La región francesa de Normandía es la cuna del Impresionismo y el lugar que inspiró a Monet, Pissarro o Boudin algunas de las mayores obras de todos los tiempos. Te invitamos a recorrer durante 4 días ciudades como Giverny, Rouen, Honfleur, Caen, Étretat o Le Havre, y a dejarte acariciar por el espíritu del arte.
Jardín de la casa de Monet en Giverny (Normandía). © P.G./ Etheria M. Actualizado abril de 2024
En la segunda mitad del siglo XIX surge una corriente artística en Francia que decide capturar en sus lienzos instantes de la vida, luces especiales y fugaces. No importaba tanto la realidad del objeto o el entorno como la impresión que causaba en el artista. Ese tamiz del pintor desdibuja formas, reinterpreta luces, las pinceladas se marcan a su gusto y el color inunda cada lienzo de momentos únicos.
Para escribir este artículo hemos recorrido los lugares que influyeron en sus obras, pensando que quizás podríamos sentir esa gran inspiración. Y no lo conseguimos pero disfrutamos bastante de cada uno de los rincones relacionados con los artistas impresionistas. ¿Sabes por qué esta corriente recibió el nombre de “Impresionismo”? Estuvo motivado por la obra ‘Impresión: sol naciente’, de Claude Monet, considerado el padre de dicho movimiento.
La casa de Monet en Giverny Comenzamos esta Ruta Impresionista en Giverny, una pequeña ciudad que cuenta con varias visitas imprescindibles. Puedes iniciar el paseo en la preciosa Casa de Monet y su no menos atractivo jardín. Cuando Claude Monet compró esta finca para mudarse con su familia, buscando alejarse de la capital francesa, el laberinto de flores y caminos del jardín no existía, allí no había más que un pequeño huerto. Hoy día podemos recorrer las dos plantas de su casa, los salones, dormitorios y su bonita cocina. Además, en un edificio cercano se encuentra su taller, donde ahora se encuentra la tienda.
La casa de Monet transmite alegría con sus colores. © P.G./ Etheria M. Además de recorrer estos bellos espacios debes continuar hasta otro jardín, el del Agua, donde se sitúan los estanques con nenúfares (que el artista usó como modelos para sus pinturas), el puentecito japonés rojo, los sauces y otros rincones increíblemente románticos.
Jardín del Agua de Monet. © P.G./ Etheria M. Pero las visitas no terminan aquí, sino que en el pueblo de Giverny se puede visitar el Museo de los Impresionismos , la tumba de Monet (en el cementerio) y el antiguo hotel Baudy. En este último se alojaron algunos artistas de renombre, como Cézanne, Pissarro, Caillebotte, Heleu, Sisley, Rodin, Renoir o Berthe Morisot, que venían a visitar al maestro. Como también tiene restaurante y sirven una comida exquisita, es un buen lugar para hacer el primer descanso del día.
En el antiguo hotel Baudin pasaba Cezanne largas estancias. © P.G./ Etheria M. Rouen, encanto medieval Si en Giverny nos hemos impregnado de la magia de los jardines, en Rouen serán los paisajes urbanos y portuarios los que nos atrapen. En un recorrido por su casco urbano comenzarán a aparecer lugares reconocibles como la Catedral de Notre-Dame , de la que Monet llegó a pintar hasta 14 lienzos. Lo hizo desde el primer piso de una tienda de lencería que se situaba enfrente. Otros muchos artistas quedaron prendados de la magia de Rouen, de sus calles y de su puerto, pero ninguno tanto como Pisarro. Este pintor creó más de 50 pinturas sólo del puerto, además de otras de las calles de la ciudad y de rincones tan emblemáticos como la calle Le Gros-Horloge y su torre con el reloj. No olvides visitar su Museo de Bellas Artes , tan impresionante externamente como en sus colecciones.
Torre del Reloj de Rouen, inspiradora de varios lienzos impresionistas. © P.G./ Etheria M. Esta pequeña ciudad de bonitas casas con entramado y pasadizos de aires medievales transmite historia por todos sus rincones, con algunos pasajes tan terribles como el de Juana de Arco, una heroína que cuenta con varios espacios temáticos e, incluso, se conserva el lugar donde perdió la vida consumida por las llamas.
Calles y monumentos de Rouen inspiraron a muchos artistas. © P.G./ Etheria Magazine En Rouen encontrarás numerosos hoteles, restaurantes y buen ambiente para salir por la noche.
La bendita brisa de Étretat En la población costera de Étretat todo es luz y color, es imposible no llevar una sonrisa perenne en la cara al recorrer su calles y terminar en el paseo marítimo viendo el ir y venir de las olas o las curiosas formas de los acantilados. No es de extrañar que este rincón de la Ruta Impresionista de Normandía lleve siglos siendo el lugar favorito de veraneo de burgueses y nobles parisinos, como bien demuestran los palacetes del siglo XIX y de la Belle Époque situados en todo el entorno.
Paseo marítimo de Etretat. © P.G./ Etheria M. La escenografía marina de Étretat, propiciada por la belleza de la costa de Alabastro, ha sido motivo de inspiración para artistas como Boudin, con obras como ‘Los pescadores en la playa’ y ‘Lavanderas en la playa de Étretat’. Si caminas por el paseo marítimo te encontrarás varios rótulos con pinturas de artistas, de forma que se puede comparar la realidad con la interpretación de los pintores. Te será fácil reconocer la Manneporte, un arco que inmortalizó, entre otros muchos, Monet.
No te vayas sin subir el sendero que te lleva arriba del acantilado de Aval, a cada paso regala vistas más y más bonitas.
Ayuntamiento de Le Havre. © P.G./ Etheria Magazine Le Havre, una historia de superación Esta ciudad es completamente diferente a las anteriores por causas lógicas, ya que fue practicamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. La singularidad de Le Havre ha sido reconocida incluso por la Unesco que la declaró Patrimonio de la Humanidad . La reconstrucción urbana la dirigió el arquitecto Auguste Perret que elaboró un plan urbanístico impecable. Avenidas rectas, edificios duraderos de hormigón, casas luminosas y distribución funcional. Además de recorrer sus calles, visitar algunas de sus casas-modelo y la impresionante iglesia de Sant Joseph que proporciona una singular experiencia cromática al traspasar la luz las vidrieras, también es imprescindible visitar el Museo Malraux y pasear por el puerto inspirador de obras como ‘Impresión: sol naciente’ de Monet.
Si sigues el camino de la playa verás un recorrido con soportes que muestran distintas obras impresionistas en el mismo lugar donde fueron pintadas (o casi).
Iglesia de Saint-Joseph, en Le Havre (Normandía). © P.G./ Etheria Magazine En el moderno Museo Malraux , con grandes espacios diáfanos y ubicado frente al mar, se puede pasear por la historia del impresionismo sin darte cuenta. Se dice que cuenta con la segunda mayor colección impresionista después del Museo de Orsay de París. No te pierdas obras como ‘El excursionista’, de Renoir; ‘Barcas al sol de poniente’, de Manet; o las panorámicas del puerto de Pissarro.
Museo Malraux, en Le Havre. © P.G./ Etheria Magazine Honfleur, cuna de Boudin Esta pequeña población costera exhala romanticismo en cada uno de sus rincones, aunque su pequeño puerto es uno de nuestros lugares favoritos. Basta dar dos vueltas o sentarte a observar el paso de la gente para comprender qué fue lo que enamoró a tantos artistas. Por aquí pasaron desde los años 20 artistas románticos como Turner o Mozin, y además contó con la suerte de tener al mejor relaciones públicas: Boudin. Este pintor nacido en Honfleur animó a muchos «colegas» (como Monet o Jongkind) a visitar su hogar, y organizó encuentros en la Granja Saint-Siméon (ahora es un hotel increíble de la cadena Relais&Chateaux con un restaurante a su altura. Alucinarás con su mesa de quesos…).
Puerto viejo de Honfleur, la cuna de Boudin. © P.G./ Etheria Magazine Una gran ventaja de Honfleur es que no fue perjudicada durante la guerra y aquellos lugares como el barrio Sainte-Catherine, el barrio Saint-Léonard y el puerto viejo que inspiraron a tantos pintores aún se pueden apreciar.
No te pierdas una visita al Museo Eugène Boudin, que está ubicado frente a la que fuera la casa del artista. Es un buen lugar para admirar obras de Boudin, por supuesto, pero también muchas pre-impresionistas, fauvistas y de otras corrientes.
Caen y Mont Sant Michel Nuestra última parada es el Mont Saint Michel, pero te animamos a que te acerques antes a Caen para conocer su Museo de Normandía y el Museo de Bellas Artes donde te podrías pasar varias horas. Están situados en una fortaleza con vistas a la ciudad. Con estas dos visitas artísticas cerraríamos este recorrido por la Ruta Impresionista de Normandía. Sin embargo, creemos que sería una pena no aprovechar el viaje para visitar la abadía del Mont-Saint-Michel , que también fue retratada por numerosos pintores impresionistas.
Mont-Saint-Michel desde el camino de llegada. © P.G./ Etheria M. Este monte rocoso coronado por la famosa abadía es una imagen que no te cansas de admirar porque cambia varias veces al día. Envuelta en brumas, con tonos rosados al amanecer o violetas al atardecer, reflejada en el agua e, incluso, convertida en una isla cuando las mareas suben tanto que la rodean. Algo que no ocurre muy a menudo, pero existe un calendario que calcula las mareas si quieres acudir en ese preciso momento.
La entrada al Mont-Saint-Michel está regulada, así que debes entrar caminando. Hay coche de caballos y un autobús gratuito que te deja a 400 metros de la muralla. Si llevas tu propio coche lo tienes que dejar, como muy cerca, a 2,5 kilómetros.
(CONSEJO: Visita la Abadía de Saint-Michel sin colas desde 13 € )
Claustro de la abadía de Mont-Saint-Michel. © P.G./ Etheria M Una vez traspasada la puerta esta fortaleza amurallada, te recibe un laberinto de calles ensortijadas con cafés, bares y tiendas de recuerdos, de esas que te pararías a hacer fotos todo el tiempo. Si sigues las indicaciones llegarás a la entrada de la abadía, con sus claustros, grandes salones, corredores y terrazas que te permiten admirar el entorno.
En verano suele haber visitas nocturnas en Mont-Saint-Michel, así que no desaproveches la oportunidad de recorrerla bajo la luz de las farolas.
No puedes marcharte de Mont-Saint-Michel sin probar sus típicas y esponjosas tortillas. Entre poblaciones encantadoras, paisajes románticos y arte, mucho arte, los cuatro días que os habíamos propuesto al inicio se os quedarán cortos. Si queréis ampliar más el viaje, puedes continuar leyendo ‘10 viajes para disfrutar de la buena vida en Francia’ para coger más ideas.
Guía de viajes Etheria Cómo llegar y moverse por Normandía En nuestro viaje volamos a París y allí alquilamos un vehículo para movernos libremente por Normandía. La ciudad de Giverny, la primera de este itinerario, está a solo 75 km (una hora y media más o menos). La agencia de alquiler Avis suele ofrece buenos descuentos.
Dónde dormir en Normandía Hotel Mercure Rouen Centre Cathédrale (all.accor.com). Un 4 estrellas funcional y céntrico. Angle Rue Saint-Nicolas et Rue Croix de Fer. Rouen.
Hotel Le Vent d’Ouest (ventdouest.fr). 3*. Un hotel encantador y con muchos detalles. Rue de Caligny, 4. Le Havre.
Hôtel Best Western Montgomery (bestwestern.com). En un edificio histórico y muy funcional. Está situado cerca del Mont-Saint-Michel por lo que no tendrás que madrugar tanto para visitar la abadía con tranquilidad. Couesnon, 13. Pontorson.
Más información Turismo de Normandía dispone de información complementaria de casi todos los lugares mencionados. Te ayudará a organizar tu viaje.