En 2024 seguro que una de las opciones con más éxito para pasar unos días de vacaciones será realizar una ruta en coche. Suiza es un país perfecto para este tipo de viaje y en este reportaje os contamos cómo organizarlo en coche de alquiler eléctrico para conocer los atractivos de este bello país alpino y respetar a la vez el medioambiente.
Ruta en coche por Suiza. © Mattias Nutt Lo primero que debes hacer para organizar un viaje en coche por Suiza será elegir un recorrido viendo en casa el mapa de La Gran Ruta de Suiza (Grand Tour of Switzerland), que consiste en varios itinerarios diseñados por la oficina de turismo en los que aparecen los tramos más bellos y las paradas más sobresalientes de esta ruta de 1.600 kilómetros . De este modo, resultará ideal planificar los lugares a visitar y los días que necesitemos para el viaje.
El encanto de la ruta consiste en descubrir lugares muy recónditos de la geografía del país. Es cuestión de ‘estudiar’ bien el mapa y seleccionar las etapas que más atractivos propongan al gusto de nuestras preferencias viajeras.
En esta ocasión hemos seleccionado un itinerario (a sabiendas que diez días podía ser poco tiempo, pero así lo decidimos al comprar los billetes de avión) para volar a Zúrich (ida) con vuelta desde Ginebra. Nos propusimos hacer el recorrido en coche de alquiler 100% eléctrico , la opción más novedosa y rentable, porque sabíamos que Suiza dispone de más de 300 puntos de recarga ; y un coche de alquiler que tuviera 250 kilómetros de autonomía sería suficiente para los desplazamientos cortos.
Río Limago, en Zúrich. © Pedro Grifol Durante los dos primeros días nos entregamos a la amplísima oferta turística de nuestro punto de partida, Zúrich. Andando, y con los ojos puestos en los escaparates de la Bahnhofstrasse , la avenida que constituye el epicentro comercial de la ciudad, nuestra atención se iba centrando en descubrir lo novedoso del paseo, que iba desde relojes que solamente se ven en las revistas de lujo hasta espectaculares cajas de bombones. Lo que más nos extrañaba era la inexistente presencia en las aceras de los bancos que gestionan los bienes privados de todo el planeta. Y ‘descubrimos’ –por si no lo sabéis– que en toda la ciudad no existe ninguna presencia visible de entidad bancaria alguna… que no sea suiza. En Zúrich, las oficinas de las entidades bancarias extranjeras están en los pisos, como si fueran galerías de arte. Todo un detalle de privacidad.
Bahnhofstrasse en Zúrich. © P. Grifol Como el dinero era un asunto que flotaba en el ambiente, decidimos dedicar una mañana a visitar algunos museos relacionados con el tema, como el Money Museum (moneymuseum.com), donde no solo se exhiben los artilugios para acuñar monedas, sino que se explican conceptos como qué es el secreto bancario. Instructiva visita.
Si Zúrich mueve la economía de medio mundo, el fútbol, agitando a las masas del planeta Tierra, también mueve millonarias sumas de dinero. La curiosidad nos llevó a visitar FIFA World ( www.fifamuseum.com). La sede principal de la FIFA se estableció en esta capital en 1932, pero hasta 2016 no tuvo un santuario al que peregrinar. Seas aficionado o no al deporte rey, el templo del fútbol mundial no te dejará indiferente. La entrada cuesta 25 euros, curiosamente es tan cara como la entrada al Museo del Real Madrid… o al del Barça.
El Rin a su paso por Basilea. © P. Grifol Basilea, la ciudad del arte internacional Al noroeste del país, a orillas del Rin y pegada a la frontera francesa y alemana, se encuentra ‘la ciudad del arte’, merecido honor que ostenta Basilea. Cuenta con más de 40 museos, de entre los que destacan el Kunstmuseum (kunstmuseumbasel.ch) que alberga los llamados 10 ‘picassos’ fundamentales, y el Museo de Jean Tinguely (www.tinguely.ch) maestro de la escultura en hierro y famoso por sus piezas mecánicas construidas a partir del reciclaje de todo tipo de materiales.
Museo Tinguely en Basilea. © P. Grifol La Chaux-de-Fonds Después de la visita a Basilea, siguiendo la señalización del Grand Tour, llegamos, con parada y fonda en el camino, a La Chaux-de-Fonds , una ciudad famosa por tres razones: por ser donde el arquitecto Le Corbusier (que era suizo y no francés) construyó la famosa Maison Blanche (maisonblanche.ch); por ser el centro de la industria relojera mundial y sede de las firmas más prestigiosas –como TAGHeuer, Cartier o Rolex–; y porque allí nació, en 1878 (hijo precisamente de un relojero), Louis Joseph Chevrolet. Un día, mientras reparaba un triciclo a vapor propiedad de un turista estadounidense, que era nada más y nada menos que el multimillonario Vanderbilt, el dedo del destino se fijó en él: “En América tenemos trabajo para ti”. La historia de monsieur Chevrolet en Estados Unidos continuó, como ya sabemos, colmada de éxito.
La Maison de L’Absinthe de Môtiers. © P. Grifol La cuna de la absenta La región tiene pueblos pintorescos y densos bosques que llegan a las orillas del lago Neuchâtel y a los que prácticamente solo se puede llegar con botas de senderismo. Además, tiene fama de misteriosa, no en vano es la cuna del ‘hada verde’, es decir, la absenta . Este mítico destilado elaborado con ajenjo cultivado en Val de Travers, y que vivió en la clandestinidad desde 1910 hasta 2005, tiene su feudo en La Maison de L’Absinthe (maison-absinthe.ch) de Môtiers. Interesante visita espirituosa.
La ‘Belle Époque’ en Neuchâtel. © P. Grifol Proseguimos dirección sur hasta Neuchâtel, capital del cantón, situada en un agradable enclave y rodeada por laderas tapizadas de viñedos. Recomendable apuntarse al tour guiado por la ciudad à la Belle Époque , que nos descubre lugares que en un simple paseo por nuestra cuenta nunca hubiéramos descubierto.
Leman, el lago más grande de Europa occidental Enfilamos autopista hasta la orilla del lago Lemán, el más grande de la Europa occidental. Noche y cena en Lausana , si puede ser, con vistas al lago. Al día siguiente ineludible visita al Museo Olímpico (olympics.com), ya que Lausana es la sede del Comité Olímpico Internacional.
Lausana. © P. Grifol Ginebra, museos y galerías de arte Y final de trayecto en Ginebra , ya con poco tiempo para recorrer los diferentes ambientes de la urbe: la sede de la ONU, donde Miquel Barceló incrustó 35.000 kilos de pintura en la cúpula; el Quartier des Bains, barrio de las galerías de arte y del MAMCO (www.mamco.ch), el museo más rabiosamente moderno jamás creado; o pasear por el otro barrio más fino, la rue du Rhône , el de las boutiques carísimas.
Nos despedimos de la ciudad delante del parque Bastions donde el lema de la reforma luterana reza: “Después de la oscuridad, la luz». En el que quisimos ver ‘la luz’ de un viaje donde estábamos seguros de habernos adelantado en la comprensión de la mejora del medioambiente, en el que habíamos disfrutado de la ausencia de malos olores (producto de la combustión de la gasolina)… y sin humos. Y también, si cabe, un viaje más ecológico y ético.
Grand Tour of Switzerland. © Mattias Nutt Información práctica y técnica Para iniciar la auto-ruta lo mejor es ponerse en contacto con Europcar , que es la empresa de alquiler de vehículos eléctricos nº 1 en Suiza. Allí te proporcionarán la App para que puedas encontrar los puntos de carga en el itinerario elegido. Tened en cuenta también que no todas las aplicaciones funcionan en todos los sistemas operativos (Android / iOS / Windows). Te informarán al recoger el coche.
Por ejemplo, un Volkswagen e-Golf –que fue nuestro vehículo– tiene una autonomía de 190 kilómetros (ciclo NEDC), aunque los consumos de los coches 100% eléctricos obedecen a muchísimos factores: temperatura, velocidad, neumáticos… incluso al estado de ánimo del conductor. Según el indicador del panel de control, en la práctica la autonomía puede llegar hasta los 250 kilómetros.
Dónde y cómo cargar el coche eléctrico en Suiza Es importante saber que en los postes de la vía pública la recarga es rápida, es decir: con el conector estándar Mennekes Tipo 2, el tiempo de recarga no superará las 2 horas. Si enchufas el coche en el parking del hotel la recarga será convencional, y puede tardar entre 8 y 10 horas. En los postes urbanos conectados a la terminal –branchés sur la borne de Vmotion (App: evpassgreenMotion)– pagando dos horas de aparcamiento, la carga es gratuita. En el resto de puntos de carga urbanos se paga con tarjeta de crédito. En los hoteles tienen varias fórmulas de pago. Algunos cobran por hora, más el aparcamiento si no se está alojado en el mismo; y en otros te pueden cobrar solo la cerveza que te tomas mientras estás esperando completar la carga. Pago con tarjeta de crédito, borne de carga y pago con tarjeta Vmotion. © P.Grifol ¿Cuánto te ahorras circulando con coche eléctrico? De cualquiera de las maneras el ahorro en ‘combustible’ es favorable en un coche totalmente eléctrico (no híbrido) si lo comparamos con llenar el depósito de gasolina. Ejemplo: si con 20 € de gasolina (98 octanos) nos da para 200 kilómetros, una carga para un coche eléctrico de 5 € nos da para los mismos kilómetros, ya que hablamos de consumo por kilovatios/hora. Para no pensárselo.
También tenemos que advertir que el llamado freno regenerativo de los vehículos eléctricos hace que cuando frenamos, levantamos el pie del acelerador o nos dejamos llevar cuesta abajo por una pendiente, el motor eléctrico tiene una dinamo que convierte la energía cinética en eléctrica, y la batería se recarga. Así que mejor no gastar las pilas con grandes acelerones, yendo despacito se disfruta mucho mejor del viaje.
Más información en la Oficina de Turismo de Suiza .
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