Markéta Lehečková es la representante en España de Czech Tourism, una labor que realiza desde 2010, aunque su vinculación con esta entidad ya había comenzado siete años antes como PR&Media Manager. Su interés por el idioma español fue su primer lazo con nuestro país, después vinieron muchos más… Markéta Lehečková en Cesky Krumlov. Su impecable perfil profesional no entra en conflicto con su carácter extrovertido y alegre porque, como dice Markéta: “Con una sonrisa, aunque a veces cueste, el mundo se ve mejor”. Asegura que habla demasiado y que se deja llevar por la intuición (y que a veces es un poco vaga). Sus respuestas serán las que nos lo confirmen (o no). Sigue leyendo porque no te aburrirás.
1. ¿Cuál es el primer viaje que recuerdas?
En mi familia nos gusta movernos bastante. El primer viaje que recuerdo, tendría 4 o 5 años, fue un viaje con mi tía paterna que nos llevó a mi hermano, a mi primo y a mí de excursión a Klatovy, una ciudad pequeña pero muy bonita en la región de Pilsen , en la República Checa. En la excursión visitamos unas catacumbas donde había momias. Aunque hubo risas y helados, esa noche no podía dormir por lo preocupada que estaba por la muerte y por la sentencia escrita en el lugar “vosotros sois lo que nosotros fuimos. Nosotros somos lo que vosotros seréis”. Lloré mucho al imaginarme la muerte de mis padres, abuelos, mascotas… fue la primera vez que tuve el concepto de muerte como muy tangible e inminente.
2. ¿Cuál es tu principal motivación al viajar?
Me encanta conocer nuevos lugares y no me importa volver una y otra vez a los que me llaman atención por algo. Por su aspecto, sus olores, sabores, sonidos o simplemente porque noto algo, a lo mejor una energía especial.
Y desde que soy madre viajo a también a bastantes lugares para enseñar, para ayudar a abrir los horizontes a mis hijas. Y a otros muchos sólo para divertirme con ellas, claro está.
3. ¿Qué consideras que te han aportado los viajes? ¿Por qué los aconsejarías?
Creo que cada viaje te hace un poquito más humilde al conocer nuevos lugares, gente, costumbres, culturas… Te das cuenta de lo pequeño y limitado que es tu mundo en comparación con el mundo entero y te das cuenta de que, probablemente, eres muy afortunado por nacer dónde y cuándo has nacido.
“Aunque parezca un tópico, recomiendo viajar porque abre la mente, permite disfrutar del tiempo libre, de las diferencias… muchas veces te pone a prueba y te hace establecer nuevos límites de superación. Viajar también permite evadirte y estar a solas contigo mismo, si lo buscas”
4. Si pudieses elegir un compañero de viaje. ¿Quién sería y por qué?
El compañero ideal de viaje ya lo tengo pero, si tuviese que elegir otro, sería Josef Korenský que fue el primer checo que dio la vuelta al mundo a finales del siglo XIX. No era explorador, se podría decir más bien que fue el ‘primer gran turista checo’, además de ser el autor de muchísimos libros de viajes. Impresiona la planificación de aquel primer viaje. Creo que la mayoría de turistas o viajeros estaríamos totalmente perdidos sin el mundo online tan presente en nuestras vidas y las ventajas que otorga: acceso inmediato a la información, a los diferentes sistemas de reservas, seguros de todo tipo y el GPS, que lo uso a cada paso porque mi orientación es nula…
5. ¿Sueles planificar con antelación tus viajes o prefieres improvisar?
Aunque mi trabajo requiere de mucha planificación, reconozco que no preparo con mucha antelación mis viajes. Por algo se dice que “el caballo del herrero anda descalzo”, ¿no? Siempre se ocupa mi marido y “siempre” me reprocha que no dedico tiempo a la planificación de los viajes familiares. Y aunque tenga internet y conexión, soy muy fiel a las oficinas de turismo. Me gusta que me aconsejen, ver el material promocional, me encantan los centros de interpretación y me gusta ver hasta el merchandising que hacen para la promoción turística.
6. ¿Cómo te entretienes en las esperas de los aeropuertos?
Depende de con quien viaje. Normalmente hablando, leyendo un libro, ojeando las revistas, trabajando, observando a la gente, me fijo mucho en la publicidad en el aeropuerto…
Si viajo sola suelo llegar al aeropuerto en el último minuto así que me entretengo bastante corriendo por la terminal.
Meteora (Grecia). 7. ¿Cuál ha sido el mejor viaje de tu vida? ¿Por qué?
Recuerdo con un cariño muy especial un viaje con el club de viajeros de la universidad. Viajamos de la República Checa a Grecia en bus para hacer un tour organizado visitando los lugares más emblemáticos: Atenas, Meteora, Delfos, Salónica, Olimpia, el Cabo Sunion con el templo de Poseidón, Micenas… Nos acompañaba nuestro profesor de Historia del Arte y sigo recordándolo como un viaje relajado en el que aprendimos muchísimo, nos reímos aun más, nos mezclamos con los jóvenes griegos en las fiestas de un par de pueblos bebiendo vino barato (pero rico) y probando nuestras primeras moussakas , dolmas y aceitunas negras. La verdad es que me apetece mucho volver a Grecia .
8. ¿Y tu último viaje? ¿Qué es lo que más te ha gustado de ese destino?
Mi último viaje ha sido a Almería , volví allí después de 14 años. Me encantó el Parque Natural del Cabo de Gata con sus playas y pueblos, especialmente Mojácar (en mi familia nos dedicamos a tachar de la lista los considerados ‘Pueblos más bonitos de España’).
Me volvió a impresionar por su extensión el Desierto de Tabernas. Vengo de un país más bien pequeño y me siguen sorprendiendo las distancias ¡y el tamaño de todo!
Atardecer en Carboneras (Almería). 9. ¿Qué tres viajes que hayas realizado recomendarías a una mujer?
Un viaje con amigas a cualquier lugar; otro, aunque fuese corto, a solas; y, por último, una escapada a un lugar que estés convencida que no es para ti.
10. Tres viajes pendientes…
San Petersburgo para ver al menos el Hermitage y el Palacio de Invierno. El Parque Nacional de Ordesa , que parece impresionante por las fotos que se ven en las revistas de viajes y en redes. Y, también, Irlanda para coger el coche y perderme por el país.
Calzada del Gigante (Irlanda del Norte). 11. ¿Qué país te ha ganado con su gastronomía? ¿Destacarías algún plato o producto?
Es fácil, España, que tiene una cocina muy sabrosa y diferente en el norte y en el sur, o en las islas y la península. Destacaría su buenísima materia prima y el producto fresco. Como plato estrella resaltaría el salmorejo cordobés (guardo la receta de los azulejos de Córdoba) y la porra antequerana .
12. ¿En qué medio de transporte prefieres viajar?
En avión. Aunque me da mucho miedo volar o, más bien, estar encerrada en un espacio que no manejo. Lo paso mal, muy mal pero no viajar sería muchísimo peor. Y fíjate que en cuanto me subo a un avión no dejo de mirar por la ventanilla, me encanta esa vista de pájaro.
13. ¿Qué hotel te ha impresionado más y por qué?
Pues, realmente, el que más me ha impresionado ha sido una cabaña en un árbol del resort Green Valley . Hasta hace poco me consideraba muy urbanita e incapaz de disfrutar de la naturaleza, así que no imaginaba que lo pasaría tan bien en un bosque (con los bichos que conlleva). Era una cabaña de madera con el aseo químico y si te querías duchar debías bajar del árbol a los baños colectivos. Fue fantástico, fantástico, incluso fui capaz de sobrevivir allí a una tormenta.
Cabaña a 9 metros de altura en el (©) Resort Green Valley (a unos 50 km de Praga). 14. ¿Qué es lo que nunca falta en tu bolsa de mano? Bolígrafos (los mismos que luego me faltan en la oficina), polvos sueltos para matizar los brillos de la nariz (“gracias por crearme esta dependencia, tía paterna”) y cremas para los labios (¡creo que llevo tantos tarros que podría untar a los pasajeros de un avión transoceánico entero y todavía me sobraría!).
15. ¿Escribes un listado antes de hacer la maleta? ¿Cuáles son tus cinco imprescindibles? Nunca hago listados. Y peco de hacer la maleta muy poco tiempo antes de salir de viaje. Así que, bajo presión, meto en ella cosas de más que luego no uso y, de vez en cuando, hecho otras en falta. Y, más que hacer la maleta, lo que odio es deshacerla . Mis cinco imprescindibles son: cepillo y pasta de dientes, ropa interior, laca de pelo, inhalador y móvil, cómo no.
Nunca compro souvenirs , a no ser que sean gastronómicos. De los viajes traigo comida, dulces, vinos… y, ahora que lo recuerdo, en Oporto compré una lata muy bonita de sardinas en la que ponía el año de nacimiento de mi padre y un par de nombres de celebres personajes que nacieron el mismo año. Me pareció una tienda muy bonita y la manera de vender el producto típico del país en un envoltorio atractivo. ¡A ver quién se resiste a traerse una latita de éstas de Portugal!