¿Sabías que Suiza no tuvo voto femenino hasta 1971? En este artículo te contamos la lucha de las mujeres suizas por conseguirlo y los lugares que fueron importantes para la consecución de este derecho.
Fotograma de la película ‘El orden divino’, que trata sobre la lucha por conseguir el voto femenino. © Surtsey En 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, todos los países democráticos de Europa Occidental tenían derecho al voto femenino salvo… Suiza y Liechtenstein . En ese momento, las suizas llevaban ya casi medio siglo reclamando sus derechos, pero sin éxito. Todavía les quedaba un largo camino, hasta 1971, para conseguirlo.
Durante casi un siglo, las mujeres suizas lucharon sin descanso, organizadas en múltiples asociaciones, para obtener un derecho que la mayoría de sus compañeras europeas ya tenían adquirido. Movilizaron fuerzas sociales, políticas y desarrollaron un ímprobo esfuerzo para convencer a “sus” hombres, quienes se resistieron hasta la “gloriosa” fecha del 7 de febrero de 1971 .
Pero, ¿cómo se explica que un país con un alto nivel de desarrollo económico y financiero, un destino turístico envidiable abanderado del pacifismo internacional, creador de la Cruz Roja y ejemplo de cultura y civismo se negara a conceder el voto a las mujeres? Descifremos el enigma suizo y los lugares que marcaron este arduo camino.
Mujeres de la parte francesa de Suiza votando en 1969. Larga marcha hacia el voto En el año 1900 se crea la Alianza de Sociedades Femeninas Suizas. Estaba formada por mujeres de todos los partidos y de todas las regiones linguísticas, con una lista de reivindicaciones que ponen de relieve la desastrosa situación de la mujer. Reclaman tener dinero propio, poder acceder a todas las profesiones y una mejora en la educación de las niñas. También se funda La Union Suiza de las Obreras , primera asociación que reclamará el derecho al voto y a la elegibilidad de las mujeres.
Desde ese momento, las suizas demostrarán a los hombres que ellas son capaces de equipararlos en todo. Y se vuelcan en labores, que fueron muy importantes para el país, de ayuda social y cuidados sanitarios. Aunque también brillaron en otras profesiones, desgraciadamente fue con pocos resultados.
En 1928 quisieron hacer patente su desesperación frente a la lentitud e inacción política masculina en una manifestación, en la ciudad de Berna, en la que arrastraron un caracol gigante.
Tampoco surtió efecto en 1929 la petición más grande realizada hasta entonces en Suiza: 247.506 firmas de todas las regiones exigiendo la concesión de los derechos políticos a las mujeres.
Fotograma de la película ‘El orden divino’. © Surtsey La frustración de no conseguir nada con sus esfuerzos empezaba a pesar en las sociedades de trabajadoras, que decidieron cambiar su estrategia. El final de los 50 les daría una oportunidad con la que no habían contado. Los altos mandos políticos suizos decidieron obligar a todos los habitantes del país, mujeres y hombres, a participar en un servicio civil. Ellas lo tuvieron claro: sin derechos políticos no habría servicio civil.
La presión de las organizaciones femeninas dio algunos frutos. Pequeños, quizás, pero que, sin embargo, marcaron un hito en la conquista por los derechos. La década de los 50 fue el inicio del voto femenino en Suiza, a nivel comunal y cantonal. En el plano federal, quedaba mucho todavía.
En 1959 hubo una votación, pero fue rechazada en las urnas con un 67%. Esto se explica porque para introducir cambios institucionales en el sistema suizo de democracia directa se requiere un referéndum nacional.
Las mujeres suizas tuvieron que esperar a que los hombres decidieran concederles este derecho.
Visitas para entender a la mujer suiza Unterbäch, las primeras mujeres en votar El año 1957 supone un antes y un después. El 5 marzo, en el pintoresco y tranquilo pueblo de montañas de Unterbäch (Comuna del Valais), el consejo municipal se rebela y otorga a las mujeres un derecho de voto único, contra la voluntad del gobierno. Serán las primeras féminas de toda Suiza en votar. Por eso, Unterbäch es conocido como el “El Rütli o Grütli de la mujer suiza”, haciendo alusión al hermoso prado de montañas en el lago de Lucerna (cantón de Uri), donde se creó la Confederación Suiza, en 1291.
Unterbäch. © Switzerland Tourism Vaud, el cantón pionero A lo largo de los años 50 el voto comunal y cantonal se va desarrollando progresivamente. En Riehen , pueblecito del cantón de Bâle-ciudad, las mujeres votan por primera vez a nivel comunal en 1958.
Un año después, el primer cantón que acepta el derecho de voto y la elegibilidad de las mujeres será el de Vaud (cuya capital es Lausana). Ubicado en la región del lago de Ginebra, famoso por sus Alpes y sus glaciares, este cantón será el pionero. Le seguirán otros 8 (hay un total de 22) de las diferentes regiones lingüísticas de Suiza. Entre ellos el francés Neuchâtel, el alemánico Zúrich o el italiano Ticino.
St-Saphorin, pintoresco pueblo en el lago Ginebra, en el cantón de Vaud. © Switzerland Tourism/Marcus Gyger La última embestida de esta afanosa lucha femenina llegaría en los años 60 y sería a nivel nacional. El detonante fue la Convención Europea de los derechos del Hombre . El Consejo Federal y el Parlamento querían firmarla para distanciarse de los regímenes dictatoriales. Sin embargo, la convención exigía derechos iguales para hombres y mujeres a nivel nacional. Como Suiza no había aprobado esta igualdad, el problema estaba claro. Aun así -algo increíble- intentaron firmarla excluyendo a las mujeres.
Berna, marcha a favor del sufragio Por eso, el 1 de marzo de 1969, la Marcha sobre Berna , capital de la Confederación Helvética, es histórica. Mujeres, y algunos hombres ya convencidos, se manifiestan a favor del sufragio femenino a nivel federal en la plaza del Bundeshaus, donde se encuentra el impresionante edificio del Parlamento suizo. En el bellísimo casco antiguo de Berna , Patrimonio Mundial de la Unesco y famoso por sus 6 kilómetros de arcadas (lauben ), se desarrolla una protesta multitudinaria sin igual.
Por fin, dos años después, el 7 de febrero de 1971, en un país en el que solo 8 de los 22 cantones había otorgado el voto a las mujeres, el Consejo Federal procede a una nueva votación en la que los hombres suizos votan una modificación de la Constitución.
El Bundeshaus en Berna.© Switzerland Tourism El voto femenino en Suiza, después de un siglo de persuasión y luchas, es victorioso con 67,7% de sí y 34,2% de no.
Y, todavía nos preguntamos, ¿Por qué esta testarudez en no conceder el voto a las mujeres? Porque Suiza era, en definitiva, un país muy conservador, de carácter patriarcal, reacio a los cambios, donde se consideraba que el lugar de las mujeres era, sobre todo, la cocina. Hizo falta un siglo para cambiar las mentalidades.
Schwende, en Appenzell Rodas Interior. © Switzerland Tourism Appenzell, el más reacio Aún, en 1989, quedaba un tozudo reducto que se resistía en dar el voto a sus mujeres. Appenzell Rodas Interior , al noreste de Suiza, el cantón menos poblado y el segundo menos extenso de Suiza, cuya capital es Appenzell (rodeada de un idílico paisaje de colinas) tuvo que ser obligado por una sentencia del Tribunal Federal, la más alta instancia judicial del país, para conceder este derecho. Para conocer más sobre el tema puedes ver la película ‘El orden divino’ (Die göttliche Ordnung) de 2017.
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