Lejos de las poses frenéticas frente a la torre de Pisa, existe una Toscana discreta en torno a la ruta Puccini, libre de souvenirs y del mancillamiento de los ‘palos selfi’. Para descubrirla, sigue los pasos que hemos dado en Etheria Magazine por la provincia italiana de Lucca.
Fragmento de la Muralla medieval de Lucca. ©KR Las mujeres se pasean en bicicleta por las calles de Lucca con una maestría inusitada, luciendo vestidos vaporosos y canotiers de paja. Eliminan de un plumazo de nuestro imaginario colectivo aquellas toscas mammas italianas del sur, con rodillo en mano y delantal en la cintura. Ningún detalle es baladí en esta ciudad. Formar parte de la ‘ruta de la Seda’ despertó en ella un refinado sentido de la belleza. La independencia de Lucca durante 500 años del Gran Condado de la Toscana (desde 1160) también marcó para siempre su peculiar personalidad.
Muralla medieval de Lucca. ©KR Lucca, la ciudad de los 100 palacios Sobre la muralla renacentista de cuatro metros de altura y más de cuatro kilómetros de longitud, podremos divisar toda la ciudad. Así la conquistaremos con conocimiento de causa. Recuerda el término passeggiata porque es el nombre con el que los luqueses definen la caminata matinal que realizan cada día sobre sus muros. Olvida la imagen de los típicos torreones medievales estrechos y empedrados, esta muralla sustenta grandes explanadas de césped donde puedes montar un picnic, practicar yoga o dar un paseo en bici.
El eco de la época romana resuena en la Vía Fillungo . Allí, el antiguo cardo de la ciudad se ha transformado en uno de los lugares más comerciales de Lucca. Sus coquetas boutiques de artesanía y talleres de calzado se alejan de la imagen típica de tiendas con souvenirs.
Plaza del Anfiteatro, Lucca. ©KR Lucca no sólo reunió a Julio César, Pompeyo y Craso para fortalecer sus relaciones tras el triunvirato, también concentró a mercaderes propietarios de las villas más elegantes que hoy se conservan intramuros. Recuerdo de aquella época casi fundacional, a tres metros bajo tierra, se esconde la Domus Romana , una prueba más de aquellos modos de vida en los que hoy podemos adentrarnos.
En el siglo XVI, el Señor Guinigi construyó en el centro de Lucca una torre rojiza de 45 m de altura que coronó con siete robles en su azotea (para chulo, él).
Los piques arquitectónicos entre los comerciantes más adinerados de la ciudad dieron como resultado una urbe repleta de majestuosos templos.
✅ No te pierdas ningún detalle en nuestro artículo ¿Por qué Lucca es una parada obligada en la Toscana?
¿Subirías a pie los más de 200 escalones de la Torre Guinigi? ©KR Puccini, ¿por qué? No sabemos si Julio Iglesias se inspiró en Giacomo Puccini (Lucca, 1854 – Bruselas, 1924) para cantar “Soy un truhán, soy un señor. (…) Me gustan las mujeres, me gusta el vino”, pero lo cierto es que la vida de Puccini se asemejó muchísimo a la de un bon vivant italiano. Disfrutón, mujeriego, amante de los coches y soñador. Y todo, sin nombrar la razón de su éxito: haber creado las óperas más representadas del mundo (Madama Butterfly, Tosca, La Bohème, Turandot …). Nos sobran razones para seguir sus huellas e inquietudes, así que una parada en la casa natal de Puccini nos ayudará a entender lo apasionante que fue su vida y lo evocador que resulta este recorrido .
Detalle del interior de la casa natal de Puccini, en Lucca. ©KR Huérfano de padre desde los cinco años, Puccini se crió en un ambiente eminentemente femenino , con sus cinco hermanas, su madre y sus tías, aunque también tuvo un hermano varón. A pesar de provenir de una familia de cinco generaciones de músicos, no comenzó su carrera musical hasta los catorce años. Entonces era un adolescente rebelde que tocaba el piano en iglesias para pagarse sus cigarrillos. Fumaba empedernidamente. No fue hasta los veinticinco años, tras aprobar el acceso al conservatorio de Milán , cuando comenzó a desarrollar la faceta más brillante de su carrera.
Estatua de Giacomo Puccini en la Via di Poggio. ©KR Entrar en la casa-museo natal de Giacomo Puccini significa descubrir a niveles voyeur —en el sentido más cándido de la palabra— el alma del genio. Encontraremos objetos, retratos que muestran el atractivo físico del compositor, muebles y la joya de la corona del edificio: el piano Steinway con el que compuso Turandot , su última ópera, inacabada al sobrevenirle la enfermedad que terminó con su vida.
El puente de la Magdalena, conocido como puente del Diablo, es uno de los grandes iconos medievales de la provincia de Lucca. ©KR Pensar en la Toscana implica recorrer sus sinuosas carreteras, ¿te atreverías a hacerlo en Vespa?
Obsesión rural ‘pucciniana’ Es tal la veneración por Giacomo Puccini en su provincia natal, que la aldea en la que se criaron sus ancestros, Celle dei Pescaglia , decidió cambiar su nombre por el de Celle dei Puccini .
Detalle de la cocina de Puccini en Celle, Pescaglia. ©KR En la casa de sus abuelos se muestran los bocetos de sus primeras óperas, Le Villi y Edgar. Ambas propiciaron ciertos dolores de cabeza a Puccini porque tardaron varios años en triunfar.
En este entorno de huertas, viñas y árboles frutales, el hotel boutique B&B Puccini elabora menús temáticos y celebra pequeños conciertos en honor a Giacomo.
Recorrido en barco por el lago Massaciuccoli. ©KR Ópera junto al lago Absolutamente nadie podría resistirse a la imagen de los Alpes Apuanos enmarcando el apacible lago Massaciuccoli . En este pequeño paraíso natural, G. Puccini mandó construir la villa modernista Torre del Lago , una gran mansión en la que hoy descansan sus restos mortales. La visita guiada de 40 minutos por esta villa-museo pone en relieve la faceta más hedonista del genio. Allí disfrutaba de largas jornadas de caza, salía a pescar al lago y entre estas paredes fue donde compuso sus últimas óperas.
Reserva una entrada para el Festival de Puccini que se celebra en Torre del Lago cada verano. Las grandes divas de la lírica se dejan el alma ante el público del Gran Teatro All’aperto, un gran anfiteatro al aire libre junto al lago Massaciuccoli con capacidad para más de 3.000 personas. La peculiaridad de este festival reside en que todas las óperas pertenecen a Giacomo Puccini .
Emocionante final de La Bohème en el Festival de Puccini en 2019. ©KR Completa la experiencia pucciniana dándote un homenaje en el Ristorante Chalet del Lago . Disfrutarás de las mismas vistas que el artista contemplaba desde su villa junto al lago.
El hipnotismo del mármol Suele pasar desapercibida por el turismo masificado, pero Pietrasanta es uno de los reductos bohemios de la Toscana que no debes ignorar. Hace 500 años que Miguel Ángel escogió el preciado mármol blanco de las canteras de esta localidad para realizar sus grandes obras florentinas. Desde entonces, el material ha forjado su historia.
Los aires bohemios de Pietrasanta. ©KR Las apacibles calles de Pietrasanta son frecuentadas por artistas que acuden a inauguraciones, exposiciones, conciertos y recitales que se celebran en las galerías de arte de la ciudad. Un paseo por su casco histórico nos descubrirá las esculturas del colombiano Fernando Botero . Además, en la bellísima Piazza Duomo podremos darnos un respiro en una de sus elegantes terrazas.
Si quieres integrarte del todo, haz como los italianos más cafeteros: toma el espresso de un trago y sin azúcar.
Situado en un antiguo taller, la sala MUSA revoluciona el concepto clásico de museo tradicional. Adentrarse en su oscuro hall nos teletransportará virtualmente a través del proceso artístico del mármol, desde el momento en el que que se extrae, hasta que se convierte en una obra de arte. El Museo dei Bozzetti (Via del Marzocco, 1) nos ayudará a comprender la última fase de este proceso.
Donald Trump fue una de las figuras del carnaval de Viareggio en 2019. ©KR Sol, playa y ¿carnaval? A primera vista, la ciudad costera de Viareggio apenas llamaría la atención del típico turista toscano. Coloridos palacetes de estilo Liberty recorren su paseo marítimo frente a quioscos de prensa donde venden helados y colchonetas. El trasiego de veraneantes se mezcla con el de los trabajadores de la otra economía de la ciudad: la construcción y la venta de lujosos yates. Pero hay algo más.
En Viareggio se celebra el segundo carnaval más importante de Italia —sólo por detrás del de Venecia—.
Playa de Viareggio. ©KR Una visita al museo de la Ciudadela del Carnaval te hará cómplice de la grandiosidad y del impacto visual de algunas de sus figuras. Al contrario que nuestros ninots valencianos, sus carrozas sí se libran de la quema, pero no evitan su destrucción una vez finalizado su cometido. Las figuras miden hasta cuarenta metros de altura y se mueven meticulosamente por la calles de Viareggio, como si fueran enormes Godzillas pisando las calles de Tokio.
En los jardines renacentistas de la Villa Reale di Marlia puedes perderte como Alicia en el País de las Maravillas. ©KR Guía práctica de Lucca Dónde comer El Ristorante Mecenate (Via del Fosso, 94, Lucca) apuesta por productos de cercanía en una cocina eminentemente tradicional. Déjate guiar por las sugerencias del chef. El local está ubicado en una antigua lavandería. Cavalluccio Marino , en el paseo de la playa de Viareggio, es ideal para cenar mientras atardece sobre el Mediterráneo.Los embutidos y las carnes son la especialidad del Eat Valley , situado en un antiguo hospital del siglo XVI. Cuentan con un despacho de venta al público con productos típicos del área de Garfagnana y del Valle del Serchio . A finales de noviembre, Lucca celebra Il Desco , un encuentro gastronómico que reúne gran variedad de productos y recetas características de la provincia. No te vayas de Lucca sin probar el bucellato , su dulce típico. Sentimos pasión por los embutidos toscanos. ©KR Cuándo ir Además del Carnaval de Viareggio y del Puccini’s Festival , ten presente los siguientes eventos para tu próximo viaje a Lucca:
Concierto en Villa Reale di Marlia. ©KR Dónde dormir Dentro de la ciudad amurallada de Lucca, opciones hoteleras como Alla Corte degli Angeli están a la altura del sueño toscano más coqueto y romántico. El lujoso edificio de estilo Liberty del Hotel Plaza e de Russie Viareggio facilita la combinación cultural de este viaje con relajantes jornadas de playa en Viareggio. Más información Turismo de Lucca
Turismo de Italia (ENIT)