus hogares promueve un tipo de turismo inclusivo con la comunidad, a pequeña escala. Esta vía de negocio respeta la cultura oriunda de los pueblos y es ecológicamente sostenible; aunque, al mismo tiempo, contribuye al aumento de visitantes extranjeros. De hecho, uno de los principales síntomas positivos es que el país ha registrado un crecimiento del 68% de turistas internacionales durante los últimos tres años.
Viajeros de todo tipo
El fenómeno se fraguó hace una década. Los paraguayos comenzaban a viajar asiduamente por su propio país y las familias que vivían en grandes urbes como Asunción, Luque o Ciudad del Este buscaban aldeas alejadas del ruido y el asfalto para relajarse durante sus vacaciones. Hoy, gracias a las posadas, turistas de todo el mundo recorren los 17 departamentos paraguayos y llegan incluso a aquellos lugares donde la infraestructura hotelera no lo hace. Parte de su éxito actual reside en que económicamente son alojamientos accesibles para la mayoría de viajeros (se pueden contratar desde 15€/ noche).
Posada Doña Chinita. © Visit Paraguay
Emblemas históricos como las Misiones Jesuíticas Guaraníes –reconocidas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO–, tesoros naturales como el Lago Ypacaraí, los Saltos del Monday, el Parque Nacional del Ñacunday y dominios, cuanto menos, evocadores, como la Triple Frontera o el pantanal del Chaco, están, más cerca que nunca del viajero.
Saltos del Monday. © Visit Paraguay
Historias de superación personal
Las mujeres posaderas provienen de situaciones sociales muy diversas. Una de ellas, Celia Ríos, es de ese tipo de mujeres que también sonríen con la mirada. Los ojos rasgados de “Doña Chinita”, como la conocen en San Cosme y Damián, son su sello de identidad. Fue en el año 2011, con 55 años, cuando Celia se atrevió a dar el gran paso. Abandonaba su despensa, una pequeña tienda de ultramarinos, para abrir la que sería la primera posada turística de todo el país. Hoy Celia se considera afortunada: “Me gustó la idea porque soy un poco charlatana y a los turistas también les gusta conversar. Les cuento cosas de nuestra cultura y les preparo con gusto nuestros platos más tradicionales”. Chipá, mbeyú, cocido con leche y suculentos desayunos que elabora para los veinte turistas que puede llegar a albergar en su posada, bautizada con el cariñoso apodo de su dueña, ‘Doña Chinita’.
Celia Ríos, propietaria de la Posada Doña Chinita, en San Cosme y Damián. © Visit Paraguay
Celia tiene muy presente su origen, “tengo pocos estudios porque crecí en Yacyretá, una isla donde no había escuela. Mis padres se dedicaban al campo y, como nos tenían que mandar a otro lugar a estudiar, sólo pude cursar hasta sexto grado”. Tenía 11 años, el equivalente a sexto de Primaria en España.
El programa de la Secretaría Nacional de Turismo ha sido clave a la hora de arropar y guiar empresarialmente a las personas que se han animado a dar este paso. Hoy ya son 10 mujeres las que, como Celia, reciben cálidamente en San Cosme y Damián a viajeros procedentes de Argentina, Estados Unidos, Chile, Brasil y, también, España.
El caso de Úrsula Bareiro es bien distinto: mientras ejerce a diario como notaria en Asunción, dedica los fines de semana a atender su posada en la ciudad más limpia y ecológica de Paraguay: Atyrá es una pequeña población situada a 60 km de la capital.
Úrsula Bareiro, propietaria de la posada Jasy Kua, en Atyrá. © Visit Paraguay
Las ventajas del programa del gobierno animaron a Úrsula a explotar turísticamente la que iba a ser su residencia de verano. “No somos de dudar mucho cuando se nos presenta un desafío, porque estamos acostumbradas a afrontarlos”, asegura. Estas mujeres amplían su formación específica a través de cursos dirigidos a conocer la parte empresarial del negocio y otros más orientados a labores artesanales para la conservación de sus viviendas. Úrsula restaura bobinas, botellas y ruedas de caucho como elementos decorativos, pero también ha aprendido a preparar hormigón y levanta muros con sus propias manos.
Reciclaje de tapones. © Visit Paraguay
Huir de la masificación
Ser el país más interior de Sudamérica y rodearse de fronteras –con Brasil, Bolivia y Argentina– imprime irremediablemente un carácter peculiar a Paraguay pero todavía es un desconocido fuera de sus confines. Su Ministra de Turismo, Marcela Bacigalupo, es consciente de esta situación, aunque advierte un cambio de tendencia, “el turista internacional está buscando nuevos destinos y lugares no masificados, y los viajeros quieren vincularse con todas las comunidades”. Prueba de ello son los 4 millones de visitantes extranjeros que está recibiendo anualmente.
Más allá de monumentos históricos y parajes naturales, los paraguayos exclaman en su lema turístico ¡Tenés que sentirlo! Porque saben que no hay un gran viaje que no conlleve una gran vivencia. Y comprobar cómo prospera la vida de ‘Doña Chinita’, Úrsula y la de tantas mujeres de Paraguay es un “sentimiento incomparable”.
Lago Ypacaraí. © Visit Paraguay
CONSEJOS ETHERIA
• La compañía aérea Air Europa ofrece vuelos directos a Asunción desde Madrid tres veces por semana.
• Al situarse en el hemisferio sur, la mejor temporada para viajar a Paraguay comprende desde diciembre hasta marzo, sus meses de verano.
• En Paraguay el turismo religioso tiene gran importancia, por lo que en Semana Santa se producen muchos más desplazamientos y festejos tradicionales que durante el resto del año.
• En la Secretaría Nacional de Turismo publican toda la información sobre alojamientos y circuitos con las rutas más interesantes para que no te pierdas ninguno de los tesoros históricos y naturales de Paraguay.