Aunque pueda parecer que 48 horas no son suficientes para conocer todas las facetas de Londres, sí que dan para visitar algunos de esos lugares que la hacen tan especial y diferente a otras. Si seguís las siguientes recomendaciones lo comprobaréis por vosotras mismas.

Las célebres cabinas londinenses y sus también conocidos taxis en los que casi se puede entrar de pie.
En Etheria magazine hemos optado por disfrutar de un fin de semana en Londres saliéndonos, a veces, de los tópicos. Por supuesto, visitaremos algunos de sus lugares emblemáticos como el Big Ben o el London Eye (Ojo de Londres), tiendas de diseño de toda la vida, restaurantes de moda y barrios a la última. Comenzamos.
Primer día. Un shopping diferente.
Deambular por Kensington Road, Piccadilly o Regent Street mirando escaparates es un buen plan para comenzar a tomarle el pulso a Londres. Continuaremos por la recoleta Elizabeth Street, llena de cafés y tiendas coquetas, como la del modisto irlandés Philip Treacy –un mago del diseño cuya colección de atrevidos sombreros desfila sobre las cabezas de las damas del hipódromo de Ascot–, y llega a St. James Street, donde se solían situar los clubes de caballeros.
En el Londres del siglo XXI ya se contemplaban clubes como Grace Belgravia para el disfrute de las damas.

Los sombreros de Philip Treacy desfilan por el hipódromo de Ascot.
Sin dejar St. James, palparemos la tradición británica en Lock & Co Hatters –el primer fabricante de bombines– y John Lobb, que ha calzado pies de renombre como los de Lord Olivier, Frank Sinatra o el duque de Windsor. En Harrods, el gran almacén de Londres por excelencia, hay que tomar el aperitivo, un jerez o una copa de champagne con ostras. Para el rey de Piccadilly, Fortnum & Mason, reservararemos el té de las cinco, cuyas delicadezas siguen afamando este exquisito establecimiento desde 1705.
A orillas de río Támesis
Al llegar al río Támesis, que divide la ciudad, hay que alzar la vista al Ojo de Londres y pasear por el Gran Londres visitando la Torre de Londres, el Palacio de Westminster, receptáculo del célebre Big Ben, y la Abadía de Westminster. Siguiendo por la ribera sur del río está Canary Wharf, el moderno centro de negocios de Londres. Al lado del Puente del Milenio, la Tate Modern (un lugar ideal para tomar el lunch) se codea con uno de los teatros más antiguos de Londres, The Globe, donde Shakespeare representó varias de sus obras.

El Palacio de Westminster alberga la torre del célebre reloj que tiene una campana llamada Big Ben.
El West End aglutina la mayoría de teatros de la ciudad. Cuando se encienden las farolas y se llenan los pubs, su sabor añejo se acentúa. A esta hora lo más recomendable es acudir a un espectáculo en alguno de sus acogedores teatros londinenses (www.musicalesenlondres.es y www.teatroenlondres.es), no sin antes haber saboreado una deliciosa pinta, por ejemplo, en el legendario Dirty Dicks o en Nicholson’s, del que se dice que fue levantado por Sir Christopher Wren en 1668 con las maderas de viejos barcos.
Segundo día.
Cada barrio, un mundo.
En la primera mitad del siglo XX, algunos habitantes del Caribe llegaron a la capital británica llenándola de música cálida y, también, de prendas de vivos colores que vendían en Portobello, el mercadillo de Notting Hill. Tomad nota porque a este mercado hay que ir los sábados cuando se montan los puestos de ropa, antigüedades y libros.

Escena en Portobello, en el barrio chic de Notting Hill donde vive la mayor cantidad de famosos por metro cuadrado.
En aquella sociedad victoriana del primer tercio del siglo XX, plagada de prejuicios, era lógico que surgiera un movimiento como el de Bloomsbury. Acaudillado por la escritora Virginia Woolf, congregaba al sector bohemio de la sociedad. Hoy día, el barrio de Bloomsbury es una visita obligada ya que alberga el Museo Británico, la Universidad de Londres, la Casa de Dickens y el recién abierto Principal London, en el emblemático edificio del antiguo Hotel Russell. Aprovecha para conocer esta novedad londinense y, de paso, comer en su restaurante Neptune.

El Barrio de Bloomsbury congregaba el sector bohemio de la sociedad.
Paralelo al fenómeno Bloomsbury, en la Ciudad de Westminster (alrededor de Gerrard Street) brotó el SOHO-Chinatown como respuesta a las necesidades de los marineros chinos que frecuentaban los Docklands. Un mundo oculto y atractivo que resurgió tras la guerra gracias a la emigración de Hong Kong y su económica comida china.
En South Hall Little India se escucha esa mezcla de cantos hindúes con música pop occidental que ha dado origen a la famosa industria cinematográfica de Bollywood en Bombay.
Las maniquíes de plástico lucen saris llenos de color en los escaparates de las tiendas y el aire huele a curry. Un restaurante perfecto para cenar es el famoso Brilliant, regentado por los hermanos Gulu y Kewal Annand. Este es uno de los establecimientos que ofrece desde hace más tiempo la sabrosa mezcla de especias hindúes denominada curry.
Último día: elige entre Hyde Park o Bayswater.
El domingo por la mañana nada mejor que un paseo por Hyde Park, el flamante parque de Londres. Receptáculo de conciertos y manifestaciones, lo cruza el lago Serpentine y limita con el palacio de Buckingham y con el hotel Mandarin Oriental, en el barrio exclusivo de Knightsbridge.

Hyde Park, un escape campestre en el centro de Londres.
Otra opción dominguera es Bayswater donde se puede disfrutar del Open Art Gallery, que muestra obras de artistas expuestas al aire libre. Esta zona está repleta de hoteles y albergues para gente joven.
CONSEJOS ETHERIA
• El primer, e imprescindible, consejo es comprarse la Oyster Travelcard para metro y autobús. El precio de dos días es de 10 £, tres por 15 £. En Londres se llega a todas partes en metro.
• Dormir en el corazón de Londres. Un buen lugar es Durrants Hotel. En una casa típicamente londinense, con una elegante decoración estilo inglés, altamente recomendable.
• Comer en el barrio de Chelsea. Lleno de restaurantes de moda.
• Taxis rosas. Para volver a casa seguras, un servicio exclusivamente femenino.
• Más Información en visitbritain.com