Queremos seguir viajando. Viajar nos inspira, nos da libertad, nos resetea y nos permite vivir cada día como si fuera un día nuevo. Y esto, en definitiva, cura. Pero nuestra forma de viajar ha cambiado para siempre. Ahora queremos hacerlo con conciencia, y por este motivo te proponemos comenzar con los cinco destinos más sostenibles de España.
Formentera, una isla sostenible. © Elisabeth Agustin En estos nuevos tiempos, buscamos lugares donde relajarnos, soltar el estrés, sentirnos seguros y seguir conociendo el mundo con una dosis de consciencia y de respeto superior a como veníamos haciéndolo hasta ahora. ¿Quieres conocer algunos de los destinos más sostenibles en España y por qué nos gusta visitarlos? Sigue leyendo.
1. Formentera, la isla sostenible por excelencia: buceo, bici y gastronomía Si hay una isla que lleva apostando por las prácticas sostenibles desde hace años esa es Formentera. Pero no solo usa la etiqueta como “postureo» para ganar viajeros –ahora que a todos nos interesa parecer de lo más seguros y sostenibles–, la isla pitiusa lleva décadas trabajando por preservar la pureza del Mediterráneo. Las praderas submarinas de Posidonia Oceánica están catalogadas como Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1999 y en ellas se alimentan y reproducen más de 400 especies.
El Parc Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera es otro de sus tesoros. No solo por la vegetación especial de pinos y sabinas, característica de la isla, sino también por la enorme cantidad de especies que viven bajo el mar. Por todo ello, Formentera es uno de los destinos mundiales más apetecibles para bucear –tanto para iniciarse como para los que lo practican con frecuencia–.
Playa de Llevant (Formentera). Otra opción para recorrer la isla en clave sostenible es disfrutar de sus itinerarios ornitológicos a pie o en bicicleta a lo largo de 4,3 kilómetros, mientras avistas hasta 210 especies de aves diferentes –Formentera es un paraíso para los ornitólogos–. Por cierto, aquellos cicloturistas con ganas de participar en una de sus citas clásicas, la BTT Vuelta Cicloturista a Formentera (3 etapas, 97,5 km y 1.000 metros de desnivel) tienen que apuntarse antes del mes de octubre. Y para los menos activos, practicar la slow food mediterránea, en este territorio tan ligado al modo de vida tradicional, marcado por el vínculo con el mar y la agricultura de secano, es un lujo. Disfruta comprando en sus mercados productos autóctonos: aceites, vinos, peixes secs , verduras y hortalizas… y pasea y vive la isla de la calma.
Vacaciones sostenibles en Lanzarote. © Thibault Mokuenko 2. Lanzarote, la otra isla, la del silencio, los volcanes y las playas semidesiertas Seguimos con nuestros destinos más sostenibles de España visitando otra isla, en esta ocasión de Canarias, un lugar que hay que visitar en algún momento de nuestra vida. Porque también, como el caso anterior, ha desarrollado un modelo de crecimiento sostenido que hoy le permite ser un referente a nivel mundial –y lo tenemos a la vuelta de la esquina–. En 1993 fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco y sus paisajes volcánicos, y sus playas de arena negra, son muy diferentes a todo lo que hayas visto. La integración de la arquitectura en la naturaleza, de la mano de César Manrique, deja sin aliento, y las excursiones a la isla de La Graciosa (Reserva Marina), con sus playas solitarias y sus cangrejos ciegos… son una inmersión en un destino perfecto para aquellos que valoran y buscan el silencio, el sol y la naturaleza.
Entre los muchos lugares protegidos de la isla, el macizo de Famara , al norte de Lanzarote, cuenta con el mayor número de endemismos botánicos por kilómetro cuadrado ¡de toda Europa! Además, la isla dispone de un grupo de alojamientos sostenibles muy respetuosos con el medio ambiente, eficientes a nivel energético y que fomentan entre sus trabajadores la conservación de su patrimonio cultural y natural. Uno de ellos es el hotel Costa Calero Thalasso Spa , donde además podrás soltar todo el estrés en su centro de talasoterapia que es el único de la isla con agua de mar y, además, family friendly .
Arrecife de las Sirenas, en Cabo de Gata. © Antonio Lainez 3. Cabo de Gata, un parque natural para hacer senderismo y perderse en sus calas Apartado del mundo, el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar es otra de esas perlas de nuestro territorio que hay que conservar, valorar y disfrutar con todo el respeto. De esos destinos que piden a gritos larguísimos paseos, en silencio, escuchando el rumor de las olas del mar, pueblecitos donde vivir despacio, comer despacio y asistir a las mejores puestas de sol de forma consciente, o a un amanecer de esos que dejan huella en el corazón.
Entre los muchos senderos para recorrer el parque los hay con pocos kilómetros, pero realmente bellos, como el Sendero de los Escollos (1,6 km) o el Sendero La Molata (1,5 km) que pasa por lugares emblemáticos como El Playazo o la Cala del Cuervo. El valle de Rodalquilar, que realmente es una caldera volcánica, se extiende hasta el borde del mar y El Playazo es una de las playas más amplias en una costa que se caracteriza por sus numerosas calas que hay que recorrer sin prisas, sí o sí.
Caminata cerca de San José, en Almería. © Victoriano Izquierdo Otra forma de visitar la zona en clave sostenible, es adentrarse en los pueblecitos del parque natural: Isleta del Moro, Las Negras, Agua Amarga… y detenerte en Níjar para visitar sus talleres artesanales, con bonitas cerámicas o hacerse con algunas de sus tradicionales jarapas.
Faro de Orchilla. © Cabildo El Hierro 4. El Hierro, la primera isla autosuficiente Otra de las islas que vienen siendo un laboratorio de sosteniblidad en España es El Hierro. La primera isla totalmente autosuficiente, en la que los vientos alisios son la principal fuente de energía, también está repleta de tradiciones que vinculan al pueblo herrereño con la naturaleza.
Declarada por la Unesco como Reserva de la Biosfera y Geoparque, trabajan en planes, desde 1996, que les permitan llegar a 2050 con huella de carbono 0 . Su patrimonio natural y geológico y sus paisajes de origen volcánico invitan a adentrarse en “otro planeta”. Desde 2014, la central hidroeólica de Gorona del Viento abastece a los casi 10.000 habitantes de la isla. Un hecho que la ha situado como modelo sostenible a escala mundial.
Aquí podrás practicar un buceo cinco estrellas, con profundidades de hasta 300 metros a pocas millas de la costa gracias su origen volcánico; pescar de manera artesanal para no dañar el ecosistema marino y hacer senderismo con rutas aptas para todos los públicos que pasan del mar a la montaña, y que discurren por caminos ancestrales en los que te tropiezas con grabados rupestres de los bimbapes o bimbaches nativos, como ocurre en el fascinante El Julán, al sur de la isla. Para los que tienen una forma física que requiere mayores retos, el Camino de Jinama es una preciosidad, una ruta que salva un desnivel de 1.000 metros en 4 kilómetros. Solo apto para aventureros. Tras recorrer El Hierro comprenderás por qué es uno de los destinos más sostenibles del mundo.
Las Hurdes, Extremadura. © Javier Peñas 5. Extremadura, el paraíso del ‘slow food’ Si hubiera que pensar en una región que no imaginas lo que puede dar de sí, esa sería Extremadura. Aquí el factor sorpresa suma, y mucho. Esta región, que siempre hemos considerado apartada, rural… ha encontrado en estos valores su personalidad y su valía. Extremadura lleva también años apostando por un turismo no masivo , y ya la llaman algunos el paraíso de interior. Y no es para menos.
Además de sus paisajes, la maravillosa dehesa o sus cuatro parques naturales (es la única comunidad española que cuenta con cuatro reservas naturales Unesco: La Siberia, el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, Monfragüe y Tajo Internacional), la gastronomía, el auténtico slow food tiene aquí uno de los templos nacionales: jamones, mieles, aceites, carnes, vinos, quesos, pimentón… Cualquier ruta en clave gastronómica –de disfrute consciente de lo que comemos– es en este territorio un auténtico acierto.
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