La isla de Chipre permanece dividida en una parte griega, la más visitada, y en una zona turca, una tierra de nadie en el plano institucional pero que conserva sus atractivos turísticos y, sobre todo, aporta un contraste cultural que da qué pensar. Te invitamos a adentrarte en la zona más desconocida de Chipre, donde parece que se ha detenido el tiempo.
Las ruinas de Salamina están en la parte turca de Chipre. © Pedro Grifol. La isla de Chipre, la tercera más grande del Mediterráneo después de las italianas Sicilia y Cerdeña, permanece dividida en dos partes desde la invasión turca en 1974. La parte soberana, que ocupa el 65% de la superficie de la isla, pertenece a la República de Chipre ; y el resto de la isla está ocupado por la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre . Esta parte turca se declaró independiente en 1983. Una independencia que, exceptuando Turquía, no reconoce ningún otro país del mundo y constituye un área que pareciera pertenecer a la lista de países que no existen.
Sin embargo, aunque pocos viajeros visitan el lado turco, los ciudadanos de la Unión Europea pueden atravesar el área de demarcación –la llamada Línea Verde– que divide el norte y el sur de la patria de la diosa Afrodita que, ajena a estas cuestiones sociopolíticas, sigue cautivando a mortales de todo el mundo.
Cruzar ‘la raya’ constituye un viaje apasionante. Es descubrir uno de esos lugares en los que no hurga el turismo convencional; es adentrarse en el túnel del tiempo; querer saber más de nuestro planeta. Es un viaje colmado de descubrimientos culturales que, además, ofrece magníficas playas donde se come bien ¡y barato! … Y, sobre todo, es un viaje para reflexionar.
La Línea Verde que separa el Chipre griego de la zona turca. © PG Por qué viajar a Chipre Si te preguntas qué hay que ver aquí la respuesta es larga porque estamos en una de las islas más interesantes del Mediterráneo… ¡10.000 años de historia te contemplan! En Chipre los griegos emplazaron el Monte Olimpo. Aquí nació la diosa Afrodita. Aquí se encontraba el puerto más importante para los venecianos, el castillo más poderoso de los otomanos y la playa ‘más virgen’ de la era moderna. Pero, ¿qué queda de aquel esplendor?
Nicosia, la capital histórica Empezaremos por Nicosia (Lefkosia para los grecochipriotas y Lefkoça para los turcochipriotas). Ha sido la capital de la isla por más de mil años, y fue conquistada por los francos, los venecianos, los turcos y por el Imperio británico. Su nombre procede del período veneciano y está inspirado en Nicusia, ciudad de Sicilia (Italia). Culturalmente europea, pero geográficamente situada en Próximo Oriente, la ciudad es un extravagante cóctel de cultura cristiana y musulmana que la hace especial. Es la única ciudad del mundo que permanece dividida, y cruzar la Línea Verde es descubrir un lugar apasionante, ya que supone comprobar la compleja historia reciente de la isla.
La parte sur de la capital (la grecochipriota) tiene iglesias repletas de iconos bizantinos y un espectacular museo -Cyprus Museum- que merece la pena visitar para hacerse una idea de la riqueza arqueológica de Chipre, ya que todas las obras (desde una insignificante moneda hasta la famosa escultura de Afrodita) proceden de la isla.
En la parte norte (la turca) se respira el ambiente exótico de los bazares laberínticos con mezquitas de minaretes dorados. Una visita obligada es el impresionante caravansar otomano, el Büyuk Han . Hoy en día convertido en un centro comercial ‘a lo oriental’ en el que varios artesanos tienen sus talleres entre restaurantes de comida autóctona y cafés que sirven el clásico café turco… con sus misteriosos posos adivinatorios. Te podrías pasar deambulando por ahí todo el día, pero deja tiempo para descubrir el ‘Mercado 1932’.
Caravansar otomano Büyuk Han. © PG Abandonamos la capital para adentrarnos de lleno en la zona turca, donde la cordillera montañosa de Pentadaktylos nos saluda con la representación de la bandera turca en la ladera de una montaña.
Kyrenia, un bonito puerto Kyrenia es el nombre turco para la ciudad que los grecochipriotas llamaban Girne. Su puerto está lleno de barcos de pesca y embarcaciones de paseo para turistas. Tiene dos castillos, uno junto al puerto, cuyo interior conserva el esqueleto de un barco mercante hundido hace más de 2.000 años; y otro en la montaña, el castillo de San Hilarión , que también podemos visitar, aunque la subidita a pie sea un hándicap que ganar.
Pero, aparte de los sitios turísticos, Kyrenia es un bonito pueblo pesquero con atractivo suficiente para pasar el día, cenar en algún bar del puerto ¡no todos son convencionalmente turísticos! Y, si se tercia, pasar una noche romántica.
Puerto de Kyrenia. © PG Así que, si planificamos el viaje para pernoctar en algunos hoteles turcos, este histórico lugar podría ser uno de ellos. Tiene una mansión, Kyrenia Palace (www.kyreniaboutiquehotel.com), construida en 1858 y convertida en hotel boutique, con 11 habitaciones decoradas con maestría de anticuario y con precios asequibles.
En la carretera que va desde los pueblos costeros del norte a la zona este de la isla –la de las grandes playas– podemos parar en algún casino o bar de carretera de esos que tienen neones parpadeantes en rojo. Entiéndase bien, quiero decir, parar a curiosear porque en la parte grecochipriota el juego no es legal… y ‘lo otro’ tampoco. En el camino también hay algunas mezquitas nuevas para redimir los pecados. Un mundo feliz.
Famagusta, la ciudad fantasma La playa mítica de Chipre se ha convertido en un recuerdo del pasado. Una amenazadora alambrada prohíbe la entrada a lo que fue una de las zonas de veraneo más famosas del mundo en la década 1960. Se llamaba Famagusta –ahora se llama Gazimagusa (en turco)–, pero da igual porque, más allá de la maraña de alambradas que impiden llegar a la playa, ya solo quedan las esqueléticas estructuras de los hoteles de antaño (de antes de 1974).
Iglesia de San Jorge de los Griegos en la ciudad fantasma de Famagusta. © PG La bahía de Ammochostos Pero no hay que desesperar, a pocos kilómetros de ‘la ciudad fantasma’ las playas continúan en todo su esplendor salvaje y, si queremos bañarnos en aguas turcas, no tenemos más que ir a la bahía de Ammochostos que, no sólo tiene una arena blanca y agua límpida, sino que está llena de lugares míticos. Como las ruinas Salamina , la ciudad que fundó el griego Teuco en el 1200 a.C., después de fracasar en la batalla por querer vengar a su hermano Áyax; o el abandonado monasterio de San Bernabé , que tiene un museo de iconos que, aunque son reproducciones, posee la magia de estar en tierra ‘infiel’. Todo muy extraño y apasionante.
Monasterio de San Bernabé. © PG Después de culturizarnos, vayamos a lo lúdico. Es muy recomendable darse un chapuzón, y un buen lugar es Kocareis Resort (www.kocareisresort.com). Tiene una magnífica playa con sombrillas de paja, tumbonas y chiringuito para comer unos calamares con queso alumi o un pez voppa al grill, acompañados por una fría EFES (la cerveza local). Al atardecer, mientras apuramos los últimos rayos de sol en la tumbona, tendremos muchas cosas en las que pensar porque haber pisado el otro lado de ‘la raya’ es para tomárselo con calma… y reflexionar.
Guía práctica de la zona turca de Chipre ¿Cómo llegar a Chipre del Norte? A la pregunta de cómo llegar a la Chipre turca, la respuesta es que, aunque esta zona tiene un par de aeropuertos, lo mejor es llegar (desde Grecia) al aeropuerto de Lárnaca , en la zona grecochipriota, y establecer allí nuestra ‘base de operaciones’. Así nos será más cómodo, con la ayuda de alguna agencia especializada, organizar las visitas a la parte turca.
¿Qué documentación necesito? Toma nota bien de la respuesta: el DNI. Ni se te ocurra pedir que te sellen el pasaporte (aunque tengas el capricho de seguir coleccionando tamponazos), porque quedará invalidado y tendrás que tirarlo.
Calamar con queso alumi del Kocaris Resort. © PG ¿Cómo viajar a la Chipre turca? Es un viaje con mucho contenido para descubrir. La parte de logística de visitas déjala en manos de un turoperador; y como la llegada en avión probablemente sea a la ciudad de Lárnaca, recomendamos ponerte en las manos de una agencia especializada como Knossos Travel para que diseñe los lugares ‘no problemáticos’ y recomiende los días de viaje en la parte turca.
¿Funciona el móvil en la zona turca de Chipre? Pon el móvil en modo avión para que tu teléfono no conecte con el servidor turco. Puede que tu acuerdo roaming no incluya Turquía, compruébalo.
¿Qué moneda utilizan? En la parte turcochipriota la moneda es la lira turca. Puedes cambiar moneda, pero si no lo haces también se puede pagar en euros. Procura abonar comidas y compras en metálico. No es recomendable ‘tirar’ de tarjeta de crédito porque puede que tengas algún disgusto ¡se han dado casos! Infórmate bien antes.
¿Es conveniente llevar seguro de viaje a Chipre? Es imprescindible disponer de un seguro si viajas a Chipre . Si has reservado el viaje en una agencia, comprueba que llevas incluido uno combinado. Y si no está incluido o viajas por tu cuenta, tendrás que contratar un seguro con una agencia especializada y fiable como INTERMUNDIAL, que te hará un 15% de DESCUENTO , si usas el enlace anterior, por ser lector/a de ETHERIA MAGAZINE. Puedes elegir entre un seguro para este viaje en concreto o uno ANUAL , que te saldrá a cuenta si realizas más de un viaje al año.
¿Conviene alquilar un coche? No es operativo alquilar un coche. Hay que tener en cuenta que los seguros son distintos para circular en el norte y en el sur y, en consecuencia, puede haber complicaciones.
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