La Península de Nicoya es la tierra de Ruth Guevara, el marco donde sus creaciones cobran vida y se convierten en codiciados recuerdos para los viajeros. Este rincón de Costa Rica nos habla de tradición, de historia y de un marco natural idóneo para la práctica del surf y del yoga. Descubre por qué es “urgente” viajar a este idílico destino. Atardecer en la playa de Santa Teresa, en la Península de Nicoya (Costa Rica). La naturaleza en Costa Rica responde a la máxima de una madre proveedora que proporciona la materia prima que precisan artesanas como Ruth Guevara para realizar sus creaciones en la Península de Nicoya. Su modo de vida, respetuoso con la madre tierra, es un elemento inalienable de las piezas que elabora con mimo y tesón, reflejo de las raíces de su pueblo. A pocos minutos de su taller encontrarás una provincia que brinda experiencias inmersivas en la cultura local y que proporciona playas maravillosas bañadas por el Pacífico donde practicar deportes activos como el surf o disciplinas relajantes como el yoga. En este artículo te proponemos un viaje a Costa Rica que se sale de los circuitos habituales, donde descubrirás la belleza de la Península de Nicoya, rincones repletos de magia y exclusivos hoteles boutiques.
Ruth Guevara en su taller de la Península de Nicoya. Ruth Guevara, artesana de La Choreja Existen destinos como Costa Rica donde la autenticidad de su gente aporta una nota diferenciadora que envuelve el viaje de una calidez extraordinaria. En este itinerario que te proponemos por la Península de Nicoya una pieza imprescindible es el colectivo La Choreja , una entidad creada por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) para ayudar a mujeres y hombres emprendedores a definir “artesanías con identidad”. Una de las integrantes de dicho colectivo es Ruth Guevara , una artesana que, tras un proceso de varios meses de investigación y trabajo con La Choreja, dispone de su propia línea artesana bajo el nombre de Creaciones Imperio Colonial. Su objetivo cuando comenzó era lanzar un “producto autóctono, original, único y que transmitiese su cultura”. Y lo encontró, ese producto que habla de la tierra y de sus raíces es el jícaro .
Ruth puliendo una de sus piezas artesanas. El humilde jícaro, base de creaciones artesanas Esta artesana costarricense cuenta qué eligió el jícaro porque “es un producto que se utiliza a nivel nacional, principalmente en Guanacaste, como utensilio de cocina para almacenar agua, que usaban mucho nuestros campesinos, nuestros antepasados, y actualmente esa práctica se ha perdido. Comencé a experimentar y a probar qué se puede hacer y descubrí que hay maravillas y que se pueden hacer infinidad de cosas, no sólo lo tradicional y lo básico que se utilizaba antes. Es el transmitirle al turista un poquito de nuestra esencia como nicoyanos , como guanacastecos o como costarricense a nivel general, porque no hago artesanía sólo de la zona sino que abarco todo el país. Es transmitirle al turista un poco de nuestras vivencias, cómo somos, cómo vivimos a través de una artesanía”.
Ruth Guevara, artesana de La Choreja, en la Península de Nicoya. En la colección de bolsos “Mestizo”, que ha lanzado Ruth Guevara, combina el jícaro tradicional con telas e hilos de algodón para crear complementos modernos, prácticos y sumamente estéticos. La apuesta por la artesanía local en los viajes no sólo impulsa la economía local y la creación femenina, sino que permite llevarse a casa productos que nos hablan del destino que visitamos, de un modo de vida, de creaciones basadas en el pasado y en el respeto por la naturaleza. Esa naturaleza que inspira estas creaciones es la que encontrarás en Costa Rica y, también, en la Península de Nicoya.
En este vídeo puedes escuchar el testimonio de Ruth Guevara (haz click ▶️ en la imagen superior). Por qué visitar la Península de Nicoya, razones “urgentes” Como te comentábamos al inicio, la naturaleza es proveedora de la materia prima, pero también son necesarias las tradiciones y la creatividad de las personas para forjar artesanías que hablen del alma de un lugar. En la Península de Nicoya estos tres factores se hallan elevados a la máxima potencia. Allí se sitúa la ciudad más antigua de Costa Rica, es el corazón de la nación chorotega y cuenta con un entorno natural prodigioso. A continuación compartimos lugares y razones para organizar un viaje a este bello rincón que reparte su territorio entre las provincias de Guanacaste y Puntarenas.
La espiritualidad contribuye a tener una vida más prolongada y feliz. 1. Averiguar el secreto de la vida en la Península de Nicoya La primera razón “urgente” que justifica un viaje a la Península de Nicoya es su pertenencia a una de las cinco Blue Zones del planeta , la única de Iberoamérica. Con esta denominación se conocen aquellos lugares donde la esperanza de vida es especialmente elevada. Hoy en día, en este territorio hay más de 900 vecinos que superan los 90 años de edad y más de 40 que superan el siglo. Entre las razones que explican esta longevidad se encuentran una tradición alimentaria saludable, actividad física, un elevado nivel de espiritualidad y una fuerte unidad familiar. Este estilo de vida te enamorará desde tu primera visita a Costa Rica.
Yoga en Nosara, Costa Rica. 2. Practicar yoga en la playa Nosara o relajarte en Punta Islita La energía que emana de este lugar es otra razón para visitar la Península de Nicoya. Aunque Costa Rica brinda decenas de ubicaciones perfectas para reconectar con nosotros mismos, los tres kilómetros de la preciosa playa Nosara son una invitación a la espiritualidad. No por ello, es menos ideal para surfear, recorrer el manglar o gozar de paseos a caballo o en barco. Una interesante propuesta, próxima a Nosara, es la del hotel Harmony que ofrece todo tipo actividades, incluso yoga aéreo con hamacas suspendidas en el techo. Consulta sus programas de meditación, tratamientos de bienestar y menús personalizados.
Y a unos 50 kilómetros encontrarás otra opción en plena naturaleza, el hotel Punta Islita , con habitaciones, suites y preciosas villas con piscina. Las relajantes vistas al bosque tropical o al mar sólo son igualadas por los tratamientos de bienestar de su spa. Además, cuenta con paquetes especiales para bodas.
Surf en la playa Santa Teresa, situada en la Península de Nicoya. 3. Disfrutar del surf en Montezuma o en Santa Teresa De aquel pequeño pueblo de pescadores situado en el sureste de la Península de Nicoya sólo queda su espíritu acogedor y entrañable. Hoy día este micromundo de Montezuma se ha convertido en una de las mecas del surf en Costa Rica . El protagonismo de sus playas de arenas claras y grandes olas es compartido con una serie de pozas naturales de una catarata cuyas aguas se precipitan desde 20 metros de altura y con la bendición de sus aguas termales. Por la tarde-noche, la población se llena de viajeros deseosos de compartir sus hazañas durante la jornada.
Cerca de esta zona, a unos 10 kilómetros, está la playa de Santa Teresa , otro de los spots surfistas que comienza también a despegar. Su oleaje de moderado a fuerte permite la práctica de este deporte todo el año. Además, aquí se sitúa el exclusivo hotel Pasha , un establecimiento “boho chic” que comenzó siendo una residencia privada pero que se ha convertido en un hotel boutique donde huir del mundanal ruido o refugiarse en una romántica luna de miel.
Playa Tambor, en la Península de Nicoya (Costa Rica). © Joan Vendrell 📍2 pistas secretas: Cerca de la playa de Montezuma está la playa Cabuya, desde donde podrás llegar caminando hasta la isla Cabuya cuando baja la marea. En esa isla se sitúa un cementerio indígena precolombino que aún sigue en activo. Y otra visita, a sólo 10 km de Montezuma, puede ser a Playa Tambor , en Bahía Ballena, un espacio de naturaleza abrumadora.
4. Enamorarte de playas de belleza salvaje: Malpaís y Carmen Si las playas de Montezuma y Santa Teresa te han dejado sin palabras, sigue recorriendo el litoral de la Península de Nicoya para conocer las playas de Malpaís y del Carmen. Estos tramos costeros no sólo invitan a gozar del mar, sino que regalan inmensos parajes de bosques y la posibilidad de practicar deportes como senderismo o ciclismo de montaña. Algunos rincones que conviene llevar apuntados en esta franja son la Punta Barrigona, con un bonito paisaje marítimo, y Punta Cuevas, un lugar de gran belleza colindante con la Reserva Natural de Cabo Blanco.
Malpaís, una de las playas vírgenes de la Península de Nicoya. 5. Observar la fauna en la Reserva Natural Absoluta de Cabo Blanco Desde las playas de Montezuma o Santa Teresa sólo tardarás unos minutos en llegar a esta reserva natural que cuenta con zona protegida en tierra (1.272 hectáreas) y en mar (1.700 hectáreas). Es otra de las visitas imprescindibles en la Península de Nicoya , ya que brinda una experiencia sorprendente tanto a nivel de flora como de fauna. Más de 140 especies de árboles, mamíferos como monos congo y cara blanca, coyotes, venados… y aves marinas como pelícanos pardos o piqueros morenos. Cabo Blanco, además, alberga algunas de las playas vírgenes más hermosas de la península a las que se llega por recoletos senderos. Apunta la playa de Balsitas , de una belleza y una soledad abrumadoras.
Refugio Nacional de Vida Silvestre Curú. © Joan Vendrell 📍Si eres una enamorada de la vida natural, toma nota también del:
• Refugio Nacional de Vida Silvestre Curú , que se extiende desde Punta Quesera hasta Punta Curú. El paisaje formado por manglares y bosques de transición tropical seco a húmedo es realmente sorprendente.
• Refugio de Vida Silvestre Ostional . A sólo 50 kilómetros de Nicoya se produce un anidamiento masivo de tortugas marinas , un fenómenos que recibe el nombre de “arribada”. Entre enero y abril se concentran 15.000 tortugas, mientras que entre julio y diciembre llegan a reunirse hasta 200.000 tortugas en la playa.
Barcos de pesca en la Isla de San Lucas. © Julieth Méndez 6. Navegar por las islas del Golfo de Nicoya Los días de playa, de naturaleza y de descubrimiento de la cultura local se pueden complementar en la Península de Nicoya con jornadas de navegación y excursiones a islas cercanas. En la zona del Golfo de Nicoya se esparcen algunas islas que o bien se han convertido en refugio de la fauna, o están habitadas por pocos vecinos o incluso han servido de cárcel. Las historias no te faltarán si te animas a vivir una jornada marítima. Presta atención a la Isla Venado , con sus manglares; al Islote Pan de Azúcar , uno de los favoritos de los pelícanos pardos; a la Isla Chira , la mayor en tamaño y que está habitada; a la Isla San Lucas , donde estaba la prisión; o bien a Isla Caballo, a Isla Bejuco…
Cerámica chorotega tradicional de la Península de Nicoya. 7. Pasear por la ciudad de Nicoya El mayor tesoro urbano de la Península de Nicoya es esta ciudad que fue colonizada por tribus nativas, fundamentalmente indígenas chorotega. De hecho, el nombre de la población corresponde a uno de los líderes de esta tribu. En una visita se puede palpar la importancia artesanal del destino, además de conocer algunos de sus hitos turísticos. Reserva tiempo en tu agenda para conocer la iglesia de San Blas (siglo XIX) donde se custodian importantes piezas de imaginería y objetos litúrgicos. Y si tu visita coincide con la Fiesta de la Yegüita, en honor a la Virgen de Guadalupe, disfrutarás de un momento único. Pero no te preocupes, en cualquier momento del año se puede gozar de buena gastronomía en una tradicional “soda”.
Músicos de Nicoya, en Costa Rica. 8. Practica kayak nocturno en el Golfo de Nicoya Entre las experiencias más emocionantes que puedes vivir en la Península de Nicoya se encuentra la práctica del kayak nocturno. La oscuridad hace que algunos de nuestros sentidos, como el oído, se agudicen y se perciba mejor el sonido del mar, el canto de las aves e incluso el borboteo del agua al acudir los peces a la superficie a alimentarse. Esa sensación incluso puede sublimarse en lugares como la playa de los Órganos en la que se produce un increíble fenómeno de bioluminiscencia , donde el remo parece desprender partículas de color azul eléctrico en cada impulso. Maravilloso.
Paseo a caballo en la Península de Nicoya. Organiza tu viaje a la Península de Nicoya con Active Woman En los viajes de larga distancia se agradece contar con iniciativas que promuevan el turismo rural y social. Una propuesta que te interesa conocer en viajes a Costa Rica es la de Active Woman , que impulsa el empleo entre las mujeres locales. Con esta agencia vas a aprender sobre la cultura local y las tradiciones más auténticas, al tiempo que contribuyes a impulsar el turismo responsable como herramienta para mejorar la vida de las mujeres costarricenses.
En un viaje de 11 días en Costa Rica tendrás la oportunidad de mantener encuentros con mujeres emprendedoras artesanas, podrás descubrir la historia del chocolate, cocinar la comida típica y conocer lo más auténtico del país con proyectos dirigidos a recuperar tradiciones. Una experiencia que combina días de trekking, actividades con tirolinas por los bosques más densos y exóticos del país y días de playa y descanso.
La misión de Active Woman al organizar el viaje es crear empleo local femenino y poner en valor el emprendimiento y las iniciativas turísticas sostenibles . Los viajeros (clientes) pueden ser hombres, mujeres, familias…. lo importante es que cada viaje cree empleo en la comunidad femenina local. No son viajes exclusivos para mujeres sino que promueven el consumo responsable, trabajando por el empoderamiento de la mujer y su formación profesional (ODS 5). Esta agencia promociona el turismo rural sostenible en cualquier continente pero poniendo el centro, sobre todo, en la mujer rural.
📍Más información sobre la Península de Nicoya en Turismo d e Costa Rica .
Fotos: Visit Costa Rica
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