El cantón de Sarapiquí es un lugar que tienes que tener muy en cuenta en tu próximo viaje a Costa Rica por su autenticidad, escasa masificación y para conocer a dos emprendedoras, Marielos Núñez y María Luz Jiménez, que han hecho de la gastronomía su forma de vida. Además de disfrutar de la magia que sale de sus sencillos fogones, podrás descubrir un destino donde la naturaleza es la protagonista absoluta. En Sarapiquí disfrutarás del contacto con la naturaleza. Sarapiquí es un destino de Costa Rica que responde a la perfección a lo que se espera del país: un ecoturismo bien entendido que surge del respeto profundo que tienen los ticos por la naturaleza que les rodea, acompaña y proporciona los recursos para vivir. En este cantón de la provincia de Heredia conviven la naturaleza salvaje de bosques y ríos y la que ha sido domesticada por hombres y mujeres con la forma de cultivos y plantaciones. Y es de esa población de Sarapiquí de la que han surgido mujeres emprendedoras que con mucho tesón han creado negocios de restauración que se han convertido en paradas obligadas en una ruta turística por la zona.
Dos de estas damas de Sarapiquí que merecen destacarse por su tesón y su buena mano en la cocina son Marielos Núñez y María Luz Jiménez . Ambas fundaron hace años sus negocios y continúan al frente de los fogones creando puestos de trabajo y ofreciendo a los viajeros deliciosos platos con sabor a Costa Rica. Os contamos brevemente su historia y os recomendamos que, sí o sí, hagáis una parada en sus locales. No os arrepentiréis.
Mujeres emprendedoras de Sarapiquí Marielos Núñez, fundadora de Soda Marielos. Marielos Núñez y su comida a la leña El idilio de Marielos con la cocina se remonta muchos años atrás. Tuvo su primer contacto trabajando con su madre y después en otro local de la zona hasta que decidió crear un pequeño negocio por su cuenta apoyada por sus clientes. En su local, llamado Soda Marielos y conocido por su “comida a la leña”, se cuida al cliente con mimo –sea local o turista– tanto como a la materia prima con la que cocinan. Y todos quedan seducidos por sus platos de cuchara y los guisos tradicionales costarricenses . La mejor manera de conocer ese cariño que pone en cada receta es incluir su local en tu próximo viaje a Sarapiquí para apoyar de esta manera a esta emprendedora y a su familia.
📌 Puedes escuchar su testimonio en este vídeo .
Gallo pinto, plato tradicional de Costa Rica. María Luz Jiménez, tras el corazón de la palmera María Luz Jiménez no inició su negocio hace dos días sino que hace ya 25 años vendía sus productos en la carretera para aportar recursos económicos a la familia. A raíz de sus especialidades preparadas con palmito (el corazón de la palmera) se generó el interés por ver de dónde salían esas delicias. Y por este motivo creó Palmitour, una propuesta turística que comienza con el Tour del Palmito , un paseo por una plantación de palmeras para conocer el origen y manipulación de este producto, y termina con una degustación de platillos preparados con el mismo.
Con el palmito se pueden hacer recetas tanto dulces como saladas, pero María Luz confiesa que las que más gustan son el ceviche de palmito, la lasaña de palmito y el pan de palmito. Pero son muchas más las que se pueden probar en su restaurante, una excelente excusa para incluir esta parada en una ruta por Costa Rica.
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María Luz Jiménez, fundadora de Palmitour. Y ya que estás en Sarapiquí, no te pierdas estas 5 visitas: 1. Puerto Viejo Puerto Viejo es la ciudad más importante del cantón de Sarapiquí. Es un lugar para vivir en primera persona la Costa Rica más auténtica, esa que vive inmersa en una naturaleza que forma parte del día a día y se traduce en bosques y plantaciones agrícolas. Se ha convertido en uno de los destinos de ecoturismo preferidos por los viajeros tanto por su modo de vida como por ser punto de partida para visitar varias reservas biológicas y parajes naturales llenos de interés.
Puerto Viejo, en Sarapiquí. 2. Río Sarapiquí Este río de 84 kilómetros es un auténtico catálogo de paisajes costarricenses y navegar por él permite visitar el río San Juan, Barra del Colorado y Tortuguero. Además, es un muestrario de muchas de las especies de fauna y flora que alberga el país: aves, tortugas, caimanes y monos parecerán saludarte en tu navegación y contribuirán a esa sensación de cercanía con la naturaleza más auténtica que invade a los viajeros que visitan Costa Rica. Es una vía de transporte fluvial fundamental para las plantaciones de banano y podrás tomar sus divertidos taxis de agua para desplazarte por el río.
Río Sarapiquí, en Costa Rica. 3. Parque Nacional de Braulio Carrillo Con sus 50.000 hectáreas forma una de las áreas protegidas más grandes de Costa Rica y alberga una naturaleza abrupta de montañas cubiertas de selva y cortadas por cañones. Aquí se encuentran dos volcanes (Barva y Cacho Negro) y el conocido como río Sucio por el color naranja de sus aguas, debido a los minerales de origen volcánico que arrastra. Sus dos sectores visitables son la Quebrada González (con tres senderos cortos perfectos para adentrarse de forma sencilla en el paisaje) y el Volcán Barva , que es el más grande en extensión de Costa Rica. En este parque podrás montar en un divertido teleférico y realizar actividades como el canopy. No te pierdas tampoco su jardín de orquídeas, el jardín de mariposas y el terrarium.
Río Sucio y La Hondura, en el Parque Nacional Braulio Carrillo. 4. Estación Biológica La Selva La Estación Biológica La Selva es uno de los lugares más interesantes de todo Costa Rica. Fue una de las primeras reservas privadas del país y ha ido creciendo desde mediados del siglo XX hasta llegar a las 1.600 hectáreas. Se ha convertido en un centro para el conocimiento de la naturaleza donde trabajan unos 300 investigadores en más de 150 proyectos diferentes que estudian la gran variedad de ecosistemas tropicales que alberga. Aquí tienen cabida desde árboles de más de 50 metros y ficus que germinan en el dosel del bosque y buscan cómo tocar el suelo que les queda 40 metros más abajo, hasta las hormigas bala , de las que se dice que provocan la picadura más dolorosa del mundo.
Estación Biológica La Selva, en Sarapiquí (Costa Rica). 5. Catarata La Paz Es una excursión imprescindible desde Sarapiquí: una impresionante caída de agua con dos saltos pequeños y uno grande en un paraje natural inigualable. Para poder acercarse y contemplarla como se merece se ha creado una estructura de senderos y miradores que te adentran en este paisaje que parece de cuento. Está ubicada en un complejo turístico que alberga también un mariposario (el más grande del mundo) y una muestra de los animales que habitan estas selvas como tucanes, monos de cara blanca, monos araña, pumas, perezosos y jaguares, entre otros. Te llamará la atención la zona con los comederos para colibríes , podrás verlos muy de cerca y comprobar la velocidad a la que baten sus alas. Es un lugar perfecto para pasar una jornada, ya que dispone de restaurante y todo tipo de servicios.
Catarata La Paz, en Sarapiquí. Qué más hacer en Sarapiquí para que sea una aventura inolvidable 1. Diviértete con deportes de aventura Para practicar y vivir en primera persona el privilegio que supone la diversidad de paisajes y ecosistemas de Sarapiquí, nada mejor que el turismo activo , que permite divertirse haciendo canopy, rapel o dando paseos a caballo. El senderismo a su vez brindará paseos inigualables llenos de sorpresas. Además, el río Sarapiquí y sus afluentes (Pozo Azul, San Ramón, Tirimbina, Bijagual, Peje…) son un lugar perfecto para practicar deportes como el rafting, la navegación deportiva, el kayak o para dar un paseo en balsa.
Rafting en un bonito paisaje natural de Sarapiquí (Costa Rica). 2. Practica el ecoturismo En un lugar con una naturaleza tan exuberante y variada como Costa Rica, Sarapiquí no iba a ser menos y está rodeado de parques y reservas naturales que merecen ser recorridos con calma y los ojos bien abiertos para no perder detalle. Dos de las más importantes son el Parque Nacional de Braulio Carrillo y la Estación Biológica La Selva , de las que ya os hemos hablado.
Plantación de café en Costa Rica. 3. Disfruta con el avistamiento de aves Sarapiquí es uno de los mejores lugares de Costa Rica para avistar aves y es uno de los doce nodos de observación más importantes del país. Aquí la avifauna alcanza las 535 especies , 20 de las cuales son endémicas regionales. Algunas de las más emblemáticas son los colibríes, el guacamayo verde mayor (conocido como lapa), el trogón ojiblanco o los ruanos, entre otras. Además, es una zona muy importante tanto por la investigación científica que se desarrolla como por ser un lugar de gran importancia para la continuidad del Corredor Biológico Mesoamericano.
La esmeralda capirotada es un ave endémica de Costa Rica. 4. Degusta sus frutas y verduras Una de las mejores formas de acercarse a un lugar es a través de su gastronomía y los productos que la forman. Sarapiquí es conocido por la variedad de su huerta y sus cultivos frutales y se pueden visitar fincas productoras de palmito, cacao, café, banano… Como ya os hemos contado, Soda Marielos y Palmitour son dos restaurantes que tienen que estar en vuestra ruta para probar la mejor cocina costarricense.
Gastronomía tradicional de Costa Rica. 5. Conoce su historia y su ambiente multicultural El cantón de Sarapiquí fue habitado, según han demostrado los hallazgos arqueológicos, por los indios votos. Hoy en día su población está constituida por gente de todas las partes del mundo que forman una comunidad diversa que llena de riqueza su cultura, y que se muestra en actividades como el Encuentro de cantautores , el Festival de la Lapa o el Día del Sarapiqueño . Además, como muestra de esta cultura, presta atención a su artesanía elaborada con madera, semillas y materiales no-biodegradables con temáticas relacionadas con la naturaleza. Un buen ejemplo es el colectivo Siempre Verde que agrupa a 31 artesanos , cada uno con una especialidad. No podrás resistirte a su bisutería, sus sombreros y sus bolsos.
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