Esta ciudad conocida por sus ciento treinta torres y por sus iglesias merece un día completo en un viaje por la Toscana por muchos motivos. Entre ellos, su increíble patrimonio artístico y por ser uno de los lugares que mejores paseos urbanos proporciona de toda la región. Lucca es una parada perfecta para un viaje con amigas o con tu pareja. Jardines situados en la parte posterior de la iglesia de San Frediano. Lucca es una ciudad de historia antigua, de esas que parecen que cada piedra que guardan desde hace siglos tiene algo que contar. Situada a 80 kilómetros de Florencia y a 20 de Pisa, es una ciudad imprescindible en una ruta por la Toscana. Te contamos qué ver en Lucca si tienes un solo día para dedicarlo a esta maravillosa ciudad.
En un día completo nos dará tiempo a visitar su catedral, sus principales iglesias, a conocer algo más de Puccini, su hijo más famoso, y a pasear por las murallas. Y a mucho más.
Qué ver en Lucca en una excursión de un día 10 h Visita la catedral Un buen lugar para comenzar e ir tomando el pulso al espíritu artístico que domina la ciudad. Es una de sus joyas arquitectónicas, con ese aspecto de iglesia románica al estilo italiano, tan distinto al que se produjo en otros lugares de Europa. No sólo merece la pena detenerse en su fachada, su interior guarda tesoros como la Última Cena de Tintoretto, la Virgen entronizada con santos de Ghirlandaio y un cristo con mucha historia conocido como el Volto Santo , al que visitan peregrinos de todo el mundo por creerse que fue esculpido por Nicodemo, presente en la crucifixión . Si dispones de un rato detente en la sacristía a contemplar el maravilloso trabajo en mármol de la tumba de Ilaria del Carretto, del siglo XV.
Vista de la catedral con su campanile y los tejados de Lucca. 11 h Conoce las iglesias de Lucca Tras el atracón de arte de la catedral, conviene dejarse llevar por las empedradas calles de Lucca en busca de sus iglesias más emblemáticas: la Chiesa e Battistero dei San Giovanni e Reparata se encuentra muy cerca de la catedral y en su interior, en verano, se celebran recitales de ópera.
Tras cruzar la Piazza San Giovanni y callejear por la Via Cenami y Via Roma se llega a Via Santa Lucia, donde se encuentra la Chiesa de San Michele in Foro , ubicada en el lugar donde estaba el foro romano. Nada más verla te quedas prendada de su increíble fachada, construida entre los siglos XI y XIV, con una ornamentación que invita a pasar un rato contemplándola. Y después, ya cerca de las murallas, merece la pena acercarse a contemplar la fachada de la Chiesa de San Frediano en la que contrasta la sobriedad de la piedra pulimentada con un precioso mosaico del siglo XIII.
Chiesa de San Michele in Foro. © S.G. 12.30 h Sube a la torre Guinigi Mejor subir, más ligeros, antes de la comida los 230 escalones de esta curiosa torre de ladrillo que cuenta nada más y nada menos que con un jardín con siete robles en su parte superior. Lo original del lugar y las increíbles vistas hacen que merezca la pena el esfuerzo.
Torre Guinigi con su jardín en la parte superior. © Pilar Ortega 13.30 h Almuerza en una terraza Si hay algo que caracteriza a Lucca es la infinidad de rincones con encanto que encuentras casi en cada recodo. Pequeñas plazas, calles escondidas… y en casi todas restaurantes en los que disfrutar de su terraza en un día soleado. Si quieres aprovechar para comer en uno de sus lugares más emblemáticos, no te pierdas la Piazza Anfiteatro , cuya forma elíptica revela que realmente se ubica sobre el antiguo anfiteatro romano del siglo II. Está repleta de restaurantes y terrazas.
Piazza Anfiteatro. 15 h Visita la Casa-Museo Puccini Después de comer, una actividad relajada podría ser visitar la Casa-Museo de Puccini , sin duda el hijo más ilustre de Lucca, y uno de los museos que tienes que ver en Lucca. Este curioso personaje al que no se sabe si le gustaba más la ópera o los coches, nació en esta casa de Lucca donde se conservan objetos personales y es un lugar perfecto para acercarse a la figura de este gran músico.
Plaza frente a la Casa-Museo de Puccini, donde se encuentra su estatua. © S.G. 16 h Pasea por las murallas Es probablemente la parte de Lucca que más gusta a los luquenses. Estas murallas de los siglos XVI y XVII son perfectas para dar un paseo por su anchura, que permite que alberguen jardines y bancos y por la que verás a los habitantes de la ciudad pasear, montar en bici… Se conservan en perfecto estado y ofrecen unas magníficas vistas del casco histórico.
17 h Toma un helado Aunque haga años que no meriendas, en Italia hay que buscar una excusa para tomar un cremoso helado de esos que sólo probarás en este país. Verás muchas heladerías, pero en Grom , en Via Fillungo, por su proceso artesanal y sus exquisitos sabores, son deliciosos.
17.30 h De compras por Via Fillungo La búsqueda del mejor helado ya nos ha llevado a esta calle que es la más típica de Lucca para ir de compras o buscar algún recuerdo.
19 h Un prosecco en una terraza O una cerveza o lo que quieras. El motivo es descansar de una jornada intensa mientras se ve a la gente pasar, de la misma forma que los luquenses contemplan a los cientos de visitantes que reciben cada día.
Terrazas para tomar algo en la Piazza Anfiteatro. © SG. Guía de Lucca | Etheria Magazine Si te saltas el helado y las compras, puedes acudir al Palazzo Pfaner (abierto de 10 a 18 h), un precioso palacio privado del siglo XVII, con un jardín en el que querrás quedarte a vivir.
Para hacer piernas, puedes subir también a la Torre del Reloj (Torre Civica delle Ore), situada en Via Fillungo, de estilo medieval y con historia de fantasma incluida.
Si dispones de más de un día en Lucca merece la pena acercarse a las villas ubicadas en las colinas que rodean la ciudad, como Villa Bongi, Villa Grabau o Villa Reale. En algunas se pueden visitar el interior, en otras los jardines y hay en las que se puede comer. También puedes acercarte a Torre del Lago, la pequeña localidad a la que se retiró Puccini y donde se conserva el Museo Villa Puccini , lugar donde se celebra en verano el Puccini Festival.
Más información en Turismo de Lucca .
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